-Que historia más triste- susurré tras terminar de leer la última página del libro.

Desde que tengo uso de razón, he sido perfectamente consciente que no todas las historias que leemos tienen finales felices, pero lo cierto es que, independientemente de su final, son pocas las que consiguen que se queden grabadas en nuestro corazón y debo confesar que esta es una de ellas.

-Muire- llamé al fuego fatuo-. ¿Sabes por casualidad si el alma de la princesa Aíne sigue en el castillo?

Afirmó.

-Entonces...como yo soy la única persona que ha sido capaz de ver el castillo, significa que debo encontrarla, ¿no?

Volvió a afirmar.

-Y si encuentro su alma, ¿tendré que enfrentarme a los hermanos Warnes con una magia que ni yo misma sabía que tenía?

Al ver que se quedaba quieta, me percaté de que también era una afirmación.

Así que, en menos de una hora, acababa de descubrir que dos hermanos adolescentes eran en realidad dos esbirros de un rey duende que no dudarían en usar su magia para hacerme daño y también a mi familia y para colmo de males, yo era la única que podía romper la maldición del castillo.

MIAU

Bajé la mirada y vi como Garreth colocaba una de sus patas encima de mi rodilla como si quisiera infundirme ánimos al igual que Muire, quien había comenzado a frotarse contra mi hombro.

"Ahora sé que vosotros me ayudaréis"

-Será mejor que vaya volviendo a casa antes de que mamá y papá decidan castigarme sin salir.

Entonces, Muire se dirigió al centro de la sala para luego irse hacia la puerta, por lo que deduje que lo que quería era mostrarme otra forma de salir del castillo sin que tuviese que pasar por la puerta principal.

Coloqué el libro en su sitio y tras comprobar que Garreth me seguía, fuimos detrás de Muire.

Nos condujo hacia las mazmorras, las cuales eran húmedas, frías y olían un tanto a moho y vi que tras y puerta que, por suerte se encontraba abierta, había un pasadizo que nos llevó hasta una pequeña que, tras abrirla y dejar que Muire y Garreth salieran primero, pude ver que no sólo estábamos fuera del castillo, sino que justo enfrente de nosotros había un pequeño sendero que, tras unos minutos recorriéndolo, nos llevaba directamente al pueblo.

Seguí andando un poco más con Garreth a mi lado y con Muire camuflándose entre las farolas hasta que divisé la parte trasera del pub.

"Si sigo ese sendero, podré llegar al castillo más rápidamente"

De repente, Muire comenzó a parpadear.

-¿Es que quieres quedarte fuera?

Afirmó muy convencida.

Me preocupaba mucho que mi nueva amiga se pusiera en peligro si se quedaba fuera, pero también es verdad que si había podido sobrevivir sin mí  hasta ese momento, no creo que tuviese problemas si no entraba en casa.

Muire empezó a moverse de arriba a abajo para confirmarme que estaría bien por lo que, tras despedirme de ella , Garreth y yo nos dispusimos a entrar por la entrada de atrás.

-¿Enola?- escuché la voz de papá.

-Ya he llegado.

Salí de la despensa y una vez llegué a hasta donde me estaba llamando y me en cuanto le tuve de frente, me percaté de que estaba un poco enfadado.

-¿No te había dicho mamá que no quería que volvieras tarde?

-Sí, ya lo sé. Es que me encontré con Grant y...

-Ah, ya...no te preocupes- contestó a la vez que relajaba su enfado.

Nunca me gustó mentir, y mucho menos involucrar a otras personas en mis mentiras, pero no me quedaba otra porque si no lo hacía me prohibirían salir de casa.

Ahora si, en cuanto vea a Grant le invitaré a todas las rondas que quiera si me guarda el secreto.

-Me voy a dormir ya, ¿mamá está despierta?

-No, se acostó hace unos minutos y ya sabes que en el momento en el que se queda dormida no hay quien la despierte.

Me reí y le di las buenas noches antes de subir a mi habitación con Garreth pisándome los talones.

"Ahora espero que papá no se tope con Grant y me descubra"