Plan Jaguareté
El plan zorrillo fue uno de los primeros planes que ideé cuando tomé el mando del campamento, simplemente, debíamos sellar el lugar si el domo corría riesgo de debilitamiento, fue el mismo que Ebe obligó a Zafiro ejecutar cuando yo estaba herido. Sólo que luego de eso, sufrió algunas modificaciones.
A este plan le agregué que cada 48 horas, un Dominis debía aparecer a 50 km de la primera casa a la que fuimos a vivir, luego se generaban una especie de patrones para evitar que siguieran la ruptura de los saltos, por lo que cada 20 minutos se realizaban saltos al azar por parte de otros Dominis, a cargo del Dominis perdido quedaba descifrar la siguiente zona, y es allí en donde debía esperar a quien lo llevaría de regreso a la zona segura.
Lo hicimos así, porque debemos garantizar la seguridad de todos, y no hay mejor aliada en esos casos que las matemáticas.
Terminé de hacer mis cálculos, y tomé el radio de 50 km como referencia, para terminar en medio de un pequeño pueblo. Ander y yo estamos sentados en una plaza lo suficientemente expuesta, como para considerarla segura. Sin embargo, es justamente por eso que lo es.
—¿Cuánto tiempo falta? —pregunta Ander.
—10 minutos —respondo mirando a todos los alrededores, ¿alguna vez escucharon la frase "Pueblo chico infierno grande"? bien, es justamente eso este lugar; la gente no deja de mirarnos, somos completamente extraños para ellos, y estamos muy cómodos en un lugar que no nos corresponde.
A eso, se le puede sumar el hecho de que no puedo mirar a Ander. Me lleno de vergüenza, por que simplemente ir a esa casa me trajo recuerdos placenteros, que no serían precisamente los que compartes con el hermano de la persona con la que te has pasado bien.
Y para ser muy honesto conmigo, mi cabeza está llevando un poco en serio esto de recordar a Zafiro, no para en traérmela en cada situación en la que nos hemos encontrado, desde lo más vergonzoso hasta lo más loco.
Aquella vez que la vi desnuda en el río a causa de esa serpiente, acaba de convertirse en una constante en mi cabeza, y ya sé que no es necesario que lo repita, pero por todos los cielos, esto es lo más incómodo de la vida, tener ese recuerdo en la mente, y al hermano a lado.
Me toco la nariz, me friego el rostro, muevo los pies compulsivamente, como si me estuviera agarrando el síndrome de abstinencia, y no sé por qué me ataca justo ahora, no recuerdo en todo este tiempo haber traído a Zafiro de esa forma a mi cabeza.
—¿Qué diablos te pasa? —pregunta cansado— No has parado desde que te hice aquella pregunta, mira, en serio, sólo estaba jugando contigo, no te haré nada si fuiste novio de mi hermana.
—No fui su novio... — respondí rápidamente, él levanta una ceja sugestivamente y sonríe.
—En el recuerdo había mucha tensión entre ustedes, y vamos, los Lamied tenemos un encanto particular, así que, no me niegues...
—Tu hermana me encantaba —confieso sin pensar y su mirada cambia de espectador a juez— Lo siento, no es la forma de decirle a alguien que su hermana...
—¿Qué su hermana está buena?
—No quise decir eso...
—Pero es una verdad —asegura riendo— Tranquilo Helios, no la embarres, dejémoslo así, parece que se adelantaron, ¿esa chica es la que nos busca?
Alcé la vista para ver a Gizah, en una esquina, ella se lleva las manos a los bolsillos, cuando de repente siento el codo de Ander en mi costilla clavándome un par de veces.
—¿Me dices su nombre?
No lo podía creer, el tipo que quería incomodarme con lo que siento por su hermana ahora mira a la mía.
—Es mi hermana —dije frustrado— Y tiene novio.
—¿Eso es un aléjate de ella?
—No... aún.
Caminamos hasta donde se encuentra Gizah, ella mira al muchacho, luego me mira a mí, para tirarse y abrazarme con fuerza, estaba feliz de verme, debieron ser días de intensa búsqueda. Ella suelta un hilo de energía en el suelo, la cual se dispersa como pequeños gusanos en la arena, eso es para avisar a todos que ya me encontró.
—Gizah —la separo de mí— Él es Ander, el hermano de Zafiro.
Cuando terminé de decir eso, ella se abalanzó al chico y también lo abraza ¿Incómodo? ¿Yo? claro que por supuesto que sí. La chica estaba abrazando como si fuese un conocido de toda la vida a Ander, él ni corto ni tonto cedió al abrazo.
—Un gusto —mi hermana se separa al fin— Soy Gizah, era la mejor amiga de Zafiro, yo la conocía —ella comenzó a llorar, y no puedo con esto—. Despertó ¿no es es verdad? La despertaron, y se la llevaron, sentí su energía calar mis huesos, y pude oler la tristeza.
No pudimos responderla ninguno de los dos. Así que sólo apretó sus labios en forma de autoconsuelo, se secó las lágrimas de los ojos y con toda su fuerza de voluntad se puso de nuevo en personaje.
—Saltemos —ordena cuando saca un trozo de madera de la bolsa de terciopelo, y terminamos saltando.
Al medio segundo, los tres estábamos en medio de una pradera, rodeados de pasto, y el sol a tope.
—Caminemos, estamos a 5 km del sello, de aquí nos tomará otros 8 km para llegar a la casa, si nos apuramos llegaremos a las 20:00 horas.
—Genial, llegaremos por la noche —dice Ander sonriendo— Llegaremos para cenar.
—Si tienes suerte hoy no le toca a ninguna de las chicas y Berenice será quien cocine.
—¿Berenice es la...?
—Sí, es tu abuela —decimos Gizah y yo al mismo tiempo.
—Cool —responde cuando su rostro claramente se tiñe de tristeza— Conoceré a mi abuela.
Por un momento caminamos en silencio, bueno, no en silencio, las cigarras se hacían presente cantando con toda la fuerza del mundo, para ser sincero, el sonido me ponía melancólico.
—¿Novedades? —pregunto para aplacar mi tristeza.
—Andree ha seguido cada paso que has dejado de indicación, los nuevos siguen con su entrenamiento, Julia, está mejorando muy rápido, Sofía volvió al día siguiente al entrenamiento, es una chica muy fuerte.
>>Berenice y Etiel no han parado de buscar la forma de encontrar la localización de Zafiro, así también han leido todas las cartas que pudieron salvar de la casa, creo que descubrieron algunas cuantas cosas que te pondrán al día cuanto antes.
>>Saskia está supliendo el lugar de Andree, Ebe se está especializando con Etiel en algunas heridas en particular...
—¿Estás evitando hablar de Tamirá? —pregunto bajo la atenta mirada de mi hermana y de Andree.
—Ella no ha salido de su habitación —dice— No come a no ser que le lleve la comida a la boca, está sumergida en la depresión, no puede creer que no haya podido ver antes que la herida Naim la bloqueaba, ella se culpa.
—De culpas hablaremos... —susurra Ander, y tiene razón, si comenzáramos a numerar las culpas, todos terminaríamos en una bolsa de basura.
—Helios ¿qué haremos ahora? —pregunta mi hermana desesperada, como sintiendo al mundo arder y tiene toda la razón para sentirse así.
—Gizah, me entenderás si no confío en ti... — las palabras salieron de mí antes de que pudiese hablar.
—Terminé con Iam —su confesión suena más a autoconvencimiento que a una declaración— No puedo estar con él —vuelve a llorar, y no sé si debamos detener la marcha para hablar del tema, o simplemente debo ser duro— Yo no puedo estar con quienes trabajan en nuestra contra, lo amo, ¡Dios! pero, hacen cosas malas, muy malas...
—Basta Gizah, no te tortures —le digo cuando la rodeo con mi brazo— No todos podemos estar con quien queremos.
—Tú pudiste estar con Zafiro —acusa Ander con la mirada altanera, y con algo de enojo y picardía.
—El chico tiene razón. —Gizah sonríe y yo la suelto, porque sí me he acongojado.
—Bien, quieres saber qué haremos ahora ¿o no? —pregunto para alejar el tema ahora— Aplicaremos el plan Jaguareté.
El rostro de Gizah se llenó de pavor, decir el nombre del plan simplemente despertó todo bucle que podría contener en su interior, toda cerradura que haya puesto en su cabeza se desbloqueó.
—Lo recordaremos todo, esos dos meses...
—Todo...
—Mmmmm ahora entiendo por qué mi padre te tiene tanta confianza, cuñado...
Gizah rió por las palabras, en verdad le pareció simpático, a mí por el contrario, incómodo.
—Ya te dije que Zaf y yo no...
—No lo decía por ustedes...
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