Capítulo 2


Suyeon se colocó frente a todos los chicos que cumplían la mayoría de edad, la sugnyeo los había llamado en la mañana anunciando que esa mañana se haría la elección competente para saber quiénes serían los subastados y los que se quedarían en su lugar.

La sugnyeo estaba vestida para la ocasión; llevaba un vestido negro que se pegaba de manera increíble a su figura y unos tacones de aguja que daban la impresión de poder atravesar una mano.

La selección era simple, el día anterior las sugnyeo hacía un sorteo y colocaba los nombres en las listas a como le apetecía. Pero ese día hasta ella lucía nerviosa, como cuando experimentaba con algo nuevo.

Cuando todos los chicos y chicas estuvieron frente a ella, suspiró e hizo que todos le hicieran una reverencia.

- Podrán hacer todos los rezos que quieran a todos los dioses que conozcan, pero la elección no depende de algo divino, sino de lo que el destino tenga preparado para ustedes - habló, recargándose en una mesa negra al centro, llena de tazones y copas.

» Las elecciones comunes que hacen las sugnyeo son injustas porque ella es la que decide lo que ustedes harán por el resto de su vida, pero yo quiero ser diferente, así que ustedes mismos elegirán si serán subastados o se quedarán en mi harén.

» Detrás de mí hay una mesa, la cantidad de copas sobre la mesa representa la cantidad de personas que se quedarán en el harén, los tazones contienen pelotas que a su vez tienen dentro papeles con lo que les tocará. No los abrirán hasta que lo indique.

» Su turno será de forma alfabética, por nombres. Espero que la suerte esté de su parte, a todos.

Hoseok se quedó sin palabras y sin aliento, él esperaba que su sugnyeo sacara una lista y lo mandara de inmediato a una subasta llena de dolor, pero ahora tenía que elegir su propio destino. Eso hubiera sido bueno... Pero él no tenía suerte.

Se quedó parado como los demás, a esperar a que le llamaran para poder pasar a la mesa y tomar una pelota de meter los tazones.
Los jóvenes iban tomando una pelota de entre los cinco tazones que se repartían alrededor de la elegante mesa.

Estaba entre los primeros en pasar, eso le aseguraría tener algunas cosas entre las cuales elegir, estaba nervioso y jalaba de manera repetida el pliegue de su ropa.

Cuando HeeWon hubo pasado a tomar su lugar antes que él, cayó en cuenta que sólo habían veinte copas doradas colocadas en la mesa, eso quería decir que almenos el doble sería subastado en el día siguiente, mientras los otros se quedarían a prostituirse en el harén de Suyeon por lo que quedaba de su vida.

- Vas - HeeWon​ lo llamó, tocando su hombro y haciéndole pisar la realidad.

No te desmayes

Camina, camina, vamos.

Caminó hasta la mesa y observó los tazones, viendo los colores de las pelotas y pensando en su pequeña hermana, Chaeyoung, intentando seguir lo que le hubiera aconsejado.
La adrenalina hacía que un silbido callara a todos a su alrededor y guiara su mano hasta donde se posó.

Una de color verde olivo.

La tomó entre sus manos y caminó al fondo, no debía abrirla hasta que Suyeon lo indicara. Y la mujer parecía disfrutar ver a los chicos nerviosos.

Se quedó parado entre los demás chicos y se preguntó si la mujer sabría que estaba viéndose a escondidas con TaeHyung, si sabría de la casa entre el jardín...

- Ya que todos han pasado pueden abrir lo que tienen en la mano.

Y Hoseok lo hizo, casí mecánicamente, aunque por dentro quería desaparecer.

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Las cosas no son como parecen chicxs, les dejo esto porque si no se me va la idea.


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