Ocho.
—¿Qué haremos en la espera?
—Durante estas semanas trataré de entrenarte y por fin estarás listo para el gran día.
Ambos estaban caminando por las calles de la ciudad, Bill cargando la bolsa donde estaba el traje perfectamente colocado en caso de que se arrugase y Dipper a su lado con la mirada baja no dejando de ver el pavimento.
Durante todo ese tiempo, se quedó pensando en lo que pasó momentos atrás en la tienda. De tan sólo pensar en lo vulnerable que lucía el rostro del mafioso, su corazón se llegaba a estrujar. Tenía curiosidad del por qué le tenía tanto odio y rencor a su familia, ellos no debieron ser tan crueles con Bill para que haya reaccionado de tal manera. Las ganas de preguntarle sobre eso eran inmensas, pero el nudo en su garganta le impedía decir palabra alguna sobre ese tema, tal vez con el tiempo Cipher llegué a confiar lo suficiente en él para decirle.
Dipper alzó por primera vez la mirada desde que salieron del establecimiento para mirar al rubio, quien tenía un cigarro entre dos de sus dedos muy cerca de sus labios, tomando largas caladas al punto en que sus pómulos se llegaban a notar. —No creo el poder estar listo para lo que sea que estés planeando nunca.— Tosió un poco por el humo del cigarro chocando contra su cara.
El mayor le miró de vuelta, dejando salir de a poco el humo que había inhalado, para rodar los ojos y le ofreció de su cigarro.
—Gracias, pero no fumo.— Negó un par de veces con el ceño fruncido, dando un paso en diagonal para alejarse cuanto antes de aquella pipa. —Es desagradable.— Escuchó una risa seca al tiempo que el rubio imitó su acción y dio un paso en diagonal para quedar nuevamente a su lado, pero a diferencia de antes, ambos de sus brazos se estaban rozando entre su caminata.
—¿Y eso por qué? No me mal entiendas, niño, pero si vas a trabajar de esto deberás acostumbrarte al olor de la nicotina, por más desagradable que sea.— Se encogió de hombros para darle otra calada. —¿Aunque sea lo haz probado?
—No, aún así tengo claro que no debo hacerlo por todos esos anuncios preventivos que te encuentras por cada esquina.— Río suavemente llevando ambas manos a sus bolsillos delanteros. —El cigarro es malo para la salud, puede dañar tus pulmones y...
—¿Cómo puedes probar lo que dices si no lo haz hecho? Los anuncios suelen ser engañosos. Mírame a mi, llevo alrededor de cinco años fumando y me siento igual que como en los viejos tiempos.— Volvió a acercarle el cigarro con una sonrisa traviesa, de esas que Dipper nunca se logró topar.— Anda, prueba y dime como esta tu pulmón.
El castaño se carcajeo ladeando un poco su cabeza un tanto en señal de timidez, el fumar es algo que le desagradaría de por vida y jamás lo haría ni aunque le pagaran, aún así le gustaban los retos y el reto que le ponía Cipher le llamaba la atención. —Le estas dando un mal ejemplo a este niño.
—¿Lo harás?
—Bien.— Le arrebató el cigarro de su agarre y se lo llevó con lentitud a sus labios, pensando en todos esos anuncios publicitarios antes de cometer ese grave error.
—Sólo debes inhalar un poco, no te sobrepases.— Le dijo después de que Dipper tuviera ya el cigarro entre sus labios.
El humo se adentró con fluidez por su boca, como si de aire fresco se tratara aunque este estaba pesado y tenía un sabor a quemado, se adentró al punto en que llegó a su garganta provocándole un gran ardor que se intensificaba por el tiempo que duro sin expulsar el humo. Empezó a toser de manera exagerada ante la sensación y el cigarro cayó al suelo por la acción.
Bill comenzó a reírse de manera histérica, no soportando ver la expresión del castaño. —¡Por Dios! ¡Casi te tragas toda la pipa!— Seguía riendo, dejando que la suela de su zapato apagara el fuego del cigarro que estaba recientemente en el pavimento.
Dipper le miró con odio con los ojos totalmente cristalizados y el rostro rojo a su totalidad. No dejaba de toser, la irritación en su garganta era un gran malestar que debía parar cuanto antes.
—Ven aquí.— Le hizo un ademán con su mano para que se acercara y el castaño obedeció casi al instante. La mano enguantada del mafioso se posó sobre su mentón, con el pulgar acariciando de su labio inferior con sutileza. Ambos de sus ojos estaban viendo el interior de la boca contraria, la cual aún seguía con rastros de humo. —Exhala, Dipper. Despacio.
No pudo evitar sonrojarse por ello, la tos ceso ante la cercanía y las caricias en su labio inferior le distraían del ardor que su garganta estaba experimentando. Comenzó a exhalar con lentitud y sin confianza alguna, sintiendo como el cálido humo rozaba de sus labios como el aleteo de una mariposa.
Cipher se acercó lo suficiente para inhalar el aire que Dipper exhalaba, volviendo la situación intima y extrañamente cómoda. Sus ojos se entrecerraron al tiempo que se aproximaba de a poco a sus labios, queriendo aspirar todo el humo que el otro expulsaba, algo que era realmente adictivo.
Dipper se encontraba fantaseando en el momento, queriendo algo más por parte del otro. En un movimiento fugaz, el aire fue retenido al sellar sus labios con los contarios, y su corazón latía fuertemente no creyendo que fuera capaz de hacer algo así, recibiendo un sonido de sorpresa por parte de Bill.
Nunca creyó que llegaría a besarlo.
Una de las manos enguantadas del mayor se encargaban de atraer el cuerpo ajeno al colocarla por su espalda baja, mientras que la otra acunaba de su mejilla. Su mente estaba en blanco, tardando en procesar lo que estaba pasando.
El tener los labios de Dipper entreabiertos, le permitió acelerar un poco las cosas al explorar su cavidad bucal disfrutando de la nicotina que ofrecía el cigarro, ganándose un vals lento por parte del menor.
Las manos del sicario estaban agarradas por el cuello de su camisa, estirándole cada vez más para acercarlo completamente. Luego de unos momentos, se separó por todo el aire que fue robado e intentaba de una manera algo inexperta recuperarlo, respirando entrecortadamente.
—¿Te sigue desagradando la nicotina?— Bill comentó jadeante, con una sonrisa burlona.
Recibió un golpe en el pecho como respuesta.
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