"Esto tiene que ser una pesadilla"

Me encontraba caminando entre ambos hermanos y cada paso que daba, más notaba como mi corazón latía con rapidez y no podía pensar con claridad.

-No entiendo por que queréis llevarme al bosque- dije intentando no sonar asustada.

Al escuchar eso, la chica comenzó a reírse con suavidad.

-Porque tú has sido capaz de ver algo que no deberías haber visto- contestó.

"El castillo"

-Y ahora te traemos aquí para averiguar como ha sido posible tal proeza- añadió el chico.

-Vamos, Connor- llamó la chica aún sonriendo-. No la asustes antes de tiempo, ya tendremos tiempo de sobra para que esta don nadie nos lo explique con todo lujo de detalles.

Juro que no estaba tan muerta de miedo hasta ese momento, estos dos eran capaces de hacerme cualquier tipo de tortura para conseguir algo que ni yo misma podía explicar.

-A ver, chicos- comencé alejándome poco a poco de ambos-. Si queréis saber el motivo por el que he podido ver el castillo, no sé como explicarlo, simplemente lo puedo ver y ya está.

"Dios, ¿por qué no tendré la boca cerrada?"

Ninguno de los dos hermanos me dijo nada, sino que empezaron a acecharme como si fueran dos leones y yo una pequeña gacela herida.

-¿Pero qué demonios hace él aquí?- gritó de repente Connor alejándose asustado.

Dirigí mi mirada hacia donde estaban mirando los hermanos y resultó que lo que les había aterrado tanto era Garreth.

"¿Le tienen miedo al gato?"

-Mina, ¿qué hacemos?- preguntó Connor a su hermana a medida que Garreth se iba acercando a ellos a la vez que comenzaba a bufarlos.

-No lo sé, hermano- contestó la chica igual de asustada.

Entonces, sin pensármelo dos veces, salí corriendo para alejarme todo lo posible de los hermanos y de Garreth adentrándome en el bosque.

Corrí tanto como mis piernas me lo permitieron y por suerte o por desgracia volví a encontrar el castillo, el cual se podía ver con claridad.

"Espero que Garreth esté bien"

Llegué hasta la verja del castillo creyendo que estaba cerrada, pero en cuanto me asomé a ella, esta se abrió por arte de magia y entré sin dudarlo.

En ese momento, vi una luz roja en el bosque y temí que Garreth estuviera en peligro.

Pasaron unos segundos hasta que vi a mi amigo felino acercándose.

-¡Garreth!- exclamé alegre viendo que a mi gato no le había ocurrido nada malo.

Me agaché y lo abracé con cariño y se notaba que él también estaba feliz de verme, pues no paraba de lamerme la cara provocándome cosquillas.

-Yo también me alegro de verte- dije riendo-. Gracias por ayudarme con esos dos pirados.

MIAU

Estaba tan contenta que tardé unos segundos en percatarme de donde estaba y cuando lo hice pude fijarme mejor en el tipo de castillo en el que nos encontrábamos.

De frente podía verse que el muro debía de medir unos 10 metros, había dos torres en los extremos un poco más altas que el propio muro y ante nosotros había una puerta cerrada hecha de madera.

Miré a Garreth como si esperara a que me dijera algo, pero él solo se me quedaba mirando, por lo que al final me dirigí hacia la entrada en la cual había una aldaba en forma de ave y antes si quiera de agarrarla para llamar, la puerta se abrió lo suficiente para permitir que tanto Garreth como yo entrásemos en el lugar.

No podía evitar reconocer que todo esto estaba empezando a ponerme nerviosa: un castillo invisible, unos hermanos locos, un gato misterioso que aparece cuando menos lo espero y la luz roja del bosque.

"Esto solo debe ser cosa de magia"

Toda mi vida había deseado que existiera la magia y ahora veo que sí que existe.