Capítulo 1: Volver a empezar
12 años después...
Se dice por ahí que "el tiempo vuela cuando te diviertes", pero poco se habla del suplicio que constituye el lento paso de las horas cuando estás sufriendo.
Por suerte, finalmente había llegado el día...
Comencé a recoger mi largo cabello rubio en una coleta mientras contemplaba mi reflejo en el espejo.
Realmente lucía muy distinta a cuando llegué meses atrás... ¿o fue hace un año?
—Phoebe... —llamó mi atención una de las trabajadoras del lugar, recostada del marco de la puerta de la habitación—. ¿Lista?
—Llevo meses esperando esto, Cora —respondí, sonriendo por primera vez en mucho tiempo.
—Te dije que este día llegaría —replicó con suavidad.
—Llegué sin esperanzas y tú me hiciste creer de nuevo —emití, tomando sus manos—. Gracias...
—Solo hice mi trabajo... —rebatió con un brillo triste en su mirada gris, esbozando una pequeña sonrisa.
—Hiciste más que tu trabajo. Fuiste la única amiga que tuve aquí... —refuté, dándole un abrazo mientras mis ojos color avellana se humedecían lentamente.
—Tú fuiste como una hija para mí, Phoebe —dijo, acariciando mi rostro—. Cuídate mucho... Y recuerda que siempre puedes contar conmigo...
—Gracias, Cora —musité—. Nunca olvidaré todo lo que hiciste por mí.
—Bueno, ya dejemos de lado el sentimentalismo —emitió con un suspiro—. Seguro tus amigos te están esperando allá afuera...
—Espero que hayan podido venir —comenté, nerviosa, mientras nos dirigíamos a la salida.
—Estoy segura de que están justo detrás de esa puerta, esperándote. Esos dos te quieren mucho —me recordó.
—Tengo mucha suerte de tenerlos... —murmuré mientras un trabajador abría la puerta—. Sí vinieron... —añadí al verlos.
—Prometimos que vendríamos, ¿o no? —comentó Caleb con su habitual sonrisa, aproximándose para abrazarme.
En estos meses en los que estuve tan sola nunca me detuve a pensar cuánto necesitaba un abrazo.
—Zack... —dije con un hilo de voz al verlo de pie detrás de Caleb. Él simplemente se limitó a esbozar una leve sonrisa.
Sentía tantas ganas de correr y abrazarlo; pero, por alguna razón, no me atrevía.
—Bueno, Phoebe, creo que ya me iré —emitió Cora—. Te dejo en buenas manos...
—Tú tranquila, Cora. Dejas a Phoebe en manos muy competentes —contestó Caleb, haciendo un saludo militar.
—Eso espero, Caleb Shines —gruñó Cora, arqueando una ceja.
—Libre al fin... —comenté, sonriendo mientras sentía la luz del sol en mi rostro.
—¿A dónde te gustaría ir a celebrar esa libertad? —indagó Caleb.
—Creo que me haré un cambio de look —respondí bajo sus miradas expectantes.
***
—¿Y bien? ¿Qué les parece? —pregunté cuando terminaron de cortar mi flequillo y teñir mi pelo de un llamativo color naranja.
—Estás espectacular, Pheebs —opinó Caleb.
—Gracias, Cale. —Sonreí—. ¿Qué opinas tú, Zack? —pregunté tímidamente.
—Estás bien —dijo sin más, dejándome un poco decepcionada.
Zack siempre fue de pocas palabras, pero ahora que tenía 21 años creo que era incluso más callado y esquivo. Tenía un aire misterioso y lúgubre que hacía juego con su vestimenta negra y su oscuro cabello. Parecía que nada le importaba.
—Bueno —intervino Caleb para relajar el ambiente—, prometimos que nos haríamos un tatuaje juntos, ¿recuerdan?
—Por fin será un triángulo, ¿cierto? —indagué.
—Habíamos quedado en que ese sería el símbolo de nuestra banda —argumentó.
—Cerca de mi casa hay un lugar donde hacen tatuajes. Podríamos ir ahí. La tatuadora es amiga mía —comentó Zack con voz inexpresiva.
—¿Hablas de Eva? Tu eterna enamorada... —se burló Caleb.
—Basta, Caleb. Eva no está enamorada de mí —gruñó Zack, incómodo, mientras subíamos al auto de Caleb rumbo al vecindario de Zack.
—Las dos veces que fui a tatuarme con ella estaba muerto de miedo porque pensé que enterraría la puta aguja en otro lugar porque no dejaba de mirarte —replicó el chico de ojos azules, divertido.
—Exageras —masculló Zack.
—Escucha lo que te digo, dulce amargura. Le gustas a esa mujer...
—Cállate y conduce —replicó Zack mientras miraba los árboles pasar.
Yo, por mi parte, me limité a escuchar la conversación desde el asiento trasero. Me pregunto si a Zack le gustará ella...
—Eva siempre te pregunta cuándo irás a tatuarte. Estoy seguro que cubrir con tinta esa pálida piel tuya no es lo único que quiere hacerte —prosiguió Caleb con tono pervertido.
—Deja de fastidiar —refutó Zack, indiferente.
—No entiendo por qué no te gusta. Eva es muy hermosa —opinó Caleb.
—A ti todas las mujeres te parecen hermosas. Eres un mujeriego de manual —rebatió Zack, lo cual me hizo sonreír. Siempre supe que Caleb sería un picaflor.
—No soy mujeriego. Simplemente tengo mucho amor para dar —contradijo honorablemente—. Además, no estamos hablando de mí. ¿Por qué no te gusta Eva? No es muy mayor, solo te lleva 4 años.
—Si tanto te gusta, sáltale encima tú —sugirió Zack, recostando su cabeza mientras cerraba los ojos sin darle mucha relevancia a la conversación.
—Juro que no te entiendo, Zack. No tienes novia y le gustas a un montón de chicas. ¿Por qué no disfrutas la vida?
Ante el argumento de su amigo, Zack se limitó a silbar relajadamente sin hacerle mucho caso.
—Menudo desperdicio de talento —gruñó Caleb.
—Y menudo desperdicio de saliva el tuyo —replicó Zack.
Excepto por el color de sus ojos, Caleb y Zack siempre han sido súper parecidos físicamente. Ambos son muy altos y tienen un cabello negro azabache que hace un bello contraste con su pálida piel. Incluso sus facciones son similares, motivo por el cual las personas siempre han pensado que son hermanos. Sin embargo, espiritualmente son diametralmente opuestos. Caleb es un chico relajado y divertido que le gusta disfrutar la vida. Zack, por su parte, es bastante indiferente y solitario.
—Ya llegamos —anunció Caleb de pronto.
Cuando entramos al pequeño local me detuve a contemplar la decoración mientras Zack buscaba a la tatuadora.
—Siempre he querido tatuarme —comenté.
—Hoy es tu día de suerte —dijo Caleb, rodeándome con su brazo.
—No tengo dinero suficiente —repliqué—. Supongo que tendré que hacerlo cuando comience a trabajar.
Lo poco que tenía me lo había obsequiado Cora especialmente para hacerme este cambio de look, el cual tal vez algunos no comprendan, pero para mí significaba mucho más... Marcaba un antes y un después en mi vida. Era mi forma de volver a empezar.
—Yo puedo pagártelos —ofreció.
—Ventajas de tener padres millonarios —terció Zack ante mi mirada confundida, haciendo acto de presencia.
—Hola, chicos —saludó una hermosa mujer de maquillaje pronunciado, piel bronceada, cabello negro y ojos ámbar—. ¿Viniste a tatuarte otra vez, Caleb? —indagó con una sonrisa la desconocida.
Al escuchar esa interrogante, supuse que ella era Eva.
—Sí, pero esta vez no seré solo yo —emitió él.
—¿Finalmente te atreverás, Zack? —Arqueó una ceja con expresión coqueta.
Ahora comprendo a qué se refería Caleb con lo de las miradas.
—No me gustan los tatuajes, Eva —respondió Zack sin mirarla siquiera—. Me parece absurdo marcar mi cuerpo de por vida.
—A mí tampoco me gusta tener tatuajes; sin embargo, me gusta tatuar a otros. Soy la artista, no el arte —explicó con una sonrisa que me hizo escrutarla con discreción. Creo que era la primera vez que veía a una tatuadora sin tatuajes.
—Yo entiendo tu punto, Zack —intervine, llamando la atención de todos—. Es por eso que quiero tatuarme solo lo que es importante para mí, así cuando pasen los años y vea mi cuerpo, incluso si pierdo la memoria, sabré que esas marcas simbolizan todo lo que realmente amé...
—Es un bonito pensamiento... —opinó Eva, depositando su atención en mí.
—Oh, olvidé presentarlas. Eva, ella es Phoebe, nuestra amiga de la infancia —me presentó Caleb.
—He escuchado hablar de ti, Phoebe... Es un placer —dijo, ofreciéndome su mano.
—Igualmente —respondí, estrechándosela.
—Bueno, ¿quién será el primero en tatuarse? —preguntó ella.
—¡Yo! —exclamé.
Cuando Eva concluyó su trabajo conmigo me detuve a mirarme frente al espejo en la sección inicial de la tienda, ya que los tatuajes se hacían en un sector más privado. En total habían sido 9 tatuajes, aunque la mayoría eran muy pequeños y delicados. Además, gracias a ella, ahora el lado derecho de mi nariz estaba adornado por una pequeña y casi imperceptible perla, puesto que también sabía abrir agujeros para piercings.
—Te ves bien —interrumpió mi escrutinio una voz masculina.
—Zack... —musité al verlo recostado en el marco de la puerta, mirándome fijamente.
—Eva es buena en lo que hace —continuó, acercándose a mí mientras yo, sin saber muy bien por qué, retrocedía un paso.
—Sí... Es realmente buena —balbuceé, nerviosa al ver que continuaba avanzando en mi dirección con cierto aire dominante.
Cuando mi espacio para retroceder terminó debido a que el espejo de cuerpo entero estaba justo detrás de mí, Zack se quedó muy quieto mirándome a tan solo centímetros de mi rostro, lo cual me hizo tragar saliva con fuerza, ya que Eva y Caleb estaban en otra habitación del lugar, por tanto, estaba completamente sola con el chico que tanto me gustaba desde que era una niña.
De repente, sin previo aviso, Zack depositó su mano en la parte baja de mi espalda, provocando que mi cuerpo se erizara mientras mi corazón latía apresuradamente. Sus labios estaban muy cerca de mi cuello, incluso podía sentir su aliento. Después tomó el borde de mi blusa, haciéndola ascender para dejar mi espalda al descubierto.
—¿Por qué un fénix? —preguntó cerca de mi oído, motivo por el cual mis nervios se agudizaron.
—¿Qué...? —balbuceé, confundida; no tanto por la pregunta, sino por su peligrosa cercanía.
¿Cómo podía aproximarse de esa manera así sin más? ¿Acaso no percibía lo que provocaba en mí ese simple contacto?
—Tu tatuaje... —aclaró, provocando que me girara un poco para verme en el espejo que estaba detrás de mí. Zack se estaba refiriendo a un tatuaje que estaba sobre mi columna. Era de un fénix con algunos sencillos adornos.
—Oh... El tatuaje... —musité, intentando ignorar lo sugerente y provocativa que se veía nuestra imagen en el espejo—. Pues... —dije, alejándome de Zack para caminar por la pequeña habitación.
Tal vez para él estar cerca de mí no significaba nada, pero su contacto encendía cada fibra de mi ser.
—Supongo que sabrás que el fénix renace de sus cenizas. Es un concepto bastante popular...
—Sí... Creo que te define muy bien ese concepto... —opinó con las manos en los bolsillos.
—¿Eva ya habrá terminado con Caleb? —hablé para desviar el asunto.
—Empezó hace poco. Además, dijo que nos avisaría cuando terminara.
—¿Dónde se está tatuando Cale el triángulo? —indagué, tomando asiento en el oscuro sofá de la habitación.
—En la parte posterior del brazo derecho —contestó, sentándose a mi lado—. Escogiste bien el tatuaje que simbolizará a nuestra banda —agregó.
—Los triángulos tienen tres lados y nosotros somos tres. Además, es equilátero. Para mí representa la igualdad que existirá en nuestra banda. Por otra parte, en la cultura popular tiene muchos significados hermosos, pero lo más importante es... que fue a través de "un triángulo" que nos reencontramos... —comenté, contemplando sus ojos negros mientras rememoraba ese día...
Yo estaba completamente perdida, vacía, sola, sin esperanzas. No sentía deseos de salir adelante, ni siquiera de seguir viviendo... Y de pronto escuché una voz al otro lado del enorme muro. Cuando me acerqué para ver a través de unos agujeros que adornaban la parte superior de la pared, los cuales tenían forma triangular, me di cuenta de que era Zack...
—Lo recuerdo... —murmuró, pensativo.
—Por cierto, ¿usas aretes? —indagué, depositando mi atención en un pequeño agujero que tenía su oreja derecha.
—Fue idea de Caleb... —aclaró, cubriendo su oreja—. Cuando fue a comprarse sus aretes simuladores me animó para usar aretes yo también.
—¿Y por qué no lo usas? —repliqué, curiosa.
—Lo perdí —contestó con simpleza.
—En ese caso... —hablé, quitándome un pequeño arete de color negro, el cual era bastante sencillo y neutral, así que se veía bien tanto en chicas como en chicos—. Toma, póntelo.
—Pero es tuyo —rebatió.
—Es un regalo... para que te acuerdes siempre de mí. —Sonreí.
—Gracias —murmuró, aceptando el obsequio.
—¿Quién sigue? —nos interrumpió Caleb, animado.
—Solo falta Zack —puntualicé.
—Creo que no me tatuaré —dijo de pronto.
—¡¿Qué?! —chillamos Cale y yo al unísono.
—No me gustan los tatuajes —rebatió con simpleza.
—Pero lo prometiste —me quejé, ceñuda, colocando mis manos en mi cintura como si fuera pequeña.
—Cumple tu palabra, Zack Burn —le ordenó Caleb.
—Hazlo por nosotros —le pedí.
—¿Es absolutamente necesario? —indagó, poco convencido.
—No, pero es importante para Phoebe —respondió Caleb y Zack se quedó pensativo unos segundos para luego decir:
—Ahora regreso.
—Ese truco siempre funciona —comentó Caleb, tomando asiento a mi lado cuando Zack desapareció.
—¿Truco? —repetí, confundida.
—Siempre hace lo que tú le pides... Desde que era un niño... —puntualizó.
***
—Supongo que ya estarán felices —gruñó Zack al salir de la habitación, mostrándonos un sencillo triángulo equilátero de bordes negros sobre su antebrazo izquierdo, muy cerca de la región del codo.
—Te queda genial —opiné, emocionada.
—Confiésalo, dulce amargura... Te gustó... —dijo Caleb con tono juguetón propinándole un ligero codazo a Zack en el brazo, gesto que lo hizo torcer los ojos mientras intentaba contener la sonrisa.
—Supongo que no estuvo tan mal —cedió y Caleb y yo sonreímos, satisfechos.
—Hoy nace nuestra banda —emití, abrazándolos.
—¿Y cómo se llamará? —indagó el chico de ojos azules.
—Lo estuve pensando mucho... ¿Qué les parece... Reformers? —sugerí.
—Me gusta... —reconoció Zack—. Gracias a la música sobrevivimos en nuestros momentos más oscuros... Nos ayudó a reformar nuestra vida...
—A mí también me gusta el nombre que escogiste, Pheebs —dijo Caleb—. ¿O debería empezar a llamarte "líder"? —agregó, haciéndome negar con la cabeza mientras sonreía—. Bueno, creo que deberíamos ir a casa a celebrar el nacimiento de Reformers.
—Olvidas algo, Cale —puntualicé.
—Oh, cierto... No tienes a dónde ir... —emitió con expresión triste y yo me limité a negar con la cabeza a modo de respuesta—. Puedes quedarte en mi casa —ofreció.
—Pensé que Gemma no quería saber de nosotros —refutó Zack, haciendo referencia a la madre de Caleb.
Los chicos me habían contado que después del ascenso económico de los Shines, la señora Gemma había cambiado mucho. Ella nunca fue muy humilde, pero al menos antes Zack y yo le agradábamos, pero después de cierto suceso trágico que experimentó su familia dos años atrás Gemma no había vuelto a ser la misma.
—No importa. Yo la convenceré —aseguró—. No puedo dejar a Phoebe en la calle teniendo una casa en la que sobran habitaciones.
—No quiero que discutas con tu madre, Cale —emití—. Sé que ella está pasando por un momento difícil después de lo que pasó... Será mejor no darle disgustos... Yo me las arreglaré...
—No permitiré que vivas en la calle, Phoebe —rebatió él, ceñudo.
—Tranquilo, Caleb —terció Zack de pronto—. Phoebe no se quedará en la calle y tampoco habrá necesidad de que discutas con tu madre. Phoebe vivirá conmigo —dictaminó, dejándonos sorprendidos.
Hasta donde tenía entendido Zack vivía en una bodega que su abuelo le heredó al morir, completamente solo...
¿Acaso quería que viviera sola con él? ¿O solo lo hacía por ayudar a una vieja amiga?
En cualquier caso debía aceptar su propuesta porque no tenía opción. Sin embargo, no sabía cómo enfrentaría el hecho de vivir bajo el mismo techo que el chico del que estaba enamorada.
-------
Buenas por aquí :D
Cómo va todo?
Qué les pareció este primer capítulo?
Los leo! :D
En esta historia conoceremos otra perspectiva de los personajes que vimos en "Bélgica", empezando por mi pequeña Phoebe :)
Y por circunstancias de la vida tendrá que vivir con Zack :)))
Ya veremos cómo se desarrolla la convivencia entre ambos :)
Por cierto, he de aclarar que la línea temporal de esta historia comienza alrededor de 2 meses antes que la de "Bélgica".
Espero que el cap les haya gustado.
Nos vemos en el siguiente.
Chau, chau :D
Dato random: Creo que en "Bélgica" lo dije, pero bueno, mi inspiración para el estilo del cabello de Phoebe fue Lisa de Blackpink en la canción "As if it's your last". El color de los ojos de Phoebe es el mismo que el de los míos :)
PD: Estos son los tatuajes de Phoebe. Eventualmente explicaré con más detalles dónde se localizan y lo que significan para ella. El del fénix de la derecha es el tatuaje del que estaba hablando Zack :)
No olvides seguirme en Instagram como daia_marlin. Por allá subo cositas como esta :D
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top