Tres.
—¡¿Cómo que no sabes disparar un arma?!
Las cosas se estaban poniendo realmente tensas entre ambos jóvenes desde que Pines había fallado su misión. Actualmente estaba en una gran sala, era la oficina de Bill. A decir verdad, era gigante y muy amplia, con cosas valiosas en cada esquina. Después de escuchar al mayor gritarle, no hizo más que encogerse en la silla frente a su escritorio.
—¡Me haz quitado veinte mil dolares, mocoso! No vas ni a la mitad de lograr tu cometido.— Volvió a gritarle por milésima vez en el día, Cipher estaba de pie con ambas manos estampadas contra el escritorio. Una leve capa de sudor estaba presente por su frente, dejando que varios de sus cabellos rubios se le pegaran.
—¿M-Mi cometido? ¿Cuánto es el dinero que mi f-familia te debe?— Se maldijo internamente por tartamudear demasiado, dejando que el otro le viera en un estado débil. —Y además este trabajo no es el ideal para mi. ¡No es mi culpa que me hayas escogido para hacer algo que no puedo!
Bill llevó una de sus manos con velocidad a su bolsillo y de ahí sacó un revólver plateado. En el acto, lo hizo girar entre sus dedos y en menos de lo que esperaba, la punta del arma ya estaba haciendo presión en la frente del castaño.
—Sólo debes enfocarte en dos lugares, Pines.— Su tono de voz era neutro al igual que su mirada estaba completamente fija en los ojos ajenos. —Aquí.— Presionó con un poco más de fuerza en su frente, logrando sacar un suspiro por parte de Dipper. Descendió el arma con lentitud, hasta llegar a su pecho volviendo a hacer presión. —Y aquí.
Parecía que no le estaba prestando atención en lo absoluto, ya que tenía sus ojos enfocados en todo momento en los suyos mientras temblaba levemente. Rió internamente al verlo tan temeroso y se retiró unos pasos.
Le extendió otra arma, la misma pistola que había usado en su misión y el castaño no dudo en tomarla;—Es hora de darte unas clases.
A paso decidido se encaminó hasta la gran puerta de su sala y la abrió de golpe. Pudo oír a la perfección un "click" desde su espalda, pero mira que interesante...
Bill realmente quería gritarle por tirar del gatillo pero en lugar de eso empezó a reír desenfrenado, logrando confundir al menor. —¿En serio creíste que te daría un arma cargada? Que idiota.
Dipper hizo un ligero sonido de desconformidad y apenado le siguió por detrás, jugando con la pistola sin balas entre sus manos.
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