Capítulo 8: Son Cazadores

Baje de la motocicleta para esperar a darle el casco a Caden, su cabello se encontraba tan alborotado que tuve que pensar si acercarme a él y arreglárselo pero a veces tenía miedo que sucediera como en las películas o en los libros; que mientras yo intentara hacer una acción agradable con él, me la terminaría rechazando tomándome de la mano para luego alejarme de él. Y es que no sé cuándo se encuentra de buen humor para poder hacer alguna cosa ante él.

Agradecía que el suéter y la bufanda me hayan cubierto en el camino porque si estaba haciendo frío, nos tardamos 3 horas en llegar a casar y aunque ya es pasada de la media noche, no sé porque me sentía segura al estar al lado de Caden; apenas el guardia de seguridad del edificio es quien se mantiene vigilando la zona y aunque ya no nos mire, me imagino que al principio no se esperó que Caden y yo, llegáramos juntos y aunque la impresión fuera tan grande, el señor de mediana edad, no se imaginaba cual había sido mi cara cuando Caden me lo propuso a mí.

Le di su casco cuando dejo la motocicleta y se dirigió adentro del edificio, pero antes de caminar, me hizo una señal para que fuera la primera en entrar para él seguirme el paso, así que mientras seguimos caminando juntos a lo largo de cada piso y pasillo de los apartamentos, no llegamos a comentar ni una palabra, quizás es por la razón en que siempre que comentamos algo termina por ser una pelea segura y es mejor mantenernos callados antes de que eso suceda y lleguemos a darle un disgusto a los vecinos.

Cuando llegamos a nuestro piso, cada quien saco la llave de su apartamento para posicionarse también en su debida puerta y antes de que cada quien entrara a su hogar, deje ir un suspiro para mirar a Caden quien aún estaba descifrando cual es la llave de todas las que tiene en su llavero para poder adentrarla en el pomo de la puerta y así entrar a su territorio.

—Gracias Caden—dejo de buscar la llave para verme.

Sus ojos celestes se desviaron para seguir buscando entre todas las llaves, la correcta. No dijo ni una sola palabra, se mantuvo callado como si quisiera evadir mi agradecimiento y la conversación pero ya es normal de él que se mantenga en esa postura cuando yo intento ser amable.

—Puedo hacerte una pregunta—bufo ante mi insistencia de hablar con él.

—Habla. —Retiro la llave que se encontraba colgada en el pomo.

— ¿Cómo sabías el nombre del lobo blanco?—su frente se arrugo.

Como si le hubiera hecho la pregunta del año, no me llegó a contestar rápido, simplemente se limitó a pensar y analizar cuando yo estoy perdiendo la paciencia al no ver que me da una respuesta.

—Hace un tiempo perdí un lobo, pensé que era mi perro, por eso lo llame creyendo que me obedecería—aunque se mantuviera serio, mi mente me decía que no decía la verdad.

Al ver que no decía otra palabra, siguió intentando abrir la puerta con todas las llaves pero al parecer ninguna de ellas era, esto hizo que se molestara y viera como las venas de su mano empezaban a resaltarse.

Me acerque a él e imaginándome que el problema es que la puerta se ha estancado, hice el truco que siempre hacia cuando mi puerta le sucedía lo mismo. Así que poniéndole la mano en frente para que me diera el manojo de llaves, empecé a buscar la llave de la puerta de su apartamento. Él me índico cual es para luego agarrar fuerte el pomo hacia delante para insertar la llave en perilla y darle un giro hasta escuchar un crujido y luego darle un golpe hacia adelante haciendo que se abriera.

—Haz eso cuando no puedas abrir la puerta—le recomendé para regresarle las llaves.

—Gracias Gemma—me agradeció de improvisto.

—De nada, Caden—le sonreí para caminar a mi apartamento.

Regrese a mi apartamento para después irme quitando la ropa y ponerme una cómoda, necesitaba descansar antes de trabajar por la noche. Lo peor de todo esto es que no sabía nada de los chicos y aunque les mandará un mensaje o les llamará no me terminarían por contestar. Pero valía la pena intentarlo, así que con un mensaje a Justin y Elaine, me a recosté en la cama y me envolví con la sábana para empezar a dormir y a soñar.

***

—Todo saldrá bien, mi pequeña.

***

—Nuestra reina lunar la bendecirá con su manto de luz.

***

— ¡Corre! ¡No mires hacia atrás!

***

—Será nuestro secreto.

***

Abrí los ojos y salte de la cama al ver que de nuevo había tenido una nueva pesadilla, me toque el pecho y podía sentir como mi corazón se encontraba agitado y mi frente tiene unas gotas de sudor.

Con ese tipo de sueños que jamás he podido descifrar cada vez me están volviendo loca como también siento una frustración al no saber la razón por la cual lo sueño, es difícil sentir que soy parte de esos momentos en los cuales solo visualizo personas desconocidas, la luna llena, un enorme incendio y luego la oscuridad con un sonido tan dulce que hace que me siente segura.

No puedo vivir de esta manera y aunque quiera encajar esas piezas de un rompecabezas abstracto, al final termino por rendirme. Este tipo de sueños los he tenido desde que soy una niña y a pesar que mis padres me han dicho que solo son sueños y no otra cosa, me hacen sentirme insegura.

Me levanto de la cama para darme una ducha cuando escucho que tocan mi puerta, eso hace que tenga que desviar mi camino para ir a abrir la puerta y encontrarme con Elaine y Molly quienes parecen estar mejor que yo como si su borrachera del día anterior no les haya terminado por afectar.

Las dejo entrar para luego ver como tienen unas bolsas blancas en sus manos las cuales dejan en la mesa para después ver como Elaine camina hasta mí mientras le da un empujón a la puerta para que se cierre y empecé a hablar.

— ¡Eres una mala amiga!—chilló— ¡Nos dejas solos y te vas con Caden!—Puso sus manos en su cintura— ¡Mira que en vez de contarnos qué tal te fue con él solo nos envías un mensaje para asegurarte que estemos bien!—Entonaba una voz molesta que no le daba.

—Fue una escapada de...— ¿Amigos? No, Caden y yo ni siquiera somos eso. —Conocidos. —Concluí la oración.

—No me vengas con tonterías—me riñó— ¡Yo vi con este par de ojos como te montabas en su motocicleta feliz!—reí ante su dramatismo.

—Feliz porque me saco de un terrible lugar donde ahora mismo estuviera con una jaqueca y vomitando en el inodoro—le quite esa ilusión que empezaba a crearse.

— ¿Entonces no tuvieron nada?—Pregunto la inocente de Molly.

—No. Una salida normal y ya. Regresamos a las dos de la mañana a Portland—les comente.

— ¿Ni abrazos, ni besos?—negué ante la pregunta de Elaine.

—Nada, te dije que solo somos conocidos. —les aclare a ambas.

—Y nosotras que a celebrar veníamos—anunció Molly dejándome asombrada.

—Exageradas, en una noche no sucederá nada con un chico que nos llevamos como gato y perro—fui hasta la mesa para ver que tienen las bolsas.

—No exageramos, simplemente Caden es buen partido para ti—gruñí ante lo que decía Elaine.

—No me importa si tú dices que Adrién y tú se complementan pero Caden y yo haremos explotar al mundo—agarre una lata de soda que ellas traen.

Y es que es verdad, no hay algún momento en que no discutamos o intentemos pelear, es como si en cada tema que habláramos hubiera una excusa para que uno de los dos terminara por discutir y aunque mi plan no es terminar por volver a pelear con mi vecino, Caden me provoca y más por su irritable sonrisa.

Fuera más fácil sí entre él y yo hubiera una buena comunicación y fuéramos como unos buenos vecinos que aunque no se vean a menudo, tratan de llevarse bien pero debe de ser sincera y es que Caden me quita hasta el último suspiro de aire solo para intentar derrotarlo con su horrible actitud de seguridad y conformidad de tener siempre la razón.

Abrí la lata de soda para empezar a tomar un poco de ella, a pesar que es aún muy de mañana y el cuerpo necesita tomar otra cosa que no sea soda, al final termine por beber la mitad del líquido de la lata para luego caminar a la cocina, tengo un poco de hambre que si no desayuno es posible que termine por desmayarme; así que mientras me preparaba unos pancakes de chocolate, las chicas seguían preguntándome sobre mi noche a solas con Caden.

Desde luego, no sé porque a ellas les interesaba tanto cuando en realidad no había mucho porque decir, ya que solo fue una salida entre conocidos en donde Caden me compró unos nachos y un café, me llevó en su motocicleta y vimos un lobo que extrañamente solo él lo reconoció.

— ¿Por qué no jugamos a la botella?—quiso darle un ambiente emocional a la conversación Elaine.

— ¿A plena mañana?—murmuré.

—No seas aguafiestas, Gemma—me reprendió Elaine.

—Está bien. —Puse los ojos en blanco.

Algo tramaba Elaine para que jugáramos a la botella y digo esto porque la conozco y sé que cuando ella quiere saber algo de alguien, lo hace jugar por obligación a este juego que si al final uno se niega, ella le termina a uno insistiendo tanto que estaría a punto de ponerle un tape en la boca para que se callara.

Nos sentamos en un semi—circulo ya que solo somos tres mientras Elaine dejaba en el centro una botella de agua, antes de que yo llegara a poner condiciones en el juego, ella ya le había dado vuelta a la botella haciendo que a la primera que le tocara verdad o reto, fuera ¡yo!

— ¡Suertuda amiga!—Aplaudió Elaine.

—Verdad. —Dije de una vez.

—Oh no, siempre te gusta elegir verdad en vez de reto—gruñó molesta.

— ¿Qué tiene de malo?—enarque la ceja.

—Eres aburrida. Elije reto por una vez en tu vida. —Bufe desesperada. —Bien. Si elijes verdad responde a mi pregunta.

Que no sea nada de Caden, que no sea nada de Caden, por favor, que no se le ocurra mencionarlo...

— ¿Te gusta Caden?—Achine mis ojos.

—No te contestare eso. —Dije rápido.

—Entonces no vale tu juego. Sino dices la verdad, te tocara reto—cruzo los brazos.

— ¿Cuál es el reto? Veo que quieres jugar con mi paciencia—Molly apenas nos miraba mientras guardaba silencio.

—Invita a Caden a salir. —Mis ojos casi se salen de su lugar al escuchar eso.

— ¡Ni loca!—pronuncié.

Lo que menos haría en esta vida es salir con Caden Dankworth. Ya demasiado tengo que aguantarlo como vecino para que ahora venga Elaine y me imponga una tontería de juego donde la tengo que cumplir solo para complacerla... Eso sí que no.

— ¿Qué te cuesta preguntarle?—eleve mi ceja.

— ¡Mucho Elaine! ¡Odio a Caden! Y él tiene una amante ¿por qué yo debería ser su segundo plato en la mesa?—dije con testarudez.

—Esa chica no es un estorbo ante ti Gemma—si la conociera dijera lo contrario—, vamos, hazlo. Si no cumples el reto juro por mi vida que te obligare a hacer otra cosa que no quieras—abrí mi boca asombrada.

—No te atreverías—sé que se refiere a probar las comidas exóticas de China.

—Ya veremos.

Estuve a punto de maldecirle si no me hubiera levantado del suelo y tomara camino en la puerta para salir y terminar por estar frente a la puerta de Caden.

¡Te asesinare de nuevo Elaine!

Toque la puerta de Caden mientras sentía como mis manos sudaban, mis piernas temblaban y mi corazón latía agitado. No sé porque al final acepte el reto de las chicas solo para venir a sufrir un tormento en mi cabeza para decirle a Caden si quiere salir un día conmigo cuando él debería hacer eso por mí; peor que invitarlo a él es casi como quedar humillada porque conociéndolo solo falta que al escuchar mis palabras se ría en mi cara, me diga una de sus ironías y me termine por cerrar la puerta en mi cara y yo no estoy dispuesta a que mi día comience de esa manera solo porque acepte jugar el tonto juego de la botella sin pensar que si elegía reto terminarían las chicas por ponerme algún reto como este.

Me mordí el labio y escuche unos pasos hasta que el pomo de la puerta se movía hasta dejarme ver a una Zöe con un rostro de asco y molestia, mientras se encontraba con un vestido pequeño, los labios hinchados y de color rojo y con el cabello alborotado.

Si yo estuviera en sus condiciones, estoy segura que me viera un asco y un desorden pero ella, es todo lo contrario, es como si hasta fuera perfecta viéndose de una manera tan desarreglada y poco formal para una mañana.

Me sentí patéticamente una idiota que estuve a punto de correr si mis piernas siguieran mis órdenes y no se hubieran quedado petrificadas. Y es ese momento tan incómodo en que quisiera que la tierra me tragara pero no terminaría por suceder; mi nariz intenta inhalar todo el aire posible ante la absurda idea que atraviesa por mi cabeza y me dice que acabo de romper un acto coital entre una pareja de amantes solo por venir a cumplir un reto que ni siquiera debería tomarle importancia teniendo ya veintitrés años y no quince para tenerle miedo a mis amigas por si cometieran una tontería conmigo si no cumplo con mi promesa.

Hubiera sido todo más fácil si Zöe no se encontrara aquí, pero la desgracia es que me acaba de caer un balde de agua helada con cubos de hielo al pensar que Caden ya había terminado con ella; eso me hace pensar que sería una estupidez que yo sea quien lo invite a él a una salida entre... lo que seamos cuando tengo a su novia en frente de mi cara quien parece haber terminado por follar con él.

Agradecía que en esta ocasión mis mejillas no se hayan puesto rojas de la vergüenza sino ya me estuviera delatando de la tontería que estuve a punto de hacer.

— ¿Qué quieres?—gruñó molesta.

Que amabilidad dan estas personas, si Caden siempre ha sido frío con todo el mundo excepto con Adrién, esta chica está peor.

—Busco a Caden—dije casi en un susurro.

¿Por qué le debía de tener miedo a esta mujer? Ni que me fuera a hacer algo. Vamos Gemma, se valiente.

—Él está ocupado—cruzo los brazos con una sonrisa.

No me importase tanto que me dijera una directa si no estuviera haciendo una cara de hipócrita que en un segundo se la pueda quitar dándole un buen golpe en la cara con mi puño pero eso sería muy descortés y desconsiderado de mi parte.

— ¿Piensas qué él puede o quiere salir contigo solo porque tienes un rostro bonito?—achine los ojos—Pues no querida, aquí estoy yo para darle lo que quiere porque contigo no llegará a sentir nada.

Conté hasta mil para no quitarle ahora en serio su sonrisita victoriosa; estaba claro que fui una estúpida por haber venido aquí cuando pensé un poquito que quizás no me iría tan mal como en mi cabeza surgía la negatividad pero ahora que estoy viendo y apreciando las palabras de esta... mujer, era mejor no haber aceptado el reto de las chicas y haber perdido para que ellas me impusieran otra cosa que no tuviese que ver con la palabra Caden.

Me gire sobre mis talones para irme a mi apartamento después de haber sido condenadamente humillada para ser la siguiente en molestarme con Elaine y Molly por lo que me hicieron hacer.

— ¿Gemma?—me detuve a escuchar mi nombre.

En la puerta además de seguir viendo a Zöe, ya se encontraba Caden a su lado, a pesar de tener un rostro de desconcierto por mi llegada, podía ver como no se había tomado aún la molestia de contestarme mal; en vez de eso, espero a que dijera algo pero ya no me importaba que excusa poner solo para terminar largándome de este lugar.

— ¿Necesitas algo?—me hubiera impresionado sus modales pero estoy tan furiosa que ni eso puedo ver de él.

—Tienes correspondencia. Y mañana llega el recibo del agua, tienes que pagarlo tres días de anticipación antes de que llegue el dueño de los apartamentos y te lo haga saber. —Me di la vuelta y me adentre a mi apartamento.

Hubiera querido ver su rostro al decirle eso pero no sabía a qué grado llegaría mi paciencia para no arrancarle los ojos, la sonrisa y el cabello a Zöe. Eso me hace darme cuenta que mi mañana ha empezado a salir mal.

Si no estuviera muy enfadada, hubiera apreciado a un Caden muy guapo por la mañana, porque aunque su camisa se haya pegado a su cuerpo, su cabello se encuentre como el día anterior de desordenado, los músculos de sus brazos se encontraran tensos y casi no me hubiera dado las ganas de pasar mis dedos por ellos y por los pequeños tatuajes, estoy segura que todo sería diferente ahora. Hasta me quejo de cómo sus labios tan definidos, delgados y rosas se veían apetitosos para besarlos...

¿Por qué demonios estoy pensando así de mi vecino cuando solo es otro idiota más?

Entre a mi apartamento, tire la puerta pronto cuando ya me encontraba sola. Respiraba de manera agitada como si me faltara el aire pero en realidad, estaba tratando de haber ejercicios de respiración para no explotar donde antes de escuchar la voz de Elaine, me acerque de nuevo a ellas y con voz derrotada dije lo que menos pensaba decir esta mañana.

—Tú ganas. Comeré cucarachas y carne de ratón.

(...)

Me encontraba en la ventaba de mi apartamento mirando el cielo del atardecer mientras tomaba mi té y me disponía a tratar de escribir o leer un poco; pero como mi mente seguía vagando por el reto que Elaine me impuso, las palabras de Zöe y mi plena humillación que quedara gravada en mi vida, todo eso hizo que no me llegara a concentrar en mis cosas hasta llegar al punto de quemarme la lengua con el té.

Antes de poder mirar otra cosa que no fuera edificios y personas, observe un pequeño punto conocido y por supuesto que estaría a punto de salir.

Me quede viendo como Caden parecía ir a un lugar poco fuera de lo común de su vida, ya que al llevar unos tennis, unos pantalones y una camisa negra, hizo que lo mirara algo sospechoso y eso sin decir que en los bolsillos de su chaqueta de cuero, dejo entrar un objeto que no reconocí.

Es extraño tener que ver de manera sospechosa a Caden, pero últimamente se ha comportado tan diferente que siempre me hace dudar de su comportamiento. Y como sé que mi mente no sé quedará tranquila, no me tarde mucho para ser la siguiente en cambiarme de ropa y bajar al portón principal del edificio, en donde al escuchar como encendía su motocicleta y pronto se marchaba, busque un taxi para que lo siguiera y así llegará a descubrir hacia donde va.

A los segundos con la ayuda del vigilante del edificio, tome un taxi y le di las indicaciones de que siguiera a Caden por todo el camino, no me sentía segura que si ir detrás de él fuera buena idea y más porque en realidad no sé hacia dónde va o en pocas palabras, tampoco tengo mucho dinero por si el costo del viaje llega a ser algo, lo único que puedo asegurar es que en algún momento Caden se va a dar cuenta que el taxi lo está siguiendo y quizás intente huir con la primera idea que pueda atravesarle en la cabeza; otro problema que encuentro es que siempre él corre junto con su motocicleta y aunque no quiera verle el conflicto, parece que el señor conductor se toma la más mínima paciencia para no pasarse de las leyes de tránsito y ser multado.

No despego mi mirada de la ventana delantera del taxi y veo como el sigue su camino mientras sube un poco más la velocidad de la carretera hasta que me doy cuenta cómo es que empieza a buscar algo a sus laterales cuando pensé que intentaba mirar a través del taxi, la persona que va persiguiendo su camino.

Sin esperármelo doblo y entro en el bosque sin importar que su motocicleta no estuviera preparada para las condiciones montañosas, ni siquiera pude seguirlo viendo porque su cuerpo y su motocicleta fueron desapareciendo poco a poco hasta ya no verse, eso me dejo con tantas dudas al pensar porque había tomado ese camino pero tenía dos opciones, ser la siguiente en tratar al bosque y perderme como una loca al haber caído en la trampa de despistaje de Caden o encontrarlo y enfrentarlo diciendo que le sucedía para que ahora tomara ese camino oscuro que cada vez es acogido por la noche.

Hice que el taxi se detuviera y cuando le pague unos cuarenta dólares por el viaje, termine por bajarme pero antes el mismo conductor me advirtió que dejara de seguir a Caden, pero como yo no obedezco y rara vez sigo consejos; ignore la preocupación de aquel buen hombre para cruzar la calle y seguir las marcas de la motocicleta de Caden que se encontraban por el camino que tomo para adentrarse al bosque.

Respire hondo y comencé a correr lo más rápido que podía y aunque no pasara desapercibida aquellas ramas de árboles que casi me golpean el rostro o de las rocas que me harían caer un par de veces, seguí en la búsqueda de mi vecino extraño y loco.

Lo peor de ello no fue entrar en el bosque y pronto perderme sino sentir ese ambiente tenebroso y frío que este tipo de lugares llegan a tener su efecto por las noches; no quería imaginarme las miles de atrocidades que podían sucederme al encontrarme sola, ya que al no haber pensado mejor un plan de que podía hacer en caso que un asesino apareciera y quisiera asesinarme, esto hace que las cosas se agraven cada vez más.

Odio a Caden, odio mi poca inteligencia y astucia en estos casos y odio pertenecer en un lugar que me deja sin respirar. A pesar que siempre he tenido una extraña sensación de conexión con los bosques, eso no quiera decir que me guste estar en uno sola y sin saber qué camino tomar para salir de aquí. Esto es muy surrealista y lo peor de ello, es que la noche ya se acercó haciendo que no pueda ver donde mis pies caminan.

Bajo el nivel de velocidad con el que corro para mirar por todo mi alrededor; la temperatura empieza a bajar y una extraña neblina aparece cubriendo una parte del bosque, es difícil esta vez distinguir lo que pueda encontrarme en el suelo y aunque apenas la luz de la luna hace que pueda seguir con mi camino; empiezo a escuchar unos pasos que hacen que el pulso de mi respiración se acelere y aunque no quiera usar el típico método de correr como una loca, termino haciéndolo porque en total, no tengo muchos planes para salir de este rollo que yo misma me he adentrado.

Solo sé que entre más corría, terminaba por adentrarme al bosque sin tener una salida, casi es como si terminara caminando en círculos por el hecho de que no podía diferenciar los caminos que he tomado y más porque todo de mi alrededor es árboles, césped, neblina, rocas, ramas y troncos caídos.

Pensé que cuando ya no escuchaba aquellos pasos que parecían acercarse a mí, de nuevo sentí una sensación como si estuviera siendo perseguida de igual manera; me contuve en no moverme para recuperar el aire y así volver a correr antes de ser la presa de un animal salvaje y aunque no creyera que hubiera uno en Oregón además de serpientes y otros mamíferos, al final no me confié después de ver que en Portland se encuentran extrañas criaturas correr por los techos de los locales como también de los lobos que han aparecido últimamente.

Con nerviosismo, antes de volver a correr, doy unos pasos para agarrar velocidad y de nuevo huir pero antes de poder hacerlo, sentí como alguien me atrapaba, me acorralaba a su cuerpo y pronto me cubría la boca con su mano antes de poder gritar; su fuerza y velocidad fue demasiado sorprendente que ya nos encontrábamos detrás de un tronco mientras me sujetaba de los brazos y seguía sin poder quitarme la mano.

Me moví unas cuantas veces para escapar o por lo menos darle un golpe en una parte de su cuerpo pero fue inútil al ver que me seguía sujetando cada vez más fuerte hasta hacerme gemir del dolor.

—Cállate o te escucharan.

Deje de moverme al escuchar la voz ronca y masculina de Caden, parecía ser el siguiente en tener una respiración agitada como también podía escuchar su corazón latir de manera tan acelerada como si hubiera corrido muy rápido o tuviera miedo.

Quise decirle algo pero pronto el sonido de una rama al romperse y unos zapatos pisar una cama de hojas secas hizo que me quedara petrificada en mi lugar; no me movía, no respiraba y empezaba a tener miedo.

Podía maldecir a Caden pero no podía echarle la culpa cuando yo fui la atrevida en haberlo perseguido e ido detrás de él como si fuera su guardaespaldas.

—Ven perrito, perrito. —Se escuchó otra vez luego de un silbido. —Ven aquí, no te escondas, no tengas miedo, no quiero hacerte daño. —Lo decía con una voz melodiosa. — Solo quiero llevarte con mis colegas para que te examinen y ver qué es lo que te hace diferente de los demás lobos. —La última frase la dijo riendo.

No sabía porque pero mi espalda empezó a presionar más el pecho de Caden, él se ha quedado petrificado que apenas puedo escuchar el sonido lento de su respiración. Intento no moverme ni tampoco hacer un ruido con mis pies o que me agarre un ataque de estornudos; porque estoy segura que si me sucede eso, ambos terminaremos en descubierto.

El hombre parecía estar a nuestro alrededor, seguía llamando a un tal perro perdido mientras silbaba y recargaba su escopeta haciendo que hasta escuchara los casquillos al caer en el suelo.

Un disparo hizo que se escuchara haciéndome saltar del miedo mientras que Caden de nuevo me acorralaba en su cuerpo en forma de protección; no me había dado cuenta el grado en que mi cuerpo es demasiado pequeño ante el suyo; parecía como si estuviera siendo envuelta en una sábana aunque en realidad el cuerpo de Caden es quien me brindaba esa seguridad de no salir corriendo para no ser asesinada por un psicópata que solo él sabe lo que busca.

—Caden...—escuche como me hizo callar.

—No digas nada aún. —Hablo muy bajo.

Los pasos parecían acercarse al tronco del árbol caído en donde nos encontrábamos, gire mi cabeza y mi nariz chocó con el pecho de Caden haciendo que llegara a sentir su aroma a hierbas y a tierra; por inercia, lo abrace y pude sentir como él fue el siguiente en hacerlo tanto que hasta su boca se encontraba en el centro de mi cabello. No sabía si lo hacía porque temía que nos sucediera algo y su única posibilidad es resguardarse en mí o simplemente es porque intenta hacer que me calme para no cometer una locura.

De nuevo el sonido de la escopeta al recargarse hizo que cerrará los ojos y me encogiera más entre aquel fornido y enorme cuerpo; no sabía si esta sería mi muerte y lo peor de ello es que moriría en un bosque como suelen aparecer las historias de televisión cuando hay un asesinato o están pasando una película de un homicida.

Sentí como el hombre ya se encontraba detrás de nosotros cuando el sonido de un aullido hizo que Caden y yo nos alertáramos, el hombre dejo ir un gruñido hasta escuchar cómo se iba alejando mediante corría a través de aquella cama de hojas secas.

Cuando ya no sentimos su presencia, Caden me soltó para yo ser la siguiente en separarme de él; nos levantábamos para luego comenzar a sacudir algunas hojas que se han quedado pegadas en nuestros pantalones.

— ¡¿Qué haces aquí?!—escuché su gruñido.

—Eso mismo debería preguntarte a ti—no le conteste su pregunta.

—Si no llego a tiempo, ahora mismo estarías muerta—empezaba a reclamarme.

— ¿Te lo debo de agradecer?—dije con ironía.

—Gemma, hablo en serio. Aquí corres en un gran peligro—intento hacerme reaccionar.

—Pero tú también lo corres—le dije.

Se quedó callado mientras se tocaba la cabeza alterado, de nuevo un aullido se escuchó seguido de otro y otro pero siempre de la misma criatura; Caden no dejo desapercibido aquel sonido que pronto me tomó del brazo e hizo que lo siguiera.

Lo peor de ello no fue haberlo seguido sin importar si me llevaba a la salida o no, el problema de esto fue que empezaba a correr más rápido que yo, que me costaba llegar a su misma velocidad haciendo que casi me soltara de su agarre y posiblemente me cayera en el suelo.

—Caden... Caden... Espera un momento... ¡No puedo correr así de rápido como tú!—proteste al ver que no se detenía.

De un instante a otro, dejamos de correr para yo caer sentada al suelo y empezar a respirar rápido, no sabía cómo él podía haber corrido demasiado rápido sin cansarse o llegar a sacar una gota de sudor.

Me quede en el suelo mientras él parecía buscar algo, le dio varias miradas al bosque hasta que un nuevo disparo se escuchó que hizo que ambos nos miráramos y nos quedáramos petrificados en nuestro lugar.

Pronto el sonido de dolor de un animal pareció haber despertado los sentidos de Caden para de nuevo correr y dejarme sola; maldije a ver que esta vez no me ayudaría, así que con todas mis fuerzas intente alcanzarlo con la misma velocidad pero fue inútil al ver como se iba alejando de mí hasta casi solo ver su pequeña silueta a lo lejos.

Al perderlo de vista, seguí con el mismo recorrido hasta que unos metros después se escuchó otro disparo haciendo que gritara y me cubriera los oídos con las manos. El sonido del eco de aquel disparo pronto desapareció hasta que mi cuerpo tuvo su primera reacción y fue pensar en Caden.

— ¡Oh Dios! ¡Caden!—grite su nombre con todo pulmón.

Volví a correr para encontrar el lugar en donde él podía encontrarse hasta que pronto deje de ver árboles a mi alrededor para encontrarme en una pradera solitaria en donde las enormes hierbas ya habían crecido unos treinta centímetros, la luz de la luna reflejaba más la zona y cuando una nube empezó a cubrirla, mi incentivo fue moverme por aquel campo para buscar a Caden.

Antes de cruzar otro paso, de nuevo me tomaron de los brazos para darme la vuelta y ver a Caden, sus ojos se encontraban dilatados y la preocupación en su rostro se revelaba muy rápido.

— ¿Te sucedió algo?—negué pronto.

—Y ¿tú?—hizo el mismo gesto.

Escuchamos unos pequeños gemidos tristes a lo lejos, lo cual nos impulsó para que camináramos despacio hasta llegar a aquel sonido melancólico que parecía cada vez volverse bajo.

Antes de que yo llegara a ver, Caden dio unos trotes hasta llegar a lo que pronto vimos un lobo gris en el suelo, parecía respirar rápido y sus ojos tenían un reflejo perdido; en la parte de su pecho y su pata izquierda, se encuentra una enorme mancha roja que pronto entendí que aquel animal había sido disparado.

Caden sin miedo se acercó y pronto se agacho hasta acariciar su pelaje y escuchar un sollozo; tocó un poco de cerca la herida hasta que quito su mano y tomó en brazos al lobo donde lo empezó a acunar como si fuera su propio hijo.

—Lo lamento Matt, lo lamento. —Podía ver como el lobo apenas lo miraba. —Pude salvarte pero no llegue a tiempo. —Seguía hablando con él. —No me perdonaré lo que te hicieron.

Una lambida en el rostro fue lo último que el lobo hizo antes de cerrar sus ojos y caer en los brazos de Caden.

Otros aullidos se escucharon pronto y antes de poder percatarme lo que estaba sucediendo, detrás de mí, ya se encontraban seis lobos más, cada uno es diferente y podía ver como ninguno se atrevía a atacarme; simplemente caminaron y pasaron a mi lado sin haberme mucho caso hasta llegar donde se encontraba Caden.

—Llévenlo a casa. —Le dijo a uno de ellos.

Caden dejo al lobo muerto en el suelo para luego levantarse y caminar hasta donde me encontraba antes de poder decir algo, me tomó de la cintura e hizo que caminara haciendo que lo último que viera fue como los demás lobos, agarraban al muerto y lo ponían en la espalda de uno de ellos.

(...)

Llegamos hasta donde se encontraba la motocicleta de Caden, no sabía cómo es que él pudo encontrarla cuando yo vague por todo el bosque sin sentido de salida. Antes de poder montarnos en ella no sabía si estaba haciendo lo correcto, porque después de lo vivido, Caden parecía no estar de buen humor y eso sin decir que aun la sensación de miedo seguía en mí.

—Vamos a casa. —Fue lo único que dijo antes de ponerme su casco, abrochármelo y subirme en su motocicleta.

Hubiera intentado protestar pero creo que no es el momento de tomar el papel de niña rebelde cuando Caden parece no encontrarse en una buena situación. Así que preferí solo obedecer y quedarme callada en todo el camino porque sabía que sería lo suficiente para mantenerlo con un poco de buen humor sin molestarlo durante la trayectoria del viaje.

(...)

Caminamos juntos por todos los escalones del edificio hasta llegar a nuestro piso; antes de despedirnos de manera ignorada, lo tome del brazo y pronto hice que me diera una mirada antes de verlo marchar por aquella puerta.

— ¿Te encuentras bien?—suspiró.

—Físicamente sí. —Me imagino que no dijo nada con respecto a lo emocional porque no se encontraba en condiciones para ponerle un grado a sus sentimientos.

— ¿Quién quería hacerle eso a ese lobo?—pregunté.

—Son cazadores de empresas genéticas—murmuro.

— ¿Qué? Pero, ¿qué querían del lobo?—dije desconcertada por la noticia.

—Buscan encontrar un gen peculiar en los lobos, algo diferente que los haga experimentar con ello sin ver el costo de vida de las criaturas. —Empezó a contarme. —Los intentan cazar antes de luna llena, porque son menos propensos a causarles problemas. —Se acarició las sienes. —Los matan sin piedad y juegan con ellos como si fueran unos muertos sacados de una morgue. —Lo decía con despreció.

—Estabas ahí porque los estabas protegiendo ¿no?—asintió.

—Ellos no se merecen esa vida—negó molesto.

Y yo que pensaba cosas malas de él mientras solo cuidaba el bienestar de esos animalitos indefensos. No podía creer como personas sin sentimientos podían hacerle esto a esas criaturas maravillosas.

En los ojos de Caden podía ver esa ira y tristeza que debe de estar recorriendo por todas sus venas en este instante. Me sentía apenada por no haber hecho también algo por el lobo y más porque su muerte fue dolorosa.

—Descansa. Intenta no pensar en lo de hoy—le comente como consuelo.

—Quisiera. —Bufó.

Me di la vuelta para poder irme cuando una mano sujeto la mía haciendo que mirara la mano y luego cambiara mi postura para ver lo que Caden está intentando hacer.

—Qué te parece sí para olvidar este día, te invito a salir mañana—enarque la ceja.

—No es necesario Caden, yo...—me interrumpió.

—Estoy tratando de ser amable, Gemma. No arruines el momento—reí.

¿Una salida personal con Caden? Seré yo o lo hace porque Elaine o Molly le contaron sobre el reto que ambas me impusieron y no logre hacer por culpa de Zöe.

—Bien. Pero mañana no tengo día libre—le advertí.

—Luego que salgas de trabajar, ¿te parece?—levanto su ceja con una sonrisa.

—No tengo escapatoria, ¿verdad?—sonrió. Esto es un milagro.

—No. Pasare por ti luego que salgas del trabajo y si tratas de huir, juro que te buscare—suspiré.

—Está bien. Nos vemos mañana a las doce entonces—asintió.

—Hasta mañana. —Me guiñó el ojo antes de entrar a su apartamento.

¡Oh Dios! ¡Tengo una cita con Caden! Esto es extremadamente sorprendente, mi vecino y yo a solas de nuevo... ¡Uf! Espero que Portland no explote mañana sino es posible que esta vez otra ciudad del mundo deje de existir.

Entre a mi apartamento antes de tener que arreglarme para ir a trabajar a pesar que llegara tarde esperaba que el gerente no le confirmara a mi jefe de mi llegada tardía sino esta vez, no tendré un buen sueldo.

La idea de lo que había pasado hoy no la olvidaría pero tampoco quiero olvidar la mirada sincera y pasiva que Caden tuvo ante aquel lobo, es como si hubiera sido parte de su familia y como si aquellos lobos fueran parte de él para que lo obedecieran.

Todo está conectado de una manera extraña, pero quizás pronto lo descubra.

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Continuará...

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