Bella Julietta
Había hecho un domo en el que cambiamos los 5, Tamirá me dio indicaciones específicas de cómo debía realizar el escudo, me pidió no usar mucha energía.
Lo quería como cuando Lucía rompió el escudo, insistí en que había mejorado la técnica, pero no, no me dejaba hacerlo.
-Helios -Tamirá me aprieta el hombro- Hacia el sur, con tus ojos en alto, no decaigas.
Mi alma se colmó, con notas suaves, como si la luz se hubiera hecho de nuevo ante mis ojos. Tamirá apretó más fuerte mi hombro y miró arriba, donde yo la veía.
Su cabello largo estaba en alto, su piel brillaba ante el sol, y su postura era la que siempre quise ver. Una chica segura, erguida, decidida.
Mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza, mientras que mi estómago parecía estar de viaje, sentía caerlo al abismo, volver y caer de nuevo.
Zafiro, bella, mi bella Julietta estaba mostrándome algo que no sabía podía vivir. La ansiedad y desesperanza.
La brisa acariciaba su cuerpo haciendo volar sus cabellos, mientras al fin la sentía yo a ella, el enojo que pudiera trasmitirme me importó nada, yo estaba embotado, sin poder pensar con claridad.
Hasta que detrás de ella apareció Lior, se paró de su lado y lo que creció en mi corazón fueron celos, y unas ganas inmensas de romper la cara a ese tipejo.
-Ni se te ocurra hacer nada aún, te estoy leyendo Helios y entiendo que quieras ir a por ella, pero no, aguarda, la tendrás más cerca, muy cerca, pero espera.
Respiré hondo, no voy a arruinar ahora mismo el plan de Tamirá, me mordí el interior de la mejilla y pensé en que ahora mismo estoy en medio de un gran problema, uno que no puedo explicar, porque recuerdo cada maldito momento, y necesito tenerla a mi lado.
Y no sé cómo expresar lo que siento al tenerla tan cerca, es como si en mis oídos comenzará un gran concierto de confusión y dolor. Me estoy volviendo loco, como si el cielo estuviera por caer sobre mi cabeza, como si el suelo me lo sacaran, y caigo, caigo, caigo al fondo de la nada.
Lior le susurra algo a sus oídos y ella le brinda una pequeña sonrisa complaciente. No hay palabra alguna que me describa ahora.
Colérico, enfermizo, iracundo, con la sangre hirviendo, y con la cabeza girando, esa sonrisa, sólo la vi 2 veces, cuando Hugo fue por ella al colegio y cuando nos besamos por primera vez. Lior no era digno de ella.
-Helios -Ebe me habla suave- Respira, suavemente, tu pulso ha subido, no controlas tu respiración.
No despego mis ojos de la escena mientras Zafiro y Lior bajaban de la elevación de rocas y venían más cerca a nosotros, yo sólo la seguía con los ojos cargados de ganas de ir por ella. El único sonido de fondo, era la arena caer a causa del trabajo de Andree.
-Tamirá -dice Saskia- Ellos no se afectan con mi poder ahora, él es trastemporal, y Lior está conectado a ella.
Sabía muy bien lo que significaba las palabras de Saskia, todo pintaba a peligro en todos los sentidos.
-Lo sé -responde Tamirá- No es de ellos de quien huiremos.
Zafiro y Lior nos miraban atentamente, ella parecía analizar las posibilidades, arruga un breve momento su nariz y parece que tiene ya la respuesta a su cuestión. ¡Dios, cómo hace para volverme tan loco!
-Helios -vuelve a llamarme Ebe y ya sé qué me dirá- Tu pulso cardíaco está arriba, respira tranquilamente.
-Haz caso a la niña -pide Saskia en lo que intento hacerlo.
Para cuando cerré los ojos tenía a Tamirá rodeándome el cuello con sus brazos. Sus labios estaban pegados a mi oreja derecha y lo que dijo congeló mi sangre.
-Pase lo que pase, no es tu culpa Helios, estoy intentando por todos los medios que resulte bien, pero las posibilidades son bajas. Prométeme que no te culparás.
Tomé por la cintura a Tamirá para corresponder el abrazo, yo sé que esto es difícil y lo es el triple para mí, pero me apegaré a las órdenes de Tamirá, para que ella salga bien.
-Ritmo cardíaco regulado -informa Ebe.
Tamirá se despega de mí, no sin antes dar un beso en mi mejilla, era, como si estuviera despidiéndose de mí, y no quisiera que fuera ese el caso.
-Lior, en verdad me das permiso... -la voz de Zafiro sonaba fría, pero aún así me llenó de gozo oírla.
-Es todo tuyo hermosa, sólo no te alejes de mí.
-Nunca...
Esas palabras golpearon mi ser por completo, porque ella le habla con tanta confianza y respeto a ese hombre, y a mi me hablaba con miedo y desobediencia.
-Sabe que te afecta -Tamirá me habla por una bifurcación- Lo que pasará a continuación será traumático, pero, por favor, concéntrate en Zafiro, intenta encontrarla en esa montaña de odio.
Tamirá suspiró, y en eso Andree dio el ok de haber encontrado las rocas, y tal como pidió mi amiga, una le dimos a ella y la otra a mí, la tercera la custodiaría Andree, Ebe y Saskia.
Cuando todos teníamos la roca en nuestras manos, comenzó el verdadero terror. Mi escudo explotó con una simple mirada de Zafiro.
Lior liberó sus sombras y la chica comenzó a arrojar pequeñas bolas de energía a todos. Mis compañeros se defendían creando escudos, pero esas sombras nos obligaban a retroceder, cada paso atrás era uno de Zafiro adelante.
-¡Hermana! -grita Ebe- ¡Basta!
Cuando ella dijo esto, en un parpadeo comenzó a levitar, Zafiro la había levantado tan alto, que estoy seguro si la soltara, la pobre Ebe se dañaría.
-No vine por ti Ebe, pero más vale que te mantengas callada. -la voz de Zafiro se impuso.
Ella soltó la energía que rodeaba a Ebe y la dejó caer, pero fue salvada por un centenar de sombras que detuvieron su caída, pero sus gritos de desesperación me obligaron a correr junto a ella.
Arrojé un poco de energía al manojo de sombras y estas desaparecieron, Ebe parecía desesperada, traumada por lo que acaba de pasar.
-¡Ebe y Andree! -grita Tamirá- SE VAN AHORA.
Cuando lanzó la orden yo estaba lejos de ella, y creo que de esto es de lo que hablaba cuando pedía que no me sienta culpable, acabo de cometer un error.
Ebe y Andree salieron de escena y se llevaron una de las piedras al campamento. Mientras Tamirá fue acorralada por Zafiro.
Los ojos de terror de mi amiga, me obligaron a no ir por Lior, quien estaba sentado sobre una roca, cuando vi que soltó hilos de energía al suelo, como enviando un mensaje a alguien.
Zafiro tomó del cuello a Tamirá y de su bolsillo saco la piedra que ella custodiaba.
-Eres muy bonita -dice Zafiro, llenando mi alma de miedo- ¿Acaso Helios te lo dijo alguna vez?
-Nunca -responde cuando llego lo más cerca que puedo sin comprometer la vida de Tamirá.
-No mientes... -aprieta más su cuello- ¿Te gusta?
-N...o
-Ha prometido cuidarte.
-Sssí... -tose por la falta de aire y mi cuerpo no responde por el miedo, así que la arroja al suelo, haciendo que su cuerpo rebote contra las rocas.
-Veremos si lo cumple contigo, veremos si en verdad puede cuidarte.
Zafiro alzó 4 paredes de inmensa energía alrededor de Tamirá, no sin antes arrojar energía en sus grandes articulaciones, para inmovilizarla.
-¿La puedes salvar Helios? -pregunta mientras que las paredes van cerrándose más y más- Quiero saber si puedes cumplir tu promesa con ella.
Y allí Tamirá me mentió en una bifurcación, tan corta pero bifurcación al fin.
-Ve por ella, no pienses en mí, o no podrás salvarme, Saskia no dejes que Lior se acerque, ataca.
Tamirá comenzó a gritar de dolor dentro de su pequeña cárcel, cuando los golpes de la pelea de Saskia y Lior se levantaron.
Corrí hacia Zafiro, ella hizo lo mismo, no piensa atacarme con energía, ha elegido el cuerpo a cuerpo.
Cuando la tuve tan cerca a mi, usé la piedra a mi favor, el problema es que ella también tenía una.
Los golpes se hacían más fuertes, pero yo sólo podía pensar en que la tenía cerca, y de nuevo, me traía a la realidad los gritos de dolor de Tamirá y sólo hay una forma de salvar a mi amiga.
-Vas a sufrir Helios, te sacaré el alma, y te quedarás sin nada, te condenaré a ver morir todo lo que juraste proteger, porque no lo pudiste hacer conmigo.
Oír sus palabras me llenaron de claridad, ella estaba furiosa porque no la cuidé cuando prometí que lo haría, pero no podía dejar que Tamirá pague mi error.
En medio de nuestra lucha, Amit me arrojó una bola de energía, la cuál absorví y la revertí contra ella, pasé un lazo de energía bajo ella y la tumbé. Sigue teniendo los mismos puntos débiles.
Cuando ella cayó al suelo me apresuré a ponerme a horcajadas sobre ella.
Creé de nuevo una especie de energía en mi mano en forma de navaja, y la puse contra su cuello.
-Zaf... -la llamé- ella no merece pagar mis errores, detente -supliqué.
-Me llamo Amit -respondió y con tan sólo parpadear me arrojó contra un árbol cerca de Tamirá- Y todos pagarán tus errores.
La respiración se me iba, pero no voy a dejar que Tamirá muera, no así. Me volví a levantar, y caí rendido a los ojos envenenados de mi predadora. La lucha de Saskia no me preocupaba, lo único que me afligía era que yo estaba totalmente ido, ante la hermosa joven que tenía en frente.
Hermosa y oscura mujer que tenía frente a mí.
-No puedo ni siquiera atacarte con todas mis fuerzas -confesé embotado- No podría perdonarme si llegara a dañarte.
-No pensaste así cuando cerraste mis heridas ¿lo recuerdas? o la cantidad de veces que dijiste que me odiabas Helios... -ella comenzó a preparar un pétalo de flor en la punta de su dedo, conozco el poder de eso, en verdad ella planea matarme, pero no temo a ello, si ella lo hace- Cuando me rompiste en pedazos las veces que se te antojaba, no pensabas en eso.
-Fui un idiota. Mi Yeru...
Cuando la llamé así, por un breve instante vi que su expresión parecía confundirse, sin embargo, el grito de dolor de Tamirá me trajo de nuevo.
Aproveché ese espacio, y fui corriendo hasta las paredes de energía, coloqué mi mano sobre uno de los muros y estos desaparecieron, entonces tomé a Tamirá en mis brazos, e intenté contener su llanto de dolor.
-Con que a ella sí la proteges -su furia se incrementó- A ella la salvas de la muerte -su voz se volvió más dura, más fría- Y a mí me dejaste morir... Por eso será ella quien muera primero.
Zafiro arrojó el pétalo de rosa directo a nosotros, y cuando Tamirá se preparó a recibirlo, grande fue nuestra sorpresa, de que la misma fue desviada por centímetros, a causa de otra bola de energía que impactó contra ella.
Las lágrimas de Tamirá seguían empapando mi ropa, cuando mis ojos dieron con nuestra salvadora.
Dara estaba ante nosotros, apuntando a Zafiro con una gran bola de energía.
-¿Estás bien? -susurró a Tamirá mientras observo atentamente a las chicas, y las explosiones de la pelea entre Lior y Saskia se intensificaban.
-No -responde mientras su cuerpo comienza a levitar, Zafiro no se rendirá.
-Vaya Helios -dice ella- Esto será interesante.
Tira un shock de energía a Dara y con un pequeño gesto la hizo arrastrarse hasta ella.
La tomó del cuello, y a Tamirá la puso de cabeza, mientras creaba una especie de sierra de energía cerca de la cabeza de mi amiga.
-¿A quién vas a salvar? -pregunta.
-Basta Yeru, mátame a mí, y deja a ambas -ella apretaba más fuerte el cuello de Dara y acercaba más la cabeza de Tamirá a la sierra.
-¡No te atrevas a llamarme Yeru! No cuando me dejaste morir. Yo era Tamirá aquella noche, y tú elegiste a la rata de tu ex, y no porque sea tu ex, si no porque siempre creíste en ella.
-Siempre fui más importante que tú -provoca Dara cuando Zafiro le golpea el estómago y la chica grita.
-Es evidente que prefiere a las zorras mentirosas.
Tamirá lloraba, y yo no sabía hacia donde ir, simplemente quería que todo esto se detenga, y regresar el tiempo.
-¡Basta! -pido de nuevo.
-Tic tac Helios ¿A quién?
-No voy a elegir -grité, cuando Tamirá grita del susto, Zafiro la acercó más a la sierra.
-Pero conmigo lo hiciste. Ambas morirán, una por mentirosa, y la otra por ser víctima del destino. Y sólo para que sufras antes de que te mate Helios.
-¿Por qué te enoja tanto que Dara sea una mentirosa? -pregunto rozando la desesperación.
-¡Me estás jodiendo! -exclama- Por su culpa estoy muerta.
-A ella la robaron Zafiro.
El silencio se hizo de nuestro lado mientras todo se oscurecía a causa de la cantidad de sombras que rodeaban el lugar. Zafiro dejó caer el cuerpo de Tamirá a mi lado, y me arrastré en el suelo para auxiliarla.
-No lo sabes -dice respirando agitadamente- ¡Maldita perra! -grita a Dara quien comienza a reír, esa chica está realmente loca.
Zafiro arroja a Dara contra el suelo para luego subirse sobre ella, cuando estoy por ir a ayudarla, Tamirá me detiene.
-Por tu culpa estoy muerta, y no se lo dijiste, no le dijiste QUE TÚ REGALASTE LA PIEDRA A LOS NEMOSORUM Y FINGISTE SER ATACADA.
Quedé quieto, mi respiración se fue y podía sentir la ira crecer en mi pecho, no puede ser verdad. Lo que Zafiro dice no puede ser verdad.
Miro a Tamirá y ella afirma, es así, es como dice Yeru, Dara lo fingió todo.
-Sí, y me alegra que estés muerta, no te quedaste con Helios.
Zafiro creó una especie de lanza y estaba por encerrársela en la cabeza de Dara, cuando su cuerpo es atacado con energía de color púrpura, Pérfugas.
Levanto a Tamirá a duras penas, cuando me fijo que Dara tomó la piedra del bolsillo de Yeru, y salió corriendo de la escena.
Mil Pérfugas aparecieron, cuando la chica se levantó contra ellos, le habían arrebatado su momento de venganza.
-¡Saskia! -grita Tamirá con fuerza- Ahora, ya, ya, ya.
Tamirá levanta la mano derecha y del lugar donde Andree había cavado salió una especie de red, eso lo hizo con la energía que Ebe le dio.
La red cayó contra el suelo y Tamirá golpeó la medalla de Ander, cuando Saskia detuvo el tiempo. La red en el suelo nos absorbió y lo último que vi fue a mi Yeru buscando cobrar lo que acaban de arruinarle.
Mi bella Julietta está cargada de odio por razones más que válidas.
Ahora que aparecimos en medio del campamento, a lado de Ander, no tengo cabeza más que para pensar en cómo borrar todo el dolor del corazón de Yeru.
-La medalla los trajo hasta mí a los tres, sin romper el sello del campamento -dice Ander.
-Sólo dos -dice Tamirá a duras penas- El alma de Helios quedó con tu hermana.
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