Una noche oscura adornada de estrellas era la vista que había hasta el horizonte. Pero para ésta jovencita la hermosa vista era algo completamente trivial y completamente irritante, pues era un constante recordatorio de la distancia que sus pies tendrían que recorrer.

-Estúpido Institito -refunfuño una delicada jovencita -estúpido horario nocturno.

Enojada y frustrada caminó por las solitarias calles.

El dia de hoy se suponía sería el mejor, pues era el último, pero un profesor se jubilaba y el resto de profesores decidieron organizar todo un show para él. Como consecuencia no sólo terminaron abandonando el establecimiento a las 23:00, el transporte público que dijo tomaría se descompuso y terminó caminando 15 Km.

-Tendría que haber aceptado que me fueran a buscar.

15 Km y recién había recorrido unos escasos 5 km.

Tras mucho caminar sus pies ardían y los músculos de sus piernas dolían. Llegó frente a una modesta casa y abrió la puerta, lanzó la mochila llena de libros al suelo y se desplomó sobre el sofá.

-Por fin, casa...

Olvidándose del lugar, la hora, o el hecho de que no había nadie, se sumió en un profundo sueño.

Dos horas después la joven abrió lentamente los ojos.

-¿Qué hora es? -preguntó al aire sin recibir respuesta -¿Mamá? Uhm, nadie... -monólogo en su somnolencia.

Abrumada por la sed que su agotamiento no le permitió apaciguar se dirigió al refrigerador por una gaseosa, pero en la puerta encontró una nota.

Tuve que salir a arreglar unos asuntos. No te preocupes por él, está en casa de tu abuela.

Miró el reloj colgado en la pared -Ya es de madrugada.

Tomó su bebida, recogió su mochila y se fue por el pasillo en dirección a su cuarto.

La casa era pequeña tres cuartos, un baño, la sala y la cocina-comedor. La vivienda era pequeña y modesta, pero acogedora.

Llegando a su cuarto corrió las cortinas y notó gotas que caían desde el cielo nublado, carente de luna y estrellas. La frescura del viento, el olor a tierra mojada y el agua en sus manos la hechizo con su encanto.

-Que belleza más nostálgica...

Las luces se fueron y todo quedó sumido en la oscuridad, solamente rota por los relámpagos en el cielo.