Capítulo 39: Cachorro

Siento como una mano se posiciona encima de la mía en el instante en que el druida de su manada empieza a darle el permiso a Adrién y Elaine para que digan sus votos matrimoniales, por lo que intentando poner atención veo como la feliz pareja empieza a nombrar cada una de sus palabras de compromiso en el que no sólo declaran que habrá respeto, fidelidad y amor, sino que también, momentos llenos de locuras, sonrisas y festejos que construirán a partir de que ahora, serán marido y mate.

— ¿Todo bien? —Me pregunta Caden.

—Sí, lo estoy. —Le sonreí.

Ay, que desdicha tener que fingir estar bien en el día en que mi mejor amiga se está casando, la verdad, es que desde la mañana no me he sentido bien, bueno, quizás no desde hoy sino que a partir de que me he dado cuenta que estando en esta manada mi vida corre riesgo, añadiendo a su vez que ahora, me encuentro desprotegida al no tener a Samay conmigo luego de que terminará por ausentarse a fin de ya no aparecer en la manada y ser atacada por si alguien pronto descubre quien es. No deseaba tener que alejarla de mí pero no me quedaba de otra cuando sé que el abuelo de Caden tienen sus ojos puestos en mí y más en mi ex guardiana quien tenía un contacto cercano conmigo, ahora, solo me toca tener que defenderme pero al menos con el breve entrenamiento que tuve tengo las bases por lo menos para huir y no ser sorprendida por un ataque.

— ¿Segura? —Me sigue cuestionando.

—Sí, es que esto de la boda fue repentino y tuve que estar con Elaine en todo momento. —Justifico mi comportamiento.

La verdad es que tampoco pude descansar del todo cuando Elaine me llevó de un lado a otro como si yo fuese su organizadora de bodas, no es que me esté quejando pero mis horas de entretenimiento en la guarida de Cian se limitaron al tener que estar con mi mejor amiga y fingir que nada interesante estaba sucediendo en mi vida. Además, revelarle a ella como a Justin lo sucedido en Colorado y también, de las amenazas del señor Cassius sería una estupidez cuando puedo poner en riesgo su vida y para ser sincera, no es una opción sino una decisión que ya he tomado más ahora que mi mejor amiga ya tiene su propia familia y quitarle la dicha de poder compartir su amor con el hombre que ama y vivir su maternidad, sería una desfachatez; añadiendo a Justin que ahora sé ha fortalecido con cada entrenamiento, ha superado la muerte de Molly y ya se ha adaptado a la manada para que ahora le suceda una desgracia.

No desearía estar entre la espada y la pared si no fuese porque estoy en una manada enemiga en donde rápidamente puedo ser saboteada y atacada sin piedad, más con eso si se descubre de que soy la hija de Baltashar y Harlen Hewlett; sin embargo a pesar de todo ello, no he podido descubrir más acerca del motivo adverso por el que el señor Cassius asesino a mis padres, porque la razón de que ellos cometieran un suicidio con su esposa embarazada no me la creo con totalidad, además, estoy segura que hay un motivo principal de por medio que hizo que llegara a tal grado de exterminar mi manada, algo que no se lo perdonaré porque además de haber hombre y mujeres lobo, habían niños y ancianos quienes asesinaron a sangre fría.

—Es hora de bendecir los anillos. —Mencionó el druida.

Por otra parte, me es extraño que Cian haya tenido que marcharse exactamente este día cuando él también debía de formar parte de la ceremonia de bodas, ya que esto no sólo suele conllevarse como una boda humana, sino que, lleva también otro tipo de procedimiento en el que bendecirán a la pareja y el acto será entregado a la diosa de la luna como forma de agradecimiento por haber unido a ambos en su vida.

Dios mío, ya quiero que termine esto para irme a casa, sinceramente me siento intranquila y teniendo cerca a toda la manada no me está ayudando en nada, además no tener a nadie a quien comentarle lo que siento de forma interna me frustra más, porque no tengo ni a Samay ni a Cian quienes puedan decirme como calmar esa angustia que tengo. Y no tuviera ese temor por dentro si no fuese porque Kilian me dijo algo muy importante antes de marcharme de Colorado, haciendo énfasis de decir que Cian parecía estar escondiendo algo que no iba a decirnos pero su comportamiento lo estaba revelando.

***

— ¿Qué te preocupa? —Le dije al ver cómo no dejaba de ver a Cian.

—Intuyo que algo sucederá pronto —le hice un gesto de extrañeza.

— ¿El qué? —Giro mi rostro para ver al druida que me ha llevado hasta acá.

—No sé, pero Cian lo sabe —cruza los brazos.

— ¿Cómo lo sabes? —Sigo preguntándole.

—Es un druida, y ellos tienen el poder de ver el futuro, por tanto, si Cian te ha traído acá no fue solo para que sacaras tu lobo interno, sino que también, te entrenarán para lo que puede aproximarse. —Eso comienza a asustarme.

— ¿Crees que algo malo sucederá? —Intento no atemorizarme.

—No lo creo, sé que sucederá. No me late nada bueno todo esto y más cuando mencionaste que el abuelo de Caden ha comenzado a sospechar de ti, eso significa que pronto tendrá la certeza de quién y qué eres. —Me da una mirada llena de miedo. —Así que debes de estar pendiente de todo, antes que todo se vaya a la borda.

***

Quisiera poder estar tranquila pero las palabras de Kilian han ocasionado que me mantenga pendiente de toda la familia Dankworth, desde las más pequeñas hasta los adultos; desearía cruzar los dedos y decir que Caden no sería capaz de hacerme daño, pero para él es importante proteger a su familia y apoyarla sobre todas las cosas, por lo que, si descubre quién soy realmente no sé si sería capaz de comprenderlo y aceptar quien soy en verdad, porque principalmente no tengo la culpa de todo lo que está sucediendo, eso sin decir, que no tenía idea hasta hace un par de semanas en donde logré saber que la víctima lastimosamente fui yo, mis padres y la manada, pero hasta no tener pruebas físicas de ello, mis palabras y memorias son vacías ante la credibilidad del propio Cassius.

—Antes de concluir con la ceremonia, pediré a la pareja que agache su cabeza. —Veo como Adrién y Elaine hace lo que les pide el druida.

Veo como de un cuenco él empieza a revolver algo con una cuchara de madera mientras dice unas palabras en un idioma del que me es desconocido, pronto toma un poco con su dedo índice para empezar a untar el líquido en la frente de Adrién y Elaine, luego en su pecho y por último, en la palma de ambas manos.

—Lo que la diosa de la luna unió, que nada ni nadie los separe. —Musito.

Antes de alejarse, el druida puso sus manos, una en cada cabeza, para decir otras palabras más cortas que las anteriores, haciendo que, al terminar mirara al cielo y dijera una corta frase también hasta ver a la pareja.

—La diosa de la luna, estará orgullosa de este matrimonio. —Dice el druida con alegría. —Ahora, puedes besar a tu mate.

En el instante en que Adrién beso a Elaine todos empezaron a aplaudir mientras que yo, luego de cinco segundos comencé a hacerlo al darme cuenta que la primera fase de la boda ha concluido; por tanto, ellos como esposos agradecen las felicitaciones para así bajar de la pequeña tarima que se les ha montado encima del río para caminar en dirección a la manada, en donde dieron cortos saludos mientras pasaban por el camino y varios hombres como mujeres lobo, comenzaban a perseguirlos para ir a la recepción que será en otra parte del bosque.

—Vamos. —Caden me alza su mano.

—Claro. —Le digo mientras tomo su mano.

Mientras nos emprendimos al camino que nos llevaría a la recepción, varios hombres y mujeres lobo no dejaron de cantar canciones propias de su manada, como a su vez, a agradecer a Licaón como a la diosa de la luna por permitir que se construyera una nueva familia y dar fruto de ello, al primer primogénito que ya es parte de la manada y será uno de los que seguirán con la tradición de proteger y perseverar todo lo que se hay a su alrededor.

—Caden, puedo hacerte una pregunta —vi la oportunidad de hablar en el instante de ver como no nos entrometíamos a la celebración.

—Dime bestia. —Me puso la atención.

— ¿Cian no debería haber estado en la ceremonia? —Le pregunte.

— ¿No te dio la noticia? —Al escuchar eso, algo se revolvió dentro de mí.

— ¿Qué noticia? —Empecé a preocuparme.

—Cian se marchó, termino su educación con Bohdan. —Abrí la boca.

— ¿Qué? —Me asombre.

—Sí, regreso a su tierra natal, parece ser que algo importante lo llamó y no pudo quedarse más tiempo. —Siguió diciendo.

— ¿Volverá? —Sigo preguntándole.

—Gemma, ¿cuál es el interés por Cian? —No lo dice con celos si no que, con desconcierto.

—Es que, ya sabes que estaba llevando mi caso y... —no sé qué excusa poner ahora.

—Pues Bohdan lo llevara ahora. —Trago hondo.

¿Cómo Cian fue capaz de hacerme esto? Abandonarme en un momento importante de mi vida en el que estoy totalmente preocupada porque me puede pasar cualquier cosa el día de mañana sin que pueda saberlo, lo peor de ello, es que ni siquiera se despidió o al menos, me dio una idea de que ya no estaría en la manada. No sé ahora si esa fue su finalidad de haberme llevado a Colorado para que Tahiel me entrenará ya que estaría sola y mi vida, ya no dependería de alguna ayuda externa sino que todo sería bajo mi propia protección a raíz de lo que aprendí; me siento traicionada y abandonada porque no imagine que él fuera capaz de hacerme eso y más conociendo mi historia y la desventaja que tengo estando cerca de los Dankworth, lo que más me desagrada pensar, es que no sé cómo comunicarme ahora con Kilian porque Samay ya no está para que me ayude y eso asevera las cosas a partir de hoy.

— ¿Gemma?

Siento un pequeño mareo en el que Caden termina por tomarme de mis brazos para que no llegue a caer, la frustración y el miedo que tengo ahora han incrementado, haciendo que, me sienta cada vez más vulnerable al no saber que hacer porque cualquier paso que pueda dar me puede llevar a dos caminos, la primera a la muerte o la otra, que tenga que buscar mis propios medios para sobrevivir.

—Ven acá.

Nos apartamos de todos para irnos a otro camino en el que mientras nos vamos acercando, sé que nos estamos dirigiendo al lago. No tardamos mucho tiempo en llegar cuando a lo lejos veo como el sol empieza a caer y con ello, da un hermoso atardecer que se encuentra entre tonalidades naranjas, rosas y amarillas; Caden empieza a quitarse la ropa haciendo que lo vea con extrañez porque no es momento para darse un baño cuando tenemos que ir a la fiesta de boda de nuestros mejores amigos.

— ¿Qué haces? —Le digo abrumada.

—Intentaré que te relajes —se acerca a mí y se pone detrás de mí espalda.

Siento como deja mi cabello adelante para sentir como sus manos agarran el cierre de mi vestido para irlo bajando hasta llegar a mi espalda baja.

—Caden, ¿qué demonios haces? —Intento detenerlo.

—Tranquila bestia. —Gruñí al escucharlo.

¿Tranquila? Es lo que menos me siento ahora que sé que la única persona a quien confiaba se acaba de ir como si supiera que quedándose también estará bajo la muerte, algo estúpido porque Cian me ha comprobado que es más fuerte que un hombre lobo, pero a estas alturas no tengo idea a que le teme en verdad.

Mi vestido termina por caer al suelo haciendo que quede solo en ropa interior, pero ni eso es suficiente cuando Caden desabrocha mi sostén y baja mis bragas de un tiro.

—Pero que... —Intento cubrirme.

Se pone en frente de mí y me da una mirada en la que luego de mucho tiempo, me da cierta vergüenza a pesar que ya me haya visto desnuda, siento mis mejillas arder y de cómo tengo miedo que alguien nos haya perseguido para que ahora este de meticuloso queriendo observar lo que estamos haciendo.

—Te veo un poco diferente. —Se extraña. —Parece que tu cuerpo ha tenido un pequeño cambio —enarca la ceja.

—Claro que no. —Musite muy bajo.

—Claro que sí. —Pone su mano en mi mejilla. —Da igual, por ahora, quiero que me acompañes.

Toma mi mano y me lleva pronto al lago en donde puedo sentir como de poco a poco el agua va cubriendo mi cuerpo, extrañamente, empiezo a sentirme un poco más relajada y más cuando él se pone detrás de mí para hacerme unos masajes.

— ¿No deberíamos estar en la fiesta? —Sigo cuestionando si fue buena idea quedarnos.

—Sí, pero no nos necesitan por ahora —dice de una forma despreocupada.

— ¿Por qué me has traído acá? —Cierro los ojos en el instante en que me dejo llevar por sus manos.

—Te he visto estos días un tanto estresada y la verdad, cuando quiero hablar contigo ya te has quedado dormida —hago una mueca.

—No sé, me he sentido agotada con todo esto que me ha estado sucediendo —digo asustada.

Y es verdad, con esto de ser alfa y haber resaltado ya mi lado de licántropo no ha sido sencillo tener que ocultar varios poderes entre ellos en mi agilidad para moverme, en poder escalar los árboles y por supuesto, en permitir que algunos sonidos no distorsionen aquello que me interesa escuchar. Todo eso, solo para no permitir que el señor Cassius termine por descubrir mi identidad.

—Sabes que puedes confiar en mí —acaricia mis hombros.

Podría pero temo que su reacción no sea la que espere o que en verdad, si lo acepta, su abuelo luego pueda contradecirnos al punto de no querer que estemos juntos y aunque así lo desee, el problema es que habrá algo que siempre nos termine por unir ya que soy su mate y él, mi alfa.

—Lo sé —le digo con una media sonrisa.

—He pensado que, en unas semanas podemos celebrar nuestro compromiso, sé que he tenido mucho trabajo y no te he estado dando la prioridad como mi futura esposa y mate. —Dice apenado.

El corazón empieza a martillarme pero no de la alegría sino de miedo, es como si la sensación de pensar que pronto nos casemos o que él me marque pueda ocasionar un disturbio entre su familia, porque hay que aceptar que no le agrado a su padre ni a su abuelo, y la verdad, es que no puedo estar tranquila sabiendo que ese lobo estará cerca de mí en donde debo de fingir como si no le hubiera hecho daño a mi familia y mi manada. Lo peor del caso, es que si descubre antes que soy Aneu Hewlett la situación terminará por empeorar y no sé a qué grado Caden no se moleste conmigo al no haberle revelado pronto el secreto.

— ¿No te emocionada? —Pongo nuevamente mi atención en él.

—Sí, claro que sí. —Finjo una emoción que ni siquiera tengo.

No sé qué debo de hacer para sentirme segura de todo esto, quisiera salir de este agujero para poder respirar con tranquilidad pero cada vez, siento como me hundo y en vez de hallar la luz veo más oscuridad. Si no resuelvo pronto el problema, todo se irá de mis manos y habrá un punto del que ya no pueda controlarlo, ojalá pueda encontrar un plan que me salve de este miedo que no me deja ni dormir.

—Es mejor que regresemos. —Dejo un corto beso en sus labios.

—Está bien. —Dice desanimado.

Salimos del lago para después irnos a poner nuestra ropa y así poderme retocar el maquillaje, ojalá la fiesta pueda terminar pronto y así, pueda quedarme en casa descansando, al menos, el tiempo necesario mientras que Caden permanezca en ella.

(...)

No dejo de ver como la ex mate de Adrién no quita sus ojos de él cuando el esposo de mi mejor amiga se la ha estado pasando encantado en ir de mesa en mesa a presentar a su mate, desde luego, como manada todos tienen que participar en la ceremonia, sin importar, que su ex pareja se encuentre observando todo aquello que una vez pudo haber sido suyo si no lo hubiera engañado con otro lobo. Sin dudarlo, no es la única que ha estado con un rostro lleno de molestia y rabia al ver cómo su ex pareja ya ha formado una familia, digo esto porque Zöe ha sido la siguiente en mostrarse interesada en cada gesto o movimiento que realizó cada vez que Caden es el siguiente en ponerme su brazo encima de mis hombros, como también, en darme todo tipo de muestras de cariño que sin esperarlo, llama la atención de varios hombres y mujeres lobo.

No tengo idea porque todos se interesan en nosotros cuando deberían estar pendientes en otros asuntos, como a su vez, de hablar de la ceremonia de matrimonio o de los recién casados, pero en vez de eso, se han empeñado también a observarlos como si fuésemos de su interés. Lo peor del caso es que ni siquiera he podido dar un bocado a la comida cuando tengo algunos malestares que hacen que tenga ganas de vomitar, eso sin decir que, los dolores de cabeza han aumentado y cada minuto que pasa, me siento más fatigada que antes.

Me doy cuenta como esté no ha sido mi día y en vez de celebrarlo a lo grande por ver como a Elaine se le ha cumplido uno de sus mayores sueños, en fin, estoy acá con una cara de mala leche mientras espero que todo termine. Sin embargo, ya han pasado como cinco horas y no veo que el último acto de presencia para la diosa de la luna dé inicio, en vez de eso, han llegado a ver bailes, sinfonías, algunas que otras tradiciones de la manada y desde luego, las típicas palabras de felicitaciones al feliz matrimonio.

Respiro profundo porque hasta siento como el aire se va de mis pulmones, es casi como sentir, si alguien estuviera impidiendo que pueda respirar con normalidad y también, que pueda encontrarme serena cuando hasta quedarme sentada es un fastidio. De vez en cuando me tengo que levantar aunque sea a fin de entretenerme pero no es suficiente para que piense que quiera irme a casa, quizás sea mejor que me proponga a decirle a Caden que es hora que nos marchemos a pesar que no vea la ceremonia final.

—Iré por una botella con agua. —Le señalé la mesa de bebidas.

— ¿Quieres que vaya yo? —Está por levantarse pero lo detengo.

—No, quiero caminar un poco. —Le digo antes de marcharme.

Paso entre varias mesas en las que debo de saludas a varios hombres y mujeres lobo de la manada, algunos de ellos ya se han adaptado a mi presencia, como también, en saber que seré la futura esposa de Caden; sin embargo, hay otros que siguen viéndome con repudio y odio, debido a que, siguen sin aceptar que una parte de su manada esté llena de medios humanos que han sido mordidos por el dichoso alfa que sigue sin aparecer.

Apenas agarro una botella con agua cuando la abro y empiezo a beber con tanta rapidez que suelto un suspiro en el instante en que dejo de beber agua. Eso hace que me tranquilice un poco pero no lo suficiente para evitar los mareos y los dolores de cabeza, los cuales ya me están provocando una mala efervescencia en mi cuerpo.

— ¿Cuántas semanas tienes? —Agito mi cabeza al escuchar esa pregunta.

— ¿Qué? —Me doy la vuelta al escuchar a Zöe.

— ¿Es que intentas seguirlo ocultando? —Se me revuelve el estómago con tal pregunta.

—No te entiendo, ¿de qué hablas? —Quisiera hacerme la ingenua del todo pero ya sé a lo que se refiere.

Maldición... ¿es que será posible? Quise evitarme un prejuicio en estos días en dejar de pensar en un pronto embarazo pero las reacciones que ha tenido mi cuerpo solo me han confirmado que pueda que lo esté y quisiera negarme de cualquier probabilidad, pero sería una estupidez cuando la última vez que Caden y yo tuvimos intimidad ninguno uso protección y no tengo la menor duda que pude estar en mis días fértiles.

—No te hagas la tonta conmigo, Gemma. —Ella cruza los brazos. —Tú sabes bien de lo que hablo. —Las náuseas llegan.

—Tú serías la última persona a quien le diría lo que sucede en mi vida. —Le dije mascullando. —Ahora si me permites, me iré.

Pero no con Caden sino que al baño, el cual tuve que buscarlo pronto pero para mi mala suerte, el problema es que estamos en un bosque y no veo por ningún lado algún baño portátil, así que no me quedo de otra que separarme un poco de la fiesta para ir a vomitar en un lado del bosque en donde pude sentir como descargué un poco de mi energía y a la vez, un vacío en mi estómago logro que al menos estuviera mejor.

— ¿Le sucede algo?

Deje de sostenerme del tronco de un árbol para darme la vuelta muy rápido y ahora sentir un verdadero miedo en el momento en que veo al abuelo de Caden cerca de mí. Él con esa mirada llena de cinismo e hipocresía, parece evaluarme de cabeza a pies como si fuese un detector que pronto dará una respuesta ante lo rastreado, sin embargo, veo como alza su cabeza y saca una fría sonrisa en la que se atreve a irse acercando más a mí, mientras busco la forma de alejarme.

— ¿Debería preocuparme porque estés...? —No lo dejo concluir.

—No... Simplemente, me he sentido mal y la comida no ha sido de mi paladar. —Intento verme firme y segura con mis respuestas.

—Ojalá sea así, porque te fuiste por dos días del bosque y Cian, ha desaparecido como si hubiera temido de algo —doy un largo respiro.

—No sé porque lo entromete a él en esto, ya que solo era el druida que trato de solucionar mi problema. —Rezongué.

—Eso parece, pero ya que se marchó y no tuvimos nunca una respuesta... A partir de mañana Bohdan será quien reintegre tu caso y nos diga la razón por la que no se puede convertir en lobo. —Trago hondo.

¿Qué? No estaba enterada de eso y además, ese druida le es fiel a él, por tanto, si sabe quién soy en verdad esté será mi fin, lo peor de ello, es que la situación se ha aseverado ahora y no puedo recurrir a nadie para que pueda ayudarme a evitar cualquier sufrimiento. Odio con toda mi alma tener que estar vulnerable ante los Dankworth y peor, en su propia manada la cual una parte de ella no tendría compasión ni empatía por si llegasen a asesinarme, no sé si huir sea buena idea pero lo que no tengo duda es que me tomaría días, incluso, aunque lo hiciera sé que ellos me encontrarían fácilmente al conocer todo el territorio del bosque y al olfatear mi aroma, sería una gran desventaja.

—Es mejor que regreses, si no quieres que, el lobo te coma. —Que ironía la que dijo.

Con molestia y desagrado, fui la primera en marcharme para volver a la fiesta e ir directamente hasta Caden quien nuevamente me cuestiono sobre dónde me había ido. Por lo que decirle que necesitaba un poco de espacio, no fue buena idea porque empezó a creer que me sucedía algo pero al menos, me dio la ventaja de decirle que no me sentía bien y que necesitaba marcharme a casa. Así que, sin protestar y ayudándome en lo que pudiera, nos despedimos de los novios para así, regresar a nuestro querido hogar, un lugar en donde aunque no me sienta cien por ciento segura, por lo menos, me da esa calidez que necesito por ahora.

(...)

No dejo de dar vueltas en la cocina mientras que espero que Farah, mi nueva guardiana llegue luego que la mandara al pueblo más cercano para que me comprara una prueba de embarazo, a estas alturas ya no puedo quedarme con la duda y más cuando en la mañana ya no pude fingir que había empezado a engordar cuando es probable que mi vientre ya comience a abultarse.

Tengo miedo, mucho miedo porque en comparación con un humano, una mujer normal tiene un embarazo de nueve meses, pero una mujer lobo, lo tiene en tan solo tres meses y para entonces, ya debo de estar en la tercera semana la cual cubre la primera fase del dichoso embarazo. No puedo creerlo y no puede estarme pasando esto a mí y más en el momento menos indicado, no es hora de tener hijos y mucho menos con el enemigo cerca, quien parece ser que no es el único sino que la ex de mi prometido también ya sospecha de ello.

La frustración es tan grande que me tengo que apoyar de la encimera porque nuevamente llegan los mareos que me impiden sentirme bien a cada cierto tiempo, eso sin decir, que el apetito me consume pero no es suficiente que me alimento con lo necesario cuando voy a vomitar pronto la comida. Ya no sé qué hacer y esto no traerá nada bueno, lo digo porque si Cassius se entera de ello, no sólo me asesinará a mí, sino a la criatura que estoy engendrando en mi vientre.

Quiero llorar, gritar y huir, pero ninguna de esas cosas puedo hacer porque alarmaría a cualquiera, porque aunque no lo quiera reconocer, tengo la impresión que hay personas fieles a Cassius que me están vigilando y a estas alturas, si pronto saben lo del embarazo, es para que tenga una muerte asegurada.

Escucho que abren la puerta ocasionando que dejé de estar apoyada en la encimera para ir corriendo hasta la sala en donde aparece Farah, ella debajo de su camisa saca una pequeña caja rectangular la cual al solo entregármela, le agradezco por su trabajo y así, irme corriendo a la habitación; desde luego, cierro la puerta con llave como también la del baño, y antes de poder llegar al punto principal, saco la prueba de embarazo de la caja y empiezo a bajarme mis pantalones para poder hacerme la prueba casera que confirmara aquello que ya estoy segura que pueda que sea cierto, pero esto, solo será más que una bofetada en la cara por no haber tenido cuidado.

Dejo la prueba en el lavado para leer las indicaciones en las que simplemente detalla que deben de aparecer dos líneas en medio de los círculos, ya que si solo aparece en uno de ellos, eso quiere decir que no estoy embarazada. Sin embargo, en los cinco minutos de espera, no deje de pensar en lo terrible que sería estar esperando un bebé ahora, lo más frustrante de ello, no es ser madre sino que, no es el momento adecuado para traer bebés a este mundo cuando todo el mundo se enterará que en sí, no soy una humana sino una mujer lobo, y no una cualquiera, sino que exactamente una loba del invierno quien es de la manada enemiga.

Veo una ejecución próxima...

Me dejo caer en la tapadera del inodoro en donde empiezo a llorar, quisiera tener a Samay o Kilian conmigo pero ninguno de los dos se encuentra acá y lo peor del caso, es que tampoco está Cian para que me dé alguna recomendación para este momento.

No sé por cuánto tiempo pasó lamentándome de lo sucedido, pero cuando sé que ha llegado la hora de ver la respuesta de la prueba, simplemente me acobardo evitando querer ver la realidad. Pero para concluir de una vez por todas con esto, simplemente, agarro la prueba casera del lavado para verla y sin dudarlo, me doy cuenta que tuve la razón, en donde todo este tiempo, quise cubrir el sol con un dedo o cubrirme los ojos para no reconocer la verdad, pero ahora, que lo tengo ante mis ojos, me parece la locura del año, y para mí desgracia, no sé qué es lo que debería hacer.

Las palabras se profundizan como un eco en mi mente, intento reaccionar pero en vez de eso, me quedo petrificada mientras busco la forma de poder entender los hechos y sobre todo, que ya no sólo soy yo, sino que llevo a alguien dentro de mí...

Entre más analizo mis palabras, me doy cuenta que llegan a la misma frase y conclusión, aquella que sigo sin poder creer.

Mierda... Caden y yo seremos padres... Estoy esperando un bebé... Dios mío, tendremos un cachorro.

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