Entre cenizas y la locura
Tamirá y yo entramos a la disco sin problemas alguno, mientras hay dinero en las manos de los guardias ni miran a los que entrarán, y por suerte no hay ninguna persona conocida.
Según cree Tamirá los líderes estarán ocupados trabajando con cosas más importantes y quizás este trabajo más bien es una forma de distraer a Zafiro, si bien ella se convirtió en valiosa cuando consiguió piedras, no es que fuese ese el objetivo principal, y estoy de acuerdo.
Muy probable que Hugo herido en su ego decidió enviar a Lior aquí con Zafiro, para evitar que su botín de guerra se exponga, o mejor dicho que Lior presuma lo que él no pudo lograr.
Debo admitir que en su lugar también me sentiría así. Supongo que se habrá desvelado para conseguir a Zafiro, y terminó siendo otro el que ejecutó su plan, desafiándolo como líder, yo no sabría sobrellevar esa situación.
La música estaba muy fuerte y el reloj marcaba las 00:56, la disco estaba super poblada y más porque es fin de semana, un viernes perfecto para iniciar una aventura descabellada.
-Bien -Tamirá y yo vamos caminando de la mano para no perdernos y para simular que venimos juntos, es como ser espías- Aquí no pedirás agua amigo -me empuja a la barra-Hoy tomamos algo fuerte.
La última vez que tomé algo fuerte fue el día de mi cumpleaños en el concierto de Salamandra, y terminé pidiendo a Dara que sea mi novia, luego de eso vi a Zafiro en casa, y hubo una persecución algo extraña, en donde el alcohol empujaba mi razón, pero por suerte ganó la cordura.
-BIEN -digo sobre la música que sonaba fuerte- Supongo que sí, hay que entrar en personaje.
-Un whisky en las rocas y un mojito por favor -pide Tamirá guiñando el ojo a la chica que nos atendía, la misma devoró a mi compañera con la mirada y con una sonrisa fue a hacer el pedido- Es hermosa -aseguró.
-A veces pienso que debías ser una Nemosorum, y no una Dominis.
-Lo dice el niño puro y santo... manejar luego de tomar whisky es un delito -ríe cuando la camarera nos entrega las bebidas, yo miro a Tamirá y le doy un trago al vaso- ¡Nada de alcohol había dicho Berenice! Lo había olvidado, pero fue ella quien nos sirvió vino hoy, no creo que se enoje -bebe de su mojito en lo que yo doy el segundo trago a mi bebida.
Tamirá comienza a mirar a todas las direcciones cuando me estira para colocarme bruscamente frente a ella, como si la estuviese coqueteando.
-¡Gran puta!
-Dijo la delicada princesa -alegué cuando ella casi derrama su mojito sobre ella.
-Ni se te ocurra voltear...
-Por...
-¡Dios es hermosa! ahora entiendo por qué están medio idiotas Hugo y tú.
-¿Es Zafiro? -me apresuro e intento voltear cuando Tamirá me detiene.
-Ni se te ocurra girar, están mirando hacia abajo... ¡Oh Mierda! -exclama bebiendo de un trago su mojito.
-¿Qué ocurre? -pregunto nervioso, pero Tamirá sólo niega con la cabeza.
-Es tan sexy... -arruga su nariz cuando dice esto y algo en mi cabeza no encaja.
-Zafiro y sexy no es que me sea sencillo acomodar en una oración ¿Qué diablos es lo que ves?
-Bien, Helios, te prepararé el terreno, la niña lleva unas botas bajas, unos pantalones muy ajustados, poooor favor de ajustados, ¿sabías que tiene un buen trasero? -pregunta prácticamente babeando, lo cual en serio me provoca más en mirarla- Una chaqueta de cuero, y un diminuto top, el cabello suelto... es caliente.
En verdad yo no lograba encastrar esa descripción en mi Zafiro, sí, suena caliente, mucho, pero Zafiro así de caliente, la niña tímida, angelical y temperamental.
-Contaré hasta tres, y giras rápidamente a verla... -afirmo esperando la orden- Uno, dos y tres, ahora.
Cuando lo hice, mi ser entero me obligó a volver al vaso y beberlo de un trago, tal como lo dijo Tamirá, ella estaba vestida para matar, y acaba de hacerlo conmigo, nunca creí que podría provocarme tanto calor con una sola mirada.
Volví a mirar hacia la baranda del segundo piso donde ella estaba para verla de espalda. Su cabellera llega justo al tope de sus caderas, y su cuerpo entero era como un bello instrumento que espera ser ejecutado.
Pero la magia se volvió en tortura cuando vi a Lior rodearla con sus brazos, uno de cada lado de su cuerpo, muy cerca de ella, él la coqueteaba, lo sé, porque sus ojos brillan y sonríe de forma galante, por supuesto que en su lugar yo haría lo mismo.
Apreté tan fuerte el vaso que se rompió en mi mano.
-Respira -Tamirá no ha dejado de mirar la escena cuando yo intentaba disculparme con la camarera por el desastre- Aún no has visto lo peor -sus palabras salieron arrastradas cuando ella tomó mi antebrazo con fuerza- Si vinimos aquí fue en carácter de espías, no lo arruines Helios, me oyes...
-¿Por qué me dices eso? -ella hace un gesto para que vuelva a mirar arriba, y nada se compara con la angustia que estoy viviendo.
Lior besó a Zafiro, y ella estaba correspondiendo al beso. ¿Si estoy bien? No, por un demonio, no.
-¡Al carajo! -digo, cuando intento ir por Lior, pero Tamirá me aprieta el brazo.
-No eches a perder el poder del collar, piensa un segundo... -me insiste- Piensa por un momento ¿qué te dijo Ander que debías hacer?
-Encontrar el bastón -respondo apretando fuerte la mesa, la imagen de él besando a Zafiro seguía en mi cabeza- Robar el bastón a Lior.
-¿Dónde crees que esté? -pregunta como si me estuviese realizando unos primeros auxilios psicológicos.
-Con él...
-Si lo atacas ahora...
-Pierdo el bastón.
-Y...
-A Yeru... ¡Pero con una mierda ya la perdí!
-Le dio un beso Helios -dice mirándome fijamente- ¿qué crees que ella sintió cuando te vio a ti y a Dara besándose?
-¿Lo hizo? -pregunto enojado, no sabía eso, mi amiga afirma y eso me hace sentir del asco, ahora sé muy bien lo que ella sintió.
-¿Qué crees? -repite cuando suelto la mesa y me relajo- Que su alma estaba entre las cenizas y la locura.
-Tal cual mi amor, ahora, con esto, nos vamos. Y mañana volveremos, hasta tener un patrón y si hacemos bien esto, te juro tendrás tu Vendetta Anta...Vamos...
Como si dejara un miembro en el campo de batalla, así es como me voy, pero haré lo que dice Tamirá, yo seré más inteligente y calculador, al fin y al cabo ¿no soy yo el chico que la volvía loca? Estoy seguro que no importarán los brazos o besos de Lior cuando sea yo quien la tenga pegada a mi cuerpo.
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