Mi casa

—¿En verdad lo hiciste? —Lior estaba furioso, pero no conmigo, con Ámbar, no podía creer que se animara a tanto, y yo no podía creer que me trata como a una niñita, si demostré de buena forma que soy un peligro para todos.

—Lior, por favor, déjame disfrutar de este bello momento —pedí sentándome en la cama, estoy envuelta con mi toalla pues acabo de salir de la ducha y me peino el cabello con mis dedos.

—Es que no entiendes. Lo que hiciste es muy poderoso, pero, me da miedo, entiendo, bueno ella te hirió, pero no sé si...

Cuando dudó despertó mi ira, así que me levanté y abrí la toalla para que viera la herida, sus ojos y su expresión quedaron congeladas, no podía sostenerse en pie tan siquiera.

—Wow —suelta de la nada.

—La herida Lior —digo enojada cuando vuelvo a envolverme— Esa mujer me clavó a matar, y la única razón por la que yo no la maté en un comienzo, es porque quería que sufriera, nunca, vuelvas a decir que yo exagero, no seas Helios defendiendo a Dara.

Lior se llevó la mano a la barbilla y pensó lo que iba a decir, sé que mil cosas le pasarán por la mente, pero lo más importante es que yo tengo razón y lo sabe. Quizás no es la forma, pero la chica se merecía un castigo severo.

—Lo siento, es sólo que me cuesta pensar que haya hecho semejante locura, pensé que el lío era conmigo.

—Por supuesto que es contigo Lior, ella tiene la imagen en su retorcida cabeza que la abandonaste, por culpa de una mujer que le robó a su hombre, es tan novelesco, tan cliché ¿Por qué hay mujeres tan básicas?

—¿Matarías a Tamirá? —pregunta casi acusándome y sé a dónde quiere llegar.

—No compares esa vez, con esto, es muy diferente, y no la iba a matar por eso, sólo quería probar a Helios que él no toma buenas decisiones cuando Dara está involucrada.

Lior humedece sus labios y viene hasta mí, por primera vez con el rostro muy serio, en verdad demasiado serio. Yo sólo meto aire en mi interior en un vago intento de creer que es eso lo que mantiene con vida, pero todos sabemos que es sólo un acto reflejo.

—¿Entonces por qué hiciste esas preguntas a Tamirá? —maldita mierda, yo no voy a perder esta discusión.

—Simplemente quería contextualizar a Helios y sus promesas, o lo que él dice o... ¿qué se yo Lior? ¿Me estás montando una escena de celos? —pregunto arrugando el entrecejo.

—No puedo hacerte una escena de celos porque no somos nada Amit, y eso es lo que me preocupa, yo no quiero que te pase nada malo por mi culpa, pero realmente tampoco podemos ser más que ¿fuego? y yo no quiero eso para ti, lo que Ámbar hizo estuvo muy mal, y quien debe decidir su castigo es Hugo, y no tú, ella es una Nemosorum.

—Y yo una Astram —agregué. El punto es que yo soy una intrusa, y me estaba haciendo saber que no podíamos estar juntos— ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Congelarla y llamar por ayuda? ¡No soy una damisela en apuros! ¿O esperar a Hugo y acusarlo? —reí porque me pareció gracioso esto último.

—Eso era lo correcto, debíamos llamar a Hugo y contárselo...

—¿Lo correcto? —pregunto muy ofendida— ¡Me estás jodiendo! Lior hablando de lo correcto... ¿Haces lo correcto Lior?

—Antes que cualquier cosa soy un Nemosorum y hay reglas, nosotros no nos matamos entre nosotros aunque quisiéramos hacerlo, y tú Amit, no estabas castigando a Ámbar, la estabas matando.

—¡Ah! ok, Señor Lior que hace lo correcto, si fuera eso verdad no me hubieses despertado tú.

—Eso es muy diferente, yo sigo sirviendo a los Nemosorum, y Hugo sigue siendo el líder.

—Sirves a los Nemosorum con una gran ventaja, me tienes a mí conectada a tí, me usas...

—No te hagas de la ofendida ni de la víctima que aquí, tú y yo sabemos que a pesar de todo tú me usas a mí, porque no soy yo como Helios que defiende a Dara en esta situación, eres tú como Helios usando a Dara.

Lo miré detenidamente ¿qué carajos es lo que me acaba de decir? Es decir ¿me está acusando de ser como Helios? ¿Cómo se atreve? Volví a fruncir mi ceño, y lo miré con odio.

—Ni se te ocurra mirarme así —acusa apuntándome— Los dos sabemos que lo amas, y lo estás negando.

Me tapo los oídos para no escucharlo, pero él se sienta en la cama y separa mis manos de la cabeza para mirarme directo a los ojos.

—Lo amas Zafiro, por eso te duele ese nombre, por eso te congelaste cuando te llamó Yeru. No soy idiota Amit, si no te hubiera despertado yo, o si tan siquiera no hubieses muerto. ¿Te fijarías en mí? —pregunta cerrando las distancias.

—Yo...

—No, si no hubieses muerto seguirías con Helios, si Hugo te despertaba ibas a tener un vínculo tan fuerte con él que ibas a olvidar a Helios, porque a Hugo lo querías, ibas a estar en sus brazos, y yo sólo sería el chico libidinoso nada más.

Sus ojos se cargaron de algo extraño, algo que no sabía Lior podría trasmitirme, sentía culpa, mucha culpa por las cosas que me estaba diciendo, me encogí de hombros y cuando intenté zafarme cerró más el espacio entre los dos.

Su respiración estaba sobre mi piel, y todo mi interior se hizo tormenta, mi estómago se volcó, de culpa y placer.

—A mí no me importa que me uses, en verdad, pero debes admitirlo que lo haces, y comenzar a respetar las reglas Amit, no matas a ningún Nemosorum, podemos pelear, romperle las costillas si quieres, pero no nos matamos ¿Ok?

—Está bien —respondo cuando él me soltó y tomó mi cabeza para darme un beso tan fresco, tan extraño, de esos que no nos habíamos dado nunca, este era suave, delicado y vertía otra sensación en mí, cuando se separó de mis labios me observó con algo de tristeza y melancolía.

La toalla que tenía puesta no estaba tan bien puesta y terminó deslizándose, entonces él la tomó y me lo volvió a colocar, no sin antes rozar mi piel y encenderme.

—Tú no necesitas nada Amit, eres perfecta, yo sólo soy tu ancla a la cordura, y en verdad te quiero, por eso no me molesta reconocer que Helios sigue en tu cabeza, pero no quiero que lo intensifiques, quiero algo contigo de verdad, me gustas, eres única, bella —acaricia mi cuello con la yema de sus dedos y luego mete su mano entre mis cabellos— Caliente, eres todo lo que quisiera probar ahora mismo, pero yo no me haré eso, porque nunca estuve tan pendiente de una chica, a mí no me gusta sufrir.

>>Yo seguiré con mi vida, afuera, hasta que tú me digas que ya no quieres que sea esto, pero esta es mi manera de romper almas, y creo que ninguno de los dos está para jugar con el otro. Si me quieres, tuyo seré, pero cuando reconozcas que sólo buscas borrar algo de aquí —toca mi cabeza con un dedo para luego retirar sus dedos de mi cuero cabelludo y levantarse de mi cama.

>>Ahora, olvidemos todo esto, cuando regrese Hugo se lo informaremos, lo único que me quedó pendiente es ¿dónde quieres ir hoy?

—A mi casa, creo que quiero ir a mi casa.

Él me ofrece una sonrisa de complacencia, me hace una mueca con la que me avisa que eso es lo que haremos y se va, me deja sola con todos mis demonios, y las ganas de que todo lo que me dijo sea mentira.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top