Hay tanto dolor a mí alrededor, sed de venganza. Tanta injusticia vivió y vive esta gente. No son asesinos, son amenazados. No son bestias sin piedad, tienen miedo.  Me ven a mí y sus ojos se iluminan, creen que con mi llegada podrán liberarse de la manipulación del pueblo de Otón. Que milagrosamente todo cambiará, que los Don y los Sin don dejarán de temer a los Tua Neeg, y que podrán mostrarse tal cual son. Pero tan solo soy una chica…. ¿Qué es lo que podría hacer?

No. Ya no puedo ser una chica, ya no soy la misma persona que dejó que la separasen de su madre, sus amigos y su ciudad. No soy la misma chica que permitió que manipularan su cuerpo. Ya no. Ya no más.

Esta vez yo elijo mi camino… o al menos eso creo hacer.