Capítulo 17
Las pesadillas desaparecieron, pero su presencia sigue estando. Lo puedo sentir, como cuando sentís que alguien te observa. Esa es la sensación que tengo todo el tiempo. Y cuando miro hacia el bosque, sus ojos me observan, y su voz llega a mí.
-Sabes que es la única opción. Lo sabes.
Cierro los ojos y me alejo lo más rápido del bosque. Cuando mi cuerpo se desconecta de mi mente, y comienzo a caminar sin rumbo alguno, siempre me encuentro frente al bosque, y me está sucediendo muy seguido.
Sacudo la cabeza y me enfoco en mi camino. No pasó mucho tiempo desde que me desmaye en el bosque, y por suerte estaba ahí Jano, sino no sabría que hubiese sido de mí. No pude contarle todo, ¿cómo podría decirle que la bestia me ofreció matar a todos? No es algo que pueda contárselo a cualquiera... en realidad no se lo puedo contar a nadie. Es algo realmente delicado, estamos hablando de muchas vidas, una de ellas es la de su padre.
Suspiro y miro la biblioteca, de a poco se fue recuperando. Con Gna ni volví a hablar de Vaerunes, y ella tampoco lo menciono. El cofre o caja nunca la encontramos. Seguramente no existe. Pero si seguí ayudándola, volví a entrenar, pero mi mente no se puede concentrar en solo una cosa y eso no me está facilitando las tareas para nada.
Llego a mi habitación y abro la puerta intentando hacer el menor ruido posible. Ya es de madrugada, y Jano debe estar durmiendo. Hace dos días salgo a caminar a esta hora de la mañana, siento que encuentro un poco de paz, hasta que me encuentro frente al bosque y vuelvo rápidamente a la habitación.
-Es demasiado tarde para que estés sola por ahí.
Del susto me sobresalto y golpeo mi pie con la cama. Maldigo en voz baja y me agarro el dedo.
-Anda a dormir - digo con voz tranquila - ya estoy de vuelta,
-¿Y si no volves un día? ¿Y si no te das cuenta que estas frente al bosque y entras en él?
-¿Cómo sabes que voy allá?
-Siempre que te distraes, miras hacia allá, caminas hacia allá, tu mente vuela hasta Vaerunes. Además... te seguí ayer. - en la oscuridad de la habitación noto que no está orgulloso de haberme seguido. - no es que quisiera. No me gusta que sigas queriendo ir allá. ¿No tuviste suficiente la última vez?
-No lo entendes. - digo frustrada mientras m cambio la ropa y me meto en la cama,
-No. No lo voy a entender nunca, no me hablas de eso.
-No tenes por qué saberlo.
Nos quedamos en silencio.
-Me entere que asesinaron perdonas en el pueblo donde está mi padre. - dice en voz baja - dicen que fue un ataque de los Tua Neeg, pero ¿por qué lo harían? Intente contactarme varias veces con mi padre pero es imposible.
Me levanto de la cama y me siento junto a el.
-¿De dónde oíste eso?
-A Zdrada, lo escuche decirlo a él. No confió del todo en el, ¿pero por qué mentiría en algo así?
-Pensas que... ¿algo malo le pudo haber pasado? - susurro como si no quisiera realmente preguntarlo.
-No sé... que yo este acá, a los Tua Neeg no les gusta.
-Volvé. Volvé y fijate si tu padre está bien, el hizo mucho por mi y se cuanto debe significar para vos, anda. - tomo sus manos entre las mías e intento transmitirle mi seguridad - yo voy a estar bien, Jano. Además, no sos mi niñera, puede defenderme sola.
-No creo que sea buena idea dejarte sola.
-No creo que sea buena idea que no averigües si tu papa está bien, Jano. Es tu padre.
-¿Y el tuyo? A vos no te importa saber como esta.
-Es distinto, y lo sabes. - digo a la defensiva.
-¿Qué tan distintos?
-No me gusta que cambies de tema, estábamos hablando de otra cosa. - suelto sus manos y me levanto para subirme a mi cama, no entiendo cómo puede dormir en el piso y decir que es cómodo.
-Bueno. - toma mi brazo antes de que pueda subirme a la cama y tira de mi hacia donde está el. - Bueno, voy a ir. Quiero ir, lo necesito. Solo que.... no quiero dejarte sola. No me gusta.
-Voy a estar bien. Confía un poco en mí. - sonrió a pesar de que no me ve, tomo la mejor decisión.
-¿Y de tu papa, sabes algo?
-No. Tampoco sé nada de mama. Eso me preocupa más, supuestamente iba a poder mandarle alguna carta, pero a veces lo pienso y no sé si es la mejor idea. No quiero que sepa nada de esto, o más de lo ya sabe. Prefiero mantenerla alejada, nada bueno podría pasar si viene para acá, o si saben que tengo contacto con ella. Sé que hay gente que no me tiene mucho aprecio, ni acá ni allá. Y estarían dispuestos a cualquier cosa para destruirme, sé que es así. - suspiro y alejo las lágrimas de mis ojos - pero la extraño. Nunca pensé que diría eso - suelto una risotada y sacudo la cabeza - no debería de pensar en ella. Seguramente este bien.
-¿Cómo pensas que va a estar bien sin saber dónde está su única hija?
-No puedo hacer nada.
-Podes escapar. - dice acercándose a mí. - podes hacerlo, Helena.
-No sirve de nada, me van a encontrar, y cuando lo hagan tanto ella como yo vamos a estar muertas. Literalmente, Jano. No voy a poner en peligro su vida.
-Pero expones la tuya, acá.
-Sí. Es lo único que puedo hacer, y no vas a cambiar mi opinión al respecto.
-No intento hacerlo. - dice en tono inocente.
-Sabes que sí.
Lo miro fijamente y el suspira, dándose por vencido. Es un tema del cual ya pensé varias noches... mucho más que varias noches, y mi decisión seguirá estando en pie. Por la vida de mi mama, por su salud, por su bienestar. Necesito mantenerme alejada de ella.
Me dirijo hacia la cama, me subo y tapo mi cuerpo con la sabana. Cierro los ojos y deseo, como todas las noches hice, que las pesadillas no aparezcan. Cuando estoy por caer dormida, siento que mi cama se hunde, y alguien se acuesta a mi lado. A menos que, además de bestias, también existan fantasmas, se quién es. Me inquieta tenerlo tan cerca, a decir verdad, pero decido hacerme la dormida, hacer como que nada pasa, cerrar los ojos y dormir.
○○○○○○ ○○○○○○ ○○○○○○ ○○○○○○ ○○○○○○ ○○○○○○
Dos días pasaron desde que Jano se fue. Dos días y ya lo extraño, para ser sincera, lo extraño desde el mismo momento en que lo vi meterse al bosque, alejándose de mi. Desde ese momento, pienso en el. De noche siento su ausencia, su presencia junto a mí. De día... de día también lo extraño.
Seguí yendo a la biblioteca, para ayudar a Gna y también para despejar mi cabeza, intente ir a entrenar pero mi mente sigue distraída, y cuatro de las cinco veces que fui, termine tirada en el piso con mi oponente sobre mí. Podría estar muerta si no fuese solo un entrenamiento.
Zdrada me pregunto a donde había ido Jano, solo dije que había decidido hacer un pequeño viaje. No tiene por qué saber todo. Él ha estado muy ocupado, pero desde que Jano se fue, vino a verme al menos tres veces por día.
Vaerunes sigue ocupando un gran espacio de mi mente. Extinción. Esa palabra resuena una y otra y otra vez. Sus ojos, su presencia. Ni siquiera clasificar los libros por año me ayuda a despejarme.
Dejo el libro en el suelo y suspiro. Otra vez. Pensando en Vaerunes. Sacudo la cabeza y coloco el libro en una estantería.
Gna ya no habla conmigo, de a poco dejamos de hacerlo, es el motivo. Quizás. Sé que nada lo relacionado con Vaerunes le gusta. Ni a ella... ni a nadie. Ni siquiera a Jano. Zdrada sabe algo, se que lo siente, pero nunca me dijo nada. A lo mejor ya poco le importa que lleve dentro suyo su sangre, es mejor así. Poco quiero saber de él.
-Por hoy me voy - dice Gna saludándome a la distancia con la mano.
-Nos vemos. - saludo con simpleza, sé que no espera más.
Se queda mirándome, abre la boca para decir algo pero la cierra rápidamente.
Cuando ya está anocheciendo decido ir a la habitación. Termino de ordenar unos cuantos libros y me levanto. Hay mucho viento, los árboles se sacuden con violencia, y aun así, a pesar de no gustarme, me dirijo al bosque. Solo a mirarlo. Como siempre estuve haciendo estos días.
-¿No te cansas de venir para acá? Sos muy predecible. Es fácil encontrarte.
Me quedo quieta y algo dentro de mí comienza a estrujarse.
-No sé qué queres. Ni quien sos.
-No te importa eso. Es lo que menos te tiene que preocupar ahora.
-¿Y qué me tiene que preocupar? - pregunto acercándome al bosque con pasos lentos.
Caigo al piso bruscamente, me levanto rápidamente y limpio la sangre que comienza a salir de mi boca. Veo a mi agresor y lo recuerdo a la perfección. El chico que me quiso enfrentar en la biblioteca.
-No lo entendiste, ¿no? - digo avanzando hacia él.
Cuando estoy a unos metros aparecen cuatro personas más. Perfecto. Además de idiota, cobarde.
Uno atina a pegarme pero lo esquivo con rapidez y le doy una patada en el estómago. Siento un golpe en la espalda y me sostengo con las manos antes de caer. Me doy vuelta y veo a tres personas más. Escupo sangre al suelo y me levanto lentamente, evaluando los movimientos de todos.
-Te vas a arrepentir de todo lo que hiciste.
-Yo no hice nada, cobarde. - me rio y sacudo la cabeza negando. - Tua Neeg te haces llamar?
El de mi derecha levanta mi pierna para golpearme, la agarro con fuerza y lo lanzo hacia atras.
Otro golpe en mi espalda. Antes de caer recibo uno en mi estómago pero antes de que pueda alejarse le doy una piña en la cara.
Vuelvo a reír y alguien me agarra del pelo, desde atrás.
-Cobardes.
-Deberías callarte la boca, nena. - dice el de atrás mío, tironeándome más del pelo.
-Deberías ser más despierto.
Con mis manos tomo su cabeza y lo lanzo hacia adelante con toda mi fuerza y cae al pieso como una bolsa de arena. Piso su garganta y sonrió frente a su cara.
Me toman de las manos y las retuercen detrás de mi espalda. Y me sacudo intentando soltarme hasta que siento un dolor insoportable en mi pierna derecha. Miro hacia abajo y veo una daga clavada. Gruño e intento soltarme nuevamente.
-Quedate quieta, porque va a ser peor, muñeca.
-¿Por qué están haciendo esto?
El chico de la biblioteca se me acerca y me pega en el estómago. Cierro la boca para no gritar, no le voy a dar ese gusto.
-¿Por qué? ¿Realmente estas preguntando eso? Todo lo que estuvo pasando desde tu llegada, son cosas malas. ¿Por qué pensas que será? ¿Te doy una pista?
-Yo no tengo la culpa. - empujo al que me tiene sujetada y el dolor de mi rodilla se intensifica.
-Cerrá el pico porque voy a hacer que esta daga quede dentro de tu pierna. ¿Entendes? - lo fulmino con la mirada y el sonríe. - ¿ahora quién es el que está sonriendo?
Espero a que se acerca lo más posible, mostrándome su sonrisa idiota y le doy un cabezazo. Suelto un gritito al sentir como mis brazos se estrujan aún mas, podría quebrármelos con facilidad.
○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○○
Después de tantos meses volví. Nuevamente no tengo excusas sobre el motivo del por qué no seguí escribiendo, siemplemente no eran los momentos indicados, uno se entretiene y se distrae con otras cosas y se pierde en el camino.
Gracias a todos los que leen "El Sendero" y leyeron "Caminos Distintos" me aterra, me sorprende y me alegra, la cantidad de lecturas que tienen ambas historias. Estoy, de verdad, eternamente agradecida a todos ustedes.
Mi promesa de termina "El Sendero" sigue estando firme, y nunca voy a romper esa promesa. Es una meta para mi, y algo que les debo a todos ustedes.
Nuevamente, muchas gracias por el apoyo, los comentarios y los votos.
¡Buen comienzo de semana!
Magui.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top