• Capítulo 75 • ~Especial~

Capítulo especial: La historia de Kagami.

Parte dos.

...

Tiempo después de la tragedia, Masato dedicó la mayor parte de su vida en criar y educar a su nieto, tuvo que volver a su trabajo como ninja para mantenerlo. Mientras iba a misiones dejaba a Kagami bajo el cuidado de una señora que conocía hace años.

A Masato no le importaba si ya estaba viejo para ser ninja, él trabajaría arduamente para tener todo lo necesario para él.

Cuando Kagami cumplió tres años empezó a ir a la academia ninja que recientemente fue inaugurada por el hermano del primer hokage.

Fue reconocido por sus maestros y compañeros al tener una buena dominación de jutsus del katon y raiton, control total de su chakra, perfecto manejo de armas, buen liderazgo de equipo, además de poseer una actitud siempre positiva en todo momento.

Muchos creían que Kagami era perfecto y no le faltaba nada, lo que no sabían es que él envidiaba a sus compañeros cada vez que los escuchaba hablar sobre sus padres.

En tiempo de receso se junto con un grupo de chicos de su clase para no estar solo y tener a alguien con quién platicar —Oigan chicos los invito a mi casa para practicar el lanzamiento del kunai ¿que dicen?— invitó un chico a sus amigos.

—¿No se quejaran tus padres?, somos muchos—. opinó uno de cabellos negros, en total eran diez chicos los que irían si llegarán a aceptar la invitación.

—Mi padre está en una misión no regresará en una semana, y mi madre no dirá nada es buena, hasta los dejará pasar la noche en casa—. dijo orgulloso el chico con una gran sonrisa en su rostro.

—¡Genial!— dijeron todos al mismo tiempo —Escuche que tú padre está en una misión de alto rango—.

Asintió con un quejido —Es un jounin, es normal que tenga misiones peligrosas. Mi padre es genial—.

Kagami se mantenía en posición firme con la mirada oscurecida escuchando atentamente como el chico hablaba de su padre y madre muy contento —Papá... Mamá...— musitó.

Al término de las clases rechazó la invitación de su amigo para regresar lo más pronto posible a su hogar. Cuando llegó dejó la mochila en su cuarto y buscó a su abuelo en todas las habitaciones de la casa.

Después de unos minutos lo encontró sentado en el tatami cerca de la puerta del jardín trasero mirando la nada y tomando sake.

Se armó de valor, tragó saliva en seco y se le acercó —Abuelo—. llamó y tomó asiento a su lado mirando de igual forma.

—¿Que pasa Kagami?— preguntó tranquilo ahora mirándolo y tomó otro sorbo de la bebida alcohólica.

—¿Dónde están mis padres?— esa pregunta sorprendió a Masato en su interior, no pensó que su nieto preguntaría tal cosa muy pronto.

Estaba consciente de que algún día preguntaría por sus padres y le diría la verdad aún si se trataba de mencionar a Haru cuando había quedado prohibido hablar de ella, no quería guardarle ningún secreto.

Pero no creyó que le preguntaría muy temprano, apenas tenía tres años demasiado pronto para que experimentará el dolor. Pero si estaba interesado en saber le contaría, si el estaba dispuesto a soportar toda la verdad —¿Porque tan de repente me preguntas eso?— utilizó su tono sereno para no preocuparlo.

—Mis compañeros siempre hablan de sus padres, de lo geniales que son y yo me he llegado a preguntar que le pasaron a los mios, nunca están en casa y no los conozco—.

Tocó la parte de su pecho estrujando la camisa —¿Por que no están conmigo...?— bajó su mirada al suelo, empezaba a sentir un peso muy fuerte en su pecho —Acaso no me quieren...—

Se quedó callado pensando en lo doloroso que sería para Kagami si no le dijera —No digas eso Kagami, tus padres siempre te han querido—. acarició su cabeza con dulzura y le dedicó una sonrisa.

—¿Entonces por qué no están conmigo?— varias lágrimas cayeron de sus ojos, le dolía no saber nada sobre las personas que le dieron la vida.

Suspiró rendido, era mejor decirle ahora, a qué se quedará con el dolor en su corazón —Bien te contaré—.

Masato le contó todo sobre su padre y madre, como se conocieron y que fue lo que pasó con ellos. Cómo era de esperarse Kagami no soportó el dolor cuando se enteró que sus padres murieron cuando apenas era un bebé lo que provocó que despertará su sharingan de un aspa a muy temprana edad.

No salían las palabras adecuadas de la boca de Amaterasu, estaba pasmada al saber sobre los padres de Kagami.

Lo que más le sorprendía era que a pesar de haber perdido a dos personas tan importantes seguía con una actitud positiva viniendo de un clan que cae en la oscuridad cuando pierden algo importante, Kagami era un chico fuerte.

Y eso hizo que la azabache lo admirara más y se interesará de él mucho más que antes. Se sentía una basura de persona al haberlo juzgado sin conocerlo primero.

Tocó su cabeza, empezaba a sentir un ligero dolor en ella, ya no sabía en qué pensar —Tu expresión me dicen muchas cosas—. habló el abuelo.

—Y muchas de ellas me hacen sentir mal, no se que hacer—. musitó con la mirada decaída.

—Yo se que debes hacer y tú también lo sabes—.

—¿Que es?— preguntó sin saber que quería decir con eso.

—Debes arreglarlo—.

—¿Y porque debería hacerlo?— lo miró arqueando la ceja. No haría una cosa que hiciera bajar su orgullo.

—Por que quieres hacerlo y debes hacerlo—. fueron casi órdenes del abuelo.

—Ya regresé—. anunció Kagami entrando a casa con varias bolsas de plástico con comida —Voy a empezar a preparar la comida, ustedes sigan en lo suyo mientras yo termino—. llegó a la cocina para empezar a preparar la comida.

Masato hizo señas con los ojos para que Amaterasu fuera con él, primero se negó, luego suspiró, se paró del kotatsu y fue hasta la cocina —No puedo creer que le valla a hacer caso—. dijo pesada —No se ni como arreglarlo—.

Entró a la cocina encontrándose con un Kagami en delantal blanco que rodeaba su cintura y con su uniforme negro sin la armadura, concentrado en hacer sopa de miso. La olla con agua hervía mientras él cortaba las verduras con tan agilidad sobre la pequeña mesa de madera que había en el centro.

Miró unos segundos al azabache con los brazos cruzados, suspiró para salir de la cocina y sujetar su cabello en una coleta pero sin descubrir la mitad de su rostro. Volvió a ingresar al lugar posándose a un lado de Kagami —Déjame ayudarte—. trató de sonar lo más gélida posible y evitar mostrar interés.

El Uchiha la miró absorto y negó —No es necesario Hanako puedo hacerlo solo—. insistió en que no quería ayuda de su invitada especial.

—Callate y dime qué harás—. solo se atrevía a ver las verduras cortadas pero su vista la llevó hasta la mano de Kagami que sujetaba el cuchillo, apresuradamente miró de nuevo las verduras.

Esté sonrió sintiendo un gran sentimiento en su corazón. No podía negarse si ella quería ayudar encima sería una gran oportunidad para pasar tiempo a su lado —Haré sopa de miso con filete asado—. un platillo simple de hacer pero delicioso.

—¿Donde está el filete?— preguntó buscando en los lugares visibles de la cocina.

—Estan en esas bolsas—; con el cuchillo en mano señaló una bolsa de plástico que había debajo de la mesa —solo ten cuidado a la hora de asarlos—. no quería que se hiciera daño o se sentiría culpable.

—¿Por quién me estás tomando?— preguntó burlona haciéndose la ofendida, tomó la bolsa y sacó tres filetes de pescado que había para ir a lavarlos en el fregadero.

Prendió la parrilla y posó el sartén sobre ella, espero a que se calentará y agregó poco aceite. Con un par de palillos tomó el primer filete colocándolo en el sartén. Mientras Kagami preparaba el miso, agregaba verduras y unos condimentos.

Tomó un pequeño plato del tamaño de la palma de su mano y con una cuchara sirvió un poco de este para probar si estaba bien de sabor, de un sorbo no supo si el sabor era rico así que vió a Amaterasu que seguía concentrada en el pescado.

Sirvió otro poco en el mismo plato, la tocó del hombro para llamarla —Puedes decirme si el sabor es bueno—. dijo amable.

Ella lo miró confundida pero accedió, tomó el plato y de un sorbo probó el caldo. Sentía que sus papilas gustativas estaban bailando, no había probado algo tan delicioso que pudo evitar que sus mejillas se tiñeran de rojo y sus ojos se abrieran desmesuradamente —Esta rico—.

—Me alegro que te guste—. sonrió con los ojos cerrados mostrando sus dientes. Sirvió de nuevo el caldo en el mismo plato para probarlo una vez más.

Amaterasu se quedó congelada mirando como el azabache usaba el mismo plato, no pudo evitar tocar sus labios con las yemas de sus dedos. Hizo un bufido y siguió asando el filete olvidando que nunca paso eso.

Amaterasu y Kagami llevaron la comida ya lista a la sala donde el abuelo leía entretenido un libro. Entre los dos Uchiha's se reían de sus chistes que hacían. Amaterasu solo estaba concentrada comiendo a gusto el pescado y el miso.

El abuelo no dejaba de reírse por cualquier cosa debido a que el sake que trajo para acompañar la comida le hizo efecto, estaba tan rojo que parecía tomate —Ya te dije Kagami no moriré hasta ver a mis bisnietos—. su cuerpo se movía a los lados no tenía control sobre él mismo.

—Abuelo ya estás muy borracho, será mejor que vallas a dormir—. ordenó sonriente, varias gotas de sudor caían de su frente debido a los nervios. A veces Masato decía cosas tan vergonzosas que era mejor no mencionar.

Con la botella de sake en manos se paró de su lugar para ir a su habitación a dormir, hasta que tropezó con la pata de la mesa que hizo que el sake cayera accidentalmente en el suelo y unas cuantas gotas sobre el té de ambos. Al final se quedó dormido en el suelo.

—Tu abuelo sabe cómo divertirse—. comentó la azabache mirando como el viejo dormía plácidamente sin hacer ningún tipo de ruido.

—Siempre es asi—. río rascando su nuca buscando un trapo para limpiar el lugar. Minutos después el lugar ya estaba limpio y la botella de la bebida estaba vacía.

Sus labios formaron una sonrisa ladina recordando a su padre cuando tomaba sake y hablaban sobre lo que era el futuro. Los azabaches sujetaron las tazas de sus tés —Gracias por la invitación Kagami—. agradeció gélida.

—No es nada, me has ayudado bastante Amaterasu—. bebieron del té hasta la última gota sin darse cuenta que había alcohol sobre el.

La Sarutobi sintió un sabor extraño en su bebida pero le restó importancia.

—Eres un idiota—. dijo la femenina entre hipos recargada sobre el kotatsu mirando como Kagami la miraba fijamente.

—Eres linda—. admitió el azabache sonriente, su rostro estaba tan rojo que parecía otra persona.

Solo bastó unos minutos para que los dos cayeran en los efectos del alcohol quedando ebrios. Amaterasu insultaba a Kagami y Kagami halagaba a Amaterasu.

Se miraban a los ojos como si no se conocieran —¿Tu quién eres Uchiha?— lo señaló olvidando de que era Kagami. Su cabello estaba desordenado que no se podía ver su rostro.

—Soy... soy... ¿quién era yo?— ahora el había olvidado como se llamaba. Se señaló buscando entre sus recuerdos borrosos su nombre.

Lo señaló con el dedo —¡Tu nombre es Uchiha Kagami! ¡Jajaja!— río a lo alto burlándose y recordándole su nombre —Eres un idiota—.

Cerró su ojo derecho un segundo y luego cerró el otro —Tu eres...— ahora quería recordar el nombre de la femenina que no reconocía debido al alcohol.

—¡Soy tu amiga estúpido!— golpeó el kotatsu con sus manos enojada por qué no la reconocía.

—Creí que no éramos amigos—. le recordó recargado todo su cuerpo el la tabla del kotatsu.

—Si lo somos idiota—. bufó y cruzó los brazos.

—¿Cómo se que no mientes?— insinuó sentándose con la espalda recta.

Oscureció su mirada, chasqueó la lengua, de manera torpe se acercó a Kagami hasta quedar frente a frente. Se abalanzó hacia él tirándolo al suelo y quedando encima de su abdomen —No me gusta que duden de mi amistad Uchiha—.

Acto seguido acercó su rostro sonrojado al de él para juntar sus labios en un beso, los dedos de sus manos se entrelazaron lentamente. Le había quedado claro a Kagami con ese beso que por fin eran amigos y se sentía feliz.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura

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