• Capítulo 83 •

Sarutobi Amaterasu.

Lo que había hecho el tío Danzo no tenía palabras ni perdón, mi cuerpo no se movía debido al pesado ambiente que cambió radicalmente. Él mató a la única rana que podía traer de vuelta a Naruto donde se podía encontrar.

—¿Por qué?— pregunté horrorizada —¿Por qué?— como no respondía volví a formular la misma pregunta insistiendo en que me contestará.

—No hay tiempo para explicaciones. Debemos irnos de este lugar ahora—. caminó apresurado hacia la puerta negándose a dar una explicación.

—¿Irnos? ¿A dónde?— no sabía a dónde iríamos, la aldea estaba siendo atacada, se supone que deberíamos ir a ayudar para evitar más desastres.

—El líder de Akatsuki está atacando la aldea con el propósito de llevarse a Naruto—. giró un poco la cabeza para verme ya que estaba de espaldas —Es nuestra oportunidad de llevar a cabo el plan que hemos ideado hace años—.

Me tomó de la muñeca jalándome con él hacía el lugar donde iríamos. Su plan era esconderse en un búnker hasta que el peligro pasará para después tomar el mando como hokage ya que las decisiones de Tsunade-sama haría ver a los aldeanos como una mala persona incapacitada de llevar el mando.

Algo que hemos planeado hace mucho tiempo y yo estaba ansiosa por llevarlo a acabo lo antes posible.

Sin embargo ya no quería llevar a cabo ese plan, de golpe me solté de su agarre y retrocedí unos pasos negándome en seguirlo —No—. tuve que tomar mucho valor y valentía para decirle una simple palabra.

Volteó a verme indignado por lo que dije —¿Que acabas de decir?— usó su gruñona voz intentando intimidarme, lo cual estaba logrando.

Sentía mi cuerpo temblar del miedo, mi boca escondía mis labios metiéndolos adentro, mantenía las manos en los costados queriendo apretar los puños para agarrar valor suficiente y decirle de una buena vez por todas que ya no quería seguir sus pasos, ni su legado.

Bajé la cabeza cerrando los ojos con fuerza —N-no...— el miedo que me producía era mucho que me hacía tartamudear. Era la primera vez que contradecía al tío Danzo pero si quería ser libre para seguir mi propio camino que aún no se cuál es, debía separarme de él.

En mis pensamientos llegó las palabras de Tsunade-sama donde me culpa de la muerte de Shisui, la expresión triste de Kagami cuando expuse mi odio a los Uchiha's, la cara adolorida de Shisui cuando le clavé la ninjatō y las palabras de Sakura diciéndome que ya no había confianza entre nosotras.

La irá me llegó al recordar todo eso, mi propia mente me estaba torturando de manera psicológica, lo que menos quería era recordar mis propios errores.

Convertí mis manos en puños, fruncí el ceño y tomando valentía lo miré —No—. replique —No iré contigo tío Danzo, he decidido no seguir más tus pasos—.

De repente sentí mi mejilla izquierda arder de dolor, su mano estaba al aire y el sonido que produjo me dió a entender que me había golpeado —Como te atreves a contradecirme—. gruñó.

Con la mano toqué mi mejilla para aliviar el dolor pero nunca aparté la vista con la suya —No te estoy contradiciendo tío, es algo que decidí por mi cuenta. Todo lo que me dijiste de los Uchiha's fue una mentira para darte beneficio, sabías que Uchiha Shisui iba a ser peligro en tus planes—. tomé un poco de aire para controlar la rabia que tenía.

—Todo fue una mentira. Solo me has utilizado para tu propio beneficio, estaba cegada creyendo que todo lo que me decías era la verdad porque querías proteger la aldea tanto como yo, que mi destino era seguir tu legado y el del segundo hokage pero, ahora que he abierto los ojos—; agudizando la voz continúe está vez matándolo con la mirada —ya no te seguiré Danzo—.

Ahora ya no sentía nada por él, ni lo consideraba un tío, tampoco le tenía respeto y aprecio solo era una escoria para mí. Creí que me golpearía así que estaba lista para recibirlo, pero solo se dió la vuelta y antes de irse me dijo —Haz lo que quieras, pero en algún momento rogarás por mí en busca de mi ayuda—.

—Nunca trabajé para ti. Y nunca en mi vida y orgullo rogare por alguien como tú—. revelé apuntandolo con mi dedo. Jamás trabajé con él, solo le hacía caso con el fin de seguir sus pasos de querer proteger a Konoha porque era mi ejemplo a seguir.

Todo el cuerpo me temblaba del miedo. Para mí fue lo difícil que pude haber hecho, jamás creí enfrentar a Danzo. Miré el cadáver de la rana que no dejaba de sangrar —Lo siento por no salvarte—. estaba lamentándome por no evitar que la asesinaran de esa forma tan cruel después de todo, el fue quién me ayudó a elegir si salvar a Konoha o no.

Nuevamente las explosiones se hicieron presentes haciéndome reaccionar en qué había perdido mucho tiempo con Danzo. A lo lejos ví varios animales del tamaño de un edificio destruyendo todo a su paso. Decidida y valiente salí del lugar hacia donde estaban esas invocaciones.

Saltaba a gran velocidad entre los escombros de los edificios, atravesando cortinas de humo, pasando y observando los cuerpos sin vida de las personas, mi sangre estaba hirviendo no soportaba sentirme enojada por no haber hecho nada para evitarlo.

Seguía sin creer que Danzo no iba a ayudar a estás personas estando en un momento crítico. Mientras seguía saltando para ir a detener a esas invocaciones mi cabello se movía al compás del viento que producía cada brinco. De lejos miré a una especie de camaleón con cola de serpiente destruyendo todo mientras sus pisadas hacían temblar el suelo, sus grandes ojos giraban a trescientos sesenta grados.

Un gran ave de color verde con un gran pico volaba por los cielos a una velocidad sorprendente. Lo más extraño de estos dos animales eran sus apariencias, tenían unas especies de piercings negros en sus cuerpos y sus ojos eran espirales de color morado.

No tenía ni la más mínima idea de color detener una invocación extraña, a lo lejos visualice a una mujer de pelo naranja igual con piercings en su rostro y bata negra dirigirse a un lugar mientras daba saltos.

Iría tras ella pero ahora las invocaciones están haciendo más desastre y es esencial que las detenga para que los daños disminuyan.

Estando cerca de las invocaciones rápidamente saqué tres papeles bomba atados en un kunai cada uno de mi porta armas ubicado en mi muslo derecho y con todas mis fuerzas los lancé con dirección al camaleón.

Los tres se clavaron cerca de su único ojo ya que el otro estaba cubierto por una especie de venda, solo bastó unos segundos para que el papel bomba explotará. No estaba segura si ese ataque le afectó la vista pero parecía estar asustado ya que repentinamente desapareció del lugar.

No entendí como es que apesar de su gran tamaño puede esconderse perfectamente, miraba en todos los lados posibles para evitar cualquier ataque sorpresa. Cómo estaba distraída buscando el camaleón no me di cuenta que el pájaro me había visto.

Sobre los escombros buscaba al camaleón para poder atacarlo pero un gran pico naranja me tomó por sorpresa cuando punzo sobre el lugar donde estaba con la intención de matarme, para mí suerte logré esquivarlo dando un salto torpe.

—Este será difícil de enfrentar—. me coloque en posición inclinada para aterrizar más o menos bien. Buscaba una forma rápida de darle un ataque eficiente pero misteriosamente los escombros flotaron para ir a mi dirección velozmente.

No me iba a dar tiempo de formar los sellos para usar el futon y desviarlos así que tomé un pedazo de tabla rota del tamaño de mi cuerpo que estaba a mi lado para usarlo de escudo.

Me incliné un poco para tener mejor protección. Los escombros no tardaron en ir hacia mí, tuve que sostener con todas mis fuerzas la tabla para que no se cayera a causa del impacto que estaba recibiendo, esté estaba siendo destruida a causa de las grandes piedras que lanzaba.

Cuando todos los escombros dejaron de ser lanzados miré un poco observando a el posible causante de ello sin embargo no había nadie ni nada, luego recordé al gigante camaleón y supuse que fue él.

Me concentré en escuchar las pisadas que podía producir y también mirar para ver algún movimiento que pueda haber. Mí alrededor estaba en total silencio lo único que se podía escuchar era las explosiones y los gritos de las personas.

—¿Dónde está?— susurré estando alerta en todo momento y bajando lentamente la tabla. Crack. Fue el ruido de las tablas siendo pisoteadas que se escuchó por detrás, con brevedad me giré formando sellos —Katon: kaen senpū—. al decir el nombre de la respectiva técnica dos torbellinos de fuego salieron de mi cuerpo hacia el camaleón.

El torbellino de llamas lograron darle lo que parecía ser su lengua, por el dolor que estaba sintiendo en estos momentos deshizo el camuflaje dejándose ver cómo su único ojo giraba sin control.

Esté calló sobre el suelo para poder apagar las llamas —Fue algo fácil—. con mi brazo limpié el sudor de mi frente. Lo más raro fue la facilidad en como lo derrote, creía que eran rivales difíciles.

Un pequeño pero notorio sonido inusual llamó mi atención, busqué el lugar proveniente de dicho sonido:

Psssss...

Ese era el sonido que escuchaba, observé a los lados, por delante y por detrás sin tener éxito de encontrar la ubicación, hasta que por medio de una corazonada se me ocurrió ver por debajo de mis pies, noté como una especie de huevo gigante estaba escondido bajo los escombros —¡Demonios!— exclamé ideando lo que podía ser.

Iba a alejarme de ahí pero había reaccionando tarde, el huevo gigante explotó. La explotación fue enorme que mando a volar todo a su alrededor, eso me incluye, lo único que pude hacer fue proteger mi rostro con los brazos cruzados.

Todo mi cuerpo impactó sobre el muro de un edificio provocando que se rompiera, escupí sangre por la boca y lentamente fui bajando arrastrando mi dorso sobre el duro concreto hasta tocar el suelo.

Caí sentada con algunas heridas en mi cuerpo, me había tomado por sorpresa ese maldito pájaro. Sabía que ese huevo era de el, lo sabía porque estaba volando cerca de mí. Con todas las fuerzas me puse de pie y saqué las kamas.

El pájaro voló más veloz hacia mí abriendo su gran pico con las intenciones de atraparme, sus enormes alas atravesaban fácilmente las construcciones rompiendolas en cientos de pedazos.

Formé nuevamente sellos, acumulé aire en mis pulmones aumentando su tamaño y mis mejillas de inflaron como grandes globos —Katon: Gōkakyū no jutsu—. medité y liberé una gran bola de fuego hacia el, mi intención no era darle para causarle un daño.

Era para que se desviará, giré la hoz desde la cadena y con solidez la lancé hacía su ala para que se clavara —Bien—. festejé sujetando con fuerza el otro extremo. Mis pies se desprendieron del suelo y mi cabellera se movía a todas direcciones sin control.

Estaba volando con el pájaro gracias a que la hoz se quedó clavada en su ala. Use todo lo que pude para escalar con la cadena y subir hasta su lomo, concentré chakra en mis pies para no caer ya que la velocidad en la que volaba era intensa.

Saqué el tantō que me obsequió Tobirama-sama, concentré chakra en ella y le prendí fuego con solo formar un sello, cuando estaba a solo unos instantes de atravesar su lomo para quemarlo una larga lengua me sujeto por sorpresa del cuerpo haciéndome bajar para apoyarme contra el suelo de manera brusca.

Era el camaleón gigante, parecía no tener ninguna especie de daño, su lengua estaba en condiciones y no parecía estar quemada —¡¿Cómo es eso posible?!— grité furiosa. Estaba segura que le había hecho un gran daño.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura

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