• Capítulo 97 •
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Una mujer azabache, ojos dorados como el oro con una rosa dentro, su piel clara deteriorada y agrietada. Vestida con una yukata roja y unas vendas en su cuello.
Después de tantos años encerrada en esa rosa que nunca llegó a florecer en alguna de las estaciones del año, Haru fue liberada y revivida por Orochimaru con la esperanza de que fuera ella quién detuviera a Madara, pero las cosas no serían así.
—Bara: Torēnin gusutemu—. Haru tocó el piso rocoso haciendo que varios tallos de gran tamaño y grosor desprendieran debajo del suelo hacia la bijūdama.
—¡Oh...!— dijo Madara un poco impresionado y mirando desde lejos el jutsu —Esos tallos son más grandes de los que podías hacer, parece que el chakra ilimitado que te proporciona el edo tensei te permite hacer jutsus de ese grado—.
Notó que no hacía expresiones faciales, estaba neutra —Ya veo.—. volvió a su postura relajada con una tenue sonrisa —Estas siendo controlada, aún no tienes idea de lo que está pasando a tu alrededor—.
Madara tenía razón, Haru no tenía conciencia propia debido a que estaba bajo el control de Orochimaru. Diez gigantescos tallos fueron suficientes para detener la bijūdama sobre una gran altura —I-increible...— un ninja del Rayo cayó de espaldas llevando su mano a la frente mirando estupefacto las plantas.
—¡Estamos salvados!— dijo otro ninja y los demás empezaron a festejar era un alivio inmenso para todos.
—¡Genial! No sabía que nuestra hermana podía hacer sus tallos de ese tamaño—. Hashirama estaba sorprendido por el tamaño. Cuando era la época de guerra entre clanes los tallos de su hermana eran de la altura de su cuerpo y con un grosor de veinte centímetros.
—En realidad esos tallos pudieron haberla matado si hubiese estado viva. Pero como está en el modo edo tensei y tiene tus células le fue fácil crearlos de ese tamaño y fuerza, capaz de detener el ataque del Jūbi—. Tobirama conocía los límites del poder de Haru.
Debido a sus escasos entrenamientos no adecuados su técnica es demasiado imperfecta que incluso hacerles un mal uso pueden matarla.
Orochimaru también conocía del límite de su poder, por eso tuvo que hacerle unas modificaciones al zetsu blanco para que soportará el chakra —Bien, ahora hay que desaparecer esto—. Haru y Orochimaru mantenían el sello del carnero cerca de su pecho y después formó el del pájaro.
Una gigante rosa salió del mismo lugar, con sus pétalos fue envolviendo la bijūdama hasta cubrirla completamente y de golpe bajo hasta el suelo provocando un gran terremoto haciendo que algunos cayeran.
—Sakura, ¿recuerdas el nombre de esa técnica?—. preguntó Amaterasu mirando de reojo a su amiga.
Ella asintió con un pequeño jadeo —El Bara, la técnica que mencionaban esos pergaminos que estaban en esa caja en el distrito Uchiha. La posibilidad de que esa caja sea de ella es alta—.
—Asi que ese es el Bara—. meditó —Puede ser. Es sorprendente que tenga un poder descomunal—.
El hombre serpiente no dejaba de sonreír apreciando el poder que alguna vez quiso, se sentía invencible pero era una lastima que ya no le interesaba, no ahora que se había unido a Sasuke —Es hora de darle su conciencia y personalidad. ¡Liberar!— a la altura de su boca formó el sello de la rata.
Haru hizo su primera expresión, parpadeó un par de veces con la boca ligeramente abierta —¿Que está pasando aquí?— miró sus manos confusa —Estoy viva, ¿pero como es posible? Estoy segura de que morí, mi último recuerdo fue cuando Hashirama y Tobirama me mataron, no comprendo—. pensó a lo alto, lo primero que vió fue al Jūbi que de igual manera la miraba.
Se sentía amenazado cuando presenció el chakra de Haru por lo que lanzó un gran rugido haciendo que todos los ninjas se taparan los oídos o sus tímpanos quedarían rotos.
—Shukaku... Matatabi... Isobu... Son Gokū... Kokuō... Saiken Chomei... ¿son ustedes?— a través de su doujutsu pudo notar el chakra de siete de sus nueve bijūs en el Jūbi. Extendió la mano intentando querer acercarse y tocarlo, podía sentir el sufrimiento y dolor que emanaba.
—¡Haru!— su escenario cambió ahora dentro de una especie de habitación oscura y grande, el suelo estaba cubierto por agua que no llegaba ni a los talones —Escucha—.
—Kurama ¿que es este lugar? y lo que es más importante ¿que esta pasando aquí? Puedo ver el chakra de todos dentro de esa cosa—. refiriéndose a los bijūs —Excepto el tuyo y el de Gyūki—.
—¡Aaah!— Naruto se alteró cuando la vió, no sabía que otras personas a excepción de él podían entrar en su interior donde anteriormente yacía el zorro —¡Kurama! ¡¿Quién es ella?!— la señaló —¡¿Y cómo sabe tu nombre?!—
—¡Silencio! ¡No puedo contestar las preguntas de los dos al mismo tiempo!— el zorro empezaba a perder la paciencia —Esto es tu culpa Haru. Tu plan trajo muchas consecuencias. Mientras tu descansabas a nosotros nos trataron como armas. Nos encerraron en el interior de los humanos con el fin que ser nada más que armas militares. Ahora mismo estás en el interior de mi jinchuriki y por si fuera poco esa cosa es Jūbi—.
—Sabes que lo hice con el fin de proteger el sueño de Madara, a ustedes y a la aldea. Mi intención no fue traer problemas—. frunció el ceño —Si el Jūbi ha revivido entonces hay que detenerlo, pero no sé si podré—. de todos los jutsus que existían en su clan solo sabía tres básicos.
—Deberías ver tu misma el resultado de tu plan. Todos nosotros hemos sufrido mucho. De todos tus ancestros que nos cuidaron, tú eres la peor que ha hecho su trabajo—. la culpo, mostró sus grandes y afilados dientes queriendo intimidarla.
—Siempre tan frío. Pero antes—; volteó a ver a Naruto para evadir a Kurama —Un placer, mi nombre es Uchiha Haru. Soy la protectora de todas las bestias con cola que conoces y Kurama es uno de ellos por eso lo conozco—. le dedicó una sonrisa.
El rubio se quedó boquiabierto escuchando el apellido de la mujer pero luego reaccionó para poder presentarse —Mi nombre es Uzumaki Naruto, dattebayo—.
—¿Dattebayo?— se preguntó ella pareciéndole extraño esa forma de hablar que no evitó reírse —Lo siento, tu forma de hablar es curiosa, pero me gusta—.
Sus mejillas se tornaron rojas rascando su nuca un poco avergonzado —Gracias, abuela—.
—¿Abuela? Es raro que me llamen de esa forma, no me molesta, es más, me gusta. Recuerdo a la única y última persona que me llamó así—. pensó dibujando el rostro de esa persona.
—Abuela Haru, tus ojos son raros—. señaló sus globos oculares dorados con el dedo —Nunca los he visto—.
—Eso es por qué es mi doujutsu, el Rosegan, tal vez no hayas oído de ellos—.
—No. Es la primera vez que los veo y escucho—.
—¡Oigan! ¡No es momento para hablar, estamos en medio de una guerra!— espetó Kurama recordando que estaban en guerra.
—¡Es cierto!— el rubio ojiazul rascó su cabellera. Su pequeña charla con Haru era tan interesante que el tema de la guerra se le había olvidado.
—¿Guerra?— preguntó a ambos con un ligero miedo —¿Naruto, Kurama en qué época estamos?— preguntó queriendo averiguar algo.
—En la época de la quinta hokage—. respondió Kurama.
—Ya veo...— llevó su mano al mentón pensativa.
Nuevamente Haru regresó al exterior buscando a sus dos hermanos —Hashirama, Tobirama—. se acercó a los dos Senju's quienes la miraron entristecidos, felices y melancólicos.
Tobirama se sentía peor, pasó mucho tiempo desde la última vez que vió a su única hermana, la extrañaba tanto que quería abrazarla y nunca soltarla pero su orgullo era primero —Me alegro volver a verte Haru—. quiso sonar frío.
—Lo mismo digo—. respondió gélida pero sincera ya que no dejaba de ver en todas direcciones buscando algo o alguien que le hacía recordar su odio. Podía sentirlo cerca, si tuviera la oportunidad ajustaría cuentas con él.
—¡Así que los tres hermanos lucharemos con Madara! ¡Esto es genial!— declaró emocionado Hashirama.
Haru gimió de sorpresa por lo dicho de su hermano mayor —¡¿Que?! ¡¿Madara?!— no creyó imaginar que el causante de todo esté desastre era él. Acarició firmemente su entrecejo intentando aliviar el dolor —¿Dónde está él?—
Tobirama señaló el lugar de Madara que estaba sentado sobre una meseta con una ligera sonrisa —Ahí está—.
—Esto es malo. No puede estar pasando, si esos dos se llegan a reencontrar no se cómo actuarán, peor aún, no se que diré yo—. pensó seriamente. En ninguna parte de su plan decía que iba a ser revivida y muchos menos se volvería a ver con Madara.
Mientras pensaba en sus errores su vista se topó con Amaterasu, cuando la vió sus ojos se abrieron ligeramente dejando libre un pequeño suspiro. A pasos lentos pero seguros se fue acercando a ella que estaba con Hiruzen —¿Amaterasu? ¿Eres tú?— extendió sus manos intentando hacer contacto con ella.
Amaterasu no la conocía y no se sentía segura por lo que desenvaino su tantō —¿Quién eres?— preguntó fría alzando el arma y retorciendo unos pasos.
Con una ligera sonrisa recordó que Amaterasu no la conocía por lo que era normal su reacción —Como me llamabas...— intentó hacer memoria de un nombre especial, después chasqueó los dedos —es cierto, me llamabas Rose ¿no?— dijo con una ligera sonrisa.
Lentamente fue bajando el arma totalmente sorprendida y quedándose sin palabras —¿T-tu eres Rose?— preguntó un poco entristecida a lo que ella asintió —Pero, ¿como sabes eso?—
—Aunque mi cuerpo y alma no estaban en esa tumba siempre te escuchaba cada vez que me visitabas y dejabas flores. No podía verte pero si oírte. Ahora que te veo por segunda vez—, tocó su mechón que cubría su ojo derecho —has crecido mucho, eres la viva imagen de tu padre—. sentía una inmensa felicidad que no podía ser explicada con palabras.
Amaterasu volteó a ver a Hiruzen buscando su parecido con él. Sin comprender aún lo que estaba pasando se preguntaba cómo sabía su nombre —Si tú eres Rose, entonces... ¡tú eres la esposa de Madara!—
Parpadeó un par de veces impresionada —¿Cómo sabes eso?—
—Tobirama-sama y Danzo me lo dijeron—. reveló neutra, recordó la forma en que Danzo destruyó la tumba de Haru y la noche de su cumpleaños cuando Tobirama le contó su historia. Nuevamente guardo el tantō ya teniéndole un poco confianza.
—¡¿Tobirama se lo dijo?! ¿Cómo es eso posible?— no encontraba una respuesta lógica al comentario de la Sarutobi. Había muchos misterios por resolver mientras estaban en guerra.
Obito logró convertirse en el jinchuriki del Jūbi, su aspecto cambio drásticamente. Era una especie de humano pálido con escamas y bastón, Haru solo miraba a los bijūs sufrir mientras estaban encerrados.
—¡Hay que detenerlo!— dijo Haru corriendo hacia Obito junto con Naruto, Sasuke, Tobirama, Minato y Amaterasu.
Pero Madara se le lanzó encima haciendo que se separará del grupo —¡Abuela Haru!— exclamó Naruto parándose de golpe e ir a ayudarla.
—¡Descuida Naruto! ¡Yo puedo ocuparme de él! ¡Ocúpate de Obito!— le ordenó a lo que él asintió siguiendo el plan —Yo tengo asuntos pendientes con él—. reveló con voz queda y con el ceño fruncido.
—No hay nada de que hablar, solo quiero un poco de acción. ¡Hashirama está tardando así que quiero bailar contigo para matar el aburrimiento!— dió el primer golpe pero Haru lo detuvo con sus brazos.
—¡Se que estás haciendo esto por resentimiento Madara!— formó sellos, metió sus manos en la tierra para sacar dos raíces y los lanzó como látigos a él.
—¡No!— reveló gélido —¡Solo quiero bailar contigo, eso es todo!— con su gunbai cortó las raíces y ahora el formó sellos para lanzar una bola de fuego.
—¡Mentiroso!— formó también sellos para usar el Suiton para apagar el fuego —Solo me queda un jutsu de agua—. esta vez se acercaron para luchar a puro taijutsu y sin dirigirse otra palabra.
Sus lazos se habían roto desde aquel día, Madara ya no sentía nada por Haru y Haru detendría a Madara para que el futuro que había protegido con sacrificio no fuera en vano.
Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura
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