Dos.
El bullicio se podía escuchar a la perfección desde afuera del bar, las copas chocando entre sí acompañadas de risas de la gente sofisticada. Dipper veía todo tras una gran ventana del establecimiento, tenía la mitad de su rostro cubierta con una capucha negra para pasar desapercibido entre la gente de afuera. Una de las ventajas de ir completo de negro, es que en la noche eres totalmente invisible.
Ya llevaba alrededor de una hora esperando a que el tal "Soos" saliera del lugar. El castaño no se quería meter por obvias razones, como por ejemplo; el arma en su chaqueta. Sabía que dentro del bar habían mafiosos y al parecer eran todos aliados, es mejor no arriesgarse.
Una fuerte carcajada se oyó desde muy cerca al igual que una puerta siendo cerrada con brusquedad. Dipper se encogió en su lugar, estaba camuflado entre unos arbustos bajo la ventana. Tenía una buena vista entre la oscuridad, notó el cuerpo de un señor robusto caminando por el estrecho callejón.
El agarre en su arma endureció, era el momento indicado para asesinarlo. Soos no parecía notar su presencia aún, además de que estaba muy distraído contestando una llamada por teléfono.
Con sigilo, el castaño sacó el arma de su chaqueta y la sostuvo con ambas manos apuntándola directo al señor.
—Vamos, Dipper. Dispara...— Susurró para sí mismo, pero el fuerte agarre en la pistola le obligó a hacerlo temblar con violencia. Simplemente no podía disparar, nunca asesino a alguien antes. Sus manos estaban limpias, no quería arruinar su inocencia.
Pensó en Mabel y en la advertencia de Cipher, pero aquel pensamiento provocó que temblara aún más.
Cerró ambos ojos y presionó el gatillo, dejando que un sonido ruidoso y con eco se trasladara a lo largo de su alrededor. —Lo haz hecho, lo haz hecho.— Se repetía mil veces aún con ambos ojos cerrados, dejó salir un suspiro y los abrió nuevamente. Su boca casi cae hasta al suelo al enterarse que Soos no estaba ni en el suelo, ni herido. Estaba corriendo, mientras gritaba unas cosas al teléfono hasta desaparecer de la vista de Dipper.
La bala no le había ni rozado. Esta dio justo en una ventana de un automóvil, el cual estaba 3 metros lejos de Soos.
—Mierda.— Gruñó recargándose en la pared junto al arbusto, Bill se enfadaría. ¿Cómo le explicaría que ni siquiera sabe disparar un arma?
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