• Capítulo 19 • ~Especial~

Capítulo especial: Uchiha Haru.

...

La noticia de que Haru y Madara se casarían no tomó mucho tiempo para esparcirse por todo Konoha. Cada reacción fue diferente. Los viejos Uchiha's sonrieron hostiles, el plan estaba dando resultados, pronto habría un heredero del clan.

Hashirama estaba contento por su amigo, luego de un largo tiempo ya no estaría solo pero a la vez estaba triste por su hermana, parecía que fue ayer cuando era una niña traviesa y risueña, ahora pasaría a ser una mujer adulta con el apellido Uchiha.

Mito se sentía feliz por ella, siempre le deseaba lo mejor a Haru, ambas se apoyaban mutuamente desde que se conocieron.

Tobirama fue un caso especial. Fue una noticia que no veía llegar por parte de su hermana mayor, que aceptará repentinamente ser la esposa de Madara fue un golpe bajo, pero no iba a interferir, si ella era feliz con su decisión lo aceptaría sin reprochar.

—¿Estás segura de que quieres esto Haru? —cuestionó Tobirama por enésima vez mientras ayudaba a empacar unos jarrones de barro.

Obviamente Haru quería esto, su respuesta a su repetitiva pregunta siempre a sido un “sí” —Ya te he dicho que sí, Tobirama. —rodó los ojos mientras sonreía divertida por la extraña actitud preocupada de su hermano menor.

Tobirama podía ser todo un adulto pero no dejaba de ser el hermano menor sobreprotector con su hermana mayor. Ambos estaban en el cuarto de la femenina, arrodillados sobre el suelo de madera mientras empacaba sus cosas en varias cajas de cartón para que iniciará su mudanza a la casa de Madara.

Tobirama ayudaba a guardar unos pergaminos de jutsus que Haru no podía capaz de hacer y no sería capaz de tirarlos era mejor guardarlos para futuras generaciones. También ayudaba a guardar algunos trastos antiguos.

—Sigo sin creer que te casarás con ese Uchiha, hermana. —habló Tobirama revisando el contenido de cada pergamino. Hasta que uno de ellos que era verde llamó su atención.

—Algún día tenía que pasar, hermano tonto, tal vez, un día tú también te llegues a casar. —respondió a su comentario tranquilamente mientras guardaba unas viejas yukatas en otra caja de cartón.

—Ya veo... —El contenido del pergamino lo despejó un momento de la preocupación que tenía por su hermana.— Oye, Haru, este pergamino es muy peculiar, nunca había visto unos sellos así.

Haru lo volteó a ver con una sonrisa a que pergamino se refería pero su sonrisa se borró al momento que vió el tipo de pergamino que se refería. En un ágil movimiento se lo quitó de las manos y lo guardó en la manga de su yukata roja —No te preocupes hermano, son sellos especiales que he estado practicando para un nuevo jutsu. —mintió.

—¿De verdad? —la miró con recelo alzando una ceja.— Yo te podría ayudar a desarrollarlo mejor.

—N-no... está bien. Quiero hacerlo por mi cuenta. Agradezco tu ayuda. —le dió una falsa sonrisa que aumentó el tamaño de sus mejillas.

—Si insistes está bien. —Tobirama continúo organizando las cosas olvidando el asunto.

Haru suspiró con cautela y a escondidas guardó el pergamino verde en la caja que tenía las yukata viejas. Al terminar de guardar las viejas yukatas, abrió la puerta del closet dejando a la vista varias cajas apiladas que ni ella misma sabía que tenían en su interior. Con cuidado sacó una caja y la abrió. En su interior habían varías cosas que consideraba basura, hasta que encontró un objeto que había dado por perdido hace mucho tiempo.

—Esto es... —susurró audible para los dos que llamó la atención de Tobirama. Era un tantō¹ que había fabricado Tobirama con materiales especiales y le había regalado a su hermana cuando fue al campo de batalla por primera vez.

—Oh, veo que aún lo conservas. —comentó el Senju mirando con atención el arma. Se veía en buen estado pese a que estaba guardado en una caja.

Haru rió nerviosa que una pequeña gota de sudor cayó de su mejilla —En realidad no sabía que aún lo tenía conmigo, creí que lo había perdido.

—Eso es por qué eres muy distraída, hermana tonta. —bufó mientras cruzaba los brazos.

—Lo se... —No paraba de sonreír un poco nerviosa, no solo pensó que lo había perdido, también no lo recordaba.

—¿Piensas conservarla? —cuestionó dudoso.— Recuerda que con ella mataste a una serie de Uchiha's.

—Lo sé, pero eran tiempos de guerra además de que no me arrepiento de haberlos asesinado. —tomó el arma e hizo una serie de cortes al aire. Era pequeña y un poco pesada, no sería cómodo si la usaba, no era su tamaño ideal.— No voy a conservarlo, es mejor que te la regresé.

—Pero es tuya.

—Ya se, pero no creo que la vuelva a usar, además, no es de mi estilo este tipo de armas pequeñas. Será mejor que la conserves hasta que encuentres a alguien que creas que sea digno de usarla. —le extendió el tantō para que la aceptará.

Tobirama miró brevemente el rostro de su hermana, ella parecía estar de acuerdo —Bien —la recibió con una gran sonrisa.— Te prometo que encontraré a alguien digno de usarla.

Haru bse sintió feliz por las palabras de su hermano menor, era raro pero sentía un extraño vacío en su corazón que la puso nerviosa un momento.

El gran día llegó finalmente, todos los invitados que eran solo familiares de la pareja y algunos altos mandos de la aldea se encontraban emocionados por la unión matrimonial que tendrían la Senju y el Uchiha. Los invitados estaban vestidos con kimonos negros, mientras que las invitadas casadas —en este caso Mito— estarían vestidas con kimonos negros, Hyuga Akane al ser la futura prometida de Hyuga Ebisu también llevaría un kimono negro.

El protocolo antiguo japonés dicta que durante una boda los invitados deben seguir ciertas reglas de vestimenta. Las mujeres casadas y comprometidas deben llevar kimonos negros, por otro lado las solteras pueden llevarlo de colores. Los hombres, ya sean casados o solteros pueden vestir con un kimono negro.

Haru se encontraba en la residencia de Mito arreglándose para la boda, llevaría un shikamuru que es una especie de kimono blanco con detalles rojos y en la espalda tenía bordado el emblema del clan Uchiha además este seria acompañado por un wataboshi, un tipo sombrero blanco que iba en la cabeza.

Todo parecía ir perfecto pero estaban en un aprieto las dos. ¿Cuál era? Su cabello... su alborotado y puntiagudo cabello era el problema, Mito no podía hacer el complicado peinado que tenía pensado para Haru.

—¿Como hacías para peinarte con ese cabello? —estaba impresionada por el tipo de cabello que tenía Haru, trataba de hacerle el peinado pero ya llevaba varios intentos fallidos.

—Ni yo misma lo sé, Mito. Cuando era una niña podía hacerme cualquier peinado por qué lo tenía corto. —dió un profundo suspiro— Y ahora que me lo dejado crecer, no sé cómo hacerlo.

—La solución es fácil, —tomó unas tijeras que se encontraban en un pequeño estante— te cortaremos el pelo —un brillo en sus ojos y una sonrisa maquiavélica se mostró en el rostro de la peliroja.

Haru saltó del su asiento asustada —¡De ninguna manera Mito! ¡Aleja eso de mi!

Ella comenzó a reírse a carcajadas por la expresión de la Senju —Descuida, no haré nada.  —devolvió las tijeras a su lugar, tomó el cepillo y lo fue pasando por el cabello de la azabache —Bien, haré mi mejor esfuerzo.

Tomó media hora arreglar adecuadamente el cabello de Haru con la ayuda de algunos productos naturales para cabello rebelde. Había quedando hermosa, parecía otra persona totalmente diferente debido a au pelo completamente recogido.

Ahora seguía el maquillaje que era importante y esencial en la boda, a Haru no le gustaba el maquillaje pero era necesario. Mito tomó un pincel y en un pequeño frasco con un poco de pintura blanca comenzó a pintar toda la cara de Haru de color blanco, con otro pincel y pintura roja pintó los labios y con pintura negra delineó los ojos. Esos colores eran símbolo de virginidad y belleza. Y para finalizar le puso el wataboshi en su cabeza, ahora Haru ya se encontraba lista para su boda.


En el distrito Uchiha, Madara estaba en su hogar arreglándose con la ayuda de unas señoras de la tercera edad, no sabía cómo ponerse el traje pues era su primera vez usándolo. Llevaría un montsuki que era una especie de kimono de etiqueta color negro con el bordado de su clan en la parte de la espalda. Por otro lado él no se arreglaría su alborotado cabello, se lo dejaría suelto cómo de costumbre. Luego de unos minutos, Madara también estaba listo.

Era once de noviembre, el día que Haru y Madara escogieron para casarse ya que supuestamente era el día de la suerte para las bodas. Conforme los invitados llegaban al santuario daban sobres blancos que en su interior contenía dinero. En las bodas japonesas no se dan regalos solo dinero.

Con todos ya reunidos en el santuario shinto que era de color blanco y decorado con varias figuras de deidades de la antigüedad, esperaban en silencio la entrada de la pareja.

El sacerdote estaba en el centro del santuario esperando de igual manera a la pareja, finalmente dió inicio cuando entró Haru acompañada de la mano con Mito que estaba haciendo el papel de la madre de la novia ya que era muy cercana a ella. Luego de unos segundos Madara entró acompañado de Hashirama, que haría de su padre temporal por ser el amigo más cercano que tenía.

El sacerdote empezó a hablar con unas palabras sagradas para los dioses sintoistas. Todos tenían su semblante serio, en una ceremonia se tenía que estar serio y en silencio o de lo contrario sería considerado una falta de respeto para los dioses.

Después de varios minutos de palabras por parte del sacerdote se dió inicio al ritual San sankudo (tres veces tres a nueve). Ambos azabaches tenían un anillo en las manos, la Senju le colocó el anillo a Madara en su dedo anular y el Uchiha hizo lo mismo con Haru, después de intercambiaron juzus que son una especie de rosario mientras tomaban tres trazas de sake.

Haru hacía el intentó de no hacer cara de asco por el fuerte sabor del alcohol, eso era por qué no le gustaba para nada el sake. Ambos posaron las pequeñas tazas de porcelana en la mesa. Madara quedó helado un segundo al ver que Haru dejó la taza unos segundos después que él.

¿Por qué? Cuando beben el sake en las pequeñas tazas la pareja tiene que dejar ambas tazas en la mesa al mismo tiempo, la tradición marca que si alguno de los dos lo pone
más tarde, significa que morirá antes.

Haru sólo miró aquella taza algo asustada, varias gotas de sudor empezaron a salir de su frente, sabía lo que significaba y Madara también lo sabía. Por suerte fue el único que lo notó. Respiró un poco para calmarse y volvió a sonreír. Con dicha acción finalizada se dió por concluida la ceremonia de unión, ahora Haru llevaba el apellido Uchiha.

Su nombre de ahora en adelante era Uchiha Haru.

Kanae Yoshimura
Daiki Yoshimura

¹Arma tipo katana de menor tamaño, normalmente suele ser un poco pesado.

Daiki: recuerdo que esté capítulo tenía más de 5k palabras pero luego de corregir y borrar una escena lemon innecesaria en este capítulo y otras escenas tontas sin sentido solo tiene 2k.

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