• Capítulo 69 • ~Especial~

Capítulo especial: Similitudes

Sarutobi Amaterasu.

Jamás había pensado en seguir mi propio camino siempre me he apoyado y mantenido de pie gracias a él tío Danzo. Si no tuviera un propósito jamás me hubiera pasado por la mente en querer ser ninja para proteger a Konoha.

Las palabras de Tobirama-sama fueron como una pequeña luz para mí, algo se había aclarado y nunca me di cuenta que podía ser mi segunda opción. Siempre pensé que era mi destino seguir el legado de mi tío y del segundo hokage, pero tenía otro destino que podía elegir.

Y ese era escoger mi propio camino. Yo Amaterasu puedo elegir mi camino, como dijo Tobirama-sama si no puedo hacerlo solo seré una vergüenza sin ningún propósito en la vida.

El camino que quiero elegir... aún no tenía muy claro que quería elegir, pero algún día tendré uno en mente y cuando eso pase me libraré de las cadenas que tenía atados a mis pies, impidiendo que siguiera mi camino.

Una sonrisa ladina escapó de mi boca, pero como mi cabeza estaba agachada Tobirama-sama no lo notó —Gracias—. agradecí con tono melódico, hice una reverencia y me retiré del lugar hacia mi cuarto.

...

Una pelirroja con un kimono blanco y una azabache con yukata negra paseaban por la aldea buscando que comer juntas. Mito la había invitado a comer, algo que Amaterasu acepto enseguida cuando se trataba de comida.

Sin embargo no solo era para comer, Mito la iba a llevar a varias tiendas de ropa para comprarle un kimono nuevo para el año nuevo, aunque no se lo ha contado ya que sabía que no aceptaría.

En el puesto de comida, ambas chicas comían un poco de miso y pescado —¿Que te parece la Konoha del pasado?— preguntó dulce la pelirroja.

—Es muy distinta a como la conozco, varias cosas han cambiado—. respondió y llevó un trozo de pescado a su boca.

—Ya veo. ¿Pero te gusta estar aquí?— la miró a los ojos esperando ansiosa su respuesta.

Con un quejido asintió —Si me gustaría, pero también quisiera estar en mi época donde pertenezco. Extraño a mi ami...— había recordado que ya no tenía amigos ni siquiera a Sakura. Soltó los palillos deprimida.

Ella había perdido todo, pero debía afrontar las cosas y solucionarlas. Eso incluía ir a la cárcel por su crímen aunque aún seguía odiando a los Uchiha's, ella nunca aceptó en llevarse bien con ellos aún.

Mito entendió que algo pasaba con ella, no podía hacer nada, no conocía sus problemas lo único que podía hacer para ayudarla era dedicarle una sonrisa y así lo hizo. Amaterasu vió su hermosa y sincera sonrisa lo que le levanto un poco el ánimo.

—Vamos hay que comer, aún hay una cosa por hacer—. empezó a tomar el caldo del miso desde el plato.

Ella la miró confundida preguntando que faltaba por hacer, había dicho que solo irían a comer y ya —¿Una cosa por hacer?— repitió las palabras en forma de pregunta.

Asintió —Iremos a buscarte un kimono para este festival de año nuevo—. reveló sus verdaderas intenciones.

Rápidamente se levantó de su lugar negando repetidas veces —No, no, no y no. Me niego en usar algo tan apretado como un kimono—.

Aún con tomando el caldo con los ojos cerrados ignoró la negación —No estoy preguntando si quieres o no, iremos y punto—. su voz se elevó de tono.

Haciendo que Amaterasu se tensará del miedo, Mito parecía ser una persona amable y bondadosa pero de actitud ruda.

Rendida en intimidada tomó asiento de nuevo y siguió comiendo su pescado —Esta bien, pero no quiero un kimono tan llamativo—.

—De acuerdo—. posó el plato ya vacío en la mesa para comer ahora el pescado.

—¡Mamá!— el llamado de una mujer captó la atención de ambas. Una chica peliroja al igual de Mito se acercó a la mesa donde comían con una gran sonrisa.

—Ume—, llamó sonriente de ver a su hija de nuevo —¿que pasa?—

Senju Ume de veinte años, hija única de Uzumaki Mito y Senju Hashirama, casada y con una hija.

—Estaba haciendo unas compras para la cena de está noche y te ví así que quise ir a saludarte—. tomó asiento a un lado de Amaterasu quien seguía comiendo su pescado poniendo poca atención a la conversación.

—Ya veo—.

Ume miró detenidamente a la persona que estaba a su lado comiendo desinteresada el pescado —¿Quién es ella mamá?— preguntó señalando a la pelinegra.

—Se llama Hanako es la hija del señor feudal, está en la aldea debido a que está siendo buscada por ninjas renegados—. respondió.

Impresionada recargó sus codos en la mesa y sobre ellas la barbilla —La hija del señor feudal...— musitó pensando en lo grandioso que sería ser la hija de alguien tan poderoso.

Varías gotas de sudor salieron sin permiso de la frente de Amaterasu, otra vez estaba nerviosa por que la miraban. Hizo un leve quejido dejando los palillos en su boca para mirar a la mujer. Ume gimió con sorpresa al ver su único ojo visible.

De golpe se paro de la mesa acercando más su rostro a la Sarutobi, esto impresionó a Mito por su repentina acción —Ese ojo...— musitó mirando su forma. Miraba cada parte de el detenidamente y liberó un suspiro impresionada —son idénticos a los de la tía Ha...—

Fue interrumpida por Mito llamándola algo enojada —Ume, recuerda que no debes mencionar su nombre—. le recordó.

Había quedado prohibido mencionar su nombre o algo que tuviera relación con Haru por órdenes directas del señor feudal. La peliroja tomó asiento avergonzada —Lo siento, es solo que la extraño...—

Miró sus manos entrelazadas encima de la mesa. Ume siempre le había tenido afecto a Haru desde que tiene recuerdos, aunque tuviera pocos siempre recordaba la forma de sus ojos y cuando vió el de Amaterasu era idéntico a los de Haru.

Amaterasu suspiró aliviada de la tensión y nervios que había sentido en un segundo —¿Que demonios fue eso?— pensó. Otro poco y se atragantaba con los palillos de la boca.

El día había finalizado después de varias horas perdidas en buscar entre cientos y cientos de kimonos, encontraron uno que fuera casi del gusto de la Sarutobi. Aunque a Mito no le convencía del todo.

Después de despedirse y dar las gracias por comprarle ropa (que no era de su gusto), entró a la torre para ir a su habitación, tiró la prenda al suelo —Que día más agotador—. estaba agotada, no creía que escoger una simple ropa fuera tan difícil.

Estaba tan cansada que ni podía cambiarse de ropa, solo se quitó las getas y en un santiamén entre el futón. No tardó en qué sus ojos se cerrarán por completo quedando profundamente dormida.

Por otro lado Tobirama seguía trabajando arreglando los últimos detalles para crear Ambu, en una hoja tenía la lista de los mejores ninjas de élite que tenía para que formarán parte de este grupo.

La puerta fue golpeada levemente y gracias a que era ninja sensorial idéntifico quién era —Adelante—. dando permiso para que pasará.

Entró Mito sonriente como siempre —Tobirama-san—, se plantó quedando frente a frente —deberías descansar ya es tarde—. estaba preocupada por él ya que no descansaba ni un poco.

—No—, contestó frío —aún me queda mucho por revisar—.

Ella entendía que el trabajo como hokage no era sencillo pero debía tomarse un descanso de vez en cuando. No obstante lo conocía a la perfección, el era tan apegado a su trabajo y serio que no le haría caso —¿Has descubierto algo acerca del pergamino que te entregué?—

—¿Pergamino?— la miró sin entender a qué se refería, luego recordó el pergamino blanco que Mito le entregó cuando Amaterasu llegó. Golpeó su frente con la palma de su mano, había olvidado que tenía que revisar aquel pergamino —Es cierto, aún no lo he revisado—.

Mito lo miró sin creerle —Es raro de ti que se te haya olvidado algo así—. entrecerró sus ojos analizando su rostro —¿No me estarás engañando?—

Se cruzó de brazos y bufó —No tengo razones para mentirte, había olvidado el pergamino, el trabajo me tiene estresado—.

—O será que no quieres revisarlo para no entregárselo a Amaterasu—. opinó.

—¿Que quieres decir?—

—Sabes perfectamente lo que quiero decir, extrañamente Amaterasu tiene un chakra casi similar al de Haru. Se que extrañas mucho a Haru y tener a esa chica cerca te hace sentir como si la tuvieras contigo una vez más—.

Tobirama miró sus piernas un poco melancólico, tenía algo de razón, extrañaba mucho a su tonta hermana, se sentía vacío y solo desde que ella se fue y ahora que su hermano mayor; Hashirama murió también sentía que no podía ser feliz nunca más.

Era cierto que no revisó el pergamino del tiempo para no entregárselo a Amaterasu y no volviera a su época. Le mintió diciéndole que el pergamino estaba pérdido y que varios ninjas lo estaban buscando. Si Amaterasu se iba sentiría nuevamente un gran hueco en su corazón. Por qué su chakra la hacía idéntica a su hermana.

El sonido de un vidrio rompiéndose los alertó mirando donde provenía el sonido. Tobirama chasqueó la lengua, antes de que saliera le ordenó a Mito —Quedaté aquí hasta que regrese, puede ser peligroso—.

Mito aceptó entendiendo la situación, alguien se había infiltrado en la torre. Tobirama no solo estaba terminando su trabajo estaba esperando a los ninjas que se habían infiltrado en la aldea hace días atrás esperando a que hicieran algo para descubrir el propósito por la que entraron,esa era una de las razones por el que se le olvidó el pergamino.

Momentos antes, Amaterasu seguía dormida plácidamente, la única luz que había en el cuarto era el de la luna que atravesaba el cristal de la ventana.

Pero de repente, una silueta apareció, luego fueron dos, luego tres, luego cuatro. Cuatro misteriosas siluetas de unas personas aparecieron en la ventana.

Eran los ninjas de la arena de aquella vez, ya era hora de hacer su trabajo. Un castaño utilizó su codo vendado y rompió la ventana en varios trozos de vidrio de distintos tamaños, Amaterasu se despertó de golpe por el ruido.

—¿Quienes son ustedes?— preguntó hostil a todos los presentes, rápidamente se posicionó en batalla y llevo lentamente su mano al obi donde tenía el pergamino.

—No te preocupes no te mataremos, no hasta que tu padre acepté nuestra propuesta—. la luna cambio de posición dejando ver las bandanas de Sunagakure que traían en sus frentes

—Son de la arena...— musitó manteniéndose alerta en todo momento.

—No hagas mucha pelea, una simple chica que no sabe defenderse no es rival para nosotros—. habló un pelinegro con una tela que cubría su boca.

Amaterasu frunció el ceño, odiaba que la subestimaran de esa forma pero recordó que nadie sabía que era una ninja, en esta época era la hija del señor feudal. Lo que no captaba era cómo sabían sobre ella.

Otro de ellos se posó enfrente de todos y unos hilos de chakra salieron de sus dedos sacando una marioneta de madera del tamaño de una persona —Solo quédate quieta—. le ordenó moviendo la marioneta.

La figura de madera fue rápidamente hasta Amaterasu, pero lo esquivó fácilmente de un solo salto —Oh...— dijo algo sorprendido —veo que eres ágil esquivando, ¡veamos cómo esquivas esto!— exclamó sacando una segunda marioneta.

Las dos fueron más veloz que antes, Amaterasu sabía que unas simples figuras de madera no la detendrían, dando varios saltos más los esquivó. Notó como el titiritero sonrió lo que se le hizo raro.

No quería usar jutsus, sabía que Tobirama vendría por ella a su rescate solo es cuestión de ganar tiempo, de solo pensar que sería rescatada de algo tan fácil haría que su orgullo no se lo permitiera.

Debía conservar la cordura vendría pronto a ayudarla, pero este solo tardaba más debido a que estaba peleando con diez ninjas más de la arena.

Esta vez el hombre de las marionetas solo llevó su primera marioneta hasta ella, nuevamente daría un fácil salto para esquivarlo pero para su sorpresa sus pies, brazos estaban atados a una cuerda delgada difícil de cortar y su cuello era rozado por uno de estos, si hacía un movimiento más seria cortado por el hilo.

—Tch, malditos—.

No se movió en lo absoluto, aún no era tiempo para morir, solo llevó su vista al títere y en unos segundos todo se tornó oscuro, el títere la había atrapado metiéndola en su interior de madera y cerrada con candados especiales para que no escapará.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura

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