Capítulo 36: Verdad
Es interesante saber cómo tu vida puede cambiar en un instante con solo imaginar que hay algo o alguien en tú camino que llegará a acabar con toda tu felicidad para hacerte dudar sobre lo que debes de hacer para no sólo salvar tu pellejo, sino que también, para evitar que la situación empeore cada vez más.
Cada decisión es para tomarla en cuenta y por supuesto, con mucha cautela si no deseas cometer otro error más; sin embargo, a veces las decisiones son tomadas por otras personas que no te queda de otra que analizar en que te llegarán a afectar o beneficiar, y si de estas podrás sacar algo bueno o malo al final.
Realmente quisiera pensar que todo lo que me está sucediendo es obra del destino, pero en sí, esto parece haber estado sujeto desde muchos años atrás que, en sí, no veo forma de salir adelante con ello si puedo empeorar mi situación huyendo de este lugar. Lo digo porque además de brindar sospechas, también, no sé cuánto tiempo tardarían en encontrarme cuando ya tienen mi aroma; esto no es como escapar de un asesino en serie o de un extorsionador que lleva tiempo vigilando cada uno de tus pasos hasta cumplir con su cometido, no. Más bien, aquí se trata de supervivencia y saber quién es el más fuerte para salir vivo de esta batalla, donde hasta el momento, sé que no soy yo.
Por la mañana, fui llamada por Cian para que conociera mis resultados sobre la razón por la que aún no soy completamente una mujer lobo; desde el inicio supe que algo no estaba bien conmigo, pero con el paso del tiempo y más por mi estancia en esta manada he empezado a descubrir cosas de mí, que además de aterrorizarme, cada vez más me ponen en un mayor peligro.
Fue así que, al llegar hasta Cian, él con un rostro neutro, pero con unos ojos llenos de preocupación, me empezó a dar todo tipo de noticias que unas me eran inesperadas mientras que otras, estaban llenas de sorpresas y desilusiones que no sabía que decisión podía tomar cuando él mismo ya me la estaba ofreciendo, pero me estaba tomando tiempo en aceptarla antes que alguien se diera cuenta quién y qué soy en verdad.
Quisiera poder decir que con su propia forma de demostrar angustia hubieran causado un efecto nulo en mí porque es muy malo demostrando sus emociones, pero siendo sincera, estoy cautivada por el terror de lo que he descubierto que ya no sé si huir sea la mejor idea para sobrevivir o simplemente, debería esperar a que Caden haga algo por mí si le cuento la verdad.
De todas formas, él tendría que hacer algo... Es estúpido decirlo cuando nunca he necesitado que alguien cuide de mis espaldas, pero a estas alturas, no puedo defenderme entre más de cincuenta hombres lobo que con solo tres o dos, pueden asesinarme. Sin embargo, a lo que voy es que soy la mate de Caden, sin mí, sus años de vida se llegarán a desequilibrar a punto de que cada día su muerte a pesar que sea lenta, le quitara años de los que podría mantenerse en pie; quizás suene muy egoísta porque estoy utilizando un arma letal en su caso para que siga vivó, pero en sí, sabemos que, si también me asesina sin motivo alguno, no sólo la diosa de la Luna, sino que Licaón lo castigará al romper una de sus leyes.
— ¿Cómo podrás confirmar lo que dices? —Le pregunté.
—Tendré que llevarte a Breckenridge, Colorado. —Anuncia de forma inesperada. —Ahí podré saber si estoy en lo cierto. —Respiré profundo.
—Y, ¿qué pasa si no? —Inhala suficiente aire para que su pecho se hinche.
—No sé... No quiero utilizar otro tipo de fuerzas contigo cuando no sé si tienes poderes sobrenaturales. —Suspira.
— ¿Cuándo nos iremos? —Vuelvo a preguntar.
—Mañana, es un viaje largo y por supuesto, tendremos que tomar precauciones por si alguien nos persigue. —Supongo que lo dice por si nos persigue algún assasin o científico.
— ¿Qué le diré a Caden? —Empecé a cuestionarme sobre ello. — ¿Le digo la razón por la que nos vamos a ausentar mañana? —Niega.
—No, hablare con él y le diré ciertas cosas, aunque conociéndolo se quedara inquieto. —Asiento porque esa es la verdad. —Es mejor que aún no lo sepa. —Cometa. —Además, no tienes pruebas que confirmen que lo eres, aunque tus sueños y recuerdos lo manifiesten. —Comprendo lo que dice.
—Tienes razón. —Digo un tanto preocupada al saber de ello.
—Mañana lleva a Samay contigo, nos servirá de ayuda. —Enarqué la ceja.
— ¿Solo ella? —Digo extrañada.
—Sí, otro lobo de esta manada no toleraría por mucho tiempo el frío y la nieve; en cambio Samay, nació dentro de ello, por lo que se le hará más fácil. —Parece conocer detalles de ella de los que desconozco.
—Bien. —Apruebo lo que dice sin poner alguna excusa.
—Y si quieres, llama a Kilian —engrandezco los ojos al escucharlo decir eso —. Quizás él también pueda contribuir en esto.
Es lo último que dice antes de ponerle atención a uno de los libros que ha estado leyendo continuamente desde que llegué. Así que, sin más que decir, simplemente me doy la vuelta para marcharme de su territorio, ya que lo único que necesito por el momento es poder analizar todo aquello que me comento, como también, en poder diseñar un plan en mi cabeza sobre cómo le diré a Caden la verdad si al final, termino por ser una loba del invierno.
Al salir del refugio en donde mayormente pasa Cian, decido ir a casa con la esperanza de poder hablar con Samay y hacerle la referencia de que mañana podemos encontrarnos con Kilian en Breckenridge; realmente es una buena oportunidad para que podamos discutir sobre lo que me ha sucedido últimamente, ya que necesito un consejo de su parte a fin de que me ayude a tener una escapatoria por si las cosas no marchan bien y lo digo, porque un lobo del invierno no podría pertenecer al clan de los lobos de clima tropical.
Sé que se escucha muy estúpido porque todos los lobos deben de adaptarse al clima de donde ellos provienen o pronto van a pertenecer pero como me lo explico Cian es que en mí ocasión no es lo mismo, primeramente porque si mis sueños y recuerdos no me engañan al demostrar que en sí, soy Aneu Hewlett, eso significaría que mis habilidades sobre salen más en el tipo de clima del que nací, debido a que, al no tenerlos desarrollados es difícil que estos puedan adaptarse al medio natural que por el momento estoy y más al ser una loba adulta.
Un ejemplo más flexible y entendible es como el que me dio Cian, un copo de nieve se derrite bajo un sol caliente; mientras tanto, una flor no puede sobrevivir bajo el frío de la nieve.
Esa es mi ocasión... Y puede ser hasta más entendible cuando aún recuerdo como el padre de Aneu... Bueno, mejor dicho, mi padre biológico le había hecho mención a mi madre de que se encontraban bajo un territorio del que ellos no dominaban y es claro, que hasta cuando se dio el incendio, se les hizo difícil encontrar una salida ante el calor de las llamas y encontrarse dentro de un bosque tropical.
Los lobos en sí, se categorizan hábilmente por quince especies, pero en sí; acá mayormente tenemos al lobo gris, que es el común de todos, como también, el que representa Caden y su manada; y luego tenemos el lobo ártico que son provenientes de zonas frías, como se supone que fueron mis padres y su manada.
De una forma más descriptiva, los lobos ártico poseen un gran pelaje grueso que les sirve para adaptarse a los entornos fríos, el cual además de protegerlos, les ayudan para pasar desapercibido de sus enemigos, como también, de las presas; sus patas también suele ser muy fuertes debido a que les facilita a trotar y correr en la nieve sin tener alguna dificultad; tienen una dentadura más pesada y grande que les sirve para atravesar cualquier tipo de textura dura y suelen ser los más grandes de la especie. Añadiendo que, la mayor parte de los alfas suelen ser las hembras, aunque cuando estas ya tienen a su macho, lideran como pareja.
Y luego tenemos al lobo gris, el cual su anatomía es más robusta y grande dependiendo del hábitat en que viven, sus movimientos son más veloces y precisos, sus patas tienen una musculatura más desarrollada, mantienen una larga resistencia en su cuerpo, sus dientes son más afilados, por lo que su mordedura es fuerte y en sí, tienen una mejor capacidad de adaptación a diferentes climas o hábitats.
Ahora haciendo la comparación de todo esto, es por ello, que el abuelo de Caden tuvo más probabilidad de asesinar a mi familia y a su manada. En cambio, mis padres y el resto de hombres como mujeres lobo, ni siquiera tuvieron la oportunidad de huir.
Odio tener que pensar en esto, pero no puedo dejar desapercibida la idea de que el señor Cassius asesino a mis padres biológicos sin pudor y miedo, lo peor de ello, es que, si supiera que la hija de Baltashar y Harlen Hewlett sobrevivió, no tengo duda que irá por mi cabeza para satisfacer por completo su venganza, porque dudo que en todos estos años podría haberse quedado tranquilo con la idea de que sobreviví, a no ser que haya pensado que también morí entre toda la manada de mis padres.
Otra cosa que deseo saber es porque mis padres... Mejor dicho mis tíos me ocultaron la verdad y me separaron de mis raíces; sé que lo habrán hecho para protegerme ya que era la promesa que mi padre deseaba que cumplieran pero aun así, tenía el derecho de saberlo todo y más cuando esto ha ocasionado que mi vida haya dado un giro enorme porque además de descubrir que tengo sangre de un hombre y mujer lobo, eso significa que también, pertenecía a una manada y sin dudarlo, ya tenía una historia tras ello que debieron contarme para ir aceptando de poco a poco mi realidad sin tener que ahora estarla descubriendo por mi propia forma cuando hubiera sido más fácil saber de mi pasado.
Suspiro con mal humor porque, aunque no lo quiera, me falta mucho por conocer y saber de mi verdadera familia, como también, mi manada. Necesito aclarar todas esas dudas que tengo en mi cabeza y más al saber porque responsabilizaron a mis padres de un asesinato del que ellos no formaron parte y porque, el abuelo de Caden tomó esa medida sangrienta para vengarse de ellos.
Realmente sí las leyes de los hombres lobo debe de cumplirse, no creo que la forma de asesinar a dos alfas con su manada haya sido la respuesta correcta para enmendar un error, más bien, creería que un juicio para saber el destino de ellos es donde equilibraría todo; por lo que eso también me hace cuestionar si el señor Cassius fue quien decidió tomar sus propias medidas y acciones antes de consultarlo a Licaón como Caden me ha explicado.
—Gemma.
Parece que acabo de invocar al mismo diablo en persona luego de estar pensando en la barbarie que le hizo a mi familia.
Me doy la vuelta para ver al abuelo de Caden detrás de mí con una postura sumamente intimidante y seria; así que, sin dejarme dominar por su carácter, dejo que mi seguridad logre que mi cuerpo se mantenga firme ante lo que pronto puede llegar a suceder.
—Buenos días, señor Cassius. —Lo saludo primero. — ¿Cómo se encuentra?
—Bien, gracias por preguntar. —Puso las manos detrás de su espalda. —He visto que salías de la guarida de Cian, ¿hay nuevas noticias? —Me concierna su interés en mí.
—No, no mucho. Hablará con Caden sobre algo importante, fue lo que me mencionó. —Intento no dar detalles de ello.
En esta ocasión creo que el dicho de: "mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca"; sería una perfecta frase para él cuando aquí a pesar que no lo sepa, sabemos que somos enemigos, lo peor de ello, es que, aunque sea familia de Caden, no puedo verlo como alguien diferente sabiendo lo que le hizo a mis padres y su manada, por tanto, ahora no me quedará de otra que fingir que las cosas están siendo normales sin importar ambas cuestiones del uno hacia el otro.
—Que mal. —Murmura. —Me gustaría mantenerme al pendiente de tu progreso, pero por lo que veo, sigue estancado como siempre. —Dice despreocupado.
—Sí, pero espero tener pronto noticias de ello. —Finjo interés en el tema.
—Exacto. —Muestra una leve sonrisa. —Quiero hablar contigo de algo importante, pero eso, solo puede suceder en mi oficina, así que, ¿me acompañas? —Señala en dirección a su hogar.
No debería de aceptar, pero tampoco sería lo correcto tener que poner una excusa cuando empiezo a creer que me insistirá a que hable con él ahora que Caden no se encuentra presente. Lo que tengo miedo de ello es que haya descubierto que soy una Hewlett, pero al menos no debería darle el crédito de pensar en ello, porque mi comportamiento lo delataría con facilidad, así que es mejor tener la idea ausente y por sí me llegase a preguntar, me haría la ignorante para evitarme un disgusto o una muerte rápida.
—Está bien. —Digo tranquila, aunque me esté muriendo de los nervios.
—Bien, acompáñame. —Termino por seguirlo.
¿Habrá alguna forma de que se haya enterado de quién soy? No creo, cuando el mismo Cian me mencionó que su guarida está protegida para que ningún hombre lobo se atreva a poner en alto sus orejas para escuchar lo que está sucediendo dentro, así que sería imposible creer que las cosas hayan terminado de esa forma, por otra parte, también tendría que confiar en Cian, porque a pesar que no me esté asegurando su protección, últimamente lo he visto más interesado en mi caso, como también, en querer ayudarme. Lo extraño de ello, fue saber que necesitaba hablar con Kilian y para que me haya dado la opción de poder contactarlo para que nos encontráramos mañana en Colorado, ha sido algo que me ha dejado impactada, porque al ser de una manada contraria, debería de haber como un impedimento para que eso sucediera, a no ser que fuera para tenderme una trampa, esperando que no sea así porque sin dudarlo, no quiero arriesgar la vida de Kilian ni de Samay solo por averiguar más de mi pasado.
Nos acercamos a la casa del abuelo de Caden para ver como él es el primero en hacerme una señal para que entre en ella, aunque no estoy muy segura de lo que llegué a hacer, tengo que saber el motivo por el que me ha citado, ya que no creo que haya sido por casualidad que nos encontráramos ahora, más cuando empezaba a salir de la guarida de Cian luego de darme un reporte sobre la mordida; añadiendo que, desde que el señor Cassius y yo nos presentamos, hubo una cierta tensión que no tengo duda de ambos podíamos haber sentido que algo no andaba bien y desde luego, a pesar que tenga mi razón, no sé si él ha podido también descubrirla.
Él me guía hasta su oficina, la cual está bajo de la casa, realmente parece ser un sótano, pero más elegante y con clase, pero, aun así, los colores marrones y rojos nos eran de mi suficiente agrado, porque a pesar que son llamativos, hay algo que me dice que son atrayentes por su dominancia.
—Me he enterado que Caden ha empezado a pedirle a la diosa de la Luna que puedan unirlos —dice mientras se sienta en su asiento de cuero.
—No he estado muy informada de ello —le fui sincera.
— ¿Sabes lo que implica vivir en custodia de una manada de lobos? —Deja sus brazos apoyados en el centro del escritorio.
—Sé de las leyes que Licaón les ha impuesto, como también, de las normas sociales que tienen como manada y por supuesto de los riesgos que hay de herir a otros hombres, mujeres y niños lobo. —Empecé a decirle al recordar todo ello.
—Lo sé, pero, ¿estás dispuesta a dejar tu vida de humana para integrarte a nosotros? —Vuelve a preguntar.
No sé porque sigue insistiendo en que le dé la respuesta que quiere escuchar, si en realidad, cuando te muerde un alfa, no tienes elección que integrarte a su manada o al menos que te reciba otra a fin de que te enseñen a controlar los poderes sobrenaturales que tu cuerpo empezará a proporcionarte, como también, cuando llegue la Luna llena. En sí, no pedí ser mordida pero tampoco puedo arriesgar la vida de los humanos solo porque no quiera aceptar de lo que puedo llegar a ser capaz, además, tampoco es que mi vida siempre haya tenido que ser entretenida, la única desventaja que he obtenido de todo esto, es que tengo que aparentar en haber desaparecido al punto de declararme muerta a fin de que mis padres no me busquen y se sigan preocupando por mí, a pesar que es una tontería porque con esto, ellos ya deben de estar intranquilos y si sabían que mis padres biológicos eran lobos, obviamente, eso les creará más dudas.
—Mi vida no era muy interesante, y las únicas personas que pueden preocuparse de mi ausencia serán mis padres, porque mis amigos también fueron mordidos. —Declaro.
Se queda pensando por un momento como si en verdad estuviera evaluando cada una de mis respuestas para descubrir si digo algo fuera de lo normal o no estoy siendo honesta del todo; pero a pesar que tengo el don de poder controlar los latidos de mi corazón, en sí, esté momento estoy más que diciendo la verdad.
—No entiendo porque mi nieto eligió a una humana para que fuese su esposa. —No me impresionó como de forma directa tiro ese comentario.
¿Qué es lo que quiere que responda ante ello? Que tampoco me esperaba a que su nieto me escogiera, que se enamorará de mí y que desde hace un tiempo se ha estado controlando para no darme la mordida que logrará que ambos terminemos por estar conectados.
—Serás más que una mestiza al lado de un alfa puro. —Dice con desprecio. —En mi familia no puede haber alguien así, perderíamos la dinastía de nuestra sangre pura, añadiendo que, tendría que recibir a una omega... —Suelta sin medir sus palabras.
Así que, esa es la razón por la que se ha estado mantenido resentido y apartado de mí. No me sorprende que hubiera querido una alfa en su familia, como también, que esta fuese de pura sangre para que sus descendientes siguieran con esa línea sin tener que ser hijos de una mestiza que tuvo que comenzar desde abajo.
Pero si más lo recuerdo, ya que soy Aneu y mis padres eran alfas, eso implicaría que tengo también sangre de un alfa y no sería en sí, una mestiza.
—En realidad, no sé qué vio Caden de ti. —Me señala de cabeza a pies.
¿Debería responder eso? No creo. Además, dudo que le interese mi opinión y prefiero quedarme callada porque sus palabras no son un motivo para herirme ni mucho menos para hacerme sentir de menos, porque, de todas formas, algo dentro de mí, comienza a removerse al solo pensar como asesino descaradamente a mi madre y de cómo le tendió una trampa a mi padre a fin de eliminar su manada.
— ¿No dirás nada? —Resalta.
Encogí los hombros porque en verdad, no me interesa tener que dirigirle la palabra cuando es probable que ni me dejé hablar. Estoy más tranquila aparentando no escucharlo e ignorarlo a tener que enfrentarme con alguien que sé que es más testarudo y cruel que cualquier hombre lobo que ya haya conocido en el camino.
—Espero que la diosa de la Luna, impida su matrimonio. —Dice refunfuñando.
No tengo ánimos para afirmar o negar eso, de todas formas, si él supiera ahora mismo la verdad, descubriría que su nieto y yo, ya estamos unidos por la diosa de la Luna, por tanto, no hay nada que nos pueda separar ya que soy la mate de Caden.
— ¿Eso era todo lo que deseaba decirme? —Le digo para poder marcharme.
—No. —Vuelve a ponerse en una postura seria. —Hay algo de ti, que no me agrada. —Eso si me empieza a poner inquieta. —Desde que te vi, me recuerdas a alguien... —Doy un enorme respiro.
—Creo que se ha confundido con alguien más porque yo nunca lo había visto en mi vida. —Respondo con la mejor seguridad fingida que tengo. —O, a no ser que nos hayamos encontrado en otro mundo paralelo. —Digo causando alguna duda de su parte.
—Quizás —achica sus ojos —, realmente hasta me es extraño que ni siquiera pueda sentir los latidos de tu corazón de forma agitada cuando te ves nerviosa. —Me muerdo la lengua al empezar a creer que está descubriendo lo que otros no han podido ver.
—Es porque soy buena ocultando mis emociones —menciono con cautela.
Suelta una risa de la que puedo ver claramente sus colmillos de los que se ven que son afilados y grandes; se acaricia su barbilla para quedarse un momento en silencio mientras parece estar analizando algo de lo que yo no he reconocido aún.
—Es extraño todo, sabes. —Enarqué la ceja.
— ¿A qué se refiere? —Pregunto.
—Fuiste mordida por un alfa, pero no te has convertido en mujer lobo y tampoco es que hayas muerto —enfatizo —. Sin embargo, pareces conocer mucho de nosotros, porque a pesar que tus habilidades no han salido a luz, en tus entrenamientos sorprendentemente has destacado en tener movimientos ágiles que previenen un ataque o que puedas defenderte de estos. —Empieza a decir. —También me he enterado que sabes algunos remedios para nuestras heridas, sabes mucho de nuestra historia y por supuesto, conoces mucho de nuestras leyes cuando no has mencionado que Caden te las haya enseñado. —Trago hondo. —Añadiendo que, te han enseñado a ocultar los latidos constantes de tu corazón y... —Se pone en frente de mí. —Tienes una parte de un triskelión en tu mano. —Engrandezco los ojos.
¿Cómo es posible que haya descubierto eso? Que yo recuerde nadie, además de Samay y Tahiel, el medio hermano de Caden somos quienes podemos ver la marca luego de que esta desapareciera. Esto me suena demasiado raro, sabe tantas cosas de las que no he revelado mucho y también, conoce detalles de los que solo él ha podido descubrir.
—Me resulta raro que hasta tu guardiana tenga una parte de ello —se me entrecorta la respiración al escuchar eso.
—No sé de qué me habla —intento hacerme la desentendida.
—Sabes Gemma. —Sonríe. —No me gustan los juegos y más, si son sorpresas. —No digo nada porque intento saber qué es lo que quiere decirme con ello.
Sin haberlo previsto, pronto me toma del cuello y me pone contra la pared logrando que me asuste, ocasionando que también, no pueda reaccionar inmediato al saber que esto ya no es nada normal.
—Descubriré quién eres en verdad y sí sé que tramas algo contra mi manada, te juro que las cosas no serán muy buenas para ti. —Empieza a amenazarme.
Pongo mis manos encima de la suya para poder quitarla cuando empieza a apretar mi cuello logrando que empiece a perder la respiración de poco a poco; lo aruño fuerte para que deje de asfixiarme, pero es imposible cuando mi dolor parece causarle satisfacción. El temor se vuelve cada vez más grande que tengo miedo de que esto no termine bien.
—Eso es... Tu miedo ha empezado a ocasionar que tu corazón comience a latir rápido —se burla.
Mis ojos se nublan logrando que empiece a perder la conciencia de lo que está sucediendo, cada vez más me siento débil y es primera vez que me siento incapaz de poder defender mi vida o como también, buscar una forma de librarme de ello.
—Sería fácil arrancarte el cuello para que mueras de una vez, pero no lo haré. —Me suelta, pero a la vez me tira al suelo como un muñeco. —Te tendré vigilada Gemma, hay algo en ti que no me gusta y no me quedare tranquilo hasta saber la verdad sobre ti. —Murmura. —Ahora vete antes que deba de sacarte como una basura de acá.
A pesar de tomar el suficiente aire a fin de que mis pulmones volvieran a su estabilidad, no pude manejar por un momento mi cuerpo, debido a que al haber estado cerca de la muerte y empezar a perder la conciencia de todo, me he quedado un poco desorientada haciendo que además de seguir tosiendo, tuviera que agarrarme de las paredes de la casa para ir caminando hacia la salida.
Me acabo de dar cuenta que él se tomó un buen momento para acorralarme y oprimirme bajo sus amenazas cuando el resto de la familia Dankworth no se encuentra en casa, eso sin decir, que apenas pude salir de aquel lugar antes de que él se tomara la molestia de seguirme torturando o de buscar la forma de sacarme de su hogar.
Solo abrí la puerta de la casa cuando estuve a punto de caerme si no fuese porque alguien me sostuvo antes de terminar en el suelo. Gire mi cabeza a un lado para darme cuenta que no se trata más que Samay quien se ve preocupada por mi estado, eso solo hizo que pronto me apoyará en su espalda y ella corriera en dirección a la casa de Caden, donde no tardó mucho en que llegáramos para después ponerme en la cama mientras me llevaba agua y revisaba mi cuello.
— ¿Qué pasó? —Dijo preocupada.
—Tengo la impresión que sabe algo de nosotros. —Comencé a decirle a pesar que me dolía la garganta.
— ¿Qué? —Se asusto por mi comentario.
—Tienes que tener cuidado Samay. —Le advertí. —Puede que te esté vigilando sin que te des cuenta y tengo miedo que te pueda hacer daño. —Ella hace una mueca.
Realmente ya ni sé si sea una buena idea de que llamemos a Kilian cuando tengo la sospecha que mañana, el señor Cassius termine por mandar a alguien de su manada a espiarnos ya que no estaremos acá. Y no quiero arriesgarme a que sepa más cosas de mí y de Samay cuando ahora somos su principal atracción en esto.
—Cian me dijo que mañana iremos a Colorado —empezó a decirme —, así que contacté a Kilian para que nos viéramos allá —agite mi cabeza.
— ¡Mierda! ¡No! —Me levante de la cama. —Cassius puede... —Me detiene.
—No te preocupes. Cian no permitirá que nos persigan mañana, confía en que todo saldrá bien, ¿sí? —Intenta que guarde la calma.
—Pero... —Ella niega.
—Descansa ahora, tiene el cuello rosa y morado y si quieres evitar que Caden descubra lo que sucedió, tendré que hacer uno de los remedios de Kilian para que se desaparezca el apretón que te dieron. —Dice con media sonrisa.
No debería descansar, más bien, tendría que crear un plan para evitar que mañana nos llevemos un disgusto o un problema luego de lo que hable con el abuelo de Caden, si es posible, será mejor que empiece a tener un plan B y C por si algo pasa, más hoy que estaré más controlada por él.
—Vendré un instante, ¿sí? —Empieza a irse.
—Samay... —La llamo antes que cruce la puerta.
—Dime Gemma. —Se detiene.
—Por favor, ten cuidado y no te alejes mucho del bosque. —Le digo nerviosa.
—Dios... —Me da una mirada.
— ¿Qué? —Digo preocupada.
—Hace tiempo que no escuchaba latir de forma acelerada tu corazón. —Admite.
—Es porque pronto el enemigo sabrá la verdad. —Enarca la ceja. —Así que, tendremos que ser más cuidadosas en todo. —Le digo nerviosa. —¿Comprendes?
—Comprendo.
Es lo último que dice antes de marcharse y dejarme sola a fin de que pueda preparar el remedio para mi cuello.
Demonios... si esto solo es el comienzo de mi infierno, no quiero imaginar lo que pronto vendrá si el abuelo de Caden se entera rápido que soy Aneu Hewlett... La hija y sobreviviente de la manada de Baltashar y Harlen Hewlett.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top