Recogeré mis pedazos
Estábamos bebiendo un poco de vino, Berenice consideró que no está mal beber un poco, pero sólo los que teníamos 18, según ella, de vez en cuando hay que desinfectar el alma, la verdad que yo sólo tomé la oportunidad que me ofrecía el destino, suele ser muy estricta, pues últimamente no me deja tomar ni café. Lo cual me genera un tic, en verdad necesito beber café.
Tamirá estaba realmente sorprendida por lo que les estaba contando. La música sonaba con el volumen justo, mientras los chicos reían y contaban chistes, en un rincón estábamos Ander, Gizah, y Tamirá, nadie más.
—No estaba en mis probabilidades, pero ahora tengo un abanico de cosas posibles y me encanta, debemos ir. —Tamirá sonríe.
—No sé si debamos —contesto bebiendo nuevamente la bebida espirituosa— O sea, sí quiero ir, pero que tal si es una trampa, ¿que tal si alguien está jugando conmigo?
—Todos jugamos contigo Helios —contesta Ander de manera que me llega a ofender un poco, pero por un lado, tiene razón el maldito— Si mi hermana está ahí, debes ir, y yo te prestaré mi collar, en realidad, les prestaré a ustedes dos —dice separando el collar el dos partes, como si fuese que sólo era una rosca sobre otra— Los hará imperceptibles en sus saltos, ningún Nemosorum, al menos que los conozcan, sabrán que están en la fiesta.
Miro el collar, luego a Tamirá, y me imagino el desastre que podría desatarse si es que nos descubren, de ser así, no podría ir sólo con Tamirá, debería llevar refuerzos, pero si llevo refuerzos pintará que voy a atacar, y justo, eso no quiero hacer esta noche, menos ahora que tengo a los equipos bien preparados.
Mis líderes están con su escuadrón Sofi, Uriel, Alanna, René y Ada estarán a cargo de cada equipo, en un principio quería hacer 3 grupos de 5, pero Ander me hizo cambiar de opinion, haciéndome ver que más podrían ser menos, y que menos podrían terminar dándome más.
Reorganicé sus zonas, y les encargué la búsqueda respectiva de nuevos reclutas para dentro de un mes, ellos los entrenarán, y al cabo de 15 días finalizado su entrenamiento deberán enviarlos aquí para que Andree, Fran y Fer les entrenen según sus especialidades, ordenado, pulcro, organizado, bien estructurado como a mí me gusta.
No habría fallos, y por ende, yo no debo pisar en falso, puedo estar enamorado de Zafiro, puedo afrontar el dolor, pero como líder no debo bajar la cabeza, tengo que poder llevar esto al frente, y por ello dudo. Sí, evitar no sería una buena estrategia, pero verla de nuevo... ¿Podría soportarlo?
—No lo pienses —dice Ander de nuevo cuando mi hermana me agarra del antebrazo y con la mirada aprueba las palabras de Ander.
—Hagamos caso a tu cuñado —Tamirá no desperdicia el tiempo para molestarme con eso.
—Tamirá —digo entre dientes, mientras Ander en verdad disfruta ver mi reacción— Basta.
Respiré profundo, y lo acepté, quizás sea un trampa, quizás y beberé un trago muy muy muy amargo, pero la verdad, necesito ver qué puede salir de esto, qué podemos lograr con esto.
—Bien, despedimos a los chicos, y nos vamos.
—Anda a ponerte guapo hermano —dice Gizah— Debes ir a recuperar a tu amor.
—Deja de decir esas cosas, o juro que ya no hablaré ante ti.
—Se avergüeza de su lado tierno —asegura Ander mirando a mi hermana, burlándose de mí, mientras Tamirá termina lanzando una gran carcajada.
Malditos, pero no estoy de humor, así que voy hasta donde se encuentran mis soldados, y los miro a todos con mucha esperanza, y con toda la fé del mundo de que sea lo que sea que les toque enfrentar, sabrán cómo sortear esa situación.
Bajo mi vaso, y por alguna extraña razón miro a Julia, quien parece estar temblando, con miedo, mira a cada uno de sus compañeros, y sé exactamente lo que está pasando por su cabeza, el terror de dejar lo desconocido, vi esos síntomas en Zafiro, en Franco, en Ebe, y ahora en ella, el miedo a la muerte, es un miedo que no nos dejará jamás, es tan impredecible pero a la vez tan segura, que no sé cómo despedirlos dándole fuerzas, si al final, sé que todo lo que sienten los hacen buenos soldados. El miedo, la rabia, la valentía, todo eso los hace al final.
—Chicos —alzo mi voz cuando por primera vez en los ojos de Berenice veo reflejado el orgullo de verme tomar la posta, hace bastante no lo hacía— Esta noche, marcan un importante final a una etapa que duró muy poco. Vivieron batallas, se echaron unas cuantas tonterías, algunos enfrentaron a la muerte, y otros lo sortearon con valentía y fe.
>>Nunca les dije que esto iba a ser fácil, ni mucho menos seguro, estamos sobre las bases de algo incierto, por más de que algunos podamos ver las posibilidades, o curar las heridas, o revivir a los muertos. No hay garantías de que mañana veamos el sol brillar, pero sí de que estará allí arriba para todos los demás, y ese es nuestro trabajo, garantizar que todos lo disfruten.
>>Una vez una niña me planteó que el mundo sería mejor sin humanos, la naturaleza se adueñaría de las ciudades y volvería a florecer lo que amenazamos, y en ese momento, yo aún no era un Dominis, pero tenía algo muy claro, si no estábamos nosotros ¿quién iba a admirar tanta belleza? Somos seres corruptibles, y a veces damos asco, cometemos atrocidades, pero no todos los humanos son así.
>>Su misión como Dominis es proteger la vida, sea cual sea la forma de esta, sea cual sea su defecto, para eso nos hicieron. Quiero que sepan que afuera, ustedes lucharán con lo que llevan en sus corazones y con los que les quieren hacer más daño. No dejen que nadie lo haga, sean ustedes y amen lo que tienen, disfruten de la vida y respeten su misión.
>>Y si el dolor se instala en sus pechos, no olviden a sus compañeros, a partir de ahora son sus amigos, su familia, cuídense el uno al otro, y tengan siempre en su cabeza, el día que las cosas salgan mal "Yo puedo con esto, sólo déjenme recoger mis pedazos"
>>No duden el llamarme si me necesitan, siempre estaré para ustedes. Y no teman a la muerte, ella no es amiga ni enemiga, es sólo una conocida.
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