Cuatro.
—Una vez más.
Otro disparo. Pero este no dio en el blanco como las otras nueve veces fallidas.
Desde que salieron de la oficina, Bill lo había llevado a una especie de "campo" de entrenamiento. El cuarto era amplio y oscuro, habían blancos para disparar en medio de este y Dipper estaba alejado a una distancia prudente.
El aroma era sofocante. Anhelaba respirar aire puro, el humo de los cigarrillos era lo único que se adentraba a sus fosas nasales desde la situación en la que se vio metido, provocándole leves mareos y nauseas.
—La estas sosteniendo mal.— Los comentarios de Bill no cesaban, siempre tenía un comentario negativo contra él. O era por la mala posición o porque fallaba con el disparo, pero nunca dejaba de hablar. —¿Te esta temblando la mano? Eso es poco profesional.
Ya es suficiente.
—Mira amigo, te he dicho mil veces que no se hacer esto. Al parecer mis palabras no caben en la gran cabeza que tienes.— Masculló alzando un poco más el arma cargada entre sus manos, aún con la vista enfocada en la cabeza del blanco. Trataba de seguir el consejo de Bill sobre sólo enfocarse en el pecho y la cabeza, algo que no le estaba saliendo de maravilla.
—Que infantil.— El rubio rodó los ojos y dejo caer de entre sus dedos el cigarro para luego pisar el fuego con la suela de su zapato. A paso lento se acercó hasta el castaño, analizando desde su postura hasta el agarre en la pistola.
Bill ya no temía en acercarse al muchacho con un arma en su disposición, ya que le puso una amenaza. Sí le disparaba, en menos de un segundo también estaría muerto. Y era evidente que Dipper no quería morir.
Chasqueó la lengua al ver que el Pines disparó y falló de nuevo. Bill se posicionó detrás de él llevando ambas de sus manos en donde las del otro. —Déjame guiarte.— Se apresuró a decir antes de que el castaño le reclamara, sus dedos movían con lentitud los ajenos en la posición con la que un arma correctamente debería tomarse. Su dedo índice se deslizó junto a la del castaño en donde estaba el gatillo. —Ponte firme.
Dipper sólo atinó a asentir, enderezándose por completo aunque no estaba del todo concentrado. Su mente se enfocaba en que hay un tipo atrás suyo, pegándose casi por completo a su espalda y una respiración chocando en su nuca.
—Ahora.
Al oír esas palabras, reaccionó por completo y tiró del gatillo haciendo que el proyectil saliera instantáneamente del arma. La bala dio en el blanco por primera vez, en donde se encontraba el pecho.
—Bien hecho.— Le apremió Bill retirándose de a poco, la yema de sus dedos en el acto se seguían rosando entre las manos del menor. —Sí sigues así, llegarás a aprender a disparar con una sola mano.
Dipper volvió a asentir aún con sus pensamientos enfocados en lo que pasó hace unos instantes, provocándole otro mareo y un escalofrío.
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