• Capítulo 71 • ~Especial~
Capítulo especial: Secreto revelado.
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Su respiración era acelerada, la yukata rasgada y manchada de tierra y sangre de los enemigos, miraba el suelo pensando en como regresar a la aldea para tomar un baño y seguir con su sueño pero las cosas ya no serían así, no desde que Tobirama descubrió su sharingan.
Tobirama chasqueó la lengua furioso, en un abrir y cerrar de ojos apareció frente a Amaterasu.
Ella lo miró sorprendida ante su repentina aparición rápidamente desactivó el sharingan pero ya era tarde para ocultarlo, el albino la sujetó del cuello para acorralarla contra el árbol mientras la axfixiaba, sus pies se desprendieron del suelo.
Tosió del dolor y con sus manos intentó zafarse de su agarre —Q-que...— debido a que estaba siendo ahorcada se le dificultaba hablar y respirar.
—¡Eres una maldita mentirosa!— estrujó más fuerte su cuello —¡Confié en ti creyendo que en verdad eras del futuro! Pero solo me engañaste, maldita Uchiha—. reclamó furioso.
—¿Uchiha?— musitó el azabache impresionado, aún no sabía que es lo que estaba pasando y a qué se estaba refiriendo su maestro.
Tomó fuerzas para poder hablar —S-se equivoca... n-no conf-funda las cosas...— volvió a toser para tomar aire, su cara se empezaba a tornar morada por el poco aire que llegaba a su cuerpo.
—Callate, no volveré a confiar en ti, resultaste ser una espía. Hasta que no descubra cuál es tu verdadero plan estarás encarcelada—. demandó está vez tirándola al suelo pecho abajo y sujetando sus brazos por la espalda mientras estaba sobre ella.
Entendió a qué se refería Tobirama la estaba confundiendo con una Uchiha solo porque tenía un sharingan, debía explicarle rápido antes de que se pusieran peor las cosas.
Aún le dolía el cuello y el aire corría con dificultad a través de el, pero tomó fuerzas y trató de explicar —Yo no soy una Uchiha Tobirama-sama, déjeme explicarle—.
—No creeré en nada de lo que digas—. estaba decidido en no escucharla, jamás había sentido tanta rabia por haber sido engañado.
Amaterasu elevó el tono de su voz molesta. Aún así le explicaría —¿Por qué? ¿Solo porque tengo el sharingan me convierte en una persona que no puede ser de confianza?—
Sus propias palabras la hicieron jadear de sorpresa recordando aquellas palabras de Kagami en el bosque —Hanako-sama antes de juzgar a alguien piensa que cada persona tiene detrás una historia y una razón para ser como es—.
Cerró unos segundos los ojos y chasqueó la lengua aceptando su derrota ante un Uchiha —Al final tenías razón Kagami—. meditó burlona. Por primera vez en su tiempo en el pasado llamó a Kagami por su nombre y no apellido, eso era señal de que lo empezaría a respetar un poco.
El albino seguía convencido en qué no la escucharía, y Amaterasu se dió cuenta de que la estaba juzgando sin antes conocer su historia detrás de su sharingan. De todas formas le contaría su historia no le importa si Kagami la escucha.
—Cuando tenía catorce años fuí secuestrada por un hombre, para ser exactos uno de los estudiantes de mi padre—. cerró los ojos. Odiaba recordar aquellos días tan traumantes.
—Nunca supe cuál fue su propósito, pase tantas cosas horribles allí, una de ellas fue que me implantó el sharingan—. sus manos temblaban del miedo, se sentía débil recordando al hombre que le provocó cierta herida en su rostro: Adachi.
Kagami se quedó estupefacto por su pequeña historia, jamás había visto a alguien con un sharingan que no fuera de su clan, era la primera vez que escuchaba un caso así.
—¿Cómo se que no mientes?— dijo retador, no le creía del todo pero con solo mirar sus expresiones le daba a entender que decía la verdad.
-—No tengo razones para mentirle, como le dije desde el primer día que llegué—; convencida de sus palabras miró a Kagami que estaba a su frente —mi nombre es Sarutobi Amaterasu, soy hija del tercer hokage, una kunoichi que le juro lealtad eterna a la aldea—.
El Uchiha gimió impresionado —Amaterasu...— conocía ese nombre, era el mismo de una técnica del Mangekyo Sharingan creado por Madara. Pero lo que más le sorprendió fue que haya mencionado ser la hija del tercer hokage, un hokage que no existe para él aún.
El albino vio como la silueta de su hermana fue dibujada alrededor de la azabache ahora con el mismo chakra. Lentamente le soltó sus brazos y se le quitó de encima —Yo mismo lo comprobaré llevándote a la Unidad de interrogación y tortura—.
Bufó pensando en que sería una molestia ir de nuevo a ese lugar, ya antes había ido ahí para que le creyeran lo de ser del pasado. Si era necesario para que le creyera, aceptaría —Bien—; lenta y dolorosamente recobró su postura —entonces estoy lista para ver su cara de disculpas que tendrá para mí—.
Después de aquel incidente los tres regresaron a la aldea, los cuerpos de los ninjas de la arena fueron recogidos por los ninjas médicos de Konoha para sacarles información y descubrir sus intenciones por las que se infiltraron al lugar.
Para proteger la verdadera identidad de Amaterasu, Tobirama tuvo que llevarse el crédito de haber matado a todos los ninjas de Sunagakure.
Una semana después, Amaterasu salió bajo sospecha del albino después de que se vieran sus recuerdos y resultó ser casi real todo lo que le dijo. Aunque Tobirama tenía una duda, uno de sus recuerdos no coincidía con la historia de su sharingan.
Todo volvió a normalidad y a Kagami le tuvieron que decir la verdad sobre Amaterasu, aquella azabache era del futuro y del clan Sarutobi. El Uchiha aceptó guardar el secreto y no contárselo a nadie. También seguiría llamándola Hanako.
El pergamino del tiempo seguía en manos de Tobirama, para investigar más a fondo de el, el jutsu que hacía viajar a las personas al tiempo le llamaba la atención y hasta que no descubriera cómo es posible esto no se lo devolvería a Amaterasu.
Diciembre, la época en donde el invierno gobierna, la nieve ha cubierto gran parte de Konoha pintando todo el lugar de un blanco platino.
Los tres amigos: Hiruzen, Danzo y Kagami traían vestimentas más abrigadas para está temporada de invierno, seguían teniendo sus uniformes de jounin color negro y sus armaduras, agregando una bufanda de color rojo alrededor de sus cuellos y unos guantes verdes.
Hoy le tocaría a Hiruzen cuidar de Hanako el día de hoy, Danzo y Kagami solo lo acompañaban para tener una conversación. Estando unos centímetros frente al portón de entrada de la torre se detuvieron
—Iré a recoger a Hanako-sama, gracias por acompañarme—. agradeció sonriente Hiruzen. Ondeo la mano despidiéndose de sus amigos.
Danzo bufó mirando a otro lado y Kagami igual se despidió con una sonrisa —Suerte Danzo-san—. dijo alegre. Dieron media vuelta para continuar con su camino, pero el sonido del portón siendo azotada llamó su atención mirando de nuevo.
Hiruzen dió un pequeño brinco del susto, fue repentino que la puerta se abriera de esa manera dejando ver a Hanako con yukata roja, una bufanda azul y unos guantes del mismo color. No se podía ver qué expresión tenía debido a que su mirada estaba oscurecida.
Tal reacción le provocó un poco de miedo a Hiruzen, Danzo se quedó neutro y Kagami la miró confundido ladeando su cabeza.
Hanako empezó a caminar a pasos grandes hasta quedar frente a frente con el Uchiha quien no tardó en ponerse nervioso, nunca la había tenido tan cerca, sentía que un calor inundó todo su rostro.
Con una mano la Sarutobi lo señaló y aclaró la mirada dejando ver la mitad de su rostro, notó que tenía la nariz roja debido al frío —Lo siento—. sus palabras más frías que la nieve pero sinceras hizo que se sorprendiera.
Lo sorprendieron pero entendió a qué se refería con su lo siento, solo aceptó su disculpa con una tierna sonrisa.
La Sarutobi arqueó la ceja derecha sin entender a qué venía su sonrisa. Puso su mano en la cintura, arrugó el entrecejo —Pero eso no significa que somos compañeros o amigos. Solo entendí que no debo juzgar a la gente sin saber cómo son primero—. rodó los ojos.
Había cambiado, ya no odiaría a los Uchiha's de ahora en adelante, bueno casi. Ese sería su nuevo difícil reto para ella que siempre ha odiado a los Uchiha's de niña.
Aprendió su lección, entendió que hizo mal en seguir los pasos de Danzo. Ahora sería una chica totalmente diferente y se enfrentaría a sus errores cuando regresé a su época.
Él no borró su sonrisa —Entonces haré todo lo posible para que seamos amigos Hanako-sama—. declaró, estaba dispuesto en conseguir su amistad a cualquier costo.
Cruzó sus brazos y miró a otro lado —Ni lo intentes—. aclaró.
—Hey Hiruzen ¿sabes que pasó entre ellos?— cuestionó Danzo mirando la escena.
—No—. negó moviendo la cabeza sin borrar su sonrisa —Pero esos dos se llevarán más que bien—.
Tobirama miró desde la ventana de su oficina como la azabache se disculpaba de una manera extraña como si tratará de conservar su orgullo.
—Hanako-sama...— no tardó en sonrojarse empezando a jugar con sus dedos. Aprovecharía la oportunidad para invitarla al festival a ver los fuegos artificiales.
—¿Que?—
—Quisiera saber...— el rubor de sus mejillas se hizo notar —si ¿le gustaría ir al festival de año nuevo conmigo?—
Los presentes se quedaron boquiabiertos por la repentina propuesta de Kagami hacía Hanako.
Está se le quedó viendo, cerró sus ojos, gélida y directamente contestó —No—. fue lo último que dijo antes de salir a su lugar favorito para desayunar.
El chico dejó caer sus brazos y cabeza deprimido, pero luego recobró los ánimos no se rendiría hasta que aceptará ir con él.
A tan solo seis días para que el festival de año nuevo de Konoha empezará Kagami seguía sin saber cómo invitar a Amaterasu.
Toda la semana se dedicó a invitarla, aunque siempre lo rechazaba él seguía intentándolo.
Mientras Amaterasu comía:
—¿Hanako-sama quiere ir conmigo al festival de año nuevo?
Se atragantó con la comida —No—.
Mientras hablaba con Hiruzen:
—¿Hanako-sama quiere ir conmigo al festival de año nuevo?— apareció frente a ella por sorpresa.
Dió un pequeño salto del susto —No—. contestó enojada. Hiruzen río viendo a su amigo esmerarse por invitarla.
Mientras regresaba a la torre por la noche:
—¿Hanako-sama quiere ir conmigo al festival de año nuevo?— apareció a sus espaldas.
—¡No!—. azotó el portón en su cara.
¿Cómo invitaría a Amaterasu al festival? No tenía ni la más mínima idea, siempre era rechazado.
Por la noche los tres jounin's regresaban a sus hogares al cumplir sus respectivas misiones. Kagami suspiró pesado teniendo la mirada en el suelo.
—¿Que sucede Kagami?— a Hiruzen no le gustaba ver a su amigo Uchiha triste y deprimido.
—Hanako-sama sigue rechazandome—.
Danzo se quejó burlón —Y lo seguirá haciendo, es mejor que te rindas—.
—No—. negó el castaño Sarutobi empujando a su amigo al suelo —Deberías invitarla de una forma distinta—. opinó.
—¿Distinta?— preguntó sin entender a qué se refería.
—Hanako es de esas chicas con un orgullo alto. A ellas debes invitarlas de una forma muy especial—. ya parecía un experto en invitar a chicas aunque nunca haya tenido una chica que le gustase.
Un brillo descomunal salió ojos acercándose más a su amigo —Dime como la invito, ¡dime!— suplicó.
Llevó los brazos a su cintura sintiéndose un héroe para Kagami —Debes retarla—.
—¿Retarla?—
—Si, con lo poco que conozco a Hanako, ella es una chica que no les gusta perder eso lo puedo ver en sus ojos. Debes retarla e invitarla al festival al mismo tiempo—.
Kagami supo que decía la verdad, después de haberla visto pelear con esos ninjas adivinó que la palabra "perder" no estaba en su vocabulario. Sonrió con las esperanzas en alto y corrió hacia el distrito Uchiha —¡Gracias Hiruzen-san, te debo una!— exclamó sonriente.
Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura
Daiki: Último capítulo mañana que es el 72 y ya dejó Wattpad hasta Marzo :'v
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