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En alguna parte de la nación del fuego se encontraba uno de los tantos escondites de Orochimaru. No cualquiera puede encontrarlo y mucho menos entrar, se rumorea que si entras, nunca vuelves a salir.

En el interior del escondite se hallaban varias celdas selladas con papeles especiales para que los prisioneros no escaparan. Niños, adultos y ancianos yacían ahí, algunos hambrientos, otros con sed y algunos ya muertos.

En una de ellas se encontraba la pelinegra de ojos cafés, ya con una semana de estar encerrada. Una semana sin comer, sin tomar una sola gota de agua, sin ver la luz del día y sin saber nada de su aldea.

Su ropa sucia al igual que ella.

Mientras se mantenía sentada en posición fetal sobre el frío suelo al fondo de una esquina de la celda, pensaba que sería de ella. Había superado la muerte de su padre, después de todo, lo hizo para salvar a la aldea y eso es lo que hace el hokage y cualquier ninja de Konoha.

Mantenía una expresión neutra, aunque por dentro se moría de hambre y sed. Pero seguía sin comprender algo, ¿que quería ese hombre serpiente de ella?

Sabía que no tenía ningún tipo de poder especial y tampoco tiene talento para dominar jutsus. Entonces, ¿que es lo que busca de ella?

Eso se preguntaba.

Trataba de guardar la calma, porque si llegaba a hacer algún escándalo que alterará la poca paz de Orochimaru, terminaría muerta.

¿Cómo lo sabe? Desde que llegó ha visto como el peliplata de anteojos redondos se lleva a varias personas y nunca regresaban a su celda. Casualmente ellos son los que hacían más alboroto.

En realidad no solo se quedaba allí sentada sin hacer nada, esperando su muerte. Estaba pensando en una forma de escapar, después de analizar varios días como Kubuto rompía dichos papeles que mantenían las rejas cerradas.

Pudo memorizar los sellos, solo era cuestión de aprender a usarlos. Pronto escaparía de ese lugar para regresar a su amado hogar.

Ha pasado un mes desde la destrucción de Konoha causado por Orochimaru. También desde que el tercer hokage murió.

En ese mes, Naruto junto con Jiraiya fueron de viaje a buscar a Senju Tsunade, la nieta del primero. Quien al principio no aceptó el puesto de quinto hokage, pero después de una apuesta y enfrentamiento con Orochimaru, regresaron a la aldea.

Tsunade tomó el puesto como la quinta hokage de la aldea. Ahora tenía un trabajo que realizar; empezar con la búsqueda de Amaterasu.

-Asuma, ¿tenemos información sobre ese chico que secuestro a Amaterasu?- preguntó la rubia de pechos voluptuosos.

Inclinando su espalda al frente, sus codos recargados sobre el escritorio y sus manos juntas. Esperando alguna información que sea de utilidad para facilitar la búsqueda.

No solo se preocupaba de que la hija de su anterior maestro fuera secuestrada, lo que más preocupaba era el hecho de que Orochimaru fue el responsable de todo y sabe de las atrocidades que ha hecho con las personas que fueron secuestradas por él.

Y las probabilidades de que haga algo atroz con ella son altas.

Asuma sostenía unos papeles, mientras se mantenía parado frente al escritorio. En la oficina se encontraban Kakashi, Asuma y Guy.

-Así es Tsunade-sama, gracias a la ayuda de Sunagakure tenemos información sobre ese chico-. asintió el Sarutobi.

-Uno de los ninjas de la arena pudo reconocerlo, y gracias a ello pedimos toda la información que tengan sobre él-. habló Kakashi mirando fijamente a la rubia.

-Léelo Asuma-. ordenó al jounin, aumentando más su interés y atención.

Tal vez por fin darían con su paradero.

El mencionado asintió con la cabeza, aclaró su garganta -Según estos documentos proporcionados por Sunagakure, su nombre es Takayama Adachi, edad; veintinueve años. Anteriormente era un ninja de la arena, pero desertó la aldea a los diez años-.

-¿Diez años?- preguntó algo sorprendida la rubia. Recobró la postura de la espalda para poner más atención.

-Cuando Sunagakure estaba en tiempos de crisis, su hermana mayor Takayama Naoko, era conocida por ser una de las mejores ninjas médico de la aldea. Pero en una de sus misiones perdió la vida, justo cuando Adachi tenía solo siete años-.

-Aunque provenía de una familia donde todos eran especialistas en ninjutsu médico, él era el único que no tenía esa habilidad, pero tiene una gran pericia como ninja sensorial, puede sentir el chakra de las personas desde kilometros, en pocas palabras, es una gran ninja sensorial-.

Pauso para tomar aire y retomó su lectura -Esta en el libro bingo de la arena, debido a que está relacionado con las muertes de varios ninja médico y personas que estén relacionados con el ninjutsu médico. Eso es todo-. quitó su vista de los papeles para observarla.

Esperando alguna opinión sobre ello. Kakashi analizaba la poca información sobre el castaño y Guy solo esperaba órdenes.

Tsunade hacia un leve sonido, pensando en algo. Frunció su ceño al recordar ese nombre.

Cuando se dedicaba a viajar de pueblo en pueblo había escuchado rumores de un asesino que solo se dedicaba a matar a personas que trabajaban en hospitales.

-Adachi, recuerda ser siempre fuerte. Servir a la aldea es lo que siempre ha hecho nuestra familia como ninjas médico. Y tú serás mejor ninja médico que yo-. con una mano en su bícep mostrando fuerza hacia su hermano.

-Lo sé hermana-. Adachi de cinco años dijo sonriendo. Quería seguir los pasos de su hermana, que siempre salvaba las vidas de las personas.

El castaño con cicatriz sintió una leve punzada en su cabeza al recordar a su hermana mayor. Llevó la mano en su cabeza para tratar de aliviar el dolor -Naoko...- musitó.

Caminaba sobre los pasillos de la guarida de Orochimaru para llegar al cuarto donde se encontraba su superior. Kabuto le informó que el hombre serpiente quería verlo.

Pero Adachi sospechó de Kabuto, ya que traía una sonrisa maliciosa

Adachi entró al cuarto del hombre serpiente sin pedir permiso. Un cuarto grande iluminado con velas, Kabuto se mantenía de espaldas revolviendo un líquido.

El castaño se recargó en la pared y cruzó de brazos para escuchar atentamente a su superior.

Kabuto preparaba una medicina especial para aliviar el dolor de los brazos de su líder. Cuando escuchó entrar a Adachi su expresión seria cambió, ahora sonreía cruelmente.

El peliplata con anteojos le había contado un detalle a Orochimaru, un detalle importante que al castaño se le olvidó mencionar sobre la Sarutobi.

Orochimaru miró al castaño, hacía pequeños quejidos y gestos de dolor, mientras se mantenía sentado en la cama, su espalda recargada en el cabecero, esperando la medicina de Kabuto.

-Adachi, ha pasado un mes desde que tenemos a Sarutobi encerrada, y la única razón por la que no puedo proseguir con mi plan es porque mis manos arden demasiado y así me es imposible hacer los sellos-.

El castaño golpeaba levemente el suelo con la planta de su pie, estaba perdiendo la paciencia. Lo que más odiaba era que hablaran sin ir directo al grano.

Kabuto llevó una taza de porcelana con un líquido rojo hasta el hombre serpiente, quien tomó del líquido en un segundo. El peliplata se plantó a un costado de la cama, llevó sus manos juntas atrás y miró a Adachi retador.

-Kabuto, dile lo que me dijiste-. mandó Orochimaru mientras se acostaba de nuevo en la cama.

-Como usted ordené Orochimaru-sama-. acomodó sus anteojos y tomó una postura más cómoda -Verás, como ya habrás dado cuenta anteriormente, yo fui quién curó la herida de su cara y sus manos de Amaterasu-.

-Si, ¿y que?- dejó de mover su pie para cruzar sus brazos a la altura de su pecho en modo de actitud defensiva. Levantando su cabeza y llevar su barbilla hacia delante.

-Mientras curaba la herida de su rostro pude sentir que ella no estaba liberando todo su chakra, al parecer algo obstruye el paso de los canales de su chakra. Cómo si alguien lo hubiese sellado. Pero tú como eres un ninja sensorial te habrás dado cuenta mucho antes que yo-. cruzó sus brazos y el brillo de sus lentes se intensificó.

Soltó un suspiro y sonrió -Así es Kabuto-, lo miro desafiante -esa mocosa tiene varios sellos, para ser exactos; en los trescientos sesenta y uno puntos de su chakra, tiene diez sellos en su cerebro y dos cerca de sus dos nervios ópticos-.

-Ella no me podrá ser de utilidad si no libera todo su chakra, y la única forma para que funcione en quitándole esos sellos-. habló Orochimaru mirando a ambos.

Miró al castaño enojado, después de todo le ocultó algo importante.

-Entiendo que este molesto Orochimaru-sama-. hizo una reverencia de disculpa -Pero se cómo quitarle los sellos. Hay dos formas; la primera es haciendo posiciones de manos que no cualquiera puede hacer, solo alguien de su nivel-, refiriéndose a Orochimaru -puede hacer que los doce sellos se rompan-.

-¿Y cuál es la segunda?- preguntó Kabuto, volviendo a acomodar sus anteojos con su ceño levemente fruncido.

-La segunda es por medio de una cirugía, ya que los sellos se encuentran en físico. Pero-; miró de reojo al peliplata -solo alguien de alto nivel en ninjutsu quirúrgico puede hacer tal cosa, aunque odio admitirlo, Kabuto es el único que puede hacerlo-.

-¿Orochimaru-sama?- Kabuto miró a su líder esperando una decisión.

Orochimaru sonrió malicioso -Debido a que no podré recuperarme hasta no obtener un cuerpo nuevo y no quiero esperar mucho tiempo para tener ese poder en mis manos-. miró al peliplata -Kabuto, te harás cargó de quitarle los sellos a la pequeña Sarutobi. Te lo dejo en tus manos-.

El mencionado cruzó sus brazos y asintió con un quejido malicioso -Es una pena para ella, pero lastimosamente ya no me queda mucho sedante para que no sienta dolor en la cirugía-. en tono burlón y sádico.

Kabuto estaba mostrando su lado frío y sádico. Adachi solo lo miro neutro.

Después de una semana de haber aprendiendo el movimiento de manos de Kabuto, la pelinegra hizo lo mismo, esta vez en dirección a los papeles que mantenían cerrada la celda.

Milagrosamente los papeles se rompieron, Amaterasu abrió la puerta de la celda cuidadosamente sin hacer ningún ruido para que no fuera descubierta.

Por suerte los demás prisioneros estaban dormidos, ya que era de noche. A pasos sigilosos se acercó a la puerta donde estaba su libertad, esperándola.

Asomó su cabeza para ver si no había nadie, y en efecto, el lugar estaba solo. Rápidamente corrió por los pasillos sin fin mientras su respiración se aceleraba cada vez más.

Varias lágrimas salían de sus ojos, por fin saldría de ese lugar para volver a la aldea. Por suerte encontró la puerta final, ahí estaba la salida. Antes de que pudiera tocarla, alguien la tomó por la cintura y cubrió su boca.

Veía como su libertad se alejaba cada vez más, mientras trataba de gritar desesperada y asustada.

Era Adachi quién la descubrió, gracias a que sentía el chakra de la chica alejarse mientras estaba tratando de dormir.

A la fuerza la llevó esta vez a un cuarto distinto, ahí había una cama de hierro donde la acostó con brusquedad, encadenó sus manos y pies para que no se liberará.

Amaterasu observó el cuarto mientras gritaba y trataba de liberarse, pero era inútil. Varios instrumentos de cirugía, inyecciones, una maquina ECG, esterilizadores, y muchas más cosas

-Déjame salir idiota, ¡¿que demonios quieren de mí?!- las lágrimas de sus ojos empezaban a salir debido a la desesperación -Tu líder ya ha matado a mi padre, ¿que más quieren?-

-Cállate, no eres alguien importante o de utilidad para mí, así que no me interesa ni en lo más mínimo que te hagan-. neutro, tomó un bisturí de la charola y lo miro con entendimiento.

-Sabés, hacia mucho tiempo que no tomaba uno de estos-; refiriéndose al bisturí -como te has portado muy mal tratando de escapar, lo voy a utilizar contigo, solo para darte una lección-.

Los ojos cafés de la Sarutobi se abrieron desmesuradamente al ver que el castaño se acercaba con la herramienta médica a su rostro.

Amaterasu liberó un grito desgarrador al sentir el filo del bisturí en su mejilla derecha hasta su ojo. Le había hecho una cortada profunda, casi atravesando todas las capaz de su piel.

Adachi la miraba con satisfacción, le gustaba verla gritar de dolor.

En eso un suspiro de cansancio se escuchó por el cuarto -Así que has empezado con la cirugía sin mí. Que cruel-. en tono burlón, Kabuto entró al cuarto está vez con una vestimenta blanca.

Jisub Yoshimura
Daiki Yoshimura