Capítulo especial: Cicatriz.

•Capitulo largo•

Sarutobi Amaterasu.

Miraba desde la gran ventana rectangular a las personas caminando en la calle donde estaba el restaurante, tenía mi brazo sobre la mesa y mi cabeza recargado en ella. Estaba aburrida deseando que esta fiesta terminará pronto.

Desde hace una hora la fiesta de cumpleaños de Tobirama-sama dió inicio pero el cumpleañero no hacía de su presencia en el lugar. Todos platicaban sobre temas que no me interesaban en lo más mínimo.

Todo el equipo del hokage habían regresado de sus misiones después de varios días fuera de la aldea, el equipo estaba conformado por: mi padre, el tío Danzo, los dos viejos del consejo Koharu y Homura, un chico que no conocía pero se llamaba Akimichi Torifu y Kagami.

Los líderes junto con sus esposas estaban sentados en un kotatsu de gran tamaño donde cabían ocho personas, los dos lugares restantes eran para Mito-sama y Tobirama-sama.

En otro kotatsu de menor tamaño estaba el equipo Tobirama charlando entre ellos sobre sus misiones que tuvieron estos días, me sorprendió ver a los dos viejos del consejo, más la la vieja que era realmente hermosa en su época pero ahora era toda una anciana amargada.

Y yo me mantenía en un kotatsu individual, sola sin que nadie me molestará.

—Vaya cumpleaños más raro—. musité más aburrida de lo normal.

—Hanako—. el llamado de Kagami me hizo mirarlo conservando mi posición, tomó asiento a mi lado para hacerme compañía. No me decía nada así que solo nos quedamos viendo a los ojos hasta que sus pupilas se movieron diciendo que mirará abajo.

La palma de su mano estaba extendida sobre su muslo derecho, sabía lo que quería decir con eso, correspondí a su petición tomándola con mi mano libre y entrelazando nuestros dedos. Cuando sentimos nuestros tactos un leve rubor se dibujo en el rostro de ambos.

Traté de conservar la calma y mi posición en la que estaba para no llamar la atención. Por la ventana miré a Tobirama-sama caminar pasando de largo el restaurante, las personas a su alrededor lo saludaban con una reverencia —¿A dónde va?— interrogue mentalmente.

Se supone que debería estar en la fiesta que Mito-sama preparó y seguramente se esforzó en hacer. Me levanté de golpe soltando la mano de Kagami y con mi entrecejo arrugado planeando en ir por él a la fuerza si era necesario.

Pero la voz de Mito-sama y el sonido de sorpresa de todos los presentes hizo que me relajará —Me sorprende que hayas aceptado en venir. ¿Has cambiado de opinión y ya no desaparecer como todos los años?—. dijo ella recibiendo a Tobirama-sama con una reverencia.

Esté bufó en un suspiro cruzándose de brazos y se adentró al lugar tomando asiento en el kotatsu grande con los demás líderes.

Por su comentario deduje que tal vez él no planeaba venir a su cumpleaños y no sabía la razón. Algo no andaba bien, hace un segundo lo ví pasar evadiendo el lugar y en un santiamén estaba en el restaurante.

—¿Pasa algo Hanako?— me preguntó preocupado por mí reacción.

Retomé mi lugar pensado en una teoría, pero tenía que buscar más pistas —Kagami ¿a qué se refiere Mito-sama con desaparecer todos los años?— lo miré esperando su respuesta.

Uso su voz apagada para responder —Todos los años Mito-san le hace una fiesta a mi sensei pero esté nunca aparece y desaparece toda la noche como si la tierra se lo tragara. Para todos nosotros fue una sorpresa que haya venido—.

—Lo sabía—. musité. Este no era el verdadero Tobirama-sama y debía comprobarlo —Kagami usa tu sharingan y observa su chakra—. yo también active el mío meticulosamente cubriendo la mayoría de mi rostro con mi cabello para que nadie lo viera.

Asintió a mi orden y sus ojos cambiaron de color rojo con tres aspas en el —El nivel de su chakra es distinto...— me dijo sorprendido. Yo también notaba el chakra distinto, no había duda, era un clon de sombra.

Noté una ligera impresión del lider de los Uchiha's pero le resté importancia.

—Un clon de sombra—. anuncié enojada. Me pare de mi lugar otra vez con el sharingan desactivado. ¿Cómo se atrevía a ignorar su propia fiesta de cumpleaños? Ya quisiera tener a alguien que se acordará de la mía siempre.

Y no solo eso, me estaba haciendo perder mi tiempo, yo podría estar durmiendo o haciendo otra cosa, pero acepté ir solo por qué no me gusta negarle nada a Mito-sama.

—¡¿Hanako-sama a dónde se dirige?!— exclamó Kagami siguiéndome atrás. Todos nos miraron confundidos.

—Quédate aquí, no iré tan lejos—. mentí, mis verdaderas intenciones eran otras y debía apresurarme antes de que fuera más lejos. Miré sobre mi hombro que ya no me seguía.

—¡Hanako-sama no puede salir sin compañía!— mi padre se levantó tambien para detenerme pero la voz de Mito-sama evitó que lo hiciera y aproveché esa oportunidad para escapar.

...

Mito sabía las verdaderas intenciones de la azabache, al igual que ella supo enseguida que no se trataba del verdadero Tobirama, decidió quedarse callada para no arruinar la fiesta.

Amaterasu rápidamente fue a su habitación, cambió el kimono por una yukata negra holgada, acomodó el pergamino de sus armas en la obi y se apresuró para alcanzarlo.

Subió a uno de los tejados de las casas para tener una mejor visión del lugar y buscar al albino. Siguió dando saltos entre las casas buscando a detalle, hasta que cerca del gran portón que era el acceso para entrar y salir de la aldea vió a Tobirama salir por ella.

Chasqueó la lengua fastidiada de tener que seguirlo, ella podía ignorarlo y fingir que ese clon de sombra era Tobirama, pero extrañamente lo seguía, su cuerpo se movía solo.

Entre grandes saltos por las casas llegó hasta el portón, por suerte no había guardias vigilando el lugar lo que era extraño, un hokage no puede salir de la aldea sin dejar protegida a la aldea.

Entre el gran bosque, Tobirama saltaba en las ramas de los árboles para dirigirse a un lugar especial y Amaterasu lo seguía por detrás rogando en su mente que no la halla descubierto pero Tobirama ya lo sabía por ser un ninja sensorial.

—¿Demonios a dónde se dirige?— espetó. Ya había pasado un buen rato desde que salieron de Konoha y aún no había señales de que pararía en algún lugar.

De repente Tobirama apareció frente a ella usado el Hiraishin no jutsu, formó sellos con las manos y en voz alta demandó —Suiton: Suiben—. un látigo de agua la sujetó de manos y pies para que lo dejará de seguir.

Cayó desde árbol quedando completamente inmóvil y sola en medio del bosque —Demonios no ví cuando se me acercó—. entre quejidos usaba todas las fuerzas para salir del látigo antes de que se alejará más y lo perdiera de vista —Eso me pasa por meterme en donde no me llaman—.

Sarutobi Amaterasu.

Era imposible salir de este jutsu de agua si tan solo pudiera usar el Katon sin quemarme ya lo habría hecho para salir de estos lazos. Ha pasado unas dos horas desde que le atrapó, lo sabía por la posición y el brillo de la luna llena.

Mi padre me enseñó a calcular el tiempo con solo ver la luna, como había caído de espaldas podía ver el cielo nocturno con la luna —Su posición está más abajo de lo habitual y su brillo es mas fuerte. Diez la noche—.

Estaba segura de que esa era la hora —Un simple jutsu de agua me atrapó—. me reí de mi torpez, el Suiton era el elemento más débil entre todos los demás y no podía ni liberarme de algo tan simple. Era algo normal para alguien de rango chunin pero no para mí.

Mientras miraba a detalle la luna recordé el jutsu que estaba creando y nunca llegué a entrenar. Recobré la confianza y con algo de dificultad logré pararme del suelo, empecé a dar saltos para que el pergamino que traía en la obi cayera y lo logré.

Me agaché y lo tomé con ambas manos debido que estaban unidas con el látigo de agua, de un movimiento lo abrí saliendo la espada en una pequeña cortina de humo.

Concentré chakra en la arma hasta que se tornará de un aura azul, formé sellos y de mi boca saque una pequeña flama de fuego hacia la espada.

Fue cuestión de segundos para que toda el arma ardiera en llamas e hice un corte en el látigo debido al calor esté de deshizo dejándome libre, luego corté la de mis pies todo el agua se desparramó sobre el suelo.

Ví como el calor del fuego derretía el arma así que rápidamente lo apagué —Adios a mi espada—. tomé el pergamino y lo guardé con la espada adentro.

Y sin saber porqué, busqué de nuevo a Tobirama-sama por el lugar. A lo lejos vi las estatuas de los fundadores de Konoha que marcaba la frontera entre el país del fuego y el de la arena. No se cómo pero estaba segura que se encontraría allí, tal vez era una corazonada.

•Reproducir mientras leen el capítulo (opcional)•

...

Llegando al lugar, la azabache empezó a buscar al peliplata por todo el lugar, a lo lejos lo vió sentado con los pies cruzados sobre una gran roca mirando de frente la estatua de su hermano. Rápidamente se ocultó entre los arbustos para tener una mejor visión, pero Tobirama ya sabía que estaba ahí.

—Sal ahora—. le dió la orden de salir usando su mismo tono de voz.

Sin decir ninguna palabra salió de los arbustos y se acercó a su lugar —Por eso nadie te encuentra, sales de la aldea hasta este lugar que está alejado de la aldea—. se cruzó de brazos en superioridad.

—Eso no debe importarte—. gruñó —¿Que estás haciendo aquí?— encuestó ronco sin dejar de ver la estatua.

—No lo sé—. se encogió de hombros —Mi cuerpo dice que debo golpearte por haber faltado a la fiesta de Mito-sama que organizó para ti. También me llena de curiosidad saber por qué estás en un lugar como esté, no es normal que un hokage dejé a la aldea sin protección solo para estar aquí—. tomó asiento a su lado mirando también la estatua.

—Lo que yo haga no debe importante, tú no sabes nada de mí así que regresa a la aldea ahora—. empezaba a enojarse, odiaba que se metieran en sus asuntos personales.

—No—. respondió firme —Normalmente no me importa lo que los demás hagan pero ignorar un detalle que Mito-sama preparó con cariño es algo imperdonable para mí—. había una razón por la cuál le molestaba mucho —Además, no se el camino de regreso a la aldea—. mintió con tal de quedarse.

Bufó entre una risa, señal de que no le creía y regresó a su misma expresión seria —¿Que sabes sobre estos dos hombres?— tenía curiosidad saber cuál era la versión de la historia en el futuro.

Hizo un leve sonido recordando algo. Con el dedo señaló la estatua del fundador de la aldea —Ese es Senju Hashirama, conocido como es dios shinobi. No se mucho de él pero es el fundador de Konoha, era conocido por ser un gran ninja con grandes destrezas y destacaba entre los demás por tener el mokuton. Se casó con una Uzumaki para formar una alianza y tuvieron una hija—.

Ahora señaló la estatua del cofundador —Ese es Uchiha Madara, un hombre que fue temido por las grandes naciones. No se sabe mucho de él ni de su vida privada solo que era un hombre solitario que le gustaba las guerras—. corrigió —Hasta que me enteré que estaba casado con una Uchiha...—

El chasquido de Tobirama la interrumpió, lo miró confundida por su expresión repentina, tal vez había dicho algo que no debía —¿Cómo sabes eso?— oscureció la mirada.

No debía mencionar que Kagami y su abuelo se lo contaron o los metería en problemas —Me enteré en un libro, no se nada de ella y tampoco se si realmente existió...—

—¡Si existió!— gritó a todo pulmón haciendo sobresaltar a la azabache. No podía negar la existencia de su propia hermana aún estando prohibido hablar de ella —¿Que decía ese libro sobre ella?—. la miró con el ceño fruncido.

Había metido la pata al haber mencionado a Rose sin querer, ahora debía contarle todo lo que sabía, si le mentía seguramente descubría que lo está engañando. Por su expresión dedujo que sabía algo de ella.

—Decía que era una Uchiha. A causa de que su hijo murió en el parto ella destruyó la aldea pero ustedes los dos primeros hokages la mataron—. tomó un poco de aire nerviosa —Es todo lo que decía el libro—.

—Todo eso es mentira—. declaró golpeando el suelo.

—¿Eh?— estaba confundida por su reacción agresiva, no sabía por qué se puso así tan de repente.

—Todo lo que dice ese libro es una mentira, ella no es una Uchiha es una Senju—. Amaterasu recalcó el apellido en forma de pregunta impresionada. Su tío Danzo le dijo que era una Uchiha —Ella lleva el apellido Uchiha por ese maldito—, señaló a Madara —se caso con él—.

Su voz empezó a quebrarse, tomó aire y se calmó recobrando la postura —Es cierto que mi hermano y yo la matamos pero fue de manera inconciente. Se sacrificó ella y su hijo para salvar a la aldea—.

—¡¿Q-que?!— estaba impresionada por todo, la historia que le contaron cambiaba mucho a como él se la contaba. No sabía por qué al peliplata le afectó tanto cuando le dijo sobre ella —¿Por qué te afecta tanto? Si ella lo hizo para salvar a la aldea—.

Mostró sus dientes en una mueca, esas palabras fueron suficientes para que se quebrará —¡Porque ella era mi hermana!— exclamó. Cubrió su rostro con las manos para que no lo viera llorar.

Quedó estupefacta, nunca había visto a un hombre como él llorar, siempre lo consideró como alguien frío pero lo que más le sorprendió fue decir que Rose era su hermana y empezó a sentir culpa por hablar así con ella —Perdón por hablar así de ella tan a la ligera, no sabía—.

—Desde que murió no deje de sentir culpa por no haberla cuidado cómo era debido. Aunque no era mi hermana de sangre siempre la quise y protegí. Cuando se casó con ese maldito—; refiriéndose a Madara —dejé de saber sobre ella. Si tan solo la hubiera cuidado más, no habría pasado todo esto—.

—Pero aún tenía a mi hermano Hashirama a mi lado, hasta que un día se enfermó de algo extraño y un año después murió. Desde ese momento me quedé solo, ya no tenía a nadie a mi lado....— sus lágrimas mojaron la piedra en donde estaba sentado, descubrió su cara dejando ver sus ojos hinchados y llenos de lagrimas.

—Todos los años voy a este lugar a lamentarme de la muerte de mis dos hermanos, pensando en mis errores, imaginando lo que pude haber hecho para evitar sus muertes. Siempre odié mi cumpleaños porqué en este día ella murió junto con su hijo que estaba por nacer, mi sobrino. Este día es una tortura para mí—. miró la cascada donde se hallaba detrás de ella la rosa.

Amaterasu suspiró sin saber que hacer en esta situación —No soy buena consolando a la gente en momentos así, ni siquiera se que decir al respecto, todo esto me tiene sorprendida. No sabía que ella era tu hermana, que tú cumpleaños es una tortura para ti pero se que todo lo que dices está mal—.

Él la miró enojado —¿Se está burlando de mí?— pensó.

—Tu forma de mirarme dice que estás pensando que me estoy burlando de ti—. adivinó evitando no reír por lo obvio que eran sus expresiones

—Es todo lo contrario, te estoy tratando de ayudar. Piensas que tú hermana y hermano regresarán a la vida si solo te la pasas lamentando, pero esto no funciona así. Sus vidas acabaron desde hace mucho y tienes que aprender a superarlo—. dobló sus piernas y las abrazó.

—Se lo que siente perder a un familiar pero no me ando lamentado con sus muertes, porque se que ellos están conmigo aún después de la muerte. Y tus hermanos también lo están contigo, suena cursi pero así lo veo de esa forma. ¿Crees que están descansando en paz sabiendo que estás lamentado por sus culpas?—

Lo pensó un buen rato así que Amaterasu respondió en su lugar —No. Tú no lo ves de esa forma pero aún tienes a personas a tu lado, tienes a tu equipo, a la esposa de tu hermano, a su hija y seguramente tú sobrina nieta—. recordó a Tusnade que vivía en este tiempo. Tomó aire para recuperar el aliento y la calma.

—¿Quién eres?— preguntó. Sus palabras le llegaron al corazón haciéndolo ver qué todo lo que estaba haciendo estaba mal. Mito le decía las mismas palabras pero no le hacían efecto, no hasta ahora.

—No se por que preguntas eso, ya deberías saberlo. Ni siquiera viene al tema, pero te lo diré, me llamó Sarutobi Amaterasu—.

La pregunta no se refería por su nombre si no por que esa chica azabache tenía el mismo chakra de su hermana además de que sus palabras fueron como un regaño para él, tal y como lo hacía Haru cuando se enojaba.

—Tal vez no sirva de mucho para subirte los ánimos—, río por lo que iba a decir —pero no estás solo en tu cumpleaños, porqué hoy también es mi cumpleaños—. le dedicó una sonrisa ladina mirando esos ojos rubí.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura