Capitulo 1

Cuanta la leyenda, o al menos algunos libros históricos, que los Tua Neeg son también conocidos como "Los asesinos", no es reciente este nombre que se les da. No. Viene de hace ya muchos, muchos años, cuando los Don y los Sin don aparecieron en este mundo. Su nombre es una maldición, algo innombrable para muchas personas y son temidos por toda la sociedad, al menos la parte de la sociedad que los conoce. Se les teme, pero se los busca para ocuparse de asuntos que los cobardes no pueden, les pagan... por su silencio y por su trabajo.

Rápidos, silenciosos y totalmente eficaces. Nunca fallan, siempre cumplen con su misión y nada los detiene. Los Don deberían temerles, y eso hacen, pero también se afanan de tenerlos bajo su control. Lamentablemente es así, los Tua Neeg no repudian su nombre, no luchan contra aquel devastador nombres que les atribuyen. Si, son asesinos. No por elección. No tienen chance de elegir su destino o sus ideales. Nacen y ya son llamados Tua Neeg. Vagan por la vida en piloto automático, sin pensar en lo que hacen. Ellos simplemente quieren cuidar de su familia y dejarles un buen futuro a sus hijos. Económicamente hablando, porque socialmente el futuro de sus hijos, sus nietos y hasta sus bisnietos será miserable, como lo es la de ellos.

Cierro el libro y suspiro, permitiendo que varias pelusas vuelen hacia el libro que se encuentra frente a mí. Hay tanto por saber, tantos años desde el comienzo hasta ahora. Tantas historias y versos quedaron destruidos y olvidados por guerras, inundaciones y robos. Nunca se va a saber la verdad de gran parte de los orígenes de nuestra especie. Tantas verdades ocultas por conveniencias y poder. Tantas mentiras se saben hoy en día y nadie se anima a dudar de ellas. Por miedo o comodidad, las verdades se ocultan y todo un pueblo sumido en la ignorancia crece reprimido.

Me apoyo en el respaldar de la silla y miro el alto techo que se encuentra sobre mí. No debería estar acá, pero ya que dormir no puedo, la mejor opción es leer. Si tan solo hubiese alguna novela romántica o al menos de aventura... No quiero decir que la historia de esta especie no me interese, realmente es atrapante pero todo lo que hay es esto, historia. Historia por donde mire, y ni siquiera se sabe si es la verdadera historia o fue manipulada. No debería estar acá, debería estar en la cama. Si me encuentran me voy a meter en problemas, y lo que menos quiero es eso. No necesito más problemas de los que ya tengo.
Acomodo los libros de tal forma en que estén ubicados de la misma forma en los que los encontré y acerco la silla hacia la mesa. Comienzo a caminar por las grandes bibliotecas lentamente, intentando ser silenciosa. No creo que a esta hora de la madrugada haya alguien despierto, y menos en una biblioteca pero es preferible prevenir antes que curar o al menos eso dicen.
Cierro la puerta y avanzo por las calles infestada de personas encapuchadas que caminan y hasta llegan a correr. Muchas de esas personas son Don, algunas Sin don que buscan desesperadamente alguien que cumpla sus deseos, sin ellos mancharse las manos. Cretinos. Hipócritas. Eso son, pero no hay nada que pueda hacer. No ahora... y no creo que nunca logre hacerlo.

Siento las pequeñas piedras clavarse en mis pies pero ya no duele, mi piel se acostumbra de a poco a los malos tratos que le doy. La noche es tan oscura que apenas puedo saber por dónde voy, por suerte o quizá no tanta suerte conozco perfectamente el camino que me lleva nuevamente hacia el pequeño cuarto en el que duermo. Es más de lo que podría haber llegado a pedir pero si me dieran a chance de seleccionar el lugar, elegiría uno donde entre algo más que simplemente una cama y un bolso lleno de ropa.
A diferencia de Óskópnir este pueblo no tiene casas grandes y decoradas, mucho menos espacios verdes. Son todas construcciones pequeñas donde apenas entra una familia constituida por cuatro personas; los más afortunados puede conseguir una casa de dos pisos, pequeña... pero más grande que una de una sola planta. A ellos no les importa donde es que viven, a ellos solo les importa entrenar, ser fuerte e invencibles, ser rápidos y escurridizos, silenciosos y letales. No les importa sus iguales, no les importa si tienen que dejar atrás a un compañero en batalla, porque ese compañero fue débil y no pudo contra la adversidad. Esa es su mentalidad, no la comparto pero no la discuto; es su cultura. Y si ellos creen que dejar a morir a un amigo en batalla es lo correcto porque es débil y no tienen por qué cubrir su falla.... Allá ellos.

Mis pensamientos salen volando al sentir que alguien me agarra del hombro, aparto al individuo no muy delicadamente con mi codo y sigo avanzando. Debería prestar más atención por donde camino, en vez de pensar en su apestosa cultura. Nuevamente siento la mano en mi hombro pero esta vez me sujeta con más fuerza. Resoplo y vuelvo a alejarlo violentamente de mí. Comienzo a caminar cada vez más rápido, no puedo correr se darían cuenta y estaría en problemas.

-Señorita... espere por favor. – escucho decir a un hombre detrás de mí.

Perfecto. Lo que me faltaba en estos momentos es que alguien me este siguiendo. Decido escurrirme a través de la gente con la esperanza de perder de vista a quien sea que me este siguiendo. Muchas veces hice esto, lamentablemente no hay calle de este pueblo que no esté minado de Don y Sin don, en busca de un servicio que los Tua Neeg nunca se niegan a aceptar, por necesidad o simplemente por la emoción que significa irse del pueblo por algún motivo. A ningún Tua Neeg se le permite abandonar el pueblo, no sin el voto positivo de Macbeth. El es algo así como... el dueño del pueblo, el hombre que tiene más poder y controla absolutamente todo. Todo. Nunca tuve la oportunidad de hablar personalmente con él, solo por cartas y alguna vez por teléfono. Pocas personas lo conocen y los que lo hicieron dicen que es mejor no hacerlo.

Una mano me empuja hacia atrás, nuevamente, y mi paciencia se está agotando.

-Señorita... solo es un segundo.

Doy media vuelta y tengo que levantar mi cabeza para poder ver el rostro de la persona que me está siguiendo. No sé si es muy alto o yo muy petisa, no viene al caso de todas formas. No puedo ver su cara ya que está tapada con la capucha y sus ojos vendados con una tela negra. Su boca forma una sonrisa, antes de hablar lo hace él.

-No es necesario que me pegue. Simplemente quiero hablar con usted. – sigo sin entender por qué me trata de usted, pero tampoco viene al caso.

-¿Qué queres? – respondo fríamente.

-Hay dos asuntos que necesitan de su atención. Vine de muy lejos y finalmente la encuentro, hace ya muchos meses la estoy buscando. Casi me cuesta la cabeza no podes encontrarla. – niega con la cabeza y se encoje de hombros.

-¿Qué queres? – vuelvo a preguntar irritada por su interrupción, si no llego pronto al cuarto se dará cuenta.

-Antes de irse, debe escuchar los dos asuntos, por favor. Al menos déjeme contarle. – Asiento impaciente – Es Óskópnir hay alguien que solicita sus servicios. – dice algo rápidamente y parece incomodarle estar diciendo estas cosas, no comprendo el motivo, muchas personas vienen acá buscando la salvación.

-No estoy interesada en hacer recaudos por nadie.

-No, no es un recaudo. Es más... su servicio. – hace énfasis en la palabra su y comienzo a creer que este chico es torpe.

-No estoy interesada en hacer recaudos por nadie, te dije.

Suspira pesadamente, coloca su mano en su cara y vuelve a negar.

-Quiere su servicio, por una noche. Ya sabe, una noche con un hombre. No es un recaudo, es su servicio.

Me quedo mirando al chico porque no hay otra cosa que pueda estar haciendo en estos momentos. ¿Realmente alguien mandaría a una persona hasta este pueblo solo para conseguir una noche con una persona? Simplemente pensar en eso me asquea.

-No sé quién te crees que sos para venir a ofrecerme eso, muchacho. Pero estas totalmente equivocado si pensas que te vas a ir con mi voto a favor a esta propuesta asquerosamente repugnante. Deberías sentirte avergonzado por la idiotez que acabas de decirle a una mujer. – lo fulmino con la mirada y el simplemente levanta sus manos en signo de rendición.

-No soy yo quien se lo propone, es otra persona, no me mal interprete. Simplemente soy el mensajero.

-Y deberías sentirte avergonzado por lo que haces. – agarro de la capa del muchacho y lo acerco hacia mí. – Decile a quien sea el imbécil que te trajo hasta aca a preguntar tal barbaridad, que se puede ir bien a la m-

-Okay. Ya extendí. – el chico parece divertido y asiente varias veces con la cabeza. – Solo cumplo con mi misión, pequeña. No tengo la culpa de la mente enferma de la gente. – lo suelto y limpio mis manos en mi pantalón. – no deberías sorprenderte de tal propuesta, muchas mujeres viven de eso.

-Si ellas lo quieren hacer allá ellas, no soy quien para impedírselos. Yo no hago eso, y nunca lo voy a hacer.

Me doy media vuelta y vuelvo a caminar hacia mi cuarto. Antes de haber avanzado cien metros vuelvo a sentir una mano en mi hombro. A este paso nunca voy a llegar.

-¿Qué queres ahora?

-Dije que tenía dos asuntos para usted. Solo le comenté de uno. – sigo avanzando y el chico me acompaña a mi lado. – Un guerrero, allá en Óskópnir tiene un mensaje para usted. En realidad, no es un mensaje... el simplemente quiere saber si está viva.

-¿Quién es? – no sé a quién le interesaría saber si estoy viva, si estoy muerta es mucho mejor para ellos, saber que desaparecí también sería bueno para esa apestoso pueblo.

-Quirinus.

-No sé quién es. – lo que me faltaba, que alguien que no conozco este interesado en si estoy viva o no. – Ya me dijiste sobre los dos asuntos, es suficiente. Deja de seguirme, por favor.

Sin esperar una respuesta acelero mi paso, más de noche se hace, más gente hay en las calles. Y peor es, al menos para mí.
Entro a mi cuarto silenciosamente. Duermo sola y no hay nadie con quien "conviva" pero el cuarto de mi tutor está al lado del mío y no quiero arriesgarme a que me escuche. Muchas noches salgo hacia la biblioteca, en la cual nunca hay una sola persona, pero desde que él me encontró caminando de vuelta al cuarto y me prohibió que lo hiciera supuestamente no lo volví a hacer. Dice que es muy peligroso que ande de noche por las calles del pueblo y sé que tiene razón, el se preocupa por mí, pero de día no tengo oportunidad de leer. Asique solo tengo la noche para hacerlo, y nadie me va a prohibir que lea y menos sobre la historia de lo que soy.

Me desvisto y me coloco el pijama de tela que me consiguió mi tutor. No tiene buen gusto, para nada. Pensar que se puede dormir con un pedazo de tela negra decorado con manchas rojas... bueno, en realidad el problema no son los colores, el problema es que el pijama llega hasta mis pies. Literalmente. Intente varías veces cortarlo, pero él me amenazo con que si lo hacía iba a tener que dormir desnuda porque él no iba a soportar que arruine el regalo que me dio. Y dormir desnuda no está en mis planes. Mucho menos con la tropa de entrenamiento.

Lavo mi cara y mi cuerpo con un poco de agua caliente, afuera esta frio y no tener calefacción no ayuda en nada, pero no voy a dormir sucia. Todo el día entrenando, sudando y manchando mi cuerpo de barro, lodo y sangre... merezco un poco de limpieza.

Me acuesto y me tapo con la colcha azul. Cierro mis ojos y deseo dormirme pronto. Que sean las doce de la noche y yo siga despierta no es para nada bueno, más que nada sabiendo que mañana a las cuatro de la madrugada él vendrá a despertarme para ir a entrenar. Como todos los días. Sin descanso.

Tomo el anillo que me dio Zyon en mis manos y juego con él. Nunca más lo volví a usar, pero nunca me olvide que lo tenía. Este anillo significa mucho para mí y sé que para ellos también. Si pudiese tener la oportunidad de devolvérselos lo haría.
Pero ya ha pasado un año desde que me fui de Óskópnir, y no hay ninguna chance de que pueda volver allí, no es que quiera hacerlo... pero me gustaría devolver el anillo. Me gustaría saber que fue lo que paso con la muchacha que me ayudo a escapar de la mansión.... Aunque ya sé que fue lo que sucedió me niego a creerlo. Me niego a creer que Kope, el Kope que tanto me ayudo y protegió haya matado a una muchacha inocente simplemente para poder obtener información de mi paradero.

Vuelvo a guardar el anillo en la mochila, donde se encuentra la capa que me oculto de mi huida. Tanto tiempo pasó desde ese momento... pero pareciese que fue ayer. Nada ha cambiado, no mucho. Simplemente se pelear, y conozco una nueva cultura, apenas al conozco.

Fuertes golpes en la puerta me despiertan. Siento que no descansé y puede ser que no lo haya hecho, no recuerdo haberme dormir, pero así lo hice. Perfecto. Este día será largo.

-¡Helena! ¡Ya es hora, no me hagas entrar y sacarte hacia afuera! – escucho decir a mi tutor.

Maldigo por dentro y comienzo a cambiarme.
Antes de poder terminar de ponerme el pantalón correctamente la puerta se abre de par en par.

-Te tardas mucho. – dice fulminándome con la mirada. Me apresuro a abotonarme el pantalón y le devuelvo la mirada.

-Mira si no estaba cambiada, ¿Quién te da permiso para entrar a mi cuarto así? – contesto furiosa.

Él se ríe y me mira burlonamente. Agarro mi chaqueta y comienzo a caminar hacia la puerta.

-No hay nada de vos que me interese ver. – dice el dejándome pasar.

Y así es... el no me ve como una chica.

Zdrada me ve como "un algo" que tiene que entrenar, no soy una chica para el... Supongo que no recuerda el chiste de mal gusto que me hizo cuando nos conocimos.
Quizá por eso disfruto, a pesar de todo, entrenar con él; porque no me mira con otra intención más que entrenarme y mejorar cada vez más. Puedo expresarme alrededor de él y el no me juzga. Soy un par. No soy una chica para él.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Hola nuevamente! Si, estuve desaparecida por 4 meses la culpa es la universidad y mi falta de constancia en El sendero. Se me ocurren tantas cosas para escribir pero cuando empiezo a escribir todas se esfuman. 
No prometo publicar muy seguido, pero si prometo que a medida que escriba y avance ustedes lo van a leer. 

Espero que les guste como comienza El sendero y me den su opinión. Siento que avance mucho en mi escritura. ¡Ojala se note!

Gracias por leer. ¡recuerden votar y comentar! :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top