Capítulo 22
I Would Do Anything for You
-Foster The People
Junio, 2025
Seis meses han pasado.
Meses de bajas y buenas. De constantes cambios y crecimiento personal, como lo ha sido mi vida desde hace dos años.
Hasta ahora, dentro de lo que cabe, ha sido un buen año. Y quizás siga mejorando.
Cuando acaben estas vacaciones, haré mi intercambio a España. Ya lo decidí. Será mi penúltimo semestre de universidad y quiero hacerlo a lo grande. Llevarme un buen recuerdo. Isa, en cambio, se irá a Canadá. Creo que esta será la primera vez que estaremos tan separados del otro. Da un poco de miedo, sí; después de estar veintiún años al lado del otro al menos dos horas al día, será raro no vernos en persona por unos meses.
Por otra parte, Ness se irá a España de igual manera para su intercambio. Jaz ya terminó su licenciatura y como feliz graduado y enamorado, la acompañará en su viaje. Aparte de que ha terminado de escribir un libro y la editorial que lo está publicando le hará una gira mundial por el éxito que tiene. Las cosas parecen alinearse a su tiempo. Me sigue haciendo feliz ver a mi mejor amiga siendo amada como lo merece.
Por lo tanto, seremos nosotros tres en España e Isa aparte. Quién lo diría. Se me escapa una risa que hace que varias personas que están sentadas a mi lado me miren curiosas. Ni siquiera tengo el celular en la mano como para que se demuestre que me reí de un chiste que vi ahí.
Estoy en el metro de la ciudad, yendo al centro de la misma en busca de algún regalo para darle a Arleth por dos cosas: su cumpleaños, que ya fue en febrero, y por que en junio se cumplirán cuatro meses desde que inició terapia. Quiero darle algo para demostrar que su esfuerzo sigue valiendo la pena y que seguirá mejorando. Toda muestra de apoyo y compañía es una gran motivación para salir adelante.
Bajo en la parada que me deja cerca y camino unos tantos minutos hasta llegar a una tienda de llaveros. No gastaré tanto, pues tengo que guardar mis ahorros de mi trabajo de estos meses para mí intercambio, es por eso que no le daré la cosa más grande, pero sí algo que le haga sentir cerca mío cuándo lo necesite.
El destino vuelve a sonreírme este día, pues encuentro un llavero de un chocolate Hershey's, exactamente el del chocolate blanco que tanto amo. Es de baja calidad, pero tampoco puedo pedir tanto estando en el centro de la ciudad siendo de México. Lo importante es la intención. Escojo ese y un llavero de mi país.
Ahora sí, preparado para verla, estoy.
𓆉
—¿Ya tienen todo el viaje preparado? ¿Necesitan que los ayude en algo mientras están aquí? —pregunta Omar en cuanto bajamos del avión y nos lleva a su coche.
Nuestros papás se mostraron asombrados cuando les contamos cuáles eran nuestros planes para agosto. Lily nos dio su apoyo desde el primer momento y no dejó de preguntar a donde iríamos en nuestro tiempo libre. Omar, en cambio, también nos mostró apoyo, pero él se enfocó en cuestionar si necesitábamos ayuda económica, su preocupación por la estadía, entre más cosas.
—Solo nos falta nuestro itinerario para el tiempo libre, pero ya es cosa que podemos ver allá.
—Honestamente, estoy feliz por ustedes. Es el primer viaje que harán solos como tal, ¿no? —Omar me mira, ya que estoy a su lado e Isa acostada en los asiento traseros, con un ojo en el más allá y otro presente y escuchando.
—Sip, eso me causa nervios. Pero creo que irá bien. Te acuerdas de Ness, ¿no?
—¿Cómo olvidarla? Si siempre hablan de lo maravillosa que es y ya la he saludado. ¿Por qué?
—Ella y su novio viajarán conmigo también, así que solo no estaré. Isa sí. Pero al día ya se hará un grupo de amigos.
—Oh, bueno. En ese caso no estarás tan solo. Bien. Igual, estaré llamándote constantemente para cualquier cosa que necesites.
—Gracias, pá. ¿Cómo ha ido tú vida?
Seguimos conversando en todo el camino, solo él y yo. Es curioso pensar que dos años atrás, este tipo de conversación sí existiría, pero no con la misma confianza y seguridad que hay hoy en día.
Al llegar a la casa, no entro con ellos. Le digo a Omar:
—Regreso súper rápido. Y no te preocupes, yo llevo mis cosas.
—¿A dónde vas a ir?
—Por un recuerdo.
𓆉
Toco la puerta de su casa, una mano en los golpes y con la otra ocupada y llena de objetos.
Ahí está. Tan diferente a la última vez que la vi. Ya no tiene mechones rubios en algunas partes del cabello, está en su tono natural, que es el café. De igual manera, su maquillaje ya no está cargado, apenas y se nota que tiene labial y rizador -que creo que así se llama-. Lo único que no ha cambiado en su vestuario, que siguen siendo sus vestidos de verano tan común en ella.
—Hola, bonita. Aquí estoy. —La saludo sonriendo y tendiendo mis brazos para darle sus regalos.
Sin embargo, ella no los recibe y, en cambio, se lanza sobre mí y rodea sus brazos alrededor de mi cuello. Poniéndose de puntillas, hunde su cara en mi hombro y aspira mi aroma. Tratando de no arruinar la bolsa de papel, donde traigo los detalles, rodeo su cintura y hago del abrazo algo recíproco.
—Te extrañé tanto, pelirrojo —murmura aún con su rostro en mi hombro.
—No tienes idea de cuánto lo hice yo y —respondo del mismo modo. La elevo un poco en el aire, tomándola desprevenida, y le doy vueltas en el aire que la hacen reír y gritar que la baje a carcajadas, esas que tanta falta me hacían escuchar y que me llenan el corazón volver a tenerlas presente—. ¿Ahora si aceptas mis regalos o me dejaras con los brazos extendidos por segunda vez?
—Pero, ¿por qué traés regalos? No hacía falta, con el simple hecho de tenerte acá me alcanza..
—Acéptalo, Lett. Por todo lo que has logrado y seguirás logrando. Uno es de tú cumpleaños también.
—Para la próxima no traigas nada, ¿dale?
Arlerh sonríe ampliamente, aunque trata de hacer todo el esfuerzo del mundo en fruncir el ceño, no puede. Derrotada, sacude la cabeza y entramos a su casa, ya con sus regalos en los brazos y yo grabando su reacción para tenerla de recuerdo, pues es algo que atesoraré para siempre.
—¿Cuál abro primero...? —comenta, pensando para sí.
Yo la admiro en silencio, sentado en un sillón mientras ella está parada en la isla de su cocina, sin dejar de grabar.
—El pequeño. Los demás pueden aguantar un poco más de tiempo que ese -sugiero.
—Ya que lo decís...
Pone la otra bolsa en la superficie de la isla y comienza a abrir la que tiene en las manos. Veo en su expresión que reconoce lo que hay dentro con solo el olor. Su boca se eleva y forma una sonrisa; con rapidez, saca el regalo. Que no es nada menos que un pan de donde trabajaba anteriormente. Más en concreto, un rol de canela. Y claramente, es su favorito.
—Te acordaste... —Ya no mira al pan, me mira a mí.
—Yo nunca olvido nada que tenga relación contigo.
—Hace mucho que no como uno. ¡No te lo puedo creer! —Arleth deja el pan con cuidado en la mesa y con un parpadeo, la tengo nuevamente encima mío, provocando que ambos caigamos al suelo. Yo siendo quién se estrella contra el suelo, mas eso me saca una carcajada y una alegría inmensa por ver qué está mejor que hace seis meses.
El contacto físico está más presente que nunca. Y bueno, después de aquella charla antes de navidad, muchas cosas quedaron en claro y desde entonces, ambos llevamos esperando por este momento. Lo único que falta es charla del tema a profundidad, pero con estar de esta manera ahora, me basta..
Arlerh alza solo su cabeza, teniendo aún nuestros cuerpos en cercanías del otro. Lo curioso es que con ella no me incómoda, a diferencia de, por ejemplo, con Brianna. Quizás es la confianza que existe entre los dos.
—¿Cómo estás? —me pregunta, pestañeando y pasando su lengua por sus labios. Hago el esfuerzo del mundo para apartar mi vista de ahí y mantenerla en sus ojos.
—Quitando el hecho de que probablemente me estás aplastando un riñón, estoy muy bien. Mejor de lo que he estado en bastante tiempo.
—Vos siempre estás así —comenta, sonriente.
—Ya, pero me ha costado llegar a ese punto. Después de entender mucho de la vida, llegué a estar en paz conmigo mismo. ¿Qué hay de ti? ¿Cómo te ha ido con la terapia?
No es que ella y yo no habláramos en estos meses. Lo hacíamos, sí; no constantemente ya que cada uno tiene su vida y ratos libres, pero no nos contábamos todo a profundidad porque prometimos hacerlo en persona. Charlábamos del día a día, sin más. Por eso sé que ahora trabaja en un cine no tan lejos de los departamentos, va a terapia dos veces por semana, asiste a pilates y tiene tiempo para ella sola.
Suspira y se sienta en el sillón. Me ayuda a pararme y me coloco a su lado, separando nuestros mulos por solo centímetros. Por nuestro alboroto, por fin Tangerine hace acto de presencia. Ese gato duerme más de lo que camina. Sería yo si la vida no se valiera por dinero. El animal da un brinco al sillón y se recuesta en las piernas de mi amiga. Ella, ya casi automáticamente, acaricia su cabeza con la mirada perdida en el más allá.
—Al principio fue duro, ¿viste? Creo que, aparte de vos, no había contado mis cosas feas a nadie más. Entonces, lo que más me costó fue dejar fluir todo. La terapeuta lo que hacía era charlar conmigo como si fuéramos amigas. No de mis dramas, sino de mi vida en general para armar confianza y que me sintiera piola. Ahora sabe que existís. Así que mejor que no hagas cosas feas para que no charle de vos.
—Eso jamás —aseguro.
—De a poco, fui soltándome. Arrancamos con dramas livianos de mi vida y vamos tranqui, pero en buena. El mes pasado, recién pude contarle lo de mi mom, así que todavía hay mucho por avanzar. Este jueves me toca volver a ir.
—Lo importante es que puedas hablar, sin importar el tiempo que pase. ¿Y cómo te has sentido desde entonces?
—Estoy más tranquila que en años. De verdad me está sirviendo ir. Todavía me queda mucho por arreglar, pero bueno, vamos avanzando.
—Eso está perfecto. Ya verás que seguirás mejorando y siguiendo sintiendo más paz en tu interior. —Paso un brazo por su espalda y le doy un beso en la sien.
—Ojalá que sí.
Ella cierra los ojos y nos congelamos en esa posición, con su oído en mi pecho, justo donde mi corazón late.
Tangerine salta y nos mira con enojo por haberlo movido. Solo se escucha sus maullidos y nuestros corazones casi sincronizados.
—Emi.
—Dime.
—¿Creés que todavía hay chance de que podamos ser algo? ¿De que todavía te guste aunque sea un cachito? -pregunta con voz baja que va desapareciendo hasta que casi no termino de escuchar lo último.
—¿A ti te gustaría que yo fuera tú novio?
—Un montón.
La sonrisa que crece en mi rostro no tiene explicación y la forma en la que puedo comenzar a levitar ahora mismo tampoco.
—Okey. Entonces mañana saldremos.
—¿Eh? ¿Qué tiene que ver eso con lo que te pregunté? —cuestiona, separándose de mi cuerpo y frunciendo el ceño.
—Confía en mi. Tendrá sentido estando ahí.
—Uhm, okey. -Entorna los ojos y sacude la cabeza—. ¿Te copás a quedarte a mirar una peli?
—Siempre.
𓆉
Llego a la habitación directamente después de salir de casa de Arleth. Cenamos una pizza que pidió. Terminó de abrir sus regalos, con los que quedó encantada. Colocó ambos llaveros en diferentes lados, uno en su llaves, el del chocolate, y la bandera en su bolsa de salidas.
Sentí como si hubiéramos regresado a los primeros días que nos conocimos, como si el año pasado lleno de incomodidades nunca pasó y solo fue un sueño malo.
Isa me observa en todo mi recorrido de la puerta hasta la cama, donde le doy la espalda para quitarme los tenis.
—Y regresó el enamorado perdido en el nunca jamás.
—Cállate. —Le lanzo la almohada que esquiva fácilmente.
—Mentira no es.
—¿No tienes que ir a hablar con Erik en una videollamada o con Ness? —pregunto buscando cualquier excusa para que se vaya.
—Ya lo hice. Mientras tú hacías sabrá que cosa con Arleth, yo me di mi tarde para hablar con Erik de nuestra gran aventura en el avión. Nada nuevo. Con Ness hablaré en un rato junto contigo. La chica pide actualización de tu chisme.
—¿Sabes qué? Creo que Iker me llama para jugar con él.
—Qué causalidad que sea ahora. —Rueda los ojos—. El único problema que tienes es que Iker está en una pijamada. Así que no está para salvarte. Ni modoooo.
Me tiro bocabajo en la cama y oculto la sonrisa que hay en mi rostro por pensar en lo que pasó en las horas pasadas.
—¿Y qué, entonces? ¿Todo bien entre ustedes?
Volteo la cabeza para verla. Está imitandome, bocabajo, con la cabeza en mi dirección. La única luz que existe aquí es la de la lámpara que hay en medio de las camas, sobre el buró, que ilumina casi nada y lo único que puedo ver con gran calidad es su cara.
—Más que bien. ¿Se nota?
—Una nada, eh. —Hace una pausa y se voltea a ver el techo. Ahora soy yo quién la imita—. Pero, la verdad, es que me alegra verte así de enamorado. Prefiero esta versión tuya que una destrozada.
Con esas palabras y con un sueño que comienza a invadir mi mente, es que caigo dormido.
𓆉
—Te vas con cuidado, enamoradillo. Si necesitas ayuda con algo, llámame. Puedo ser quién te sostenga el cartel y te ponga una buena canción de fondo.
—Es que eres tonta. —Reviso la hora. Es el momento. Me dirijo a la puerta, recogiendo en el camino algo importante—. No haré lo que piensas. Luego te cuento. Nos vemos, Iker.
—¿Vas a ir con tú novia? —pregunta el muy vago. Ya tiene dieciséis. No lo puedo creer. Y con ello, viene la complicidad entre ambos contra mí.
—Adiós, me voy de esta casa de locos. No los conozco.
—¡Diviértete! —me grita mi hermano justo cuando cierro la puerta. Sacudo la cabeza y sonriendo, camino hacía la puerta de al frente.
Toco la puerta unas veces y espero a que abra. Escondo las manos detrás mío justo cuando ella aparece.
—Hola, bonita —saludo con el apodo que ya se me quedó en la boca siempre que la veo. Y, verdaderamente, encaja perfectamente con Arleth.
—Hola, pelirrojo. —Nuevamente, tiene un vestido. Esta vez, de color rosa pastel con pequeñas flores de distintos colores. Y por supuesto, se ve preciosa.
En cambio, yo sencillamente, visto un pantalón negro con una camisa fajada del mismo color y los lentes del sol colgando del cuello de esta última.
Paso mis manos delante de mí. Arleth separa los labios y alza las cejas.
—Flores para la chica más bonita del mundo. ¿Lista para salir? —inquiero lleno de entusiasmo por lo que va a suceder en cuestión de horas.
Nunca algo así me había emocionado tanto.
𓆉
Por fin estamos en la época ✨lover✨ de estos dos, más de la mitad del libro nos costó, pero aquí estamooos. Qué emoción.
Ya quiero que vean todo lo que queda de la historia, se vienen momentos muy, uuuf.
¡¡Gracias por seguir hasta aquí!! 💓
Nos vemos el próximo martes. :)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top