Una tragedia

Cuando llegamos al campamento, lo más emotivo fue ver el reencuentro de Berenice, Etiel y Ebe, los 4 lloraron tanto, como si no hubiese un mañana, todos lo hicieron, los únicos que no sacaron lágrimas fuimos Andree y yo, pero decir que no nos afectó sería mentira. Ambos quedamos mirando la escena con impotencia, y estoy seguro de que si hubiésemos tenido el poder de cambiar las cosas lo hubiéramos hecho, para que todos recibieran un trato más justo de la vida.

Luego del encuentro Berenice y Etiel hablaron conmigo, me pidieron perdón por lo sucedido, pero la verdad es que los que menos tienen culpa en todo esto son ellos, así que les dije la verdad, y que ahora, ellos deben ocuparse de lo suyo, pero que la misión más importante que les derivaba era pasar tiempo con sus nietos.

Luego fui victima de Liza y de Ebe, quienes parece se hicieron muy buenas amigas, ambas me recibieron muy efusivamente, pero estaba feliz de verlas. Un saludo más profesional fue el que me dio Saskia, acompañado de un pequeño reporte sobre los entrenamientos y las evaluaciones a los chicos, parece ser que ya tenía nuevos líderes para mis tres nuevos escuadrones, y la semana entrante recibiría una nueva cuadrilla de chicos.

Todo eso me pareció espectacular, las cosas estaban sobre ruedas, y todo a punto y bien hecho. Al parecer hay algo que sí hice bien, y fue la organización de todo esto.

Ahora estoy afuera, con intensiones de ir más tarde junto a Tamirá. Pero antes debo ponerme al día con Andree. Él me pasa un vaso cargado de quien sabe qué mezcla loca. La cosa sabía asquerosa.

—¿Así que activaremos el plan Jaguareté? —yo transformo mi rostro, en serio sea lo que sea sabía horrible.

—Sí —contesté mientras le pasaba el trago— ¿Qué es lo que ha pasado por aquí en mi ausencia?

—Mucho; los nuevos en verdad están listos, pero de eso ya te habló Saskia, de lo que yo quiero hablarte, es sobre Nadir —agudicé mis sentidos para poder entender bien la situación— La investigué, la chica no sabía nada de Dara, pero sí me contó que ella por lo general, cuando salían juntas, la enviaba a ella a otro sitio. Tuve que usar un bucle, para verificar que no estuviera mintiendo, y la chica en verdad era la títere de Dara.

>>No me preguntes qué tiene esa mujer es su cabeza, mucho menos si desde un principio pintaba ser una traidora, pero Helios, la tipa está loca, Nadir tenía vestigios de energía en cada rincón de su cabeza, Fer no podía creer la cantidad de huecos de su memoria, quizás y Dara sabía mucho más que nosotros, y lo que me preocupa...

—Es que al nosotros romper el bucle, también lo hará ella. Lo sé, créeme que tengo el mismo miedo, ella sabrá mucho, y quizás más de lo que nosotros sabemos, al fin y al cabo, ella era quien más misiones tenía en el exterior, pero, no tenemos otra opción.

—Lo sé... ¿Y si Lucía...?

—Ya no importa Andree, debemos contactar con Rita Spiero, volver a encontrar las piedras, saber qué fue lo que ocultó para mí. Esos dos meses son muy oscuros, y siento que quizás me volveré polvo, pero debemos Andree.

—Algo me dice que no me gustará lo que recordaré —asegura Andree.

—¿Me acompañas a ir junto a Tamirá? —pregunto a Andree intentando no pensar en todo lo que terminaré recordando.

El muchacho se levanta y me acompaña al fin, nos vamos caminando hasta donde se encuentra Tamirá, cuando me vuelve a ofrecer el vaso, niego, no pienso volver a tomar esa cosa.

Esta nueva casa es muy rara, el pasillo está por fuera, es decir, que al salir de las habitaciones te encuentras con un techo y un pasillo que da al patio, entre cada habitación hay un pequeño espacio que da lugar a un mini jardín entre habitación y habitación. En otras palabras, es como un gran pabellón. La sala comedor está en medio, y la cocina tras ella. Cada habitación tiene su propio baño, y en frente a todo esto hay una gran piscina, para los que quieran usarla, aunque estemos entrando en otoño en días más.

Llegamos a la habitación de Tamirá, Andree toca la puerta suavemente, cuando su madre nos recibe, ella nos brinda una leve sonrisa y nos permite pasar.

—Los dejaré, sólo estira la frazada, no está durmiendo, se está escondiendo —nos asegura cuando se va, Andree y yo no podemos evitar sonreír, así que hacemos caso a la madre de Tamirá y estiramos las sábanas, dejándola al descubierto.

Ella tenía los ojos llorosos, así que no pude hacerme del duro esta vez, fui a sentarme en su cama, Andree la ayudó a levantarse, y allí la tomé en mis brazos, donde se desparramó por completo. Sus lágrimas comenzaron a bañar mi remera.

— Shhhhhh —acaricio su espalda mientras Andree sólo se sienta del otro lado de la cama— Nada de lo que pasó fue tu culpa.

—Sí lo fue... —dice entre mi cuello— Si tan sólo lo hubiese... ¿Cómo no me di cuenta?

—Eres humana —responde Andree— y no fue un error, simplemente, estabas viviendo la vida como todos nosotros, hayas o no tenido esa habilidad, Helios ya tenía el rastreador, iban a llegar de todas maneras.

—Pero no se iban a llevar a Zafiro... —acusa sollozando mientras se sienta bien y toma su rodilla— Ya puedo leer el futuro de nuevo, y veo todas esas cosas sobre tu cabeza, pero ya no debo confiarme a ello.

—Nunca debemos confiarnos a nada —le aseguro— Yo soy el vivo ejemplo de ello. Me creía el máximo de los Dominis, el dueño de la verdad, pero no... yo no lo soy. Me equivoqué en muchas cosas, de las cuales me arrepiento, pero el presente está, y el futuro tiene mil posibilidades, así que, sólo hagamos que esto no sea una tragedia.

—Pero aún no pasa lo peor —dice apretando los labios— Lo peor vendrá, cuando tengamos que ver a Amit, y no sé si estoy preparada para ello, no sé si quiera morir.

—Tamirá —decimos al mismo tiempo Andree y yo.

—Hay sólo un 1% de posibilidades de que salga con vida Helios, pero sabes que yo, estaré siempre para ti... y no, una tragedia no la evitas encerrándome.

Como la gota china, toda esta situación, viene de apoco, pero quiebra mi alma al fin y al cabo.

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