4. De regreso a casa
☆ I solemly swear I'm up to no good ☆
Daniel llegó a la cafetería y se sentó solo en una mesa, pensativo y sin ganas de hablar con nadie. James y Luke se miraron, sabían que tenían que ir con él. Se levantaron y se sentaron en la misma que el chico.
—Daniel—lo llamó James, trayéndolo de vuelta a la realidad—, ¿estas bien? No has comido en todo el día.
—¿Quieres algo de comer?—preguntó el otro chico, a lo que Daniel asintió levemente. El chico se levantó y fue a comprarle algo de comida.
James bajó la mirada
—Sin ella...—admitió—estamos perdidos... Ella era como el cerebro de la operación. Ella nos salvó a Luke y a mí de ser expulsados del colegio... La extraño...—suspiró con una sonrisa amarga.
—Ella despertó—comentó Daniel—. Solo por unos segundos... y volvió a dormirse. Estará bien.
« Espero...» pensó.
—¡Eso es lo que todos dicen! ¡Pero no es cierto!—explotó haciendo una escena en la cafetería—¡Ninguno sabe lo que le sucedió, y ninguno sabe cómo curarla!
—James...—James lo interrumpió.
—¡No, Daniel! ¡Tú no lo entiendes!—le gritó, luego se dio vuelta y salió enojado del lugar. Todos observaban boquiabiertos la escena.
—¡Métanse en sus asuntos, chismosos!—les espetó Daniel, lo que hizo que Luke riera por lo bajo. Luego caminó con una bandeja verde hasta la mesa, y la puso al frente de Daniel.
—Toma—le dijo Luke, y acto seguido se sentó enfrente de él.
Daniel empezó a comer la suculenta comida como si no hubiera un mañana. Estaba muy hambriento, pero tenía más nervios que hambre. Terminó de comer muy rápido, y Luke lo miraba entre fascinado y asombrado.
—¿Qué? Tenía hambre—dijo Daniel al ver la cara de Luke. Este sonrió y bajó la mirada.
—Desearía no haberle hecho esa broma a mi hermana...—murmuró Luke—Por mi culpa ahora ella está aquí.
—Luke, esto no fue su culpa—Luke negaba con la cabeza—. Los chocolates, en sí, no fueron lo que causaron eso—el otro chico frunció el entrecejo, estaba convencido de que habían sido los chocolates lo que le causaron la ida al hospital a Lenna.
—¿Entonces qué lo causó?—preguntó el chico asombrado y a la vez temeroso de lo que le pudiera pasar a su hermana.
—No lo sé. Pero sí se que no fueron ustedes los que envenenaron a Lenna.
—¿Y tu como sabes que la envenenaron?
—Mira—pidió Daniel, cuando se dio cuenta de que no traía la bolsita con las muestras—. Creo que dejé las pruebas en la habitación.
—Bueno, vamos—Daniel asintió y enseguida ambos se levantaron y se encaminaron a la habitación de la chica.
Caminaban por un pasillo con la pared blanca, al igual que el piso, y además estaba muy bien iluminado
—¿Sabes por qué esas chicas golpearon a Lenna?—Daniel negó con el entrecejo fruncido— Fue porque trató de protegerme. Una de ellas era mi "novia", pero... resulta que ella era una interesada—hizo una mueca—. Ella las vio hablando sobre eso, y cuando se dieron cuenta, la amenazaron diciéndole que si me decía, la iban a golpear. De cualquier manera ella me dijo y en secreto ellas la golpearon y la mandaron al hospital.
Daniel hizo una mueca. De todas las explicaciones, esa no la había esperado, aunque era fácil de creer, pues Lenna se veía que era de esa clase de personas.
Estaban a unos cuantos pasos de entrar, cuando la puerta se abrió y salió aquel vampiro grosero que había visto Daniel antes.
—¿Qué se le perdió ahí?—le espetó Daniel al hombre, el cual sonrió con arrogancia.
—Nada que te importe, nenita.
—¡Nenita será tu abuela, maldito idiota!—le gritó; enseguida se le acercó y le dio un rodillazo en los...
Al hombre se le tornaron los ojos color rojo y la pupila se convirtió en una rendija negra. Luego cogió a Daniel por el cuello, y lo levantó, por lo que se le bajó la manga, dejando ver un tatuaje de un símbolo extraño en su antebrazo. Luke le apuntó amenazadoramente al vampiro con su varita.
—¡Suéltelo, anciano!—le ordenó Luke, sin embargo, el hombre no soltó a Daniel e hizo una cara de 'Yo hago lo que se me da la gana, mocoso'— ¡Vadam irrumbabo cornu!—conjuró Luke, con lo que el hombre entró en un shock muy extraño—Suéltalo y ponlo en el piso—al instante el hombre bajó a Daniel, quien empezó a toser, por falta de aire—¿Estas bien?
—S...¡coff, coff! ...sí —respondió Daniel, a lo que Luke asintió con una sonrisa como diciendo 'Que bueno'.
—Entra, yo me encargo de este inútil—Daniel asintió y entró a la habitación cerrando la puerta cuidadosamente.
—Daniel...—susurró la chica, que al parecer había despertado. El chico corrió y se arrodilló a su lado. Ella trató de levantarse, pero Daniel hizo que se recostara de nuevo—Por favor no me dejes sola—pidió. Se oía asustada. El chico asintió con una sonrisa para calmarla.
—Jamás—prometió; luego se sentó en la cama, al lado de ella y empezó a acariciar su cabello.
La chica se sentó en la cama lentamente y lo abrazó con todas las fuerzas que le quedaban. Él también la abrazó dulcemente.
—Daniel
—¿Sí?—preguntó el chico.
—Voy a morir—comentó la chica.
Daniel soltó a Lenna poder mirarla a los ojos. Puso las mejillas de la muchacha entre sus manos, obligandola a mirarlo.
—Nunca, jamás en tu vida, vuelvas a decir eso.—ella cerró los ojos y asintió con la cabeza. Luego la volvió a abrazar reconfortantemente. Lentamente se inclinó y acostó de nuevo a Lenna en la cama. Él se sentó otra vez y le dijo—:Descansa un poco más. Ya verás que todo estará bien—ella volvió a cerrar los ojos, mientras Daniel la miraba con ternura. No pasaron muchos segundos, cuando volvió a quedar dormida.
Él haría lo que fuera para salvarla, de eso estaba seguro. Se paró cuidadosamente, tratando de no despertarla y se giró para salir de la habitación, pero se topó con la sonrisa pícara de Luke.
—Ella te gusta—afirmó mientras alzaba ambas cejas al mismo tiempo repetidas veces. Daniel se sonrojó al oír eso.
—No me gusta—negó Daniel, cada vez más rojo.
—Ajá...
El pelinegro bajó la mirada, avergonzado, y buscó una excusa para cambiar de tema.
—Ehhm... ¡Oh, sí! ¡A lo que veníamos!—dijo Daniel—La evidencia.
Daniel se acercó a la silla que estaba en la habitación y cogió una bolsita transparente que tenía los chocolates.
—Listo. Vamos—Luke asintió y ambos salieron de la habitación.
Fueron a la sala de espera, la cual era muy amplia, y se sentaron en una mesa para inspeccionar los chocolates. Luke tomó uno y lo acercó a sus ojos para analizar lo mejor. Todo parecía normal, hasta que lo abrió.
En vez de tener el característico relleno de color verde oliva de los "chocochinos", tenía un relleno viscoso y de color negro.
—Sí la envenenaron...—murmuró Luke asombrado, a lo que Daniel asintió—Si Lenna estuviese aquí podríamos resolver esto, y cualquier cosa...
En ese instante a Daniel se le prendió el foquito. ¿¡Cómo no se le había ocurrido eso antes!?
—¡Tengo una idea!— anunció. Luke esbozó una sonrisa ladina, dispuesto a escuchar.
(...)
—Es aquí—comunicó Luke, señalando una mansión enorme, y muy elegante, que estaba al frente de ellos.
—¿Seguro?—dudó Daniel.
—Segurísimo. He estado investigando.
Luke tocó la puerta con la oxidada aldaba de hierro unas cuantas veces , hasta que abrieron la puerta. Era una chica rubia de ojos grises, de trece o catorce años, quien abrió la puerta. Luke abrió la boca como tonto y la examinó de arriba a abajo con la mirada.
—¿Hola? ¿Los conozco?—preguntó la chica.
—Ojalá—susurró Luke.
—¿Qué?
—¡Nada!—Daniel se mordió la lengua para no reír. Se notaba que a Luke le había parecido muy linda aquella chica.
—Mi nombre es Daniel Redbark—se presentó—. Y él es mi amigo, Luke Leblanc.
—Tú debes ser Alexandra Benin.
—Sí, ¿y?—respondió la rubia con cara de '¿Y eso qué?'.
—Buscamos a tu padre, Charles Benin—explicó el pelinegro.
La chica rodó los ojos.
—Esperen un momento—ambos chicos asintieron con la cabeza.
La chica cerró la puerta, dejándolos afuera. Daniel aprovechó eso para desquitarse con Luke. Hizo una cara pícara y empezó a levantar ambas cejas repetidas veces.
—Te gusta esa chica.
Luke ladeó la cabeza con una sonrisa de vergüenza y empezó a sonrojarse.
—¡Bueno, sí!—admitió—Pero por favor no lo arruines—le pidió a Daniel, quien asintió con una sonrisa.
Se oyeron pasos detrás de la puerta, y ellos se callaron repentinamente. Un hombre muy elegante y serio, como de cuarenta años, abrió la puerta.
—Buenas tardes, niños, ¿qué se les ofrece?—dijo el hombre con voz refinada. Luego abrió los ojos como platos—Daniel... Redbark...—murmuró.
Daniel se quedó boquiabierto al oír eso.
—Señor Benin, hemos estado investigando—dijo Luke al ver que ninguno hablaba—, y descubrimos que usted es el creador del portal a la otra dimensión. ¿Es eso cierto?
El hombre se quedó pasmado al oír eso. Llevaba mucho tiempo sin oír a alguien hablar sobre eso, y la verdad lo prefería así. Cada vez que lo recordaba se le hacía un nudo en la garganta. Pero a la vez le dio gusto recordarlo.
—Pasen, pasen—ofreció haciendo ademanes con las manos. Los chicos asintieron con una sonrisa de suficiencia y entraron.
El hombre cerró la puerta tras ellos y los guió a su despacho, que era bastante grande. Se sentó en su silla y les señaló a los chicos las dos sillas que estaban al frente de sus escritorio. Ellos se sentaron y Alexandra se quedó observando desde la puerta.
—¿Qué necesitan? ¿Y cómo saben del portal?—preguntó el hombre con un deje de nerviosismo en su voz.
—Mire, señor Benin, yo encontré el portal en el sofá que compraron mis padres, juntó con la moneda—el hombre mordió el interior de su mejilla mientras veía la marca que tenía Daniel en la muñeca—, y sin querer... vine aquí. Necesito volver por mis amigos, tal vez ellos podrían ayudarnos a curar a Lenna.
—¿Quién es esa?
—Mi hermana, señor. La envenenaron y creemos que tal vez los amigos de Daniel podrían ayudarnos con todo esto.
Charles frunció los labios en una línea recta, estaba pensándolo. Quería ayudarles, pero para eso tenía que volver a vivir ese sentimiento de desesperación que sentía cuando se le acercaba al portal.
—Los ayudaré—fue lo único que dijo antes de levantarse de su silla y salir de la habitación como alma que lleva el diablo.
Alexandra entró a la habitación y se sentó en la silla de su padre como si fuese de ella. Puso su codo sobre la mesa y apoyó la mandíbula en su mano, interesada en lo que habían dicho aquellos chicos.
—¿Puedo ir con ustedes?—preguntó con una sonrisa ladina y el entrecejo hundido.
Los chicos se miraron con una sonrisa en el rostro. Luego miraron a la chica y asintieron con la cabeza.
—Yo también voy—dijo otra chica desde la puerta. Esta también tenía el cabello rubio y los ojos grises, sin embargo su cara no era tan delgada como la de Alexandra.
—¿A dónde?—preguntó Alexandra con los labios fruncidos en una línea recta y una ceja arqueada.
—No lo sé. Pero suena divertido—Alex rodó los ojos.
—Chicos, ella es mi hermana, Mia.
(...)
—Oye, Daniel, ¿has visto a James?—le preguntó Luke. Estaban en una camioneta negra camino al portal, junto con Mia y Alexandra (y obviamente el señor Charles).
—Mmm... lo vi en su casa el otro día, pero no me dirigió la palabra, solo señaló su —respondió Daniel.
—Se puso muy mal...—agregó Luke, y Daniel asintió.
—¿Quién es James?—preguntó Mia.
—Un amigo—sonrió Daniel. Mia asintió con la cabeza, mientras Alex rodaba los ojos.
—Llegamos—anunció el señor Benin. El chofer paró la camioneta enseguida y todos bajaron, menos el chofer. Habían estado tan ocupados conociéndose y hablando entre ellos que no le habían prestado atención al paisaje. Era hermoso.
Como habían viajado por carretera, a los lados del pavimento estaba lleno de árboles y zonas rurales.
El chofer continuó un poco más, dónde había un parqueadero, en donde estacionó la camioneta y se quedó en ella leyendo una revista.
En donde se habían quedado los demás, había un arco formado por varios árboles, se veía muy bonito. Todos se movieron fuera del pavimento, del lado derecho, y Charles les hizo señas para que lo siguieran. Atravesaron unos cuantos árboles, en los que Alex se enredó y se rasguñó la cara. Luke, como buen oportunista, se le acercó para tratar de ayudarla.
Caminaron derecho durante unos minutos, hasta que Charles les indicó mediante señas que pararan.
—Es aquí—dijo, luego se agachó en un árbol en el que había un corazón encerrando la inscripción "B + C". El corazón se le aceleró. Llevaba muchos años sin ir a aquel lugar.
De pronto un montón de recuerdos llegaron a su cabeza.
Una chica, como de veinte años, rubia de ojos color chocolate, y un chico, un poco más grande que ella, de cabello café, muy despeinado, y ojos grises estaban recostados en el pasto, tomados de las manos.
—Charlie—lo llamó la chica, y él hizo un sonido con la garganta para que prosiguiera—, algún día, tendremos una familia—el chico sonrió al pensar eso— y viviremos en el campo. Aquí— el chico asintió con la cabeza.
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A los veintiséis años del chico, él estaba escribiendo en un escritorio, lleno de papeles, formulas, ecuaciones y demás. Unos segundos más tarde, la misma chica rubia lo abrazó dulcemente por la espalda y le dio un beso en la mejilla. Él sonrió.
—Ya deja de trabajar, solo por un rato—susurró ella en su oído.
—Ya casi termino—se excusó el chico retomando sus cálculos.
—Está bien—le dijo la chica. Se separó de él y salió del estudio.
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Días después...
Él estaba en el mismo estudio, sentado, haciendo cálculos. De repente se le dibujó una gran sonrisa en los labios. ¡Al fin lo había descubierto! Se levantó de la silla y empezó a saltar por toda la habitación muy alegre.
Ella entró en la habitación, también muy feliz. Escondía algo detrás de su espalda. Charles corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, levantándola del suelo.
—Tengo noticias—anunciaron ambos al unísono. Los dos rieron.
—Tú primero—ofreció la chica amablemente. El chico asintió.
—He encontrado la fórmula del portal—dijo emocionado. Ella abrió la boca sorprendida, pero muy feliz. Saltó a los brazos de su esposo, rodeando su cuello con sus brazos y su cadera con sus piernas. Charles le devolvió el abrazo y luego le dio un casto beso en los labios.
—Ahora tú—dijo el muchacho. Ella asintió eufórica mientras saltaba de nuevo al piso.
—Charlie, ¡estoy embarazada!—dijo muy emocionada.
Él la abrazó fuertemente, dichoso con la noticia.
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—Tranquila, no pasa nada—le aseguró Charles.
—¿Seguro?—preguntó la chica nerviosa.
—Seguro—afirmó el chico, muy seguro de lo que decía.
—Entonces, confío en ti—dijo ella un poco más tranquila. El chico sonrió.
—Además las niñas se van a quedar aquí—ella asintió.
Ambos saltaron al portal, tomados de las manos.
Pero su vuelta fue devastadora. Él estaba abrazado al ensangrentado y pálido cuerpo de su esposa. Charlie estaba llorando.
—¡Ayuda!—gritó lo más fuerte que pudo, desesperado.
—No, Charlie—musitó su esposa débilmente con una ligera sonrisa—. A mí no me importa esto.
Él lloraba cada vez más.
—¿Y qué pasará con las niñas?—preguntó angustiado.
Ella sonrió.
—Estoy segura de que serás un excelente padre.
—Por favor, no—ella cerró los ojos y él negaba rápidamente con la cabeza.
Lloró aún más al ver que su esposa, su amada, ya no estaría ahí con él. Eso le había dolido más a él que a ella...
. . .
—Brenda...—murmuró pasando sus dedos por la marca en el árbol sintiendo cómo la tristeza recorría cada parte de su cuerpo.
—¿Seguro que es aquí?—preguntó Daniel desconcertado.
—Seguro—respondió tratando de que no se le quebrara la voz. Esa palabra retumbó en su cabeza y se le hizo un nudo en el estómago.
Enseguida, hundió el corazón inscrito en el tronco del árbol, activando un hueco, como por el que Daniel había caído aquella vez; el que estaba en el sofá.
—Tienes que entrar por ahí—explicó—. Para que abra, tienes que decir Ego tamen non obliviscar. Bissau te abrirá y te ayudará con el resto.
Daniel asintió con firmeza, muy seguro de sí mismo.
—Bueno, chicos, nos vemos luego—se despidió el pelinegro—. Espero...
Los demás hicieron un gesto afirmativo con la cabeza, en señal de despedida. Luego el chico entró hasta la cadera por el túnel y miró a sus nuevos amigos una última vez. Ellos le sonrieron y el reaccionó de la misma manera antes de aventarse por el tobogán.
Se topó bruscamente con una pared, igual a con la que se había golpeado cuando cayó por el sofá.
—Ego tamen non obliviscar—pronunció el chico, y unos segundos más tarde, aquel hombrecito bonachón abrió la pared.
—¡Daniel!—dijo en forma de saludo—Pensé que nunca te volvería a ver. Normalmente—explicó haciéndolo pasar—, las personas no tardan tanto en volver.
—Es que... conocí a nuevas personas. Además aquí todo es más divertido—Bachir sonrió. Luego se acercó al cajón morado, y tras conjurar un hechizo, este se abrió y Bissau pudo sacar los tres frasquitos, además de la 'linterna para emergencias' de Daniel, la cual le entregó.
Vertió el de forma piramidal, seguido de un «Smeil Sket» con su varita. Enseguida cogió un puñado de polvitos morados, los lanzó y entonces agregó las tres gotas de aquel líquido transparente.
Apareció el portal y Daniel se despidió de Bachir, para luego entrar al rugoso portal. Gateó unos segundos hasta alcanzar la luz blanca.
Cayó en el sofá nuevo. Pero nada parecía haber cambiado desde que se había ido. El sofá estaba como siempre, e incluso seguía estando oscuro, como cuando se fue. Él frunció el entrecejo desconcertado y luego acomodó los cojines de asiento del sillón para que nadie notara nada.
Subió las escaleras sigilosamente, y se dirigió a la habitación de sus padres. Entreabrió la puerta de su habitación. Ambos estaban dormidos. Daniel volvió a cerrar la puerta y caminó a la habitación de Andrea. Entreabrió su puerta y también la encontró durmiendo.
« ¿Qué día es hoy...?» se acercó a su celular para ver la fecha. Pero... era el día en que se había ido, y más o menos la misma hora, también. ¿¡Qué estaba sucediendo!?
—Ok—susurró para sí mismo—, cálmate. Voy a dormir un rato y luego reanudaré la 'misión'.
Cambió su ropa por una pijama limpia y se metió a la cama. Unos segundos después quedó profundamente dormido.
(...)
—Daniel—susurró una voz femenina zarandeándolo ligeramente—. Daniel, despierta.
El chico se removió en la cama y gruñó. Se sentía muy cansado, aunque menos que el día anterior.
—Daniel despierta—volvió a decir, pero él no abrió los ojos.
—¿Lenna?—murmuró el chico somnoliento y entreabrió los ojos con la esperanza de encontrarla ahí, con él.
—¿Lenna? Soy Andrea—dijo la chica desconcertada—. Ya levántate flojo. Son las tres de la tarde.
Al oír eso se sentó rápidamente en la cama y tomó su celular de la mesita de noche para ver que hora era. Andrea lo miró con una sonrisa de inocencia y él volteó la cabeza lentamente, fulminándola con la mirada. Luego agarró su almohada y se la lanzó a su hermana.
—¡Apenas es la una!—le reclamó Daniel. Ella rió por lo bajo.
—De todas maneras es tarde. Ya levántate, tus amigos vinieron a verte.
Con eso se quedó boquiabierto y pasmado durante unos segundos, mientras Andrea salió de su habitación. Se levantó de la cama y se dio una ducha.
Se puso ropa limpia, se peinó y bajo a desayunar.
Lo que Andrea había dicho era cierto: sus amigos estaban ahí esperándolo. Ellos se pusieron de pie, pues estaban sentados en el sofá. Emma lo saludó con un beso en la mejilla y Fred con un saludo de manos.
—Al fin despiertas—le dijo Fred.
—No es por nada, pero llevamos aquí una hora—explicó la chica.
—Buenos días, Daniel—saludó su mamá—. ¿Qué vas a desayunar?
—Lo que haya, mamá—respondió con una sonrisa.
Habló con sus amigos de varios temas, hasta que empezó a desayunar. Desayunó, incómodo bajo la mirada de sus amigos. Al finalizar, y lavarse los dientes, se sentó en el suelo de su habitación junto con sus amigos.
—Chicos, ¿les puedo a pedir un favor? Es muy urgente—Fred y Emma intercambiaron una mirada de preocupación y luego, al voltear a ver a Daniel, asintieron con la cabeza.
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Holis people!!!
Ya! Ya terminé el capítulo, y este sí que está bastante largo, 3550 palabras, para ser precisos. :D
🎥En la múltimedia les dejo el arco que formaban los árboles cuando se bajaron en la carretera🎥
Ahora las preguntas, que todos esperaban!!!! *suenan redobles*
Preguntas: ¿James montando una escena en la cafetería? ¿Por qué? ¿Lenna envenenada? ¿El vampiro maloso saliendo de la habitación de Lenna? ¿Qué estaría haciendo ahí? ¿Qué piensan de cómo reaccionaron Daniel y Luke con el vampiro? ¿De lo que pasó en la habitación de Lenna? ¿Estará Daniel enamorado de Lenna? ¿Qué piensan de los nuevos personajes? ¿A Luke le gustará Alex? ¿Charles y los recuerdos de su esposa? :'( ¿Cómo creen que murió?
Esas fueron todas las preguntas de hoy!!
P. D.: Mi amigo pikagast está escribiendo 2 libros. Si se quieren divertir un rato, lean "1000 memes". Y si quieren leer algo más parecido a la vida cotidiana, lean "New Future". De verdad se los recomiendo.
Eso fue todo por hoy. No se olviden de comentar, compartir y votar.
♡♡♡
☆ Mischief Managed ☆
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