Capitulo 6:"Descuido"
- ¡Hoy lo pasé tan bien! -dijo Mana con una gran sonrisa, abrazando a Hasani de atrás, mientras el cabalgaba en el caballo.
- Estoy más que de acuerdo -sonrió mirándola sobre su hombro.- Habría que ir más de seguido -propuso.
- ¡Si!
Atem solamente rodó los ojos. Si había algo que lo había irritado todo el dia fue la actitud de ellos dos. Estuvieron todo el maldito día riéndose, compartiendo risas, palabras, anécdotas...
Dio un suspiro pesado, agradeciendo internamente al ver la gran puerta que lo separaba del palacio.
(...)
La noche había caído sobre Egipto, provocando que se sienta más fresco.
El viento golpeaba el pelo de Mana que estaba en el jardín, sentada en la fuente. Entrecerro los ojos y toco el agua con la yema de sus dedos, moviendo un poco la flor de loto.
Un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Por instinto se levantó y se puso en guardia. Se confundió al ver a su compañero.
- Hasani.
- Soy yo, no te asustes -se acercó a ella.- ¿Que hacías?
- Oh, nada -se sentó de vuelta. El rubio también se sento al lado de ella.- Solo estaba pensando.
- ¿Y en qué pensabas?....
- No se... -sus ojos se llenaron de melancolía.- Últimamente me siento muy rara... -se frotó la cara.- No me siento bien...
- Ya veo -la miró con preocupación.- ¿Querés que te de algo para tomar?
- No es necesario -le sonrió.
- Espérame acá -le dijo. Se levantó y se fue corriendo.
Mana se sorprendió.- "No estoy entendiendo nada... En todo el día me sentí vacía..." -frunció el ceño.- "Como si no fuera yo..." -se miró en el agua.
- ¡Ya llegué! -Hasani se acercó rápidamente hacia la aprendiz y le extendió un vaso con agua. Lo aceptó y el le dio palmaditas en la espalda.- Tomalo...
Asintió y empezó a beber.
Una sonrisa apareció en el rostro de Hasani.
El vaso se cayó al suelo, provocando un ruido. Mana se agarró el rostro y empezó a respirar con dificultad. Sus mejillas se pusieron coloradas y la transpiración llenaba su rostro. Comenzó a temblar.
- ¿Q-que?... -su pecho subía y bajaba rápidamente. La vista se volvió nublosa. Sus ojos de empezaron a cerrar.- A-Atem...
- Muy bien Mana... -murmuró cuando cayó ante sus brazos. Le corrió el pelo que cubría su rostro, detrás de su oreja.- Eres hermosa... -con su dedo recorrió su rostro.- Y ahora, cuando todo termine serás mi clamada esposa... Mi reina...
(...)
Se levantó rápidamente de su trono, respirando con dificultad y agarrándose el pecho. Los guardias se pusieron alertas, principalmente Mahad, Seth e Isis.
Se apoyó en su trono y bajó la cabeza.
"¿Q-Que fue esa sensación?..." -se preguntó apretando más la tela blanca a la altura de su pecho.
- ¿Te encuentras bien mi Faraón? -preguntó Mahad acercándose junto a Seth e Isis.
- Si... -dijo incorporándose.- Solo que... -fruncio el ceño.- Olvidenlo.
- ¿Seguro que se encuentra bien? -se preocupó Isis.
Asintió con una sonrisa.- No es nada -se sentó de vuelta y suspiró, sintiéndose más relajado.- "Eso fue raro"
- ¿Que le habrá pasado? -dijo Seth.
Antes de que el poderoso mago respondiera, la puerta se abrió mostrando a un guardia.
- ¡¿Como te atreves a abrir así las puertas delante del Faraón?! -gritó Seth caminando hacia el.
- P-pero...
- ¡Silencio! Es una gran falta de respeto lo que a hecho.
- Espera Seth -Atem se levantó.- Dejalo hablar -el nombrado asintió.- ¿Que pasó?
- L-la... -se puso nervioso. Atem levantó una ceja.- ¡La alumna del poderoso Mahad a quedado inconsciente! -confeso todo nervioso.- ¡No despierta!
- ¡¿QUE?! -Mahad rápidamente se fue corriendo junto a Isis, perdiéndose en los pasillos.- ¡MANA!
Atem se quedó paralizado.
- ¿Faraón?...
Y ahi, mandó todo a la mierda.
- ¡MANA!
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