Extra I: El día que la conocí

Coincidir
-Macaco

Jaz

Hoy parece ser uno de esos días normales; uno donde las mismas cosas pasan igual que el día anterior, y que el pasado a ese, y así sucesivamente. Hace mucho que no siento ese, vaya, sentimiento de encontrar algo nuevo, de sentirme libre otra vez y sin preocupación alguna.

10 de octubre.

¿Qué podría pasar en un día como este? Sinceramente, no creo que nada. Mi día está arruinado desde el momento que entro a esta casa y la veo a ella.

Cierro el libro que estoy leyendo y me tallo los ojos. Aquí vamos de nuevo.

Lo guardo en mi mochila, junto a una libreta que tengo donde escribo algunas ideas que tengo para hacer historias. Suele servirme cuando estoy fuera de casa y no tengo la laptop donde escribo.

Bajo a la sala y ahí me encuentro con ella. Mi mamá no es mi persona favorita del mundo; se supone que debería de serlo, pero no es así. Dejó de serlo cuando comenzó a sumergirse en el mundo de la bebida alcohólica.

Y otra vez, está pidiendo a gritos que alguien le traiga más alcohol. Nadie en esta casa, mucho menos mi papá, es quien le da la bebida. De hecho, es todo de parte de mis tías, las hermanas de mi mamá. Ellas son las que le dan todo el alcohol, mas no entiendo para qué.

Si saben cual es su situación, la situación de toda la familia, ¿porqué siguen haciéndolo? Deberían de ayudarnos a encontrar algún lugar donde podamos llevarla para solucionar su problema, no emporarlo.

Mi papá ya está buscando algún abogado que le ayude en todo el tema del divorcio, ya que él no puede más con esta situación que es cansada y tediosa.

La mujer en la sala me nota y comienza a señalarme. La ignoro.

—¡Jazer, hijo! —me grita mientras yo agarro mis llaves y me dirijo a la puerta. No puedo seguir aquí con ella en esta casa—. No te vayas... Dame más para beber. ¡Dame el puto alcohol!

Hago caso omiso a sus gritos y groserías. Desde hace tiempo atrás dejé de prestarle atención a lo que decía. Y más cuando implementa la violencia para conseguir lo que quiere.

Ni me despido de ella y salgo al exterior de la casa.

Y de lo bueno que iba mi día se tornó en pésimo y ahora estoy de mal humor.

Voy directo a la parada del camión y espero a irme a donde sea menos a mi casa.

A algún lugar donde pueda escapar de la realidad.

☀️

En uno de mis paseos por la tarde, cuando prefiero salir a estar dentro de mi casa junto a mi mamá, encontré una cafetería muy agradable, llena de un ambiente cálido y de personas que hacen que se sienta así. Añadiendo el delicioso café que preparan.

Así que es ahí donde me estoy dirigiendo ahora mismo. Me queda lejos, pero mejor así a estar a cerca de donde ella lo está.

Entro y de inmediato el olor a café inunda mis fosas nasales. Casi hace que mi mal humor se vaya. Casi.

Mientras paso por las mesas para llegar al mostrador, mi mirada se encuentra con una chica que, desde la vez que descubrí este lugar, llamó mi atención. Mas que nada por lo que suele hacer cuando está ahí: dibujar. Siempre la veo sumergida en su arte dentro del papel.

Espero tener algún día la ocasión para hablarle. Se ve que es agradable.

Llego al mostrador y pido mi café que, al parecer, son pocas las personas que piden un café mocha blanco. Y no entiendo porque, sí es uno de los mejores cafés que he podido pedir y probar.

En fin, quizás las personas que no lo piden son las raras y no las que lo pedimos.

—¿Para llevar o para tomar aquí? —me pregunta el chico del mostrador.

—Para tomar aquí. Por favor —respondo de manera inmediata. Ni loco pienso irme así de rápido para regresar a donde está ella.

—De acuerdooo. En unos minutos saldrá tu bebida. La gritaré, para que estés atento.

Le agradezco y me siento en una mesa a la espera de mi café. Saco mi libro y me pongo a leer.

Y es que, gracias al ambiente, al poco ruido que hay aquí, leer es demasiado a gusto. Es literalmente como desaparecer del mundo y centrarme en solo mi lectura. Por eso me gusta estar en este lugar.

Tal como el chico del mostrador me dijo, a los minutos se escucha que llaman a por el café que pedí. Guardo mis cosas nuevamente en la mochila y me dirijo hacía allá para recogerlo.

Grata es mi sorpresa al encontrarme con la chica de los dibujos que ha llamado mi atención ahí justo a mi lado, yendo por el mismo café que he pedido yo.

Es guapísima.

Me analiza de arriba para abajo y eso hace que sonría.

—Tómalo tú —le digo intentado ser amable. No habré tenido una buena madre, pero eso no evita que tenga buenos modales—. No tengo problema con esperar un poco más. —No puedo dejar de sonreír.

Es tan extraña, pero agradable, esta coincidencia.

Justo cuando pensaba que este día no podía cambiar, lo hizo.

—De acuerdo. Muchas gracias —responde ella un tanto confusa. Se comienza alejar, no sin antes volver a darme una mirada, y se va hacía una mesa al otro extremo. Mis ojos se quedan un rato más sobre ella hasta que la aparto y la regreso al mostrador.

Mi mal humor de pronto se esfuma.

El chico del mostrador me observa y me pide disculpas.

—No te preocupes, como le dije a ella, puedo esperar un poco más por el mío.

El empleado pide otro café a sus compañeros y regresa a donde estaba anteriormente.

—Claro. De nuevo perdón. Es la primera vez que nos pasa que hay dos personas viniendo por el mismo café.

—Supongo que por algo pasó —murmuro volteando a ver hacía donde está ella nuevamente y una extraña idea viene a mi mente.

—En unos minutos vuelve a salir.

—Esperaré aquí.

Cuando el café está preparado, dudo solo por unos segundos.

Suspiro y comienzo a caminar por el camino que la chica tomó instantes atrás. Me sitúo a su lado y observo lo que está haciendo. Un dibujo -como todas las veces que la he visto-, aunque no logro divisar de que es.

Trago saliva y espero no comenzar a incomodarla. En caso de hacerlo, me iré inmediatamente. Ante todo, quiero hacer de este inoportuno encuentro algo divertido y a gusto para los dos.

—¿No te importa que me siente? —le pregunto.

El ceño de la chica se hace presente, pero lo relaja pocos segundos después y se encoje de hombros.

—Todo tuyo.

Me siento, dejo mi café en la mesa. También saco mi libro y lo coloco en el mueble. Y mientras tanto, ella vuelve a analizarme con rapidez.

—¿Qué estás dibujando? —Mi curiosidad es más grande que mis ganas de dejar mi boca cerrada.

Ella vacila unos segundos, pero termina enseñándome el dibujo que tiene en su hoja.

La agarro y la observo atentamente. Es casi lo que nos pasó minutos atrás con el café. Me hace pensar que quizás no fue una casualidad y sonrío. Esta chica tiene una buena mano para el dibujo, es tan sencillo, pero se puede entender todo lo que pasó.

—Parece que eres buena en esto. —Le paso la hoja de regreso y ella lo coloca en medio de los dos.

—Me gusta dibujar —replica.

—Es un hecho. Me gusta el concepto que le diste.

—¿Lo entendiste?

—Bueno, dado que quizás aparecí en el dibujo, sí —bromeo y vaya que funciona. Ella sonríe y... Le queda bien esa sonrisa en el rostro. Si de por sí ya se veía bonita, sonriendo se ve mucho más—. Pero hablando en serio, sí lo entendí. Estas dando a expresar que hubo un choque a la hora de tomar el café.

—El arte es fácil de leer, todo depende de los sentimientos que le ponga el artista. —Da un sorbo a su bebida sin aparta la mirada de mí.

Otra sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Soy Jazer, por cierto.

Se muestra sorprendida, como si ya hubiera escuchado mi nombre anteriormente.

—Soy Ossena, pero todos me llaman Ness.

Ossena... Os... Como el mago de Oz.

Y entonces, antes de darnos cuenta, comenzamos a platicar como si de viejos amigos nos tratáramos. Le cuento un poco de lo que estudio, de uno de mis hobbies favoritos y, sobre todo, le recomiendo un buen libro.

Pasado un tiempo, en el que ninguno había revisado su celular, ella lo hace. Se muestra preocupada casi al instante y estoy a punto de preguntar si algo pasó, pero ella me gana la palabra.

—Mira, tengo que irme. Pero si quieres volver a recomendar un libro a una extraña, estoy aquí casi todos los días a esta hora —me informa y me sorprendo.

—De acuerdo, extraña, veré si puedo venir algún otro día a recomendarte buenos libros. —Si por mi fuera, vendría todos los días. Es mucho más agradable estar hablando con ella que estar en ese ambiente tóxico de mi casa.

Me mira y amplio mi sonrisa. Se levanta y toma su café.

—Hasta luego —se despide.

—Ve con cuidado —le digo y la veo desaparecer del lugar.

He conocido a muchas personas en esta vida, pero ninguna es como ella. Como Ossena, o, como me gustaría llamarla si nos volvemos a encontrar, Oz.

Estar con ella es... Demasiado cálido, es como sentirse seguro con alguien más sin verme juzgado por ella.

Ojalá que nuestra historia no se quede hasta aquí.

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Nota de autor
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Canónicamente, un 10 de octubre del 2022 se conocieron nuestros queridos artistas enamorados y por lo tanto traje este especial para celebrar (porque aquí su servidora ama las fechas especiales y siempre aprovecha para hacer algo en esos días).

Siempre me ha gustado leer las perspectivas de los otros personajes (más en concreto, el masculino o el enamorado de la protagonista), y quise añadir ese cliché en mi historia porque me sentiría ofendida conmigo misma si no lo hiciera.

Es un capítulo corto, pero no quería repetir todo lo que pasó en el capítulo 2; quería poner lo esencial, el porque Jaz dice que Oz es tan única, mágica y especial para él. El porque comenzó a enamorarse poco a poco.

Jaz es un personaje más profundo de lo que yo pensaba; me sorprendió su historia a la hora de escribirlo, no solo aquí, sino que en general. Meterme en su piel y en su vida fue algo que amé hacer y ojalá poder volver a repetir en algún otro especial.

¿No les pasa que se sorprenden por todo lo que sus personajes les muestran cuando ustedes no lo tenían esperado? Bueno, Jaz fue ese personaje

Además, les traigo otra sorpresa aparte de este especial/extra. 🤭

No sé si recordarán que en el capítulo 18, Oz y Jaz crean una playlist para sus canciones... Me dispuse a hacer el trabajo y darle vida a esa playlist que les dejaré a continuación. 💗

Y el link aquí: https://spotify.link/vhgRi9uovDb

Un viaje al siglo pasado acompañado de Taylor Swift, Harry Styles y muchos otros cantantes que amamos.

Ojalá la disfruten. 🙊🎨

De verdad gracias por todo el apoyo que le han dado a la historia y a mis chicos. Por esos 1k de votos que siempre fueron una fantasía y ahora una realidad. Gracias, gracias, gracias. ✨💗

Me hace mucha ilusión ver todos sus comentarios llenos de bonitas palabras hacía la historia.

Nunca creí que a tantas personas les iba a gustar lo que escribo, pero aquí lo puedo ver.

Espero que me sigan apoyando en este camino de la escritura que, definitivamente, no acabará aquí.

Nos veremos pronto.

Rebeca.

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