Ander

—¡No lo puedo creer! —aparecimos de nuevo en el salón, Alex estaba frente a su madre, mostrando su malcrianza a tope— Tengo un hermano... Un hermano y no me lo dijiste, se supone que me lo dices todo, que soy tu confidente. ¡Soy la única de tus hijas que ensució su sangre! y a conciencia, porque quería estar contigo... pero tú me ocultas cosas.

Ader no se inmutó, tan siquiera pestañeó, pero luego de unos segundos, su rostro se bañó de una extraña sonrisa, como si acabara de ganar el premio más grande de todos.

—Alexandra... hija, mi hija —repite— no reclames algo que tú no cumples. ¿Cuándo ibas a decirme que sabías de tu padre? ¿Cuándo ibas a contarme que te visitaba?

—¡NUNCA! —Gritó entre lágrimas, la reina del hielo se quebró, como aquella vez que su hermana murió, o quizás más que aquella vez. —Nunca... —Susurró para dejarnos a los tres en medio de la incómoda escena.

Lior lanzó una risa incómoda, y yo no sabía si debía hablar, callarme, o desaparecer de ese lugar.

—Ella no entiende —reclama Ader.

—Para ser honestos, nadie entiende —responde Lior sentándose en una butaca— Pero Señora Odeim, seamos honestos. Ella tiene todo el derecho de tener el alma rota.

—Creí que tu interés por mi hija no iba más allá de lo carnal —resopló con un poco de cansancio.

—Y no te equivocas —agrego yo volviendo a mi vicio, sacando un cigarro de mi bolsillo, esta situación me está llevando a los extremos—. Pero entre nosotros debemos protegernos Ader. ¿Podrías explicarnos? Hasta donde sabemos, tu existencia está escrita en las tablillas, y habla de tres hijas nacidas bajo la luz y la oscuridad, una distinta, <<la energía llevará>> Sí, me lo aprendí de memoria...

Digo haciendo comillas en el aire, mientra Lior suelta una pequeña risa. Ader me ofrece una mirada fría, pero termina accediendo.

—Por que Ander fue producto de luz —responde mordiéndose las uñas.

—¿No habías muerto antes de casarte? —pregunto levantando la cejas sorprendido.

—¡Hugo! ¡Como si necesitara estar casada para estar embarazada! —Lior ríe, como si mi afirmación hubiese sido un disparate, aunque yo me siento decepcionado al saber que tiene razón.

—La razón por la que Aldebarán decidió traerme de regreso, fue porque estaba embarazada, de 3 meses, antes de ser asesinada —Ader suena molesta—. Él estaba tan molesto conmigo porque yo me negué a salvarme, pero cuando te disparan, por llevar unas chatitas en vez de dinero, ¿qué esperanzas te quedan para seguir viva? Traer un hijo a este mundo, y que termine sufriendo, o irnos definitivamente de este mundo.

Lior queda pensativo, y yo destruido, las palabras de Ader pesaban como yunques. Ella tenía razón. Es difícil tener ganas de vivir en un mundo tan oscuro y triste como el nuestro. Cuántas veces he tenido yo ganas de olvidarlo todo, por eso decidí ser un Nemosorum, por eso escogí la cocaína, por eso me uní a cada locura.

—Entonces, tu hijo, se concibió cuando estabas viva... ¿Qué pasó de él? —pregunta Lior cada vez más intrigado.

—6 meses después de que nacieron las trillizas, Aldebarán se dio cuenta que algo no andaba bien... así que —suspira un poco fastidiada— Ander tenía un año tres meses, entonces, él se lo llevó... esa tarde tomé una decisión, y esa es la razón por la que él está en el lugar donde lo vimos.

—Lo tiraste allí, ¿por qué no lo mataste? —Lior suena extrañado.

—Por que lo ama —respondo yo— ¿Acaso no te has dado cuenta cómo lo evitaba? no dejó que se acercara tanto, es obvio que aún siente algo por él.

El silencio se instaló de nuevo, pues yo tenía razón, si Ader tomó decisiones, lo hizo bajo la influencia de su sufrimiento, olvidando quizás sus instintos, sus placeres, sus momentos felices.

—Deberías ir junto a Alex —le sugiero— quizás debas explicarle, que tú eres una Nemosorum, y su padre un Dominis, y por esas cuestiones, ustedes están divididos...

—Eso no la calmará —Lior se para—. Pero deberías hacer caso a Hugo, yo comparto con él.

—Bien —responde ella—. Pero antes que nada, les encomendaré 2 misiones —se acerca más a nosotros, con algo de apremio— Lior, quiero que encuentres a Ander, y busques a esta Nemosorum —le pasa un trozo de energía, y sus ojos se iluminaron— Y tú, Hugo, quiero...

—No hace falta que digas nada —respondo llevando mis manos a mi cabello— Hoy me encontré con Helios, y de la casa de Zafiro saqué esto —saco un trozo de tela de mi bolsillo— Era de él, y hoy lo confirmé, ahora voy a rastrear, y cuando lo tenga, inmediatamente el plan se pondrá en marcha.

La felicidad en su rostro era incomparable, la verdad que yo tampoco lo disimulaba, al fin, puedo hacer lo que tanto quería, aunque eso signifique poner en riesgo mi alianza con Helios, al fin y al cabo, soy un Nemosorum, y se supone que tanto él como yo, buscamos tranquilizar nuestros corazones.

—¿Qué hago si encuentro a Ander? —pregunta Lior.

—Nada, sólo dime dónde está, no quiero más que traigas a la chica, y que Hugo pueda lograr sus objetivos. Si todo sale bien...

—La suerte nos sonreirá —aseguro cuando ella desaparece ante mí, creo que irá junto a Alex.

—La suerte no sonríe a los muertos —reprocha Lior.

—Tampoco a los vivos —contesto haciéndome camino a mi habitación, es hora de trabajar.

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