Capítulo 12
Una queja salió de la garganta de Steven, quien se estiró tanto como pudo, su espalda crujió ante el movimiento y destensando su cuello bostezo. Limpiándose los ojos, se levantó y cansado, comenzó su rutina del día.
Lavándose el cabello, escucho la puerta del templo, abrirse, entreabriendo los ojos, vio a Amatista salir, cerrándolos nuevamente continuo con lo que hacía, escucho a Pumpking ladrar, sin embargo, decidió concentrarse en limpiarse.
-Uh. Hola, chica. Oye, Steven, ¿es un mal momento?- Pregunto al ver al híbrido, básicamente bañarse en la cocina, el pelinegro apenas se quitó las manos de la cara que ahora limpiaba, el jabón estaba en su rostro y con cuidado abrió uno de sus ojos para ver a la gema morada y decirle.
-De las tres cosas que tengo que hacer en el fregadero ahora, esta es la que menos me importa que veas.- Y con eso comenzó a enjuagarse el rostro y la cabeza.
-Ahhh, ¿Peridot todavía está deprimida en su cuarto B?- Pregunto Amatista, quien, vio la puerta del baño con algo de lástima.
-Sí. Aún no ha superado que Lapis se haya ido, llevándose el granero con ella al espacio. Creo que solo necesita un poco más de tiempo a solas.- Tomando una toalla, comenzó a secarse el rostro.
"-¡Mierda! ¿Cómo le voy a explicar al tío Andy lo que paso con el granero?-" Pensó el híbrido un poco alarmado, algo que no se notó porque aún tenía la toalla en su cara.
Si era honesto, no había visto mucho a Peridot, en el fondo quería que todo se resolviera sin su presencia. El mismo estaba muy deprimido.
Quitándose de la cara la toalla vio a la gema morada ir al baño con expresión seria y determinada.
-No, eso es todo. La sacaremos de allí.- Con un rostro lleno de sorpresa el pelinegro intento detenerla, el mismo sabía lo que era estar triste y querer estar solo... algo imposible teniendo en cuenta todo lo que ocurría en su vida.
-¡Espera, Amatista!- No pudo detenerla a tiempo por lo que, al abrir la puerta, lo primero que escucharon fue música muy deprimente, Steven vio la tablet de Peridot en la bañera sobre una sábana.
-Ah, ¿Peridot?- Steven pudo escuchar a Pumpking ladrar en un intento de hacer reaccionar, su vista fue a la calabaza quien, fue directamente hacia su dueña para sacarla de la tina de baño.
El híbrido y la gema morada se vieron el uno al otro, Amatista entro al baño primero seguida de Steven.
-Eh... Peridot... ¿Te... sientes algo mejor?- La música se detuvo y pudo ver a Peridot enredada en medio de las sábanas, su cara estaba directamente en las sábanas, Steven estaba agradecido que las gemas no necesitaran respirar, ya que, estaba seguro de que Peridot no se ha movido de esa posición por un tiempo.
-Mmmm...-
-Entonces... jejeje... ¿qué has estado haciendo?-
-Mmmmm...-
-Yo... Ah... Realmente no pude entender.- Pudo sentir unas gotas de sudor bajando por su cara. La cuarzo suspiro de forma ruidosa, y con eso tomo del pie a la gema verde para voltearla, lo que le gano un gemido ahogado de la técnico.
-Nada...- Tenia la cara más deprimente que alguna vez había visto Steven.
-Llevas mucho tiempo en este baño. Tal vez deberías tomar aire fresco.- Él híbrido admitía que hasta él se preocupaba por ver así a la gema, esto era nuevo con ella.
-¿Con qué propósito...?-
-Para... ¿sentirte mejor?-
-Vamos, Peridot. No soporto verte así.-
-¿Así cómo...?- Tenia ojeras y su rostro se veía demacrado, Steven era consciente que las gemas no eran seres orgánicos, sin embargo, a veces parecían serlo por como ellas imitaban muchas de sus funciones.
"-Estoy considerando que su diamante es en realidad Blue Diamond.-" Pensó el pelinegro al ver el estado tan deprimido de la gem.
-Amiga, vamos a salir de la casa. Podríamos ir a ver mi antigua guardería. Encontramos a esas Amatistas en el espacio, y todas salieron de la misma roca que yo. Quiero visitar el antiguo vecindario, ahora que he conocido a los vecinos.- La voz de Amatista lo hizo verla, en realidad no sonaba mal.
Tal vez eso ayude a distraerlo.
-Eso suena divertido. ¿Qué dices, Peridot?-
-Haznos sentir tontos diciéndonos las cosas que no sabemos.- Incito la gema morada.
-Extraño eso...- Admitió Peridot, era divertido sentirse superior intelectualmente con Amatista y Steven a diferencia de la fusión y la perla quienes estaban listas para hacer de las suyas con eso.
-Genial, está resuelto.- Y con eso tomo a la gema verde como si fuera un costal de papas, para así salir del baño con él híbrido siguiéndola y la calabaza. -Salgamos del baño.
-¿Puedo llevar mi música...?-
-No.-
[.]
En las líneas de un ferrocarril había un campo de flores, el pasto verde ondeaba con el viento de forma suave, el sonido de un silbato de tren rompió el silencio, pasando un letrero que decía "Cruce de ferrocarril", mientras que, en un vagón estaba el trio de camino a la Guardería Principal.
Tanto Steven como Amatista disfrutaban de la vista exterior del vagón donde se encontraba, detrás de ellos Peridot estaba hecha un ovillo en una pila de heno lejos de ellos.
-Ugh. ¿Por qué estamos viajando en este buque clandestino anticuado? La Guardería Principal tiene un portal muy cómodo.- Comento muy molesta.
-Ah, es una ruta alterna.-
-Vamos, Peridot. Echa un vistazo al hermoso paisaje.- El pelinegro vio el hermoso paisaje que pasaban, eso lo hacía sentir algo mejor.
-No. Tus esfuerzos por mostrarme la belleza de la Tierra son inútiles... Mi sector de campo era perfecto,- Ante el recuerdo de su granero intento hacerse más pequeña, sus ojos lloraron algunas lágrimas antes de secárselas. -ahora está en algún lugar del espacio... Solo háganme saber cuándo lleguemos allí...-
Ante eso el ánimo del hijo de Pink se agrio un poco, dejando de ver la espalda de la gema verde volvió a ver el paisaje, aun con todo, el verlo le traía algo de consuelo.
[.]
La guardería principal aún se miraba estéril, gris y su aire era seco además de muerto, el lugar no había cambiado desde la guerra. El trío caminaba hacia cierto lugar con agujeros en específico.
- Excelente guardería. Justo como lo dejé. Ah, algunas cosas nunca cambian.- La gema morada se paseaba con confianza en el sitio, dando vueltas vio el espacio con una sonrisa. -En realidad, todo es diferente ahora. Amigo, pensaba que este lugar estaba lleno de agujeros vacíos. Pero ahora es como, está vacío con agujeros que una vez estaban llenos.- Acercándose a un agujero sonrió y les señalo a los otros dos con entusiasmo.
Steven sonrió al ver eso, sus ojos recorrieron los huecos sintiéndose algo triste del estado del lugar. Los inyectores estaban aún allí, algunos aún estaban inyectados a la tierra algo que hizo sentir una sensación extraña al híbrido.
Un escalofrío le recorrió la espalda al verlos, la sensación de déjà vu volvió a aparecer. Él había venido antes a la guardería, sin embargo, en esas visitas no había prestado atención a la sensación que sentía antes.
"No estamos creando vida de la nada. Estamos tomando vida y dejando nada en su lugar..."
Una sensación gélida lo estaba cubriendo, pero se terminó cuando escucho a Peridot hablar.
-En realidad, el orden va de arriba a abajo. Esa es 8XJ.- Corrigió la rubia señalándoselo.
-¿De verdad?-
-Sí. Cabello rizado, ¿no?-
-Sí. ¿Cómo lo sabes?-
-Puedes notarlo por los depósitos de hierro en la formación allí.- Dijo señalando justo debajo de la gema morada. -Y esa es 8XL.-
- Oh, eso es bastante asombroso, Peri.- Sus manos rechonchas estaban en los tabiques del agujero de donde salió 8XL. El halago avergonzó apenas un poco a la gema técnico
-Esto solía tener sentido para mí... Pensé que la vida se generaba en una guardería. Energías sin forma, sin objetivo, canalizadas que a nuevas Gemas útiles. Pero la vida no comienza en una guardería... termina aquí. Me he acostumbrado a las plantas en todas partes. Bichos, y brisa, y sol... todo eso ha sido sacado de este lugar. Con las Amatistas que se produjeron aquí, ahora este lugar no es más que una cáscara miserable.- Ante esas palabras Steven solo sintió un escalofrío y la sensación fantasmal de manos acariciando su cuello.
"No estamos creando vida de la nada. Estamos tomando vida y dejando nada en su lugar..."
-Y las Amatistas han desaparecido...- Termino de decir Peridot.
- ¡Oye!- Exclamo Amatista ofendida.
-Oh. Las Amatistas bien hechas han desaparecido.- Rectifico la técnico solo recibiendo una mirada más molesta de la gema morada quien deseaba golpearla. Steven solo observo eso sin saber qué decir, al menos Peridot se sentía más como ella misma.
¿̵P̵e̵r̵o̵ ̵q̵u̵é̵ ̵s̵e̵ ̵s̵u̵p̵o̵n̵e̵ ̵q̵u̵e̵ ̵e̵s̵ ̵S̵t̵e̵v̵e̵n̵?̵
-Amiga, no sigas.-
-Y nada volverá a crecer aquí, -Caminando señalo al resto del lugar, para luego ver una flor amarilla con partes verdes y señarla. - ni siquiera esta flor.- Declaro con seguridad, para luego ver sin poder creerlo la planta.
-¡¿Eh?!-
- Espera.- Bajando del agujero fue directo hacía la planta y acostándose en el suelo para verla mejor, solo pudo ver asombrada la flor.
-Oh. Nunca he visto nada crecer aquí, y he estado alrededor de este lugar durante cinco mil años.- Con delicadeza toco los pétalos, viendo que sus ojos no le mentían. -Vaya, parece saludable.-
-Vaya.- El pelinegro se posó sobre la gema morada, su cabeza estaba sobre la de ella dejando su barbilla reposando sobre la cabeza de Amatista. -Eso es la Tierra, siempre retomando todo.
- No lo sé. Tendría que hacer algunas pruebas para ver si esto no es una anomalía.-
-¿Quieres intentar plantar cosas aquí? Sabes cómo cultivar.-
-Sí, eso sería divertido.- Dijo Amatista, poniéndose de pie con Steven aun sobre ella, lo dejo sobre sus hombros sin problemas.
-Podría ser un experimento interesante...- Dijo pensativa, su vista no había abandonado la flor.
-¡Sí! ¡Retomemos la guardería!- Dijo entusiasmado Steven, la idea de poder reparar al menos una parte del daño que paso en la guerra lo entusiasmaba.
[.]
Las gemas más bajas del equipo traían herramientas de jardinería por el portal, Steven traía paletas junto a una bolsa de tierra, Amatista llevaba macetas con girasoles plantados en ellas y Peridot estaba sobre un tractor.
El híbrido junto al cuarzo sacaban las rocas más grandes del camino, Steven llevaba un gran cúmulo de rocas en sus brazos, mientras Amatista le pasaba las rocas que sacaba para lanzárselas al chico. Entretanto ellos hacían eso, la gema verde fertilizaba el suelo con el tractor.
Cavando agujeros con las paletas, Steven se concentraba en sacar la tierra, al mismo tiempo, Peridot al sacar la tierra termino lanzándosela directo a la cara de la gema morada quien, con una sonrisa se la devolvió.
Usando a Amatista como carretilla comenzaron a llenar de tierra los lugares que faltaban, para luego comenzar a plantar girasoles. Cuando estuvieron listos tanto el pelinegro como la de cabello lila empezaron a dispararle agua con pistolas de agua de forma agresiva, lo que termino con la gema verde regañándolos, para que así la gema morada se transformara en un helicóptero para que así los otros dos dispararan agua desde las alturas hacia los girasoles.
Los tres estaban contemplando su gran trabajo, terminando con Amatista enterrando un cartel con un flamenco. Peridot sonríe, al mismo tiempo que detrás de ella Amatista y Steven chocan los cinco
[.]
Steven se estiró y bostezo mientras se levantaba, tarareando fue al baño a bañarse algo que ahora lo tenía de buen humor. Saliendo con una toalla y ahora sonriendo luego de recuperar su baño, ve a la gema verde y morada charlando en el sofá de la sala.
-No necesitan más agua después de ayer, pero, de acuerdo con varios tutoriales que leí, las raíces deberían comenzar a tomar fuerza.-
-¿Oh, sí?-
-Así que eso es algo que podemos comprobar hoy. Tan pronto como... ¡Steven! ¡¿Qué haces envuelto en una toalla?! ¡Vístete ya!-
-Oh, sí. Cierto.-
[.]
En el vagón del tren el trío estaba hablando emocionado de lo que podía esperar de su cultivo.
- ¿Crees que crecieron durante la noche?- Pregunto el híbrido quién, se miraba emocionado.
Si podían restaurar la guardería, entonces podrían restaurar lo que las diamantes habían hecho en otros lugares.
- Sí. Apuesto que el lugar se ve mejor.-
- Deberíamos sembrar aún más. ¿Qué crees que deberíamos hacer?-
- ¿Qué tal... hortensias?-
- Ah, ¿cuáles son esas?-
- No lo sé. Pero suena bien, ¿verdad?-
- ¿Qué crees tú, Peridot?- Pregunto el pelinegro, viendo a la gema verde.
- Oigan... gracias por hacer esto conmigo.- Dijo algo apenada.
-¿Qué? Jajajaja. Vamos.- Exclamo la gema morada.
- Fue divertido.-
- Estoy feliz de haber sido capaz de arreglar algo.- Dijo la ingeniero, Steven sonrió al escuchar eso.
- Sí. La guardería luce mejor que nunca.-
Los girasoles estaban marchitas y destrozadas, los tallos, una vez erguidos y orgullosos, ahora estaban rotos y marchitos, inclinados hacia el suelo como soldados caídos.
Las cabezas de las flores, una vez brillantes y llenas de vida, ahora estaban destrozadas y descoloridas. Los pétalos, una vez de un amarillo dorado intenso, se habían marchitado y vuelto marrones, como hojas de otoño muertas.
El suelo alrededor estaba salpicado de semillas dispersas, un testimonio del potencial perdido. El aire estaba impregnado de un olor a podredumbre y descomposición, un recordatorio de la belleza efímera de la naturaleza.
La escena era una imagen de desolación y tristeza, un marcado contraste con la alegría y el optimismo que los girasoles habían representado una vez. Steven se sintió con ganas de llorar al ver las flores de esa manera
"Estamos tomando vida, y dejando nada en su lugar."
Un escalofrío escaló en su espalda al ver todo esto, todo iba tan bien, ¿Qué paso?
Peridot tomo un girasol marchito, el vibrante color amarillo se había ido y solo quedo un color gris y sus hojas estaban arrugadas, ante el contacto la flor muerta se desintegró y sus restos se fueron desplazando por el aire. Tanto Steven como Amatista se volvieron a ver preocupados, nadie decía nada.
Todos estaban en silencio, en uno que los estaba asfixiando.
-Bueno. No sé por qué estoy sorprendida. Debería haber sabido que no tenía esperanza.- Dijo molesta, al mismo tiempo que miraba con rencor el resto de plantas.
- Pero, tal vez si lo intentamos de nuevo...-
"Si lo intentan de nuevo, ¿acaso hará alguna diferencia?"
-¡No va a funcionar! ¡Nunca va a funcionar!, ¡¿de acuerdo?!- Grito molesta, podía sentir las lágrimas queriendo salir, sin embargo, se negó a llorar.
-¡Oye! ¡No seas una tonta! ¡Solo tratamos de animarte!-
-Y buen trabajo con eso. ¡Me siento muy bien ahora que sé que nada va a mejorar! ¡Todo está arruinado para siempre! ¡No podemos recuperar nada de eso! ¡Ni mi hogar, ni a Lapis, ni a este planetucho tampoco!- Peridot comenzó a patear a los girasoles más cercanos, que ante el impacto se empezaron a desintegrar.
-¡Mejor lancémonos todo a la basura, y saltemos luego nosotros, porque todo es basura inservible!- Levantando los brazos grito esa última frase con mucha frustración. Aunque las gemas no necesiten respirar necesariamente, Steven podía ver como Peridot respiraba de forma molesta.
-Peridot, tal vez los girasoles no funcionaron, pero,- Señalando la flor, intento al menos poner una luz positiva a la situación. -sabemos que algo puede crecer.-
Eso debía de significar algo, no?
Peridot con un gruñido se acercó a la flor y.
-Esta flor es como nosotros. ¡Muy tonta para notar que no debe crecer!- Y con eso, piso la flor, al hacer eso tanto Amatista como Steven jadearon al verlo, la gema verde pronto se dio cuenta de lo que hizo.
El rostro de la gema verde se ensombreció al ver lo que hizo, antes de poder decir algo, el suelo comenzó a temblar, y justo donde había estado la flor, salió una gema corrupta en forma de rábano, era enorme tenía 4 patas con dientes afilados y no tenía ojos.
La gema rugió al trío lo que hizo que el cabello de ellos, se fueran hacía atrás.
- ¡Oh, por favor!- Dijo la gema al ver a la corrupta, quien de inmediato se la comió.
-¡Peridot!- Grito Steven.
Tanto el mitad humano como la gema morada fueron hacia el monstruo rábano que, huyo por el agujero que había creado. Lo que termino con él saliendo detrás de ellos, Amatista tomo una de las patas con su látigo, sin embargo, el corrupto volvió a huir por el hueco, arrastrando a Amatista con él.
-¡Amatista!- El pelinegro fue tras ellos, al correr por el hueco pudo ver a Amatista tratando de resistir mientras más se acercaba.
-¿Lo acabamos juntos?-
-Hagámoslo.- Con eso, le dio la mano a la gem y con eso se fusionaron.
El monstruo salió disparado del agujero, y del mismo Smoky emergió del mismo. Atrapando al monstruo con su yo-yo, simplemente lo evaporo con el mismo.
Una nube de humo se levantó y cuando esta se asentó, se podía ver a Peridot tirada con una mirada molesta, Smoky burbujeo la gema para así enviarla al templo.
- Necesito ir al baño.- Dijo cansada.
[.]
En el vagón del tren el trío de gemas estaban sentados observando el paisaje, los girasoles se movían por el viento de forma suave.
-Amiga, tenías razón. La guardería realmente está muerta para siempre.- Dijo la gema morada, viendo al frente.
-Fui una tonta al pensar que podríamos reinstaurar la vida allí.-
-Aahh...Dímelo a mí.- Suspiro el híbrido, su vista fue hacía el cielo.
Fue una tontería pensar en poder reparar ese tipo de daño.
-De acuerdo, lo haré. Yo estaba usando esto como una distracción de haber perdido a Lapis, y el granero, y esa sensación general de completa desesperanza que tiendo a tratar en el día a día. Pero, eso solo me confirmó que, una vez que estropeas algo, está arruinado para siempre, y nada será capaz de crecer de nuevo.- Dijo de forma simple y casi cansada, dejo sus brazos en dirección atrás recostándose, su cabeza quedo colgando hacía atrás lo que hizo que tanto Steven como Amatista la voltearán a ver.
-Sí. Captamos el mensaje.- Dijo rodando los ojos.
Steven volteó la vista hacia los girasoles, esta vez prestándoles verdadera atención.
- Oh, vaya. ¿Qué tal todo eso?- Al decir eso tanto Peridot como Amatista voltearon a ver, el cielo naranja estaba presentándose, dándole al paisaje que tenían de frente una hermosa vista.
-Eso sí es impresionante.-
-Ja. Supongo que el campo aquí es bastante hermoso. ¿Pero a quién le importa? Yo quería tener esto para la guardería.- Y con eso se dejó caer hacía atrás, su expresión era una de molestia.
El híbrido sin rendirse con ella decidió hablar.
-Incluso si no hay nada que podamos hacer por ese pedazo de Tierra, todavía hay una Tierra entera floreciendo a nuestro alrededor.-
La gema morada tomo el brazo a la rubia quien, la volteo a ver.
-Sí. ¿Por qué no intentamos sembrar en cualquier otro lugar? Será más fácil que intentar plantar en la guardería. A esa suciedad no le importa qué tan verde sea tu talento.-
-Talento verde, porque eres verde. Jajajaja.- Ante lo que dijo Amatista, el pelinegro se comenzó a reír, y ante su risa la gema verde molesta contesto.
-¡Yo sé eso!- Mientras se enderazaba.
-Entonces, ¿lo intentamos?-
-Mmmm...- Viendo sus piernas solo murmuro.
-Hazlo, hazlo, hazlo. Di que sí.-
-Bien. No tengo literalmente nada más que hacer.- Refunfuño mientras se cruzaba de brazos.
-¡Sí!- Y con eso abrazaron a la gema verde, quien solo se sonrojó y frunció más el ceño.
Peridot veía los girasoles, su ceño se relajó y sin perder el tiempo, devolvió el abrazo a Steven y Amatista.
-Gracias chicos... de verdad.- Murmuro en voz baja, algo que tanto la gema morada como el pelinegro solo apretaron un abrazo.
[.]
¿Te gusta el café, Steven?
Steven vio el mensaje, estaba fuera de la casa observando el agua del mar. Pensó que era un mensaje de Connie, se decepcionó al saber que no lo era.
No, no me gusta el café ʕT//ᴥ//T ʔ
(⚆ᗝ⚆)
Aunque no creo que sea necesario tomar café ┬┴┬┴┤ ͜ʖ ͡°) ├┬┴┬┴
Steven sonrió al ver eso, María parecía ser alguien agradable. Por lo que realmente aún esperaba el viernes para verla.
No, no lo creo ( ͡° ᴥ ͡°)
Del otro lado, María sonrió al ver los mensajes, estaba en una habitación con muchas herramientas de carpintería. Estaba usando una camisa vieja, sobre esta tenía un overol desteñido, su cabello estaba amarrado en una coleta y en sus rizos tenía astillas de madera.
Tomando el cincel comenzó a darle forma al pedazo de madera que tenía en frente, esperaba el viernes con mucha emoción para ser honesta. Steven se miraba agradable.
Espera... ¿Eso no la haría una depredadora?
Para empezar, ¿Qué edad tiene Steven?. Se miraba demasiado joven, además de que vio su foto de perfil...
Dejando su herramienta tomo su teléfono de nuevo y un poco más nerviosa le envió un mensaje.
Steven, ¿Qué edad tienes?
(ーー;)
Steven vio confundida la pregunta, levantando sus hombros decidió contestar.
Tengo 14 años ◔_◔
María casi se atraganta con su saliva al leerlo, ¿tiene... 14?.
Te vez muy joven ( 。_。)
¿Eso es un problema o...?
No, no!
Simplemente, te miras más joven, supongo que cuando nos vimos las primeras veces la falta de luz ayudo a no darme cuenta.
"-¿Estaba enfermo?-" Pensó la morena, podría ser posible. Recordaba haber visto una película de un hombre que crecía a la inversa.
-Se lo preguntaré el viernes...- Murmuro la morena.
Te veré el viernes, no llegues tarde, Steven~
(〜^∇^)〜
El híbrido sonrió al ver el mensaje, eso le levanto un poco el ánimo. Se alegraba de saber que al menos a alguien le agradaba.
[.]
Garnet estaba meditando en su habitación, sus gemas estaban brillando y la lava a su alrededor estaba burbujeando. Como si fuera una señal para lo que venía, decidió no perder más el tiempo.
Su visión futura había estado fallando en torno al futuro de Steven, ella misma sabia que eso era una bandera roja en toda la situación, y para empeorarlo parecía que alguien estaba lastimando al pelinegro.
Tomando aire se preparó, a pesar de muchas cosas el Homeworld en su época dorada era una fuerza implacable. El potencial era prácticamente ilimitado en aquel entonces, incluso la fuerza de las gemas de la era 1, no se comparaba con gemas de nueva generación.
Y era esa fuerza, la que las diamantes comenzaron a ver con mirada llena de desconfianza. Una que limitaron por buenas razones, y que, incluso en la rebelión pudieron entender por qué.
Aunque aún había una manera de poder acceder a ese poder que tanto les habían quitado.
La forma física de Garnet comenzó a brillar, sus gemas brillaban en un blanco puro y pronto sus visores desaparecieron de su rostro. Su cuerpo brillaba y cualquier rastro de color se fue, solo quedaba un cuerpo brillante.
El brillo siguió escalando a un punto que, si fuera una habitación normal, el brillo se notaria a kilómetros. Las burbujas que tenían gemas en su interior estaban brillando también, el brillo podría haber dejado ciego a un ser humano si hubiera estado allí en ese momento.
Pronto el brillo comenzó a parpadear y con solo un sonido de estática a su alrededor, la figura de la fusión desapareció dejando solo sus gemas que la componían.
[.]
Kiki Pizza veía el techo acostada en la camilla del hospital, sus ojos rojos por haber llorado varias veces, su vista no se despegaba del techo solo sintiendo la intravenosa en su brazo.
Sus pensamientos eran un desastre, rememorando la forma en que se veía Steven, la morena cerro los ojos y poso sus manos en su rostro la culpa estaba en su sistema como el suero que se le estaba suministrando, un suspiro tembloroso salió de su boca.
-¿Kiki?- Una voz femenina que conocía muy bien le hizo quitar sus manos de su cara, con la cabeza aún en la almohada volteo a su izquierda y vio a su gemela quien la veía preocupada, desde que la internaron podía ver como su hermana mayor la miraba como si en cualquier momento pudiera desaparecer.
-...- La gemela menor guardo silencio suspirando solo la vio, sus ojos aún podían ver esos ojos negros llenos de aquellas gotas saladas.
-Kiki- Volvió en sí y vio como su gemela todavía preocupada quería decirle algo. No debía ser un genio para saber que quería preguntarle si estaba bien, mordiendo el interior de su mejilla quiso gritar que no estaba bien.
Todavía podía sentir aquella corriente eléctrica corriendo por su cuerpo mientras escuchaba aquellas carcajadas, los gritos de Steven, sus súplicas para que la dejaran. Aquella mujer amarilla no tuvo piedad con ninguno, incluso podía ver aquellas manos enguantadas cerrarse alrededor de la cabeza del híbrido, como apenas podía defenderse.
Como estaba tan indefenso.
Todavía podía escuchar el sonido de huesos rompiéndose, aquel sonido se había quedado arraigado a su mente reproduciéndose en los momentos donde su cuerpo ya no agonizaba de dolor, no tenía que cerrar los ojos para ver aquella sonrisa de dientes blancos mientras apretaba más aquel agarre mortal.
-...Jenny- Su voz ronca le dolió usarla, su mano derecha apretando el dije que Steven le había dejado, aquel cuchillo que tenía en el pecho solo se retorció provocándole más dolor.
-Necesito que hagas algo por mí-
No iba a arreglar lo que paso, pero al menos era un comienzo.
[.]
Tic-Tac...
Tic-Tac...
El sonido del reloj la volvía loca.
Respirando profundo por la nariz Sadie solo seguía viendo la puerta del establecimiento.
Una semana.
En solo una maldita semana, toda la ciudad se había puesto de cabeza. Y todo por culpa de...
Cling!
Parpadeando vio entrar a Jenny, estaba sola, lo cual era raro ya que siempre estaba acompañada con Buck y Sour Cream. Aunque luego de la hospitalización de Kiki, se miraba más seria que nunca.
-Hola, Jenny. ¿Necesitas algo?.-
La morena solo parpadeo lentamente, a la rubia le recordaba a como lo hacían las ranas. La pelinegra solo apretó sus labios antes de hablar.
-¿Podrías darme una caja de donas? Con glaseado rosa.- Dijo sería, se miraba cansada, tenía ojeras y se veía que no había dormido bien en un tiempo.
-En seguida.- Y con eso preparo la caja de donas, el silencio era evidente, sin embargo, la rubia no hizo ninguna pregunta. Podía ver que la morena estaba pasando por días difíciles.
Cuando termino de empacar las donas, fue cuando la morena suspiro y.
-Sadie, ¿estas son las que le gustan a Steven? Realmente espero que si.-
Y con eso la rubia sintió un subidón de furia, el nombre aún le causaba ganas de romper algo.
Era ridículo. Ridículo de solo pensar que, en algún punto ella sintió algo parecido a un cariño fraternal hacía Steven Universe.
Luego de lo ocurrido con aquellas gemas, se sintió entumecida cuando se dio cuenta de que Lars se había quedado en la nave. Pasaron 2 días hasta que, pasara la sensación de entumecimiento y tuviera que ver a Steven nuevamente caminando por la ciudad.
Caminando como si nada, caminando sin Lars.
Sus dientes mordieron la parte interna de sus labios, pensó que había conocido el odio antes. El odio había sido un vacío en su interior, un dolor sordo que se había visto obligada a conservar mientras veía a otros niños con sus padres. Pues el odio había sido reservado para su propia carne y sangre.
Creyó que conocía el odio, aunque ella ahora entendía, eso no era odio.
No, no lo era.
El verdadero odio era afilado y certero. Una balanza que suplicaba un equilibrio perfecto. Steven yacía a un lado de la balanza. Su única responsabilidad en esta vida, en lo que a ella respectaba, era igualar el peso.
-¿Sadie?-
La morena la miraba como si fuera algo extraño, tomando algo de aire solo sonrió, al mismo tiempo que, el sabor a cobre se presentaba en su lengua.
-Sí, si lo son, Jenny.- Y con eso decidió solo tomar el dinero, sus manos temblaban un poco.
Como odiaba a Steven Universe en esos momentos.
[.]
¡Plat! ¡Crunch! ¡Plat! ¡Crunch! ¡Plat! ¡Crunch! ¡Plat!
El olor a levadura fresca estaba en el aire, el calor de los hornos podía llegar a ser insoportables para quien no estuviera acostumbrado. Las manos enharinadas estaban moviendo la mesa donde estaba trabajando la masa.
Las yemas de los dedos se hunden en la masa, buscando su temperatura y textura. Un leve chasquido anuncia el encuentro entre la piel y la masa pegajosa.
La masa se desliza entre las manos, estirándose y contrayéndose en un baile rítmico. Un chasquido húmedo marca cada giro, como si la masa aplaudiera su propia transformación. La masa se estrella contra la tabla de madera con un golpe sordo, liberando una bocanada de aire que impregna la cocina con su aroma a levadura.
¡Plat!
Fue el sonido húmedo que se escuchó en el lugar, pronto el olor a pan cocinándose se posó sobre dicho lugar. El calor era uno sofocante, y junto al sonido de los hornos se volvía un sitio que no muchos podía soportar estando.
¡Pop! ¡Pop! ¡Pop!
Como plástico de burbujas reventando el sonido del horno también cantaba su propia canción.
¡Clink!
El sonido de la alarma llamo la atención del panadero, dejando la masa tomo una paleta larga de madera y con cuidado abrió el horno. Sacando los panes recién hechos, solo atino a suspirar al sentir el calor irradiando de ellos.
Tocando un botón que estaba al lado de un micrófono, hablo.
-¡Pan de la señora Davis listo!- Con voz alta dio aviso, y ante eso, dejo la orden lista para cuando fuera necesaria empaquetarla.
Minutos después, entrando al lugar, una chica cubierta de pies a cabeza tomo con cuidado de no quemarse los panes. La chica tenía un trapo amarrado a su cabeza que cubría su cabello, que estaba amarrado en un moño apretado y su rostro estaba cubierto por un trapo también, usaba camisa de manga larga, lo que lograba que no contaminaran el producto en su creación o su manipulación.
El chico mismo admitía que funcionaba bastante bien, uno solo tenía que acostumbrarse a usarlo por demasiado tiempo. Y él llevaba años de ventaja en ello.
-¿Cómo va la orden de la señora Miller, Paúl?-
-Estará lista para esta noche, solo necesito concentrarme en el relleno de los Cannolis...- El pelinegro solo pudo atinar a cerrar los ojos, entretanto metía lo que serían Baguettes al horno. -Sigue sin tener sentido que la señora Miller nos pida Cannolis, su hija trabaja literalmente en donde podría tener donas frescas.-
Menciono irritado del pedido de último minuto, solo recibiendo un golpe de su hermana en su brazo.
-Eso que importa. Sabes que de ese lugar, las donas son un asco.- Menciono la chica pelinegra.
-Ahg, no me lo recuerdes.- Hizo una mueca de asco, que no se pudo ver, ya que usaba un trapo en su rostro, Elizabeth sabía que estaba haciendo una mueca, a pesar de que aún podía recordar la sensación de la masa añeja en su lengua, desde entonces ambos hermanos preferían hacer sus propias donas.
-Recuerda, termina los Cannolis, y podrás ir a jugar con tu amiguito mágico.- Menciono para irse.
-¡Se llama Steven!- Le grito a su espalda, molesto de ser tratado como un niño.
-¡No discutan y sigan trabajando!- Escucho la voz de su madre y con eso, volvió a ver los demás hornos.
Pese a que su madre agradecía a Steven por salvarlo, ella aún se mostraba renuente ante la idea que esté cerca de las mujeres mágicas que están a su alrededor. Y una parte de él mismo, admitía que tenía razón de eso.
Esas mujeres podían verse algo humanas, aun así, se miraban todo menos eso. La roja con afro...
"-Garnet.-" Se recordó mientras verificaba los relojes.
Era increíblemente alta, podía apostar que su madre era un poco más baja y su madre no era una mujer baja.
Podía apostar que estaba cerca de los 2,50 con Garnet, aunque podía estar equivocado, su cabello le daba esa ilusión de que podía ser más alta.
La pálida era incluso más alta que él, la última vez que se midió le dijeron que para tener 17 años la estatura de 1,78 era bastante y sabía que seguiría creciendo por parte de su madre.
Ya sea por el color de piel anormal o la estatura demasiado grande, él podía comprender el punto de vista de su madre en quererlo a una buena distancia de esas mujeres.
También estaba el tema de Steven, el mismo era un enigma. Un misterio.
Había algo en él que, lo hacía querer conocerlo mejor. Ya sea por qué lo salvo o porque cuanto más interactuaba con él, más deseaba conocerlo.
Era amable y valiente, también parecía ser el tipo de persona que le importaba la gente.
"-Es empático, muy empático.-"
Lo que escucho de Charlie cuando supo que estaba con Steven se lo dijo.
(-¿Eres amigo de Steven?- El pelirrojo sonrió al escuchar eso, Lizeth estaba convenciendo al híbrido de tomar más cerveza, al lado de Steven estaba esa chica morena quitando cada cerveza dejando algunas sodas para que así no las tomara.
-Podría decirse que sí.- Dijo tambaleándose, parecía que no tenía mucho aguante.
-Genial, cualquier amigo de Steven, es mi amigo.- Le dio una palmada en el brazo.
-¿Ah si?-
-Bueno, sí. El chico salvo a mi amiga de su ex de mierda, él acaba de ganarse eso, además es quien pelea contra cosas monstruosas en la ciudad, le daré el beneficio de la duda y confiaré en él.- Dijo sonriendo.)
Suspirando saco otra orden del horno, todo era confuso con Steven Universe.
[.]
Connie suspiro al ver de nuevo los mensajes, ignorando los de Steven vio que Jeff le había enviado una foto de unos boletos de cine, sonriendo envío su confirmación.
Se sentía en las nubes, se sentía... ¡sentía que era el universo de alguien!
Sonriendo decido que, se volvería egoísta y por esta vez, Steven no sería su prioridad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top