Epílogo
We can't be friends
(wait for you love)
-Arianna Grande
Junio, 2033.
—¿Puedes creer que nuestro hermanito está a punto de graduarse?
Isa se muerde el labio, tratando de aguantar las ganas de llorar y destrozar su maquillaje.
—Es díficil de creer, sí. Pero es aún más difícil de creer el haber vuelto a Estados Unidos.
Seis años han pasado desde la última vez que toqué tierras «americanas», —como le siguen diciendo los yankees a este país—. Seis años en los que, mi familia paterna, viajaba a México a visitarnos, en lugar de ser nosotros. Pero una vez al año, si es que era en vacaciones de verano o navidad.
Fue difícil mantener distancia de ellos, mas hubo muchos inconvenientes, aparte de nuestras vidas ocupadas, que no nos dejaron venir... —yo con mis propias razones para no querer viajar —. Ellos se mudaron de estado porque Iker se fue a una universidad lejos de Oregón. Entonces esto también afectó al esquema ya acostumbrado.
Que, por cierto, Iker terminó estudiando algo relacionado a los videojuegos realistas. Le tomó cerca de un año entender que los videojuegos iban más allá de un solo hobbie y encontró la pasión para dedicarse toda su vida a ellos. Y ahora estamos aquí, en su graduación.
—Miren, ya están entrando —dice Erick y los cuatro volteamos la cabeza al mismo tiempo.
Los graduados comienzan a ingresar a las canchas de la uni y acomodarse en sus lugares. Cuando Isa localiza a Iker, los cuatro nos enloquecemos y gritamos con fuerza, llamando la atención de medio mundo y con todos ellos a nuestro hermano. Nos muestra su sonrisa más radiante. Veo a Omar a lo lejos, en el lugar donde los padres de familia tienen que estar, y lo saludo con la mano. Él y Marissa sonríen al igual que Iker, acto seguido, se voltean nuevamente a la cancha.
Yo le tomo la mano a la chica que está a mi lado y le doy beso. Ella me abraza con un brazo y me rodea la cintura.
—Por fin conoceré a mi cuñado. Ya habías tardado, hombre.
—Él también está expectante de conocerte. Lleva diciéndome, desde que empezamos a salir oficialmente, que los presente. Digo, él ya te conoce superficialmente por todo lo que le he contado de ti. —Dato curioso, mi chica e Iker no habían, jamás, coincido por razones desconocidas. Cuando Iker nos visitaba, ella salía de imprevisto a otro estado por temas de negocios. O viceversa, cuando Iker no podía venir, ella estaba todo el tiempo libre.
—Claro, soy un tema de gran relevancia —bromea y yo me rio.
Se distrae un momento viendo el lugar y yo aprovecho para robarle un beso. Me lo devuelve con mucho ánimo.
—Por favor, no muestras de amor ahora, ya va a empezar el evento —avisa Isa con su cara de pocos amigos. Tiene su mano entrelazada con la de su esposo.
Sí, esposo. Increíble de creer. Hace ya dos años se casaron y a pesar de que la luna de miel fue ya hace meses atrás, parece que siguen estando en una. Viajan por todas partes del mundo. Erick se convirtió en un reconocido jugador de básquetbol y con su solo trabajo bastaría para mantener a ambos, pero mi hermana no se queda atrás. A pesar de que se convirtió en maestra de educación básica, suele ir a eventos deportivos casi todos los fines de semana y gana bastante ahí.
Por otra parte, aunque yo no gano lo mismo que mi melliza, estoy bastante feliz por el trabajo que tengo. Sigo ejerciendo mi licenciatura en la misma escuela a la que me aceptaron años atrás, viendo crecer a todos los niños a los que he podido ayudar. Eso me ha demostrado lo efímero que es la vida. También el como, pese a tu mundo se detuvo, el resto sigue girando y te toca seguirle el rumbo.
Mi novia es una reconocida mecánica en la ciudad. A veces, le llegan tantos pedidos que yo tengo que ayudar con lo poco que aprendí mientras trabajaba con ella. Y lo mejor de todo es que es tan reconocido su taller que llegan personas muy famosas ahí.
Creo que todos tenemos éxito a nuestra manera. Como siempre he dicho, lo importante es que todos seamos felices haciendo lo que más nos apasiona.
Y, ahora, espero que Iker también lo sea en este nuevo capítulo de su vida que hoy inicia.
𓆉
—Mierda, se acabó el hielo
—masculla mi novia al abrir el refri.
—Voy a comprar más, no te preocupes, Nad. —Le doy un beso en la mejilla rápidamente—. Deja le pregunto a Omar donde hay una tienda para comprarlo.
—¿Quieres que te acompañe?
Niego con la cabeza.
—No tardaré. Así aprovechas para conocer más a mi hermano. Ya viste lo eufórico que se puso. —Tendrá más de veinte años, pero su alma de niño sigue ahí.
Nadia se ríe y se acaba su bebida. Tiene el mismo estilo desde que la conozco. Mostrando sus tatuajes con su vestido negro, delineado perfecto y una cabellera negra hasta las orejas. ¿Qué te puedo decir de eso más que todo me deja loco? Jamás en la vida pensé que un estilo tan.. como suyo sería mi debilidad en estos momentos. Pero supongo que se debe a que es justamente ella.
—Ya, soy fácil de querer.
—Pues claro, por eso me enamoré de ti.
Es su turno de darme un beso en los labios. Le sonrío a la vida por lo dichoso que soy de poder tenerla a mi lado. Me separo porque los hielos nos hacen falta con este calor que mata.
—Regreso rápido, te lo prometo.
—Va, mecánico.
Voy a la sala y pregunto a Omar por un sitio no tan lejos donde conseguir hielo. Me da indicaciones y los grabo en mi memoria. Le agradezco y tomo su vehículo para ir en búsqueda de ellos.
Nadia y yo empezamos a salir casi tres años atrás. Me di los otros tres años para sanar aquella herida que me dejó la partida de mi anterior relación, y en todo ese tiempo de terapia, Nadia estuvo ahí, sacándome a lugares para pasar el tiempo o pidiéndome ayuda en sus proyectos personales. Y bueno, cuando la herida empezó a cicatrizar, antes de siquiera poder procesarlo me enamoré de ella. El resto, es historia.
Han sido los mejores casi tres años de mi vida. Nunca había durado tanto en una relación como en esta y no puedo estar más que satisfecho por todo lo que hemos construido ella y yo juntos. Que, gracias a ella, descubrí que también soy demisexual. Con ella no me da miedo o repulsión tener relaciones. Y eso es curioso. Claro que me tomó un tiempo aceptar esa otra rama del aspectro asexual, pero cuando todo encajó, se sintió perfecto.
Estoy en ese punto donde la felicidad ya la encuentro en todos lados, sea mínimo ese lugar u objeto.
Tenía que volver a caer para entender eso.
𓆉
En la tienda donde me indicó Omar no hay hielos, por lo que pregunto por alguna otra que esté cerca y que pueda encontrar. El empleado me da una dirección y compro agua para el camino, tan siquiera.
Le agradezco y salgo del lugar. Le doy la dirección al vehículo, los cuales ya son inteligentes y se mueven por su cuenta con una simple palabra, y este la obedece. Pongo mi playlist como mi acompañante oficial de aquí hasta mi destino.
Después de otros cinco minutos y de avisarle a mi familia que iba a tardar un poco más, llego a la segunda tienda. Esta, por suerte, sí tiene. Tomo una bolsa de hielo, solo que a la vez, alguien más lo intenta agarrar.
Lo suelto, mientras tomo otro sin observar. Hablo al mismo tiempo:
—I'm sorry. I'll take another...
Es ahí cuando escucho un sollozo y paso mis ojos hacia la persona.
El alma se me cae a los pies.
No... No pensé volver a verla nuevamente. Pero aquí estamos, encontrándonos en el mismo mes que la primera vez, solo que seis años más tarde. Diez años desde el día uno.
Volviendo a ser dos desconocidos que alguna vez lo supieron todo del otro.
Ella era la persona con la que creí que me veía casado a los veinticinco años y con la que me hubiera gustado formar una familia. Esa fue una de las partes más difíciles de superar del duelo de la relación.
Nos quedamos mirando sin decir nada. Los hielos derritiéndose en mis manos, pero no puedo apartar la vista de ella. Es tan irreal.
—Emi...
Sigue igual que la última vez que la vi... Y sin embargo, se ve tan diferente. Con su cabello café, solo que ahora lo tiene por debajo de la cintura, usa el mismo estilo de vestido que llevó alguna vez mientras salíamos. Pero lo que más veo que cambió, es su rostro. Hay un brillo que jamás logré ver en ella. Y no en el mal sentido. Supongo que por fin logró sanar.
Suspiro. Todos los recuerdos que creí haber bloqueado vienen a mi mente enseguida. Ni siquiera sé que sentir.
—Hey, Arleth. ¿Cómo estás? —logro decir. Siento el corazón en la garganta.
Quizás la perdoné, pero no podré olvidar nunca todo el dolor que me causó su partida. Aún así.... La miro y no siento nada. Eso es bueno.
Ella sigue soltando lágrimas para nunca acabar.
—Estoy bien... Por fin me siento bien. ¿Y vos? ¿Cómo estás? —Juega con sus dedos, en señal de nerviosismo. Eso tampoco ha cambiado.
—Me alegra saber que ya estás mejor. Yo también lo estoy, gracias. ¿Qué haces en Idaho? —Me parece un gran paso que estemos entablando una conversación «normal». Aunque yo sigo pensando que es algo incómodo y tenso.
—Hace un año que estoy viviendo acá. Ahora laburo como actriz en teatros, haciendo papeles chicos. Encontrar la paz era justo lo que necesitaba.
Comienzo a relajarme un poco y me permito sonreír.
—Eso es bueno.
—¿Y vos? ¿Por qué estás acá?
—Es la graduación de Iker.
—¿Iker ya termina la facu? Holy shit. El tiempo se nos pasó volando.
Arleth rompe el contacto visual y sus ojos bajan por todo mi cuerpo. Supongo que para ella, yo sí cambié un poco. Mucho, en realidad. El cabello lo sigo teniendo casi a rapa, me dejé crecer el bigote bajo la nariz, pero muy poco; tengo más músculos, puesto que he estado ejercitandome de manera más profesional. Me hice un piercing en una oreja a recomendación de Nad y Jaz. Y, por último, tengo tatuada una palabra en la muñeca izquierda. Es algo grande. Dice: «Inexorable».
—La guardaste —murmura, mirando a la muñeca contraria al tatuaje. Le vuelve a caer una lágrima.
Suspiro, nuevamente. Por costumbre, toco la pulsera que no me he quitado en todo este tiempo.
—Por los buenos tiempos.
—Perdón, Emi. No tendría que haber terminado así entre nosotros. Me mandé una cagada al no hablarte de frente.
—Al menos lo estás reconociendo. —Miro la bolsa de hielo. El agua comienza a caer en mis manos. Ignoro aquello—. Y está bien, ya pasó. Supongo que tenía que terminar así para que tú entendieras el significado de tu existencia en el mundo. No te guardo rencor para nada, Arleth. Quizás sí que un poco de nostalgia, pero es todo.
—Igual, entendería si me tenés bronca.
—Prefiero quedarme con lo bueno, como te digo. —Observo la hora en mi celular. Ya es tarde—. Mira, tengo que irme.
—Oh, sí. Claro. Fue... Bueno volver a vernos. ¿Crees que podremos reunirnos otro día? Para ponernos al tanto...
Con todo el dolor del mundo, digo:
—Es mi turno de disculparme, pero lo siento. No podemos. Creo que habernos visto aquí fue para ponerle punto final a nuestra historia. No me queda más que agradecerte por todo lo que me enseñaste en la vida y lo que tu presencia me ayudó, pero hasta aquí llegamos nosotros. Inexorable, ¿recuerdas? Es lo que éramos desde el inicio.
—Había olvidado esa palabra.
—Yo jamás podrían—susurro. Le muestro el tatuaje y Arleth hace ademán de tocarlo, mas se detiene. Se lo permito por última vez.
Su piel toca la mía y siento como si una corriente eléctrica me recorriera todo. Suelta una exclamación de asombro y aparta la mano.
—So, todo acaba aquí. Oficialmente. —No es pregunta, es afirmación. Yo solo afirmo con la cabeza.
—Tarde o temprano debía de hacerlo. Espero que la vida siga sonriéndote... Lett. Te mereces lo bonito del mundo.
Se limpia otra lágrima.
—Vos también, pelirrojo. Gracias y perdón por todo lo que te hice pasar. Quizás en otra vida sea.
Me encojo de hombros.
—Quizás. —Hago el último acto de valentía y para llevarme un recuerdo final de todo este capítulo junto a ella. La abrazo—. Sé feliz. Eso es lo importante. Y ámate, ¿sí? Que nadie vuelva a dejar que tu brillo se apague.
Asiente, estando en mis brazos, y segundos después, me aparto. Tomo la bolsa de hielo y dejo salir aire una vez más. La miro de pies a cabeza, siendo que no volveré a encontrarme con ella. Mis ojos terminan por detenerse en la bolsa que tiene en el brazo, donde hay dos llaveros que me hacen pensar que ella también sigue llevando una parte de mi consigo. Sobre todo, el segundo que luce más sucio y desgastado. El llavero de mi chocolate favorito.
Con eso, parece ser que sí que puedo darle el final a esta historia.
—Adiós, Arleth.
Comienzo a caminar en dirección al mostrador. Sus ojos sobre mi espalda. Escucho su voz por última vez en mi vida:
—Adiós, Emi. Cuidate mucho. Vos también buscá ser feliz.
Sonrío. Y sin mirar atrás, me aproximo al mostrador inteligente y pago la compra. Salgo del super y entro al vehículo. Le doy la dirección de regreso a casa.
Por fin siento paz por completo. Me faltaba darle un final digno a la bonita historia que tuve con ella. Que, a pesar de que no estamos juntos ya, y han pasado seis años desde entonces, siempre la amaré. No románticamente, sino como alguien que llegó en mi vida para enseñarme tanto e irse.
No estábamos destinados a estar juntos. No era nuestro momento. Ya no tengo problema con eso. Entendí que éramos algo pasajero, algo para crecer personalmente. Y está bien. Estoy bien. Ojalá ella también lo esté en ese sentido.
Sigo conduciendo por la carretera, donde el sol ya se está escondiendo. Dejé atrás a mi alma gemela para ir al encuentro con el amor de mi vida.
Mi canción favorita suena de fondo. El aire me abraza el rostro y no hay tráfico por la hora.
La vida es bonita.
Fin
𓆉
Y se acabóóóó.
(Se va a llorar)
¿Qué les pareció el final? ¿La última charla entre Emi y Lett?
Siento que es perfecta para ellos y lo que tuvieron, aunque duele. Emi siempre se ha mostrado como un personaje con madurez y aquí lo vemos al escoger el camino que ya está en su vida.
Ahora toca imaginar en qué otra vida ellos sí quedaron juntos... (se va a escribirla 🏃🏻♀️).
Por cierto, si recuerdan lo último del primer capítulo, notarán un gran paralelismo entre ambos finales.
Ya, en modo serio. Gracias por llegar aquí y leer todo esto que nació con un impulso de querer escribir sobre Emi. Dejé mucho de mí en él (como siempre), y pude explorar un poco sobre el tema de la asexualidad en mi chico. Y siendo una persona asexual, siento que hagen falta más libros con este tipo de representación, así que decidí agregarlo en un libro mío. Además de que Emi siempre me dio las vibes desde que lo creé en ESDNA.
Admito que me faltó más explorar en ese tema, pero al ser una experiencia que viví, la retraté tal como me pasó a mi. No fue algo que cambió mi mundo por completo, solo hizo que todo se aclarara. Simplemente descubrir aquello y que encajara bien conmigo fue suficiente.
Fecha de finalización: 14/01/2025
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top