Mi nueva aliada

Todo había sido tan fácil. El cuerpo de Zafiro conmigo, Dara de mi lado, Hugo inhabilitado por un tiempo, ¿qué mejor que esto?

—Lior, ¿qué estamos haciendo en medio del bosque? esto es muy peligroso, podrían encontrarnos aquí. —Dara parece muy nerviosa, yo por el contrario estoy relajado, feliz.

—Estamos esperando un paquete. Necesito que revivamos a la niña ya, pero antes de que lo haga te enviaré lejos de aquí, ella no te puede ver, aún no.

—Temes que la zorrita me mate, ¿no es así?

—Sí, tú viste lo mismo que yo, está cargada de furia, y quien crees que en parte tiene la culpa de que esté muerta.

Dara me da una sonrisa ladeada y luego se cruza de brazos.

—Debes odiarla demasiado por haberte robado al amor de tu vida —aseguro mientras la miro sentarse en una roca.

—Con el alma, pero yo perdí a Helios solita, el día que su hermana nos pilló en... no hace falta decir más...

—Ouhoo ¿tú y Helios? El chico no se anda con tonterías —río con eso.

Dara por el contrario se pone colorada, y una parte de mí entiende por qué actúa tan deshonestamente contra su equipo.

—¿Entonces tú eras consciente de lo que él sentía por Zafiro?

—Toda la vida, creo que desde el tercer grado, sin embargo, me lo confesó en octavo, deliraba por la chica, nunca entendí por qué.

—¿Por qué le gustaba, o por qué nunca se lo dijo?

—Ambas cosas, entenderás, fui su amiga desde siempre, lo amé desde siempre, pero yo para él, era un desahogo, y no voy a negar, que no me importaba, con tal de tenerlo, con tal de que él esté conmigo, sin embargo, las cosas se pusieron muy oscuras, yo hice cosas terribles, pero lo peor es que no me arrepiento de nada.

—¿Y aún lo quieres? —mi pregunta sólo tenía un objetivo, seguir rompiendo su alma.

—Creo que es eso lo que me ha llevado a cometer tantas locuras, estoy enamorada de él.

—Más bien obsesionada, esa es la palabra Dara, estás loca, pero, se entiende... ¿Te cuento un secreto?

La chica ni siquiera se ofendió con lo que le dije, creo que ella es consciente de que lo que hace está mal, pero continúa haciéndolo. Es de las que les gusta ganar, controlar, y tener todo a su favor, ella debería haber estado con los Nemosorum desde un comienzo. Estaba atenta, mirándome fijamente, en verdad quiere saber lo que le voy a decir.

—Helios nunca confesó a Zafiro lo que sentía, por culpa de Lucía, esa mujer lo metía en bifurcaciones, lo estaba evitando, deberías estar agradecida con ella, al fin y al cabo, ella hizo posible que hayas salido con Helios.

—¿Cuál es la relevancia de esa información para mi? —pregunta encogiéndose de hombros.

—Si Lucía evitaba de todas las formas posibles que florezca el amor entre Helios y Zafiro, alguna razón tendrá, y nosotros debemos averiguarla, para así evitar que estos tórtolos regresen.

—¿Crees que al despertar quiera ir junto a Helios? —su voz está colgada de un hilo, el miedo invadió todo su ser, simplemente sonrío.

—Eso no lo sé, pero sí sé que Helios no se rendirá hasta que ella vuelva con él, y nosotros, debemos hacer que ella lo odie, mantenerlo lejos de él, a como de lugar. Si Zafiro regresa, lo debe hacer para nuestro beneficio, quizás podamos solucionar tu situación, y al final del cuento te quedes con Helios.

Termino mi oración, mientras ella se cruza de brazos, mirándome con incredulidad, pero a la vez con esperanzas, como si yo fuese el puto Santa Claus, sin embargo lo que digo es en serio, sólo debemos de crear una estrategia y ya.

—¿Juntos en una fosa de 3 metros? no me vas a negar que quieres matarlo, al igual que todos los Nemosorum, los Dominis son una molestia para ustedes.

—Es verdad, pero a mí me sirve más un Helios sufriendo que un Helios inexpresivo.

—Mmmm.

Sonríe, ella me entendió, y lo peor es que a ella le da igual si él sufre, con tal de tenerlo, de que sea suyo, es lo único que realmente le importa. La entiendo, la verdad que la entiendo mucho más de lo que ella cree.

—Está tardando bastante tu visita —dice mirando el cuerpo de Zafiro con algo de miedo.

—No te preocupes, debe realizar varios saltos para que no la descubran, comprenderás que hay mucha gente tras el cuerpo de la niña. Dime, Dara, alguna vez Helios te dijo qué es lo que amaba de Zafiro.

—No —responde suspirando— Si lo hubiera sabido nunca se hubiesen tan siquiera besado.

—Se besaron entonces... interesante...

Reí de nuevo, si bien, siempre sospeché que Helios quería a Zafiro, pensé que todo eso llegó a una simple confesión, y no más. Quizás por eso ellos eran fuertes. Yo estoy seguro que de no ser por que alguien asesinó a Zafiro, nosotros hubiésemos terminado perdiendo esa batalla, Helios en verdad era indestructible, y Zafiro demasiado inteligente y poderosa.

—¿No crees que sea porque estaba predestinada? o sea, ella es lo designada y él el guardian.

—En ningún lugar dice que ellos deben quedar juntos, así que no lo creo, pero si algún día tengo la oportunidad, se lo preguntaré, me da curiosidad, cómo el chico prodigio del Colegio San Diego, que tenía a todas las niñas a su disposición eligió a Zafiro...

—Hum, no sé si yo lo quiera saber.

El aire comenzó a crujir, eso anuncia una sola cosa, mi visita estaba aquí, con el paquete prometido, al fin, tendré todos los ingredientes para traer a Zafiro.

La mujer apareció ante mí, con Ander atado, e inconsciente, ella vestía como todos los Dominis Domo, el cabello recogido, lista como para alguna batalla.

Dara no puede evitar la sorpresa, sus ojos están tan abiertos, que podría ver su alma desde aquí, ella se acerca más a la mujer quien le sonríe, como diciendo, ya me esperaba esto de ti.

—Te presento a mi nueva aliada... —digo a Dara quien no ha cerrado la boca, y continúa sorprendida, llevada por la nada, como si su alma hubiera sido arrebatada de su ser, como si se sintiese traicionada, o peor aún, como si la vida le hubiese quitado el peso de la culpa de su ser.

—Tía Judith... —susurra llena de intriga.

—¡Dara! ¿Cómo están mis hijos? —Judith sonríe de oreja a oreja, altanera sobervia. Como toda una villana.

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