Capítulo 11

-Te vez mucho mejor - dice Zdrada mientras agarra mi brazo - parece que ya está todo en orden, podes volver a pelear.

Saco mi brazo de sus manos. Una semana ya paso desde que por poco destroza mi brazo, lo único que pude hacer fue venir a ver los combates que se daban en la Arena. Una semana sin poder entrenar...no es que me queje pero la rutina había sufrido un gran cambio y en vez de entrenar, pensaba. Y siendo sincera, no siempre es bueno pensar.

-Si, como nuevo. - me alejo de él hacia el cambiador - me gustaría que no vuelvas a lastimarme de esa forma. - le sonrió irónicamente y me voy a cambiar.

Poco y nada paso durante esa semana, mi mente funcionaba más de lo necesario y de lo acostumbrado, Jano pegado a mí como si fuese una garrapata, lo normal. Si... lo normal.

Tenes a Jano tanto tiempo cerca me dio ganas de alejarme de el, de tener mi espacio, algo extraño ya que necesitaba estar con alguien. Él lo comprendió a la perfección y me dio mi espacio. Solo un poco.

Me puse la ropa para entrenar y salí del cambiador. Respire hondo. Extrañaba el olor a Arena, a pesar de haber estado en las gradas todo este tiempo, no es lo mismo que estar aca abajo y saber que voy a pelear. Mi cuerpo y mente lo necesitan. Presiento que hoy va a ser un dia grandioso. Y si no lo es... yo lo voy a hacer grandioso. Cueste lo que cueste.

-Peleas conmigo? - escucho una voz detrás de mi. Me doy vuelta y veo a Jano, solo un pantalón cubría su cuerpo.

-Podrías ponerte un poco mas de ropa. - digo mirando hacia otra parte.

-Oh... vamos, no me digas que tenes vergüenza. - dice riéndose. - Vamos a entrenar. - me palmea la espalda y va hacia una pequeña zona delimitada con arena blanca -Vamos. - insiste.

Lo miro y parece entusiasmado, supongo que el también necesita descargar tensiones. Nos va a ayudar a los dos.

-No quiero que llores, eh. - digo colocándome frente a él.

-Lo mismo digo, enana.

-No soy enana.

-Parecido. - sonrie y se acerca a mí.

Me coloco en forma defensiva y espero su ataque. Sus ojos no se mueven de los míos.

Caigo de golpe al suelo y la arena entra a mi boca. Escupo varias veces y me paro.

Perfecto. Algo que aprendí a hacer muy bien es a leer los movimientos de las personas, al menos se donde es que van a dirigir su ataque. Los ojos. Los ojos son la clave para adivinar. Por mas que se intente no mirar hacia donde es que se ataca es inevitable no hacerlo.

Claramente este no es el caso de Jano. No miro hacia donde atacaría, y eso me desconcertó.

-Vamos, recién empiezo. - salta varias veces en el lugar moviendo los brazos hacia adelante y detrás.

Me coloco nuevamente en la posición de defensa y espero. Intento observar todo su cuerpo, sin apartar la mirada de su rostro. Una pequeña señal de movimiento en su brazo derecho me advierte y salto hacia atrás, su puño pasa por delante mío. Sin poder festejar su pierna choca con mi rodilla y me tira al suelo.

-Bien. Aprendes rápido. - dice dándome la mano para que me levante. - siempre que te observe pelear, vi que te fijabas en el rival, siempre los ojos. Te condicionas muchos, podes hacerlo mejor. Para que solo mirar los ojos, si podes ver todo el cuerpo?. - se aleja de mi y hace una señal para que ataque.

Respiro hondo y me concentro. No va a ser fácil. Sabe como peleo. Yo no sé nada de él.

Lanzo una patada hacia su estomago que frena con una mano y salto a pegarle con la otra en la cara. Su mano empuja mi pierna hacia arriba y casi caigo de espalda si no fuera porque apoyo las manos en la arena.

-Sigue siendo lenta tu reacción. - se aleja sacude la arena del jogging que lleva puesto. - Vamos.

Me frustra demasiado no saber cuándo va a ser su siguiente movimiento y sé que enojarme en situaciones así no es la mejor idea. La rabia nubla la mente.

Me vuelvo a acercar y esta vez voy hacia su rodilla con la mía, en la dobla por el golpe que recibe y levanto rápidamente la otra para darle un rodillazo en el estomago. El retrocede luego de haber recibido el golpe pero no lo dejo defenderse, no puedo dejar que empiece a ver mis movimientos. Corro hacia él, con mi pierna golpeo sus gemelos y lo tomo del cuello con las manos. Ejerzo presión hacia abajo y logro mi cometido.

Mi cara queda a solo unos centímetros de la suya, puedo ver cada pestaña y el color de sus ojos claros el alta definición.

Ninguno parece querer moverse pero unos aplausos nos distraen. Me levanto rápidamente y veo a Zdrada aplaudiendo afuera de la arena.

-Magnifico. - dice en tono burlón - más que nada la ultima parte. Conmovedor! - se acerca a mí y sacude la arena que tengo pegada a la ropa. - Hay varias cosas que tengo que solucionar.

-Bueno. - me encojo de hombros y alejo sus manos de mi. - ¿Y? - pregunto al notar cómo me mira.

-Me gustaría que me acompañes... en realidad no es que tengas muchas opciones para elegir. - sonrie y mira a Jano que aun esta en el piso mirando el cielo. - lamento interrumpir el gran entrenamiento, la próxima será. - patea un poco de arena y comienza a alejarse. - En diez minutos te espero afuera, Helena.

Extiendo mi mano para que Jano la tome pero el la ignora y se para sin mi ayuda.

-Con tu temperamento, si fuera otro lo mandarías a volar. - se limpia la arena de la espalda y camina hacia el vestidor - pero a él no le podes decir nada.

Cuando se va y quedo sola en la arena, me siento y juego con la arena. Que se supone que haga? No puedo negarme a lo que Zdrada pide, gracias a él sigo acá. No es que pueda ignorar todo lo que hizo por mí, y a pesar de que Jano también me ayudo, lo siento distinto. Quizá es verdad que el llevar su sangre en mi creó un lazo.

Suspiro y paso la arena por entre mis dedos.

Miro el cielo y las nubes tapan el Sol. Ni siquiera las nubes me dejan disfrutar del día. Me rio y sacudo la cabeza varias veces. Hoy iba a ser un magnifico día.... bueno, puede seguir siéndolo.

Me levanto, voy hacia el vestidor y me cambio rápidamente. Peino un poco el pelo con mis manos y salgo apresuradamente de la Arena. No vi a Jano, supongo que ya se debe haber ido.

Contra la pared frente al gran portón de la Arena está apoyado Zdrada. Me acerco a él y toso al ver que tiene los ojos cerrados, para llamar su atención.

-Muy bien. Vamos. - dice comenzando a caminar.

-¿A donde?

-No te interesa. - responde con frialdad.

-Creo que si me interesa, interrumpiste mi entrenamiento para que te acompañe.

-Sí. ¿Y?

-Como ¿y? Estoy entrenando y me obligas a acompañarte a no sé donde, deberías decirme. Mínimo.

-¿Desde cuándo me hablas así? - se para delante mío y me freno para no chocar con el - si yo te digo que me tenes que acompañar, lo tenes que hacer, sin chistar. No es tan complicado de comprender.

Lo fulmino con la mirada y lo esquivo. Sigo caminando y el parece causarle gracia y me doy vuelta.

-No es por ahí.... - señala el otro camino contrario al cual estoy yendo.

-Si no me decís a donde vamos, no puedo saber hacia dónde ir.

-Si no te enojaras tan fácilmente, no sería necesario que vayas sola caminando por ahí.

-¿A dónde vamos? - pregunto mientras pasamos por varias casas destrozadas.

Al consejo. Hoy hay reunión, es la primera desde el ataque - mete sus manos en el bolsillo y mira hacia los costados - Tanta destrucción... Es triste, ¿no?

Son salvajes. - digo con enojo

Igual que nosotros - se ríe sacude la cabeza - quizá nosotros somos más salvajes que ellos.

No lo creo. - por mi mente pasa el recuerdo de la casa de la madre de Jano, y como nadie la ayudo. - o me gustaría creer eso - susurro.

Nunca pude entrar al Consejo, no es una estructura imponente desde afuera, pero lo que importa no es el exterior, sino quien está adentro. Se hablo mucho sobre quien es quien gobierna este pueblo y nunca se dice lo mismo. Busque en muchos libros, pero ninguno documenta nada y si algo dicen son solo disparates. Leí que una maldición cayó sobre "eso" y ahora solo puede mover sus ojos. ¿Pero como gobernaría alguien así? Leí que en realidad no hay ninguna "ley superior" y que solo hablan sobre ese "alguien" para que nos Tua Neeg tengamos miedo de esa "ser superior". No se sabe si es hombre, mujer... O animal. - Conoces al " ser superior"- le pregunto a Zdrada haciendo comillas con mis dedos

- Nadie lo conoce. - me mira serio y levanto mis cejas - no hables de eso con nadie, entendiste? Ni con tu guardián.

-No es mi guardián. - digo a la defensiva

-Si que lo es. Es mágico que no este atrás nuestro vigilándote.

Ruedo los ojos y tomo aire. No voy a contestarle. No voy a contestarle repito varias veces en mi cabeza.

-No podes preguntarme nada sobre el "ser superior", como lo llamas vos. Es mas... Ni siquiera pienses en eso. - apoya su mano en mi hombro y mira hacia el Consejo. - Voy a entrar, esperame acá.

Lo veo alejarse hacia la pequeña casa, es como todas las casas que hay en el centro del pueblo. Sencilla... Pero aislada. Miro a mi alrededor y todo lo que veo son plantas. Tendría que haber prestado atención a cómo se llega.

Suspiro y me siento sobre una roca. Viento cálido hace que los arboles se sacudan y causen el ruido característico de las hojas. Cierro los ojos y me dejo llevar por el susurro de los arboles.

Sigue el sendero y me encontraras. No busques de más... No me encontraras. Mira con tu mente y libertad causaras.

Abro los ojos sobresaltada. Miro hacia todas las direcciones pero no hay nada. Mi pecho sube y baja violentamente.

La voz lenta y aterradora sigue resonando en mi cabeza pero sus palabras se escuchan distorsionadas, no puedo entender. Cierro los ojos con fuerza, tapo mis oídos con las manos e intento pensar en algo para poder sacar la voz de mi cabeza.

Cuando vuelvo abrir los ojos la voz desapareció, pero unos ojos me observan desde la más profunda oscuridad de bosque. Mi corazón se detiene.

Sos vos.

~~ ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Al fin! Si, volví. Desaparecí por varias semanas, perdón. Pero aca estoy, no me olvide de todos ustedes, nunca lo voy  a hacer. 

Gracias a todos los nuevos lectores, me alientan cada día a seguir. Son únicos. 


¡No olviden comentar, votar y compartir!

Nuevamente... ¡GRACIAS! 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top