Capítulo 6: ¿Hewlett?

Bostezo unas cuantas veces mientras me preparo un café puro para despertar mis sentidos, anoche no puedo decir que fue muy buena después de haber sido atacada por un lobo solo por querer ayudar a otro perteneciente de su manada; me sorprendía la idea de que encontrara lobos en Portland cuando no hay bosques cercanos al lugar pero la idea en que los tengan en cautiverio y ahora se encuentren en libertad hace que quizás unos se hayan vuelto dominantes y otros sumisos a la mano del ser humano.

La verdad de todas es que no podía quitarme aquellos ojos azules brillantes de mi cabeza y por más que tratase de no imaginarme a Adrién como un lobo corriendo en cuatro patas, no puedo crearme otra cosa que no sea esa en mi cabeza.

La idea de los hombres lobo ya esta pasada de siglo, por lo que sé eso solo sucedía en las épocas antiguas y más en las medievales que siempre creaban historias entre brujas, científicos locos, vampiros y hombres lobo pero ahora en la actualidad llego a pensar que ¿qué tan cierto son esas historias?

Antes mi máxima curiosidad ante las criaturas sobrenaturales no era mi pasión ni mucho menos para alarmarme ya que además de que los libros como Crespúsculo, Harry Potter, Cazadores de Sombras y otros libros más te llevan a ese mundo imaginario en donde se encuentran criaturas sorprendes y hermosas, no puedo idealizarme que una de ellas exista en el mundo real en que vivimos.

La única manera en comprobar que tan bien de salud se encuentra Adrién es buscándolo y viendo por mis propios ojos si no tiene algún mallugón o raspón por la supuesta pelea que tuvo con la otra bestia que nada más la llegaría a identificar como un lobo mucho más grande y fuerte que él pero como ya empiezo a cansarme de ver ojos color amarillo, azul y rojo sin poder tener una respuesta quizás encuentre alguna información acerca de ello, porque de que algún significado debe tener, eso no lo llegó a descartar.

Me siento en el sofá mientras intento descansar un poco más, debería de dejar de caminar una de estas noches porque es obvio que algún día me pasará algo y nadie me va a rescatar pero fuera mucho más fácil que Justin viviera por el lado de mi casa sino fuera porque él vive del lado contrario. Si intento ir a clases de manejo y luego sacar una licencia de conducir posiblemente me ahorre miles de noches seguidas recorriendo las desoladas y oscuras calles de la ciudad. El problema no consiste en hacer lo que anteriormente he dicho sino que de dónde conseguiré un auto para manejarlo a mi cuenta.

Comprar un auto aún no está en las posibles acciones que quiero hacer para un presente, tengo que ahorrar demasiado para pagar aunque sea un Volkswagen pero sé que por medio de ese gasto se me iría lo que tengo que pagar de renta, agua, luz y por supuesto otras cuentas.

Escuchó como tocan la puerta del apartamento para levantarme y caminar hasta ella para abrirla; pero antes de hacerlo, dejo la taza en la mesa para estirarme y luego agarrar el pomo de la puerta para girarlo y así ver a la persona que tengo en frente.

—Buenos días querida vecina—su sonrisa puede a veces irritarme.

—Buenos días vecino, ¿qué es lo que necesita?—hice un parpadeo rápido con una sonrisa fingida.

—Quería saber si tienes algún ungüento o alcohol—solté un silencioso suspiro.

— ¿Para qué lo necesitas?—Me apoye en la puerta y crucé los brazos.

— ¿No crees que ambas cosas se usan para curar una herida?—Arqueé la ceja.

— ¿Te has herido?—Hizo un gesto de indiferencia. —O ¿te caíste de la motocicleta?—Chasqueé la lengua. —Me hubiera dado gusto ver eso. —Ahora rodó los ojos él.

—Eso quisieras pero quiero decirte que soy muy bueno manejando motocicletas. —Podía sentir su orgullo prepotente.

Me di la vuelta y empecé a caminar hasta mi habitación, no sé porque pero un instinto me decía que el material de enfermería es para Adrién pero desconozco si él se encuentra en el apartamento de Caden; además a mi querido vecino no se le ve ningún rasguño por lo menos en la piel descubierta que su misma ropa no cubre, ¿qué otro motivo puede haber para que quiera un ungüento o un alcohol?

Del neceser de mi baño, sacó un pequeño bote de ungüento y una botella de alcohol, por cualquier cosa, tomó el rollo de venda de gasa ya que también sé que le serviría a alguien que necesitara cubrir una herida y otros dos botes, uno de agua oxigenada y otro de yodo; no soy experta en vendajes o en soluciones curativas pero sé que es lo principal que usaría una persona si tiene algún raspón o herida.

Tome las cosas y luego cerré el neceser para presentarme de nuevo en la puerta donde le di todos los objetos a Caden quien primero me dio una mirada extraña por haberme llevado media mitad de mi farmacia para luego ir tomando todo de mis manos.

—Va todo lo necesario para una herida—le comente. —Si necesitas ayuda me puedes llamar—sugerí.

—No es necesario, puedo solo. No es otra cosa que no haya podido hacer antes—encogió los hombros.

—Sí tú lo dices—musite.

Se dio la vuelta para caminar hasta su apartamento pero antes de entrar lo detuve de nuevo llamándolo esta vez con su nombre haciendo que su cuerpo llegará a ponerse tenso y me diera una mirada fría, como si hubiera sido un error haberlo llamado de esa manera específica.

— ¿Cómo se encuentra Adrién?—enarcó su ceja ante mi pregunta.

Si no hubiera sido porque se ha puesto entre la entrada de su apartamento y la salida para estar en el pasillo, por lo menos mis ojos podían haber captado el contenido de su propiedad pero al notar que yo buscaba a alguien dentro de su apartamento, salió de nuevo y cerró la puerta teniendo el cuidado posible de no tirarla al ver como los músculos de su cuello resaltaban y sus ojos se tornaban sobrios y oscuros ante la molestia e impaciencia que me tiene en estos momentos al haber preguntado por su amigo y husmear por dentro de su apartamento como si buscará a la persona herida.

— ¿Por qué la pregunta?—cruzó los brazos.

—Quería saber cómo le fue con Elaine—respondí con curiosidad.

— ¿Eso no le deberías preguntar a tu amiga?—elevó una ceja.

—Elaine llega tarde a trabajar y por si te das cuenta, mi trabajo es hasta la medianoche. No tengo el suficiente tiempo para hablar con ella—su mirada no me simpatizaba, en vez de eso me daba miedo.

—Adrién está bien. No es que no haya disfrutado de tu amiguita. —Me acerqué a él molesta y aunque su altura sobresale del 1.85, no me dejé intimidar.

— ¡¿Qué sucede contigo?! Hablas de Elaine como si fuera una ofrecida y ella no es así—dejó ir una carcajada.

—Eso piensas porque tú no tienes esa vida. —Se burló. — ¿Crees que no es fácil caer en brazos de Adrién a la primera? Él es el típico conquistador y romántico que enamora a las mujeres con un simple suspiro. No me cabe dudas que preguntes por él si posiblemente caíste en su encanto también—hice mis manos unos puños.

—Eres un idiota. —Solté mi primera perla. — ¡A mí no me gusta tu amigo!—le grite.

—Entonces, ¿quién te gusta?—maldita sea, odio su irresistible y hermosa sonrisa de engreído.

—No me gusta nadie. —Negué rotundamente ese hecho. —Además si me gustará alguien, serías la última persona que le contaría o le diría sobre esto—resalté.

— ¡Bendito sea los ancestros! Doy gracias por que no vendrías a mis brazos llorando cuando otro idiota te llegará a romper tu más frágil corazón niñita. —Conté hasta diez para no partirle la cara.

—Hijo de...—me cortó la frase.

—Oh no bestia, a mí no me vengas con esas frasecitas. —Achine los ojos.

— ¿Bestia?—pronuncié con desagrado.

—Es el nuevo apodo que tendrás por comportarte como una. —Sonrió de nuevo de manera engreída. —En fin, te agradezco porque te preocuparas por mi amigo en vez de tu amiga...

—Solo cállate y entra a tu apartamento.

Me di la vuelta y camine hasta mi refugio donde no consideré la idea de no golpear la puerta hasta que esta llego a dejar un gran portazo que sabía que pronto el propietario del apartamento me reñiría por tirar la pobre puerta que no tenía culpa de mi enojo.

No toleraba la idea de que ese idiota podía decirme lo que quisiera como si nos conociéramos desde años, ni siquiera tenía sentido que me dijera Bestia cuando él lo es primeramente.

Camino de un lado hacía el otro mientras me acaricio las sienes con las yemas de mis dedos índice y pulgar. Necesitaba sacar las dudas de mi cabeza con respecto si es Adrién quien está herido y que si el mayor rasguño que ha recibido es en la parte de su abdomen. Aunque la confirmación más grande seria descubrir mi suéter en el apartamento de al lado.

Pero ¿cómo saber si lo que pienso es real? No tenía pruebas claras que a pleno 2018 exista los lobos o que por lo menos se presenten en Portland pero luego de que las últimas semanas he visto animales que son demasiados veloces, que corren arriba de los techos de los locales y que por supuesto cada uno de ellos tienen colores de ojos diferentes hace que adquiera más pensamientos que respuestas acerca del tema de hombres lobo.

Quizás pueda conseguir un poco más de información investigando, solo así podré resolver mis dudas y sacarme de la mente de que esas criaturas existen cuando de pequeña eran de mi mayor interés y solo me gustaba que mis padres me contaran historiad acerca de lobos.

Me tuve que dar un baño rápido para tomar unos jeans rasgados, una blusa y una chaqueta. Me puse mis botines y pronto salí de mi apartamento para ir a la biblioteca, quizás ahí podía encontrar información relevante e interesante.

(...)

—Criaturas sobrenaturales... Criaturas sobrenaturales... Criaturas sobrenaturales... ¡Aquí!—la bibliotecaria saco tres libros del estante mientras me los daba en manos y anotaba en una libreta los nombres de los libros que leería mientras tuviera tiempo.

— ¿También tendrá acerca de lobos?—pregunté antes que la mujer se marchara.

—Sí. Quédese en las mesas, luego le pasaré dejando el libro—asentí agradecida por la ayuda.

Camine en dirección del área de las mesas para sentarme y abrir uno de los libros donde pronto encontré varias fotografías y relatos que hicieron que me pronto me emocionará al ver un libro como ese; me fui hasta el índice y busqué la palabra "Hombre Lobo".

Cuando llegue al tema, empecé a leer acerca de aquella criatura que de nuevo ha tomado mi interés y aunque no quiero sacar conclusiones precipitadas, posiblemente con la información que encuentre en el libro, al final termine por confirmarse lo mi cabeza cree que es verdad.

«Su otro nombre particular suele ser licántropo o lobizón. Los hombres lobo son criaturas mitológicas pertenecientes a varias culturas a nivel mundial. Esta criatura de origen legendario representa diversos conceptos tales como ferocidad, fuerza, astucia, rapidez, entre otros; sus características particulares se deben a la forma en que toma cuando lo hace de manera voluntaria o no; su aspecto de animal lo convierte a ser una especia peculiar entre un lobo y un hombre, mayormente como se redactan en los mitos, suelen transformarse constantemente cuando hay luna llena pero a veces pueden adoptar su singular apariencia en cualquier estado corporal o emocional en el que se encuentre. Aunque en el momento de su transformación pueden llegar a perder su conciencia humana como también su raciocinio haciendo que se conviertan en seres peligrosos y ahuyentadores de varios animales sobre todo de perros y lobos.

Por otro lado, un hombre lobo suele pasar la mayor parte del tiempo siendo un hombre normal y aunque actualmente existen también mujeres lobo, ambos géneros llegan a establecer su vida de una manera particular como la de cualquier humano; aunque sus sentidos tales como el olfato, oído y vista están mucho más que desarrollados que la de una persona normal, además llegan a ser más veloces, fuertes y su condición física siempre se mantiene en forma como también su salud.

Aun no existe un año específico de su existencia pero muchos de ellos han llegado a aparecer en varias épocas que se han determinado como parte de la cultura mitológica, el folclore y los mitos urbanos tales como los vampiros o el mounstros marítimos. Dentro de ello, se llega hacer mención que las apariciones de estas bestias primero surgieron en Europa por medio de la magia negra o las consideradas supersticiones de los pueblos de aquellas épocas; se dice que estas bestias se convertían por varios motivos tales como ingerir platas correspondientes a las transformaciones de los lobos, beber o comer del mismo plato que de un hombre lobo, beber de la huella del licántropo, llegar a dormir desnudo en luna llena, tener relaciones sexuales con un hombre lobo o nacer después de gemelos o mellizos siendo un hijo varón. Aunque hoy en día suele darse estás transformaciones por medio de mordidas o rasguños que suelen dar estas criaturas pero la única forma de adquirir tal poder será por medio de que ambas situaciones se den por medio de un alfa, ya que un beta y un omega no tiene la misma fuerza y poder que el jefe de su manada.

La manera en que clasifican son tres: los omegas son la clase más baja de la manada de un lobo, su apariencia suele ser más pequeña que la de un beta y la de un alfa mientras que sus ojos son amarillos y su papel juega una parte más comprometedora en lo que consiste en la búsqueda de comida; los beta son los segundos en la mano de un alfa, suelen ser más grandes que los omega pero no tan grandes como los alfa, ellos llegan a luchar al lado de su jefe entre las guerras con otras manadas y siempre se mantienen una alianza y servicio ante sus alfas; sus ojos mayormente suelen ser azules aunque también pueden varias en pocas ocasiones si hay una dicotomía por la unión de genética; los alfas suelen ser los líderes de su manada, son los guías y los estimuladores para sobresalir ante la supervivencia que los mantiene en el lugar que se encuentren; su apariencia escalofriante se manifiesta al ser enormes, con una capacidad de fuerza mucho mayor que la de los betas y por supuesto, sus ojos llegan a ser rojos dando un tono de superioridad. Las mordidas de los alfas suelen ser letales, por un lado no suelen causar la transformación de algún otro humano sino que dependiendo la resistencia que tenga dicha persona es donde proveerá el nuevo miembro de la manada o sino llegará a ser otra víctima de muerte.

En otros países la posición de un hombre lobo suele ser tomada de otra forma, ya que las culturas al ser diferentes tienen la tendencia de cambiar algunos rasgos o características de estas criaturas sobrenaturales, como por ejemplo: en África creen que estos hombres lobo no suelen transformarse en un respectivo lobo sino que en vez de eso, en una hiena o en un leopardo; en India son más reconocidos por ser los tigres, en Latinoamérica que suelen ser más común los lobos, jaguares o pumas.

A un hombre lobo solo puede ser asesinado de manera humana con un disparo de bala de plata, mientras que otros cronistas basadas en sus historias han referido que a veces los alfas son quienes tienen el poder y la fuerza más capaz de matar a sus enemigos con solo rasgar o morder su cuello hasta degollarlo o también extraerles el corazón».

(...)

—Deja de morder el lápiz, lo estás triturando—de nuevo empecé a pestañar al escuchar las palabras de Justin.

Me quite el lápiz de la boca para ponerlo en frente de mí y ver como tenía varias mordidas en todo su contorno, ni siquiera me di cuenta en que momento había empezado a morderlo hasta que Justin llamó mi atención.

La mayor parte del tiempo he pasado distraída y ha sido por todo lo que leí en la tarde con respecto a los lobos y a los hombres lobo. Mi cabeza ha empezado a ser un caos con toda aquella información que ahora no sé si creer que todo lo que ha sucedido las últimas semanas sea real o todavía yo me invento el cuento que solo son unos simples animales en planes de casería nocturna.

Me preparo para sacar unos pedidos y mantener mi cabeza un poco alejada de todo para relajarme un momento, pero apenas me doy la vuelta cuando la puerta del bar/café se abre y el tintineo de la campana que sigue colgada en la puerta se escucha, lo que menos me esperaba de aquella noche fue de ver como Elaine entraba al lugar junto con Adrién quien parecía escoltarla.

Ambos parecían felices mientras que yo seguía sorprendida por su inesperada llegada que casi tuve que apoyarme de la pared para no caer de lado y seguir atónita por aquel encuentro. Lo que me dejo impactada fue ver como Adrién mostraba una figura relajada y sobria como si estuviera bien de salud y mi cabeza solo hubiera imaginado otro momento más de pensar que aquel lobo herido era él y que por eso Caden por la mañana me pidió los medicamentos para curarlo. Pero ahora viéndolo con mis propios ojos, él se encuentra bien hasta sus ojos color ámbar relucen demasiado que es raro poder apreciar ese tipo de color en ojos de una persona.

— ¡Sorpresa!—dijo Elaine acercándose a mí.

Como siempre, Elaine se encuentra atractiva con un vestido naranja que por ahora lo cubre una larga chaqueta que apenas la ha abotonado, su sonrisa me indica que ha tenido un grandioso día y me imagino que al lado de Adrién las cosas han resultado mejor de lo que ella esperaba.

— ¡Mira a quién tenemos aquí!—apareció Justin detrás de mí.

—Esta vez no vengo sola, mi buen amigo—dicto Elaine.

—Es lo que veo—Justin dejo de limpiar una copa para saludar.

—Adrién Dagger—alzó la mano Adrién.

—Justin Redd—agarro la mano Justin para darle un apretón y luego soltarla. —Y ella es Gemma Hewlett—me señalo Justin.

—Ya nos conocemos...—me interrumpió una voz.

— ¿Hewlett?—asentí.

—Apellido de mi padre. —Dije sin mucha importancia ya que no era muy escuchado tal apellido.

—Ya veo. —Susurró Adrién.

— ¿Qué hacen aquí en vez de ir a un lindo restaurante?—les pregunté a ambos con tono burlón.

—Pasamos a saludarlos. —Reí.

—Es extraño de tu parte. —Le dije. —Aunque tu amigo Caden ya estuvo aquí Adrién. —Le mencione.

— ¿Caden? ¿En serio?—Asentí.

—Créeme que también me sorprendí—Adrién parecía atónito.

—Bueno, Caden a veces suele ser...—empezó a clasificarlo en alguna categoría.

— ¿Extraño? Es lo que es desde que llego al edificio y es mi vecino—no me importo mucho si luego Adrién se lo llegaba a contar a su mejor amigo.

—Es reservado. —Lo defendió.

—Sigue siendo para mí un tipo extraño. Quien come todos los días carne, pasa encerrado en su apartamento y sin decir que una vez encontré unas huellas de perro y espero que no aliente al dueño del edificio a encontrar problemas o le irá mal—comente tranquila.

— ¿Huellas de perro?—enarco su ceja.

—Una noche las encontré. Fue de los primeros días en que apenas había comenzado su mudanza—dije y note como se había puesto tenso.

Observe bien su postura y por supuesto encontré que su ceño se había fruncido más mientras se mordía impaciente los labios interiores con los dientes que se ven muy blancos, perfectos y un tanto afilados y sin decir que sus hombros se han puesto tensos. Aunque hasta ahora no he visto nada sospechoso en su la parte de su pecho hasta su abdomen quizás esa parte de mí deba de rechazarla para creer que Caden debe de haber tenido otra visita la cual se encontraba herida, posiblemente aquella chica que llega a cada momento a visitarlo.

— ¿Entonces Caden y tú se conocen?—dijo Elaine con tono pervertido.

—Solo somos vecinos—masculle.

—Deberíamos salir un día los seis ¿no lo creen?—insistió ella.

Sí antes las reuniones eran de cuatro no me imagino esta que será de seis. Ni siquiera puedo tolerar la idea de tener una cita con Caden o mejor dicho una cena o una salida en la cual vaya él y seamos los únicos solteros del grupo porque en verdad así como veo a Elaine con Adrién no quiero juzgar pero pronto terminaran con algo y Justin con Molly ya son un caso amor eterno pero Caden y yo... ¡No! ¡Ni loca!

Solo sonrío e intento no considerar hablar para que surja más a fondo esa conversación y esos planes de Elaine sino estoy segura que acabaré peor de lo que no quiero estar al lado de Caden.

—Bueno, es hora de trabajar. Pueden quedarse por este lado donde no escucharan los poemas deprimentes de algunas personas o pueden sentarse con la multitud de la noche que los escuchará, aplaudirá y opinará. —Les sugerí a ambos.

—Tú elijes. —Le dijo Adrién a Elaine.

—Donde sea. —Ella le sonrió.

Y por si fuera poco ambos se fueron con el resto de la multitud quienes escucharían los poemas. ¿Elaine escuchando poemas? Esto cada vez me impresiona más...

—Apostaría cinco dólares porque Elaine solo intenta impresionar a Adrién quedándose con los poetas—suspiré.

—Apuesto que no tardará en perderse con la mirada de Adrién y al final no escuchará nada y terminara inventando algo—le dije a Justin.

—Pobre de ella, lo que arriesga por un chico. —Justin y yo carcajeamos al escuchar su propio comentario.

Bueno... quién puede detener a Elaine enamorada, si solo ella es quien podrá decidir cuándo terminar con lo que ya ha empezado.

***

Los dos libros pesados que llevo en mi mano empiezan a resbalarse haciendo que no pueda sostenerlos de la mejor manera posible, apenas puedo ver las escaleras de los pisos mientras subo cada una de ellas con cuidado, casi se me hace eterno el viaje sino me detengo para tomar aire y descansar unos cinco minutos.

Esta vez la idea de vivir en los últimos pisos ya no suele ser buena pero empiezo a pensar que esta es la primera vez de la cual me quejo solo por subir unas cuantas escaleras que muchas veces he subido cuando es típico que el ascensor no funcione; al fin y al caso lo tomare como un buen ejercicio después de no haber salido en la mañana a correr.

Retomo mi tarea de volver a posicionar los libros en mis brazos para subir los últimos escalones, algunos de ellos empiezan a rechinar como si la madera empezará a ahuecarse haciendo que al pararme encima del tablón se escuché el eco como si casi estuviera por irse mi pie en un hueco. Es difícil de pensar que aunque se paga bien por el alquiler de los apartamentos aún falta mucho porque arreglar para que todo se encuentre en buenas condiciones; estoy segura que si así fuera, no habría problema de que otras personas quisieran alquilar un apartamento de aquí.

Llego a mi piso y con una mano sostengo los libros mientras que con la mano libre empiezo a buscar las llaves del bolsillo trasero de mi jeans, cuando lo encuentro las llaves parecen quedarse trabadas con un hilo del bolsillo haciendo que se me dificulte sacarlas hasta que agarro fuerza, el hilo termina por romperse y las llaves salen volando de mi mano y los libros se terminan por caer hasta hacer un seco estruendo contra el piso provocando un ruido que pronto se convirtiendo en un profundo y lejano eco.

Recojo primero las llaves hasta que al tomar un libro, alguien agarra el más pesado y gordo. Solo veo las lustradas botas color café hasta que esa esencia que casi suele ser picante como la canela empieza a dar paso en mi nariz provocándome una extraña sensación en mi cuerpo, me muerdo el labio y pronto me levanto para ver a mi vecino en frente de mí leyendo la portada del libro.

— ¿Mitologías sobre Criaturas Sobrenaturales?—enarca su ceja.

Me quedo callada hasta que observó cómo pronto toca el post-it que he puesto de interferencia como reconociendo el punto exacto de la información importante; pasa su dedo encima del pequeño papel amarillo hasta que abre la división que señala el papel y se encuentra con la información sobre los hombres lobo.

— ¿Hombres lobo? No sabía que te gustaran estos temas peculiares—pasaba cada hoja sobre la información de los licántropo.

—Me encanta la mitología—respondí.

— ¿Mitología? Oh vamos, dime cuanto conoces sobre vampiros, wendigos, mounstros, querubines, dragones, duendes, hadas... Y la lista sigue—bufé desesperada por irme.

—Lo suficiente para cerrar tu boca—farfulle.

— ¿En serio?—elevo su ceja—Alguna vez te han dicho que mientes muy mal—me mordí el labio nerviosa.

—Me creas o no, no creo que sea de tu importancia—asintió con un gesto de indiferencia.

—Deja de soñar niña, nos encontramos en el siglo XXI—cerró de golpe el libro—. Los hombres lobo solo existieron en épocas del siglo XV al siglo XVIII. —Me dejo el libro encima del otro que tengo en manos.

— ¿Cómo puedes estar seguro de eso?—pregunté.

—Solo son fantasías. Las criaturas sobrenaturales solo nos la creamos aquí—señalo su cabeza—. En la vida real, nada de eso es real. —Dijo lento.

No me pondría a discutir sobre el tema de que sí existen o no las criaturas mitológicas pero aunque por más que tratará de explicarle los últimos sucesos que yo he visto con mis propios ojos, capaz que seguiría sin entenderme y si es posible me creería que yo estaría loca.

—Caden, puedes ayudarme con el invitado—paró de golpe la chica que llega a visitarlo a cada momento.

— ¿Algún problema por qué no puedes controlarlo?—Caden me dio la espalda para ver a la chica.

—Te recuerdo que es tu problema no el mío—percibí como los músculos de los brazos de Caden se tensaron.

—Entonces puedes irte, Zöe. No eres de mi ayuda si solo te tendré como estorbo—me sorprendí ante aquellas palabras que me di una vuelta e hice la mentira de no escuchar.

—No te preocupes querido que ambos sabemos para que nos buscamos—añadió la chica.

—Me alegro que lo tengas muy claro porque he empezado a aburrirme de ti y pienso buscarme a otra. —Caden seguía diciendo frases frías.

Pronto unos pasos se alejaron hasta que el sonido de la puerta al cerrarse hizo que me diera la vuelta para irme a mi apartamento pero antes de dar otro paso, los ojos de la chica empezaron a tornarse rojos que creí que todo sería una ilusión de mi parte pero al darse ella cuenta de mi presencia, se dio una mirada hasta que la relajo e hizo una señal con sus ojos mirando a un punto hacia arriba como si llegará a poner los ojos en blanco y cuando yo le seguí la corriente, me encontré con la novedad que no había nada en la pared solo un enorme agujero donde empezaba a gotear.

De nuevo mire a la tal Zöe y me di cuenta como sus ojos ahora ya no son rojos sino verdes, los cuales se encontraban llenos de rabia, molestia e ira, a su vez podía denotarse que ambas esferas casi de un color esmeralda se mantienen cargados de frialdad, cinismo y egocentrismo que pronto camino hasta mí e hizo lo que siempre hacía conmigo... ¡Empujarme!

Casi me caigo si no me hubiera detenido al apoyarme contra la pared, deje de ver sus ojos verdes hasta que desapareció entre el pasillo y sus pasos dejaron de ser sonoros a volverse un ruido lejano.

No sabía que a veces Caden podía ser tan frío como el hielo; es como si no tiene la capacidad de saber que sus palabras pueden ser una daga que pronto es clavada en algún lugar del cuerpo y la retuercen para sentir más profundo el dolor. A Zöe no se le vio herida con aquellas oraciones fuertes que en otra chica podían haberle lastimado tanto hasta llegar a llorar, simplemente ella se mantuvo tranquila y mordaz a la situación que parecía no haberse alterado además de presenciar un enojo.

Suspire al darme cuenta que las personas que se mantienen al lado de Caden parecen ser extrañas, tanto que no las puedo comprender de buena manera... Es decir, Caden parece ser ese estereotipo de hombre que parece que nada lo lastima, que sus sentimientos están más que congelados, que no muestra otras emociones además de arrogancia, cinismo y narcisismo y por hecho, casi fuera como si su corazón fuera de piedra. Mientras que Adrién suele aparentar una imagen buena de una persona a pesar que su amigo siempre le dé una puñalada en la espalda cuando habla acerca de su realidad con las mujeres, no me sorprendería un día si Elaine además de sentir una atracción por él se enamora pero siento que seré la culpable si no le advierto las intenciones que tiene ese hombre con ella; a pesar que Adrién es distinto que Caden, no puedo dejarme engañar por ilusiones, él puede llegar a lastimar a Elaine y eso no me lo perdonaría, quizás sus encantos algún momento la lleguen a cegar y más por el modo en que él se comporta con ella.

— ¿Por qué pienso que te ha empezado a gustar quedarte pensando a medio camino?— agite mi cabeza y lo vi apoyado en la puerta.

—No tengo idea—deje caer los brazos a los lados.

Nos quedamos un momento en silencio hasta que solté el aire de mis pulmones e intenté caminar hasta la puerta pero la voz de Caden al llamarme me detuvo.

— ¿Qué planea tu amiguita con respecto con nosotros?—enarque la ceja.

—Especifícate. —Solté sin pudor.

—Quiere que salgamos tú, yo, ella, Adrién, tu amigo Justin y su novia. —Aclaró. —Todos juntos como si fuéramos amigos de nacimiento— ¡Ash, Elaine!

—No sé... Elaine tiene ideas alocadas. Yo no me esperaba esto y mucho menos quería que sucediera—le fui sincera.

— ¿Por qué no le decís que no de parte mía y tuya?—considero esa posibilidad.

—No puedo y no es que no quiera hacerlo—le dije de inmediato al ver como levantaba su ceja—. Simplemente cuando a Elaine se le mete algo a la cabeza no existe alguna persona que se la saque.

Observé como Caden se quedó mirándome con seriedad que casi su mirada celeste me empezó a incomodar tanto que tenía miedo que algún momento no lo soportará y le gritara que dejara de verme y queme hablara.

—Ha dicho que será en un restaurante... No sé si ya te mantuvo al tanto—negué a lo que dijo.

—Acabo de llegar de trabajar, solo lo menciono pero no creí que se lo tomara con seriedad—bufé molesta.

—Es mañana por lo que entendí en el mensaje de Adrién. — ¿Mañana que es mi día libre con el de Justin?

— ¡Maldición!—grite a lo que pronto mi grito fue correspondido por un golpe en la pared y otro grito de un hombre mayor diciendo que me callará.

—Es a las 6:00 pm. Puedo llevarte esta vez sí lo necesitas—no lo decía como un favor.

—No gracias, no tomó favores de presumidos y narcisistas—le comente.

— ¡Bien! Una escoria menos en mi motocicleta—que comentario tan denigrante.

—Idiota—musite.

—Entonces, nos vemos mañana vecina. Espero que mi presencia no sea de tu desagrado—rodé los ojos.

—Lo mismo digo por ti. —Dije antes de verlo entrar y cerrar la puerta sin despedirse.

Mataré a Elaine... Estoy segura que esta vez sí me las llegara a pagar porque Caden y yo sentados en una misma mesa mientras cenamos de manera pasiva cuando con solo tenerlo a mi lado lo aborrezco y lo odio... Si hoy fue un día largo, mañana será la peor noche de todas.

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Continuará...

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