• Capítulo 85 •

...

Sakura fue la primera en darse cuenta de la rosa que floreció a su lado —¿Q-que significa esto?— ya no sabía que pensar, las cosas se estaban tornando más extrañas de lo normal y con esa rosa que floreció a su lado empezaba a creer que estaba ilusionando cosas.

Pero ahora no importaba la rosa, debía concentrarse en curar ese dolor de cabeza que hacía que su amiga azabache sufriera. Pero se dió cuenta que lo que estaba haciendo no estaba dando resultado, tenía que buscar otra solución y rápido. Lentamente bajó sus manos de la cabeza de su amiga para tocar su mano.

Amaterasu se retorcía de dolor y sus gritos se hacían más agudos —¡Ahhh!—  la pelirosa de ojos jade miró unos segundos a su amigo rubio como peleaba con Pain, debía localizar a Yamato, él era el rúnico que podía detener a Naruto, si no lo hacía antes moriría.

Pero también tenía a Amaterasu que estaba sufriendo y a su maestra débil —Localiza al capitán Yamato y que vaya con Naruto a detenerlo. Rápido—. le ordenó al Ambu que estaba con ellas, a lo que asintió con un gemido y desapareció para buscar al hombre castaño del mokuton.

—¡Resiste Amaterasu!— imploró preocupada para que la azabache no perdiera en esta pelea de dolor.

Amaterasu no sabía que hacer, lo único que podía ver era el cielo que se tornó algo grisáceo por el humo de las explosiones. Ese dolor que sentía no era fácil de explicar para ella, no podía casi formular palabras o sentiría que su cabeza explotaría.

No se había percatado de la rosa que floreció al lado de Sakura por tanto no sabía que estaba pasando. Intentaba contener sus lágrimas de dolor pero no resistiría por mucho tiempo —A-ayuda...— murmuró con voz quebrada.

—Ojalá estuviera el hospital y así te atendería mejor. Pero todo fue destruido—. miró a su alrededor y después la miró de nuevo. Frunció el ceño y chasqueó la lengua sintiéndose inútil por no hacer nada para curarla. Nuevamente junto sus manos hacía la cabeza de la Sarutobi desprendiendo un aura azul.

—¿Q-que es esto...?— sorprendida se preguntó Sakura sintiendo algo distinto en ella. Se concentró mejor para asegurarse de lo que estaba sintiendo era real —Tu chakra es distinto... se siente algo oscuro y turbio...— estaba segura que ese chakra no era de ella.

Amaterasu cambiaba de chakra cada cuando se activaba su sharingan, tenía dos tipos de chakra diferentes, nadie lo notaba solo los ninjas sensoriales podían hacerlo eso incluía a Tobirama y hasta ahora Sakura también lo notó.

Nuevamente otras dos rosas florecieron a los dos costados de Sakura —¡Que!— exclamó en su mente, varias gotas de sudor salieron de su frente estando más nerviosa. Esto ya no era normal para ella pero extrañamente se le hacían familiares estás flores.

No porque no reconociera una rosa, era que se sentía familiarizada con ellas y no sabía el porqué. Reunió más chakra en sus manos para seguir curando a Amaterasu y más rosas florecieron, cabe mencionar que solo las rosas rodeaban a Sakura y no a Amaterasu.

Cuando el dolor de cabeza le bajo se quedó dormida estando exhausta. Sakura bajó lentamente las manos aliviada de  ver qué estaba normal como antes —Descansa—. se sentó sobre sus rodillas y recargó la cabeza de su amiga en su regazo para que tuviera una mejor comodidad.

Fue acariciando su larga cabellera apreciando lo débil que estaba, notó que el mechón que ocultaba esa cicatriz no estaba en su lugar así que lo tomó para acomodarlo —No te gusta que nadie vea esa cicatriz—. le dedicó una sonrisa.

Había sufrido mucho dolor en un solo día. Ignoraba las rosas que estaba a su alrededor, no importaba eso porque seguramente tenía su explicación lógica.

Remontamente un Ambu de Raíz espiaba a la Sarutobi por órdenes de Danzo, en el momento que la vió con su sharingan se fue del lugar para infórmale a Danzo lo más pronto posible, era una buena noticia para él y sus planes.

—Sakura—. los llamados de un hombre hicieron que las rosas desaparecieran del lugar sin dejar rastro.

La llamada miró al hombre que subía a dónde estaban. Un hombre de piel morena, castaño y con esos ojos perla del clan Hyuga tenía en sus brazos a Hinata inconciente y herida después de su intento por salvar a Naruto de Pain. Entendía para que la buscaban así que delicadamente posó la cabeza de la azabache sobre el suelo para ir hacia la peliazul.

El Hyuga mayor la plantó sobre el suelo y Sakura rápidamente bajó el cierre de su gran abrigo que traía dejando expuesto sus grandes pechos para aplicar ninjutsu médico sobre ellos para curarla.

En tanto sanaba a Hinata con una ligera mueca de inquietud pensaba el motivo por el extraño fenómeno de hace un momento, no sabía nada sobre rosas brotando como por arte se magia sobre un terreno que no era adecuado para ellas.

Cuando Hinata abrió los ojos dejó de aplicarle ninjutsu médico—Listo—. limpió su frente sudorosa por el arduo trabajo que había hecho, empezaba a sentirse un poco cansada había gastado gran parte de su chakra curando heridos —Hinata-san estará bien, solo debe descansar—. comentó al Hyuga alejando sus manos de ella.

—Gracias—. comentó sacándose una gran preocupación sobre su pecho. Ayudó a la hija de su líder para que se parará, aún sentía algo de dolor pero podía mantenerse en pie.

Sakura miró a su maestra estando en las peores condiciones posibles y luego miró a Amaterasu que seguía durmiendo.

Naruto se había alejado bastante de la aldea por lo que la unidad médica empezó a trabajar recogiendo los cadáveres y heridos, no tardaron en llegar hasta ella para llevarse a su maestra y amiga sobre unas camillas.

Luego de que unas luces azules invadieran el cielo las personas empezaron a salir de bajo de los escombros, las personas que habían sido catalogadas como muertas se empezaron a mover, muchas personas se quedaron sin habla, era un milagro para ellos.

Más adelante los gritos de alegría de las personas llamaron la atención de la pelirosa, cuando miró quien había vuelto después de su pelea con Pain rápidamente fue corriendo hacia él para posteriormente abrazarlo y agradecerle, Naruto estaba mudo, no esperaba tal reacción de su amiga.

Sarutobi Amaterasu.

Sentía que mi cuerpo estaba dando pequeños saltos, abrí los ojos de golpe para encontrarme con ese mismo cielo azul de antes. Miré a mis alrededores, dos ninjas médicos me estaban llevando en una camilla.

Sin que se dieran cuenta me baje de ella para revisar si todo estaba bien, no recordaba exactamente lo que había pasado conmigo pero recuerdo el ataque de la aldea. Saltaba entre los residuos de madera y cemento para ver que había pasado, pero no había nadie por los alrededores.

Hasta que me encontré con una escena que me puso contenta haciéndome subir a los rostros hokage y tener una mejor vista. No podía creer lo que estaba viendo, los aldeanos estaban felicitando a Naruto y lo llamaban —Héroe de Konoha—.

Deduje que Naruto había derrotado al Akatsuki, me sorprende que haya podido con el, no, la verdad le tenía confianza. Crucé mis brazos mientras estaba parada sobre la cabeza de mi padre —Naruto se ha hecho fuerte, padre—. le hablé con una sonrisa ladina a su rostro tallado sobre la gran roca.

No me atrevía a felicitarlo o verlo a la cara después de lo que hice. Naruto y Sakura tenían una gran conexión con Sasuke que nunca lograré entender, pero si tanto quieren traerlo de vuelva —Les ayudaré—. alcé mi mano para convertirla en puño.

Me dí media vuelta para bajar de allí y empezar a buscar mis kamas, esas armas eran importantes para mí era el único regalo y recuerdo de mi padre, no podía perderlas.

Mientras buscaba entre los escombros las personas empezaron a instalar varias casas de lona, unos eran para tratar heridos, otros eran oficinas, casas, albergues, etcétera.

—¿Donde estarán?— me crucé de brazos. Estaba buscando en mismo lugar donde había luchado con esas invocaciones, no había rastro de esas kamas y no las podía darlas por perdido.

—¿Buscas esto?— a mis espaldas preguntó una extraña voz que no  reconocí al instante.

...

Ella se volteó a verlo descargando su preocupación de tener que buscarlas hasta la noche. Alguien muy amable las había encontrado por ella —Si, gracias—. cuando sus ojos negros como la noche chocaron esos ojos azules como el cielo. No evitó gemir del estupor —N-naruto—. tartamudeo quedándose sin habla.

El rubio tenía en sus manos las kamas que tanto buscaba Amaterasu, por casualidad las había encontrado en el camino mientras iba a la casa de lona donde estaba internada Tsunade —Me alegró verte de nuevo Amate-chan—. le dijo con esa compacta sonrisa.

Cuando Naruto se enteró de la desaparición de Amaterasu quiso ir a buscarla al igual que Sakura pero la hokage no se los permitió, ya había enviado a un escuadrón de doce ninjas para que la buscarán. El Uzumaki no estaba enterado de los problemas que tenía Amaterasu, nadie a excepción de Yamato, Sakura, Tsunade, Shizune y algunos Ambus.

Sin dudar de su amigo tomó la arma y le dió una reverencia en señal de agradecimiento por haber encontrado su más preciado objeto —Gracias Naruto—. dijo en tono calmado algo decaída.

Esté rascó su nuca y movía el pie derecho arriba y abajo estando algo nervioso e inquieto sin tener algo que decir después de no verla por mucho tiempo. Ambos estaban cubiertos de suciedad después de lo ocurrido. Cuando ella guardo el arma miró el suelo sin dirigirle otra palabra.

No estaba segura si Naruto sabía de sus problemas que tuvo antes de desaparecer, pero por su forma en la que se dirigió a ella dedujo que no estaba al tanto de lo sucedido —Hiciste un buen trabajo Naruto. Lograste salvar a la aldea—. lo felicitó por su logro de hace unas horas.

Rió como si no fuera la gran cosa salvar a una aldea completa del lider de los Akatsuki —No hice nada importante. Solo hice mi deber como ninja y futuro hokage—. reiteradamente rascó su nuca.

Entrecerró sus ojos y con una sonrisa ladina y voz melódica le siguió el juego —Tienes razón. Solo haz hecho tu trabajo—. en su interior estaba agradecida con Naruto por haber salvado la aldea que tanto quería.

Después de un pequeño tiempo cortando madera, haciendo trabajos pesados y más cosas para reconstruir el edificio donde vivía Amaterasu las malas noticias no tardarían en llegar para ella.

Daba una pequeña caminata con su maestro Kakashi, Naruto y Sakura para ayudar en algo en la reconstrucción de la aldea, hasta que los gritos de Kiba llamándolos hicieron que se pararan para voltear a verlo —¿Que pasa Kiba?— cuestionó confuso el rubio ojiazul por su acelerado comportamiento.

—Escuchen, no quiero que se alarmen por lo que voy a decir—. sugirió el castaño bajando de Akamaru quien ladró.

—Si no lo dices ahora nos preocuparemos en verdad—. habló Amaterasu cruzándose de brazos en modo de superioridad hacía su antiguo compañero de equipo.

—Esta bien—. tomó algo de aire para buscar las palabras adecuadas a esta terrible noticia —Tsunade-sama ha sido removida de su puesto—. todos gimieron pasmados por la noticia —Hace poco se ha dado a conocer al nuevo sexto hokage—.

—¿Quién es?— preguntó Sakura.

—Un tal Danzo—. respondió desconociendo al hombre que mencionó.

Amaterasu abrió los ojos como platos jadeando asustada y al mismo tiempo impresionada —¡¿Que?! Danzo como hokage...— Danzo había conseguido que su plan funcionará, ahora tenía el puesto de hokage que tanto anhelaba hace años. Ya podía hacer lo que quisiera y seguramente eso significaba tener que ser obligada volver con él, o algo peor que eso, solo con imaginárselo su cuerpo temblaba del miedo.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura

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