Lunes, 5.09 A.M

Walter Applegate se levanta de la cama para iniciar otro dia de trabajo como cualquier otro.

Se despide de su esposa con un beso en la frente y verifica que sus dos hijos, Peter y Carrie Ann, estuviesen en sus camas. Luego de eso, va a la cocina a servirse un café.

Toma su bebida caliente con suma tranquilidad mientras vuelve a leer la carta que su hermana, Caroline Applegate, le ha enviado el dia de ayer. Walter se pregunta que puede hacer él al respecto, pero el sonido de su teléfono le indica que ya es hora de ir a su trabajo.

Baja las escaleras del 3 piso hasta llegar al estacionamiento subterráneo. Saca las llaves de su Camaro color gris perla, sube al vehículo y parte hacia la central.

El trayecto que consta de treinta minutos y medio, duró mucho más para Walter por un accidente de tráfico que ocurrió una cuadra antes de llegar a su trabajo.

Luego de un rato, entra a la central, saluda a la secretaria Kennedy y sube al ascensor, donde uno de sus compañeros lo esperaba.

-Buen día, Walter. -dijo el hombre canoso de cuarenta años.

-Buen día, Jeff. -contesta Walter.- ¿Cómo te fue con la familia Houston en Arizona?

-Resultó que el ladrón de su huerto no era nada más, ni nada menos, que su propio perro. Un Gran Danés de apenas seis meses.

-Que pérdida de tiempo. -dice Walter mientras se arregla su corbata.

-No lo creo. Tuve la oportunidad de probar la tarta de manzana de la señora Houston. -el ascensor se detuvo en el piso número ocho y ambos hombres se dirigen a sus puestos de trabajo.

Así es un día de trabajo para Walter Applegate, uno de los detectives del FBI más reconocidos de Nueva York. Pero lo que Walter no sabe, es que su próximo caso, podría ser el último de su carrera. Incluso de su vida.

-Applegate. -lo llama su jefe, el señor Kingston. Walter se levanta de su asiento y se dirige a la oficina.

-Supongo que estás enterado sobre los misteriosos sucesos que han sucedido en un pueblito de Colorado. -dijo el señor Kingston una vez que los dos se encontraban frente a frente.

-Así es. Mi hermana me ha enviado una carta sobre aquel tema. -afirma Walter.

-Aquel pueblo, Canyon Village, no cuenta con los adelantos tecnológicos necesarios para entregarnos información más específica: ni teléfono, ni fax. -el jefe de Walter junta sus manos sobre el escritorio de madera- Pero un fotógrafo aficionado ha enviado unas cuantas fotografías al FBI de Colorado, que quizás puedan interesarte.

El señor Kingston comienza a colocar tres fotografías frente a Walter, quien se acerca más a ellas para poder distinguir su contenido.

-¿Qué tienen que ver estas fotografías conmigo? -dijo mientras examinaba cada detalle de las imágenes.

-Quiero que me describas que hay en cada fotografía.

-Bueno, la primera fotografía ha sido tomada en medio de un camino, está oscuro y hay unas edificaciones algo antiguas a los costados, que supongo son partes de Canyon Village. En la segunda fotografía, tomada del mismo ángulo que la anterior, se ve él mismo paisaje pero hay una especie de niebla muy poco densa.

-¿Y qué ves en la tercera fotografía? -dice el señor Kingston.

-La tercera fotografía ha sido tomada desde la fachada de uno de los edificios. Se ve a un grupo de personas bajas, mejor dicho niños, que caminan en dirección hacia donde estaba la niebla.

-¿Reconoces a alguien en esa fotografía?

Walter acerca la tercera fotografía hacia su rostro.

-Mi sobrina Hannah, de once años, está entre los niños.

-Por eso te he llamado. Eres el mejor detective del FBI, Walter. Además, tienes más conocimiento acerca de esa zona, pues como has dicho, tu hermana te ha enviado información desde allá. Lo único que debes hacer ahora es aceptar el caso.

Walter se queda pensativo por unos momentos.

-¿Qué dices Walter?

-Cuente conmigo, señor -afirmó mientras guardaba las fotografías en su portafolios.

-Perfecto. Tu vuelo sale este miércoles a las ocho de la mañana en punto. Luego de llegar al aeropuerto, tomarás un tren que te dejará cerca de Canyon Village. Al llegar allá, has lo que tengas que hacer.

- Si, señor.

Antes de salir de la oficina, el señor Kingston detuvo a Walter.

-Confío en que podrás resolver esto, Applegate. No me falles.

Ese día, Walter Applegate regresó a su hogar, con la sensación de que algo extraño y misterioso le esperaría en Canyon Village.

Y esa sensación, le fascina.

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Me demoré pero aquí está el primer capitulo.

Espero les haya gustado.

Chau chau :D