Capítulo 5| La misión
P.O.V de Alexander
-Sé quién es tu padre.
He elegido, como de costumbre, el peor momento y las peores palabras para decírselo.
Ella suelta sus piernas de mi cintura y las alarmas se encienden en mi cabeza. Mi bonita quiere huir de mí. La agarro para que no se vaya, necesito que me escuche.
-¡Zoe! Déjame hablar, por favor.- sus mejillas han perdido todo el color rojo que poseían y ahora están pálidas.
Ella deja de forcejear, va a escucharme.
-Te pareces mucho a él físicamente, así que decidí investigar un poco. Le hice preguntas a varias personas y me enteré de todo.- hago énfasis en última palabra.
Sus mejillas se vuelven rojas de nuevo y creo que esa es una mala señal. Vergüenza.
-Vamos, idiota. Arreglalo.- exige mi lobo Ray.
-Déjame.- me pide.
-No, escuchame -agarros sus pequeñas mejillaa con mis manos-. Nada de lo que haya hecho él tiene que ver contigo. Tú no eres igual, él sólo es un cabrón.
Ella asiente con la cabeza pero sigue sin mirarme a los ojos. Subo su cabeza tratando de que haga algo, lo que sea.
-¿Por qué mierda tenías que meterte en mis cosas? -grita enfadada.
-Cuéntale la verdad, Alex. -pide mi lobo.
-Era una misión. Él ha estado matando brujas y lobos. Algunos de ellos eran de nuestra manada así que Logan me dijo que...
Aquí viene la parte dura.
-¿Qué? ¿Qué te dijo?
-Que lo matara.
Ella abre la boca y me aparta de un empujón.
-Ponte ropa y ahora hablamos. -se marcha corriendo del baño.
Me visto a toda prisa mientras pienso una y otra vez como decirle que he matado a su padre. Él era una escoria humana y él mismo me dijo que la maltrataba.
Flashback.
Entro a la casa del estúpido nuevo asesino de lobos. Gracias a mi investigación sé que tiene algún parentesco con mi mate. Mi Zoe.
Lo busco por toda la casa hasta que doy con él.
-Tienes dos minutos para explicarme porque estás matando a los lobos de mi manada.
-¿Quieres saber por qué? -inclina su cabeza hacia mí- Porque tenéis algo que me pertenece.
Sé perfectamente a lo que se refiere pero me haré el loco.
-¿Y qué es eso exactamente?
-Zoe Winter. Esa bruja estúpida e incompetente primero huye de mí y luego piensa que no la encontraré. -suelta una carcajada que termina en tos seca.
Este hombre está perdido.
-Si ha huido será por algo, viejo estúpido. -pierdo la paciencia.
-Porque es una débil. La golpeaba algunas veces y lloriqueaba como estúpida -hace una mueca de asco y aprieto mi mandíbula-. También a veces apagaba mi cigarro en su cuerpo -se ríe-. Tiene tremendas cicatrices por eso y por...
No lo dejo terminar. Me abalanzo sobre él y agarro su cuello con fuerza.
-Nunca jamás la vas a volver a tocar porque te voy a mandar al infierno que es en donde deberías de estar, sucio maltratador -aprieto mi agarre en su cuello-. Yo me encargaré de que nadie más toque a Zoe.
Dicho eso, me transformo en lobo y lo muerdo y araño hasta que la vida deja su cuerpo.
Fin del flashback.
Ya con mi ropa puesta salgo del cuarto de baño para buscar a mi brujita.
-¿Zoe? -no hay respuesta- ¡Zoe! ¡Zoe!
La busco en la parte de arriba de la casa pero no está. Bajo a la planta baja y tampoco está en el salón. Maldiciendo entro al único lugar que queda. La cocina.
-¿Zoe, dónde estás, bonita? -miro por toda la cocina hasta que doy con ella.
Está hecha un ovillo debajo de la mesa. Si agudizo mi oído puedo oír como pequeños sollozos salen de ella. Me agacho frente a ella sin tocarla todavía para que no se asuste.
-Bonita... ¿qué ocurre?
Para mi sorpresa, ella levanta su cabeza y me mira. Tiene los ojos rojos y su cabello se ha vuelto un desastre.
-Ya lo sabes todo, ¿verdad? Todo lo que me hacía ese hombre repugnante.
-Sí, lo sé pero eso no cambia nada. Te quiero con la misma intensidad y nada va a hacer que eso cambie.
Su labio inferior tiembla. Se acerca a mí a rastras y me abraza apoyando su cabeza en mi pecho. Con gusto la abrazo de vuelta mientras dejo besos en su pelo naranja.
-Lo odio. Lo odio muchísimo. Detesto al hombre que dice ser mi padre. -acaricio su pelo.
-Lo he matado. Nunca te va a volver a tocar, nunca te volverá a hacer daño. Nadie lo volverá a hacer.
Ella suspira. Esa respiración hace cosquillas en mi cuello.
-Te has comido mi helado de vainilla. -me mira acusatorianente.
Me sonrojo un poco y la miro inocente.
-Fue sin querer.
Ella suelta una carcajada y golpea mi hombro aunque más bien me hace cosquillas su golpe pero bueno.
-¿Cómo sin querer? La cuchara cayó sobre el helado y luego a tu boca unas aproximadamente veinte veces sin querer, ¿eso quieres decir? -me río por su afirmación.
-Sí, eso quiero decir. Ya sabes lo que dice la gente: "Tropecé veinte veces con la misma piedra." -nos reímos a carcajadas.
-Es dos veces, no veinte. Alex, para que te perdone este error tan grave deberás de comprarme más helado y chocolate. -me mira con sus hermosos ojos verdes.
Alex. Es la primera vez que me dice así en vez de Alexander.
Hago una mueca, como si su tarea fuese mi más complicado del mundo y asiento con pesadez.
-Está bien, señorita Winter. Haré eso por usted. -ella suelta una carcajada y se queda mirándome fijo. Yo hago lo mismo y me acerco un poco.
-Bésame. Quiero que me beses. -me pide.
Oh, señores, hoy será una buena tarde.
***
Hola holaaa. Como de costumbre, me ha encantado escribir este capítulo. Disfrutadlooo. 💕
Podéis comentar aquí para descargaros o para quejaos de que no hay detalles del beso.
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