Capitulo 2.

"Cada persona tiene su historia y cada uno sabe cuanto le pesa y le duelen sus heridas."

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Si hubiera palabras para describir la vida de Steven “Quartz” Universe, sería peligrosa. Heredando los poderes de su madre era de esperarse la responsabilidad que eso conlleva y su legado, lo que no espero fue que con todo eso tuviera que lidiar con los pecados de su madre como si fueran suyos, no espero ser quien destrozará a sus seres queridos solamente por existir, no espero tener que luchar para defender a su hogar y seres queridos, no espero ser quien diera a conocer todo lo horrible que su madre hizo aunque fuera para proteger la tierra.

No, no espero nada de eso. Pero Steven estaba seguro de algo, es que se encargaría de corregir todos y cada uno de ellos por mucho que estos se vieran imposibles de arreglar, lo haría para que así su hogar y su familia pudieran tener aquel final feliz que tanto merecían… aunque eso signifique que nunca consiga el suyo.

No solo eso, si no que ahora debía de soportar el odio de todos en la ciudad, como si todo lo bueno que ha hecho fuera simplemente olvidado dejando solamente sus errores, provocando que el propio Steven se hundiera a un pozo cada vez más oscuro y profundo.

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En el baño, Steven lloraba en silencio queriendo evitar que lo oyeran, su gema brillaba sin que lo viera con el pasar del tiempo el híbrido fue calmandose dejando solo unos pequeños hipidos, el agotamiento emocional y la calidez que su propia gema le proporcionaba hizo que empezara a relajarse a tal punto que sus ojos se comenzaron a cerrar, recostado contra la puerta su cuerpo bajó hasta el suelo y tallando sus ojos secando las lagrimas que aun quedaban allí.

Dormido solo sintió como su cuerpo era abrazado por unos grandes brazos y cálidos brazos que lograban relajarlo como hacía tiempo no hacía, por puro instinto el pelinegro se acerco a esa persona para así sentir aquella dulce calidez que el abrazo le proporcionaba antes de que esta se fuera.

-Mamá…- Murmuró entre sueños sin saberlo el mitad gema.

No lo sabía pero su gema brillaba intensa al decir eso.

El portal se iluminó y de allí salieron las gemas de cristal que volvían de una misión muy complicada desde que Steven había vuelto del espacio parecía como si de pronto las gemas corruptas decidieron que era un buen momento para mantenerlas ocupadas.

-Que bueno que volvimos, me empezaba a aburrir allí.- Dijo Amatista relajada, para ir acostarse sobre el sofá para así tomar una siesta, Perla al verla rodó los ojos mientras que Garnet solo estuvo en silencio como siempre.

-¿Steven? ¡Volvimos! .- Dijo Perla llamando al miembro más joven del equipo, siendo recibida por solo silencio. Las otras al ver que el mitad humano no estaba se pusieron algo nerviosas, luego de que lo vieron entregarse a Homewrold se habían vuelto paranoicas ante la idea de que el chico estuviera fuera de su rango de visión.

Las gemas de cristal podrían ser las protectoras del planeta quienes con su antigua líder experimentaron la pérdida de sus amigas gracias al ataque de las diamantes, pero también experimentaron lo que era el amor hacia quien se convirtió en su luz de esperanza cuando todo se había vuelto tan oscuro.

Jamás podrían olvidar como luego de que Rose se hubiera ido dejó a un bebé llorando a todo pulmón en donde hace unos momentos había estado ella. El último vinculo que su lider y amiga les había dejado, el deseo de protegerlo había nacido enteramente para así resguardar el legado de Rose, pero con el paso del tiempo lo que fue un nulo sentimiento hacía Steven se convirtio en amor y el hecho de que fuera llevado hacía las diamantes hizo que se sintieran peor que cuando Rose se fue.

Perdieron a sus amigas en la guerra. Perdieron a su líder. No podían perder a Steven también. Simplemente no podían…

-Debe estar con Greg.- Dijo Perla no muy convencida. Sus manos temblaban levemente.

Cada gema se conformó con esa respuesta, aunque ellas querían que el chico estuviera en casa donde sabían que estaba a salvo o con ellas en todo momento sabían que no podían encerrarlo en una jaula… por mucho que la idea sonará muy tentadora.

Cada una mantuvo la calma ante no saber dónde estaba el único humano del equipo, Garnet verificaba la puerta por si en cualquier momento llegaba, Amatista jugaba con su cabello y Perla jugaba con sus manos mientras caminaba de un lado a otro y su tic en su ojos comenzaba a ser acto de aparición, el ambiente estaba muy tenso siendo solo roto por los pasos de la antigua sirviente de Diamante Rosa.

-¡Aaahhh, ya no lo soporto más! ¡Mejor vayamos a buscar a Steven de una buena vez!- Gritó la morada, despertando al pelo rizado y que las otras le dieron la razón.

Ya no soportando saber donde estaba Steven se fueron a la ciudad a buscarlo, cuando en la casa se escuchó el sonido de la puerta cerrarse fue cuando el hijo de Rose despertó, aun en aquella posición incómoda sintió el hormigueo de sus extremidades dormidas siseando ante la sensación de la sangre correr por fin, algo mareado se sostiene del lavamanos para así al menos volver a que sus extremidades se sintieran mejor. Sintiéndose mejor se vio al espejo y de inmediato se arrepintió sus ojos estaban vidriosos y algo rojos por el llanto y el brillo que alguna vez hubo en ellos parecía ya muerto, al verse así solo suspiro cansado abriendo el grifo mojo su rostro con agua fría.

Luego tomó una toalla para secarse su rostro, viendo su reflejo decidió volver sonreír. Desde hace un buen tiempo que al despertar se paraba frente al espejo para así fingir mejor sus expresiones, y odiaba tener que actuar como si nada hubiera pasado cuando estaba muy destrozado por dentro.

Lo odiaba…

¡Lo odiaba tanto!

¡Odiaba ver aquella sonrisa en su cara! ¡Odiaba ese horrible brillo fingido de aquella inocencia que se fue hace mucho!

Pero más que nada…¡Se odiaba así mismo!

Crack!

El sonido de cristal rompiéndose lo hizo quitar su sonrisa y voltear a ver el baño, confundido encogió los hombros y decidió salir de una vez por todas, su estómago gruño y tenía un parecido a los rugidos de León.

No teniendo más que hacer decidió que vería la tele mientras comía, no tenía ánimos de nada ultimamente pero era mejor que aburrirse y no hacer nada. Comiendo el sándwich de jalea vio un episodio repetido de ‘Amigos llorones de Desayuno’, la comida le sabía insípida y quería escupirla pero era mejor que solamente no comer nada.

Gritos de voces conocidas se escucharon afuera, enarcando una ceja hacia arriba fue a ver qué pasaba ahora.

-Chicas…- Su voz se ahogó en la discusión que no podía entender por los gritos altos que daban las chicas.

-Chicas…- Subió la voz pero aun así no lo escucharon, bufando inhalo profundamente y…

-¡Chicas!- Gritó llamando por fin la atención de las gems, quienes al ver al híbrido no dudaron en abrazarlo al saber que estaba sano y salvo solo que Steven sintió que sus pulmones se le saldrían ante la fuerza de aquel abrazo.

Las gemas estaban más que aliviadas y también confundidas, habían buscado al híbrido por toda la ciudad y estaba en casa como si nada, separándose del gem a regañadientes decidieron aclarar sus dudas.

-Steven, ¿Podrías decirnos dónde estabas?- Pregunto Perla, mientras que Garnet observaba al pelinegro en su interior Ruby y Sapphire querían encerrar a Steven en un lugar apartado del mundo para que nadie se atreviera a tomar a su niño, pensando en una excusa rápida.

-Estaba paseando por la ciudad, quería despejar la mente luego de lo que paso con Topaz y Aquamarine.- Mintió, lo que menos quería era añadir más preocupación a las chicas con todo lo que pasaba, las gems al escucharlo se vieron no muy convencidas pero la líder dijo.

-Steven, por favor, si vas a salir avisanos de antemano. No queremos volver de una misión un día y no encontrarte terroncito de azúcar.- Dijo con una voz calmada y con tintes cariñosos que lograron relajar al chico, quien asintió con la cabeza y en sus labios una sonrisa sincera.

Garnet no era estúpida ni ciega, sabía que Steven le estaba mintiendo, haberlo visto nacer y criado hizo que cada miembro de las gemas de cristal supiera de inmediato cuando mentía, era como un sexto sentido. Pero también sabía que luego de haber estado cara a cara con las diamantes tenía a todo el equipo, así que lo mejor para evitar que se cerrará era hablarlo a solas con el pelo rizado y cuando no se sienta intimidado.

Las otras no discutieron, lo que Garnet pensará ella se los haría saber tarde o temprano. El tiempo pasó sin pena ni gloria, Perla comentaba sobre el desastre que tuvo que limpiar gracias a que las gaviotas habían ensuciado donde estaba la lavadora, Amatista estaba jugando a las luchas con Steven sin tener que cambiar de forma y Garnet intentaba acceder a su visión futura sin éxito, algo que la extraño bastante.

-Garnet, ¿Todo bien?- Preguntó la pálida.

-No lo se- Esa respuesta inquietó mucho a la ex-Perla de Pink Diamond.

Cuando todo se empezó a oscurecer y vieron que ya era hora de dejar al mitad humano dormir cada gema se encaminó a su cuarto, dejando solo a Steven y Garnet en la habitación del primero el silencio se volvió algo incómodo para el gem quien solo veía a todos lados menos a la fusión ya que esta lo veía muy intensamente aun con las gafas puestas.

-Steven.-

-Si, Garnet?- Viendo al fin a la morena.

-Se que las cosas últimamente no han estado muy bien, y se que todo ha sido muy estresante. Pero si hay algo que te moleste o si solo quieres hablar de cualquier cosa… no dudes en creer que me encantaría escuchar lo que tengas que decir, por muy pequeño que creas que sea, voy a escucharte.- Le dijo con la mayor dulzura posible, como lo hacía cada vez que las pesadillas lo atacaban siendo un niño y no quería hablar de eso.

Steven se sintió como un niño pequeño de nuevo, aquel que le temía a la oscuridad y a los rayos en una tormenta. Quería decirle a Garnet lo que pasaba.

¡Oh, estrellas! Vaya que quería decirle.

¡Quería tanto! Pero…

¿En serio vas a preocupar a las chicas con tus problemas? Ha! Eres patético Steven.

Ellas ya tienen más que suficiente con el planeta madre y las diamantes, para que le sumes tus estúpidos problemas humanos!.”

Fue solo un instante.

Pero más que suficiente para que Garnet lo viera.

Aquel vacío en sus ojos. Eso no era normal.

-No te preocupes Garnet, si pasa algo tu serás la primera en saberlo.- Le dijo con una sonrisa, solo haciendo que la fusión se sintiera impotente.

Los brazos de Steven se aferraron a la morena quien correspondió aquel abrazo, su rostro calmado y sereno pero dentro de si era hora historia.

Una luz roja se encontraba en un espacio totalmente negro junto a una azul.

Rubí:- Zafiro…-

Sapphire:- Lo se, Rubi. Lo se…-”

Despidiendose Steven quedó al fin solo, el brillo en sus ojos y la sonrisa se fueron quedando inexpresivo suspirando fue a ponerse su pijama, apretando los labios pensó en que debía fingir mejor para al menos no levantar sospechas con las chicas. Pero por ahora era mejor dormir un poco después de todo…

Mañana será otro día...

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