Capítulo 40: Lo inesperado sucedió

A veces las cosas terminan

de una forma inesperada.
*×*

KAROL CASPER

Cuando por fin llegué a mi residencia, Evans me llamó para decirme que había coordinado un plan donde Cheila participaría, no estuve muy de acuerdo, ella no parecía lo suficientemente fuerte, pero no era como si pudiera hacer algo al respecto, íbamos contra el tiempo, necesitábamos movernos rápido, y esta noche era la elegida.

El plan consistía en que Cheila aceptaría ir con Adams a hacer el pervertido video a su casa, y ahí la S.E.G los estarían esperando para intervenir, eso me incluía a mí, yo también tendría que estar cerca como agente de respaldo en caso de que algo no saliera bien.

Odiaba mi vida.

Nunca había matado a nadie con mis propias manos, no quería que el primero fuera Adams, solo esperaba que no tuviéramos que llegar a ese extremo.

Solté un suspiro y fui a mi residencia para poder cambiarme y despejar mi mente por tan solo un momento, pero al abrir la puerta me quedé paralizada en el marco, ¿quién estaba sentado en mi cama?  

—¿Neida? —pregunté dudosa, busqué el interruptor de la habitación y prendí la luz.

Sentí que algo raro me bajó del estómago cuando reconocí los túneles de sus orejas y su cabello tipo afro, ¿qué hacía Sony Rich en mi habitación? Cuando él se levantó mostrándome una sonrisa y sus manos echaron a un lado su traje para  mostrar el arma en su cinturón, supe que no traía buenas intenciones.

Di un paso atrás y choqué contra una pared, uh, no era una pared, había alguien detrás de mí.

—No intentes escapar —dijo Sony Rich—, es mejor que colabores con nosotros si no quieres que esto se ponga rudo.

Miré su semblante tranquilo y luego voltee a ver el enorme sujeto a mis espaldas con el arma reposando tranquilamente en su mano, como si solo esperara un mínimo movimiento en falso para dispararme.

—¿Qué está pasando? —pregunté intentado fingir demencia—, Sony, yo iba a llamarte... yo...

Él tenía ese gesto donde mostraba evidentemente que no me creía.

—No intentes decir nada muñequita —mostró una ligera sonrisa—, no hay nada que puedas hacer a estas alturas donde intentaste engañarnos.

 ¿Sabía que era un agente encubierto? Evidentemente, pero... era imposible que hubiera sido descuidada... bueno, no imposible, pero sí intenté hacer un buen trabajo, joder.

—¿Engañarlos...? —pregunté dando un paso hacia él en un intento de mostrarme vulnerable y fue cuando pasó.

Su mano voló tan rápido hacia mi cara que ni siquiera me di cuenta de lo que ocurría, mi rostro se volteó recibiendo todo el golpe en mi mejilla, y reaccioné por impulso alzando mi pierna directo a su pecho, él no parecía creer que yo sería capaz de hacer algo así porque soltó un gemido de sorpresa cuando cayó hacia atrás chocando contra la biblioteca y varios libros cayeron sobre él, lo había tomado completamente desprevenido.

¡Yes! uno menos.

Faltaba el otro sujeto, me voltee a enfrentarme al enorme hombre que estaba en la puerta, pero solo sentí el duro golpe del arma contra mi cabeza, todo mi cuerpo reaccionó a su acción y caí al suelo en un ruido seco, mierda, me había dejado completamente aturdida, intenté mantenerme consiente y levantarme, pero mi vista se nubló cuando me dio otro cachazo fuerte y perdí el conocimiento.   

Algo me estaba moviendo todo el cuerpo, entreabrí los ojos sintiendo un fuerte dolor en toda mi cabeza y los recuerdos de mi habitación se aglomeraron en mi mente, ¿Dónde estaba?

Abrí los ojos intentando enfocar mi vista y podía ver que estaba en la parte de atrás de un carro, mis brazos estaban atados a mis espaldas y mis piernas también a la altura de los tobillos en un fuerte amarre. Maldición, estaba secuestrada. Escuché a alguien gimoteando, miré a mi alrededor y noté que había una pequeña chica en una esquina, sus piernas y brazos estaban atados.

No fue hasta que alzó un poco la cabeza que noté que era Cheila.

—Mierda... —susurré echando mi cabeza hacia atrás y dejando que la "a" se estirara como una queja hasta que quedé sin respiración.

Esto no podía traer nada bueno.

Probablemente íbamos a morir, de eso estaba segura, pero eran los riesgos que decidí tomar cuando me anexé al plan para descubrir el juego oscuro. Cheila volteó hacia mí, sus diminutos ojos irritados pareciendo completamente desolados.

—Lo siento —sollozó cheila—, cuando vi a Adams le conté todo, tenía miedo que me hiciera daño, creí que me dejaría ir pero fue peor... yo... fui demasiado estúpida.

Mi cara debía de ser todo un poema.

La muy idiota le había contado todo a Adams, cerré los ojos por un momento, sabía que no debíamos involucrarla como parte del plan, maldición, Evans nunca me escuchaba, Cheila la había cagado hasta el fondo.

—No Cheila, no fuiste estúpida —refuté—, eres estúpida.

Observé como abrió la boca pareciendo ofendida, pero no había otra palabra para describirla, siempre me cayó mal y ahora me caía peor. Cheila pareció querer decir algo para defenderse cuando de repente el auto frenó.  Contuve el aliento, Cheila parecía a punto de desmayarse, no sabíamos qué pasaría ahora, guardamos silencio por unos segundos, podía escuchar el golpe seco de las puertas principales del auto al cerrarse y zapatos crujir contra la tierra a medida que los secuestradores caminaban alrededor.

Recuerda que eres Karol Casper, puedes con esto.

Fui entrenada para cosas así, debía guardar la calma. Me preparé para atacar o escapar si tenía la oportunidad, pero cuando abrieron la puerta de atrás, aparecieron dos enormes hombres mostrándonos sus dos enormes metralletas.

Bien, si no quería acabar completamente llena de hoyos y desangrándome, debía hacer lo que ellos decían.

Maldición.

—¿Dónde estamos? —murmuró Cheila, como si ellos fueran a responder con amabilidad un: "Solo era broma chicas, pueden irse".

Maldición, estaba tan enojada con Cheila.

El enorme hombre de tez blanca sacó una navaja y se acercó a ella, creí que la apuñalaría y sentí la impotencia de no poder defenderla, después de todo, ella no tenía completamente la culpa de haberse metido con Adams, pero en cambio el hombre solo le rasgó las cuerdas de los pies para liberárselos y seguidamente la agarró del brazo sin mucha delicadeza para bajarla del auto obligadamente y que comenzara a caminar.

En cambio a mí, el otro sujeto moreno me colocó una cinta adhesiva en la boca y con un brazo me cargó montándome sobre su hombro, lo admitía, me sentía alagada de que me tuvieran miedo de que desatándome los pies pudiera escapar, era lo que pretendía hacer, ellos parecían haberme leído la mente.

Nos llevaron a un sitio que parecía estar en los suburbios, intenté ver todo a mí alrededor pero apenas distinguía árboles, cuando de súbito todo se volvió oscuro y supe que habíamos entrado a un local, había una luz tenue alrededor roja y una música clásica que sonaba apenas como un murmullo lejano.

Olía a néctar de fresas o frambuesas era un olor embriagante, logré ver un amplio sitio donde habían algunas sillas y mesas antes de que nos metieran a lo que parecía ser un deposito, esto parecía ser un bar, a pesar de que nunca había estado aquí, tenía un raro presentimiento de haber estado aquí, ¿acaso aquí era el lugar donde me habían secuestrado cuando era niña? Era imposible... ¿o no?

Me lanzaron a un costado cuando por fin llegamos a donde ellos querían dejarnos, tosí un poco, la cinta sobre mi boca ya comenzaba a molestarme, alrededor había un fuerte olor a desinfectante y cajas viejas, pestañe varias veces acostumbrándome a la clara luz alrededor, y aguanté una exclamación cuando noté que había una enorme cama en medio, arriba habían una especie de accesorios que parecían de tortura medieval.

Lo reconocía.

Los videos de Adams tenían ese mismo ambiente alrededor.

Entonces fue cuando todo en mi mente comenzó a construir el plan que ellos tenían con nosotras, iban a hacernos actuar para la cámara y posiblemente nos asesinarían.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top