No me había dado cuenta que no escuchaba nada a mi alrededor hasta que mis oídos se destapan y los gritos me inundan. Caos.

Eso es lo que escucho. Puro caos.

-Es hora de dormir, Helena. Tu parte acá termina.

-¿Realmente van a morir todos?

-Ese fue el trato. Ya firmaste y no hay marcha atrás.

Me doy vuelta y observo un gran lobo, frente a mí. Ojos azules, pelaje negro como la noche, dientes afilados sonriéndome. ¿Sonriéndome? Camino lentamente haciendo él, hacia Vaerunes y levanto mi mano para que se acerque.
Lo hace lentamente, como si desconfiara. ¿De qué? No puedo hacer nada contra él.
Apoya su hocico en mi mano y lo acaricio lentamente. Acerco mi cara y le doy un beso.

-Deja que viva. Dejá que Jano viva. Hacé lo que quieras con mi cuerpo, te lo entrego. No me importa la sangre en mis manos. Pero, por favor, Vaerunes, no lo asesines a él.

-Siempre me sorprendiste, pequeña. Y hasta el último momento no dejas de hacerlo. Te admiro. Le diste fin a una guerra. Le diste paz a los caídos. Estas haciendo lo correcto.

-Ya no sé si es lo correcto... las cosas suceden frente a mí y ya no tengo como detenerlas, tampoco sé si quiero hacerlo. Tantas personas murieron por mí y por ellos. No quiero sufrir más.

-No lo harás. Tu parte acá termina.

-Prometemelo.

-¿Qué cosa?

-Lo dejarás vivo.

-Haré lo posible.

-No. Prometemelo. Podes hacerlo.

-Si el hizo todo lo que le indicaste, vivo quedará. Pero sino... muerto estará.

Asiento y le ruego a quien sea que pueda escuchar mis plegarias que Jano haya seguido al pie de la letra lo que se le indico. Le doy un último beso en el hocico al gran lobo y le sonrió mirándolo a los ojos.

-Adiós.

-Nos volveremos a encontrar, a lo mejor, en otro mundo. Espero. Y en ese mundo espero ser de tu especie, y acompañarte en la vida. Helena, -

Todo se vuelve oscuro y siento el golpe contra la tierra. Los gritos dejan de escucharse, lo que Vaerunes decía no pude escucharlo, su hocico ya no se encuentra entre mis manos y siento, lentamente, como la energía me abandona.

Paz.

Eso quiero y anhelo, un poco de paz.