Capítulo 32: Todo tuvo un inicio y un final
No sé qué es lo que me sucede, pero puedo sentir como algo dentro de mí se encuentra inquieto, como si supiera que acabo de entrar en la boca del león o como si he buscado mi propia muerte.
Mayormente está casa tiene casi la misma estructura que la de Caden, solo que está tiene la diferencia que es más espaciosa y con pasillos más largos que en mi caso los siento interminables, a pesar de ello, hay varios retratos en las paredes, muchos de ellos de varios hombres o mujeres que van desde la clásica fotografía en blanco y negro hasta aquella que ya tiene color.
El ambiente suele ser un poco pesado, tanto así, que es como si ni siquiera pudiera respirar porque me están quitando el aire. La realidad de las cosas, es que no sé si debe porque a dos metros de mí se encuentra se encuentra el abuelo de Caden, quien además de asesinar a los padres de Aneu, también, acabo con una manada; sin embargo, puede que la siguiente razón es porque conoceré a toda la familia de Caden, quien además de presentarme a ellos, a su vez, les dará la noticia de nuestro compromiso.
Cruzamos otra habitación la cual nos llevó a un comedor, pero la sorpresa que me encontré fue ver como el resto de la familia de Caden ya se encuentran esperándonos, debido a que, además de estar en sus respectivos lugares en la mesa, ya hay varias bandejas de comida encima de ella.
—Buenas noches familia. —Saluda Caden.
—Buenas noches. —Digo siguiéndole la corriente.
—Papá, mamá, abuelo y hermanas. —Observo como Caden llama la atención de todos. —Ella es Gemma. —Agarra mi mano para luego llevársela cerca de su boca donde deja un beso en el dorso de ella. —Mi futura esposa y mate.
Doy un enorme respiro al escuchar cómo me presenta ante su familia, realmente me doy cuenta que además de tener el atrevimiento de decir que seré su futura esposa y mate, también tiene esa valentía como si no le diera miedo de que alguno de sus dos padres, hermanas o abuelo terminarían por oponerse al matrimonio.
— ¡Que alegría! ¡Otra hermana en la familia! —Se acerca una de las chicas a punto de darme un fuerte abrazo del que me saca un gemido de dolor.
—Malika, con más cuidado. Dañaras a nuestra invitada. —La reprende su madre.
—Gemma, te presentaré a mi familia. —Asiento a sus palabras para ver nuevamente a todos. —Mis padres, Runar y Damara Dankworth. —Ambos adultos mueven su cabeza en forma de saludo. —Luego están mis hermanas, Valkiria, Malika y Halia. —Las dos adolescentes y la pequeña niña sueltan unas hermosas sonrisas que destellan alegría y emoción. —Y mi abuelo, Cassius. Nuestro líder de la manada. —Puedo ver como él me da una mirada evaluativa de cabeza a pies.
—Es un placer conocerlos, me llamo Gemma Woods y pueden llamarme como ustedes deseen. —Dije con nerviosismo.
—Es una alegría poder conocer a la esposa de mi hijo. —Se levanta la señora Damara de su asiento. —Ven. Siéntate con nosotros, espero que puedas sentirte también como en casa. —Sugiere ella al mostrarme mi lugar.
Caden se queda siempre a mi lado mientras que nuevamente su madre suelta una agradable sonrisa para volver a su lugar en la mesa; como todo líder de la manada, el abuelo de Caden es quien se encuentra sentado en la punta de la mesa en donde puede ver todo movimiento del resto de la familia ya que ha quedado en el centro, mientras que los demás nos encontramos a los extremos.
— ¿Eres vegetariana o carnívora, Gemma? —Pregunta la madre de Caden.
—Bueno... Realmente me gustan los vegetales, pero también la carne —digo a lo que las hermanas de Caden ríen.
—Compórtense. —Les exige el señor Runar a sus hijas.
—Lo siento papá. —Dicen las tres al unísono.
— ¿Qué era lo gracioso? —Les pregunta Caden a ellas.
—Es que no imaginamos que tu esposa sería así —matiza Valkiria.
—Y, ¿cómo me imaginaban? —Intento adentrarme a la conversación.
—Como de esas mujeres delgadas que no comen y apenas toman agua para mantener su cintura de abeja. —Comenta Malika.
—Sí. Más porque Caden siempre ha tenido gustos exóticos con mujeres de grandes pechos y un trasero de globo. —Relata Halia.
— ¡Halia! —Caden nombra a su pequeña hermana al sentirse avergonzado por lo que dijo.
Debería sentirme ofendida o celosa, pero en sí, me pareció más una broma que me saco una risa de la que apenas pude contener. La verdad es que Halia tiene razón en describir ese prototipo de mujeres con las que Caden salía antes de regresar conmigo y un claro ejemplo de ello es Zöe. Aunque desde luego, supongo que para tener un buen cuerpo no es que solo tome agua, sino que imagino que debe de tener su propia rutina para verse bien.
—Olvidemos el pasado y mejor cenemos. —Propuso la señora Damara.
Todos empezamos a tomar comida de todas aquellas bandejas que se encuentran en la mesa, las cuales iban desde diferentes vegetales hervidos o salteados, hasta carnes o aves que no me extraña que fueran más el centro de interés entre la familia Dankworth. Así que mientras comíamos, podía sentir como el ambiente había empezado a bajar un poco su tonalidad luego de temer que algo mal sucedería, pero aun así, es un pronto para celebrar cuando el aura que refleja el señor Cassius y el señor Runar suelen ser extremadamente misterioso para descifrar si ellos están a gusto con mi presencia.
—Así que, ¿piensan casarse pronto? —Habla Malika con entusiasmo.
—No hemos decidido aún la fecha. —Responde Caden.
—¿Por qué no? —Dice Halia. —Si ustedes se aman.
La menor de la familia Dankworth hace que suelte una sonrisita leve para luego encontrarme con la mirada cómplice de Caden quien parece también haberle dado gracia el comentario de Halia. Realmente sí nos amamos, pero en verdad, el interés de empezar a ver los detalles de la boda son pocos cuando en sí, a Caden y a mí, nos importa más saber la razón por la que mis poderes y habilidades de licántropo no aparecen.
—Y, ¿cómo te está yendo en tu transición Gemma? —Pregunta el señor Runar.
Trago hondo porque no sé cómo responder a ello a pesar que sepa lo que quiere decirme. No tengo idea de cómo reaccione a la verdad, pero tengo el doble de miedo de imaginar que la mentira puede traerme consecuencias porque si mi parte licántropo no aparece pronto, es probable que crea que le mentí y eso se vuelva una falta de confianza de mi parte.
—Yo... —Ni siquiera sé cómo explicarlo —Sigo en proceso de descubrir mis habilidades. —Digo con aire temeroso.
— ¿Cómo así? —Le da una mirada a su hijo para que le explique lo que trate de decir.
Caden me da una mirada para asegurarse de que primero no me he empezado a sentir acorralada con la actitud ofensiva que acaba de tirarme su padre, eso sin añadir, de la tensión que vuelve a aparecer.
—A Gemma tiene un retraso, así que está en proceso de redescubrir sus poderes —menciona Caden.
— ¿Cómo que un retraso? —Casi se exalta el señor Runar.
—Suele suceder querido, además no sabemos qué clase de alfa mordió a Gemma, a veces eso puede que afecte en su transformación —la señora Damara intento calmar a su esposo.
—Exacto papá, además si Gemma nos permite, podemos ayudarla a que sus habilidades aparezcan —anuncia Valkiria.
—Sería una buena idea. —Opina Caden.
—Sí... Por mí no habría ningún problema. —Dije en un intento de creer que eso puede traer éxito.
—Entonces, ya tenemos planes con nuestra cuñada. —Dijo emocionada Valkiria.
Realmente no sé si decir que la cena terminó por ser más tranquila de lo que hubiera imaginado, en ningún momento el abuelo de Caden abrió su boca, ya que, en el transcurso del tiempo, simplemente se quedó observándonos y comiendo, mientras que la madre de Caden y sus hermanas fueron quienes más se interesaron en mí haciéndome las típicas preguntas sobre mi vida pasada las cuales no tuve ningún inconveniente de respondérselas. Por supuesto, de vez en cuando, el padre de Caden decía alguna que otra palabra o me hacía una pregunta como si me estuviera investigando, lo bueno fue, que no tuve ningún motivo para mentir al saber que todos quieren conocerme. Sin embargo, lo único que me pareció extraño es que el señor Cassius no me dirigiera la palabra, más bien, se había quedado, observando cada uno de mis movimientos y escuchando cada una de mis palabras como si fueran de mucho interés.
Quisiera hacerle muchas preguntas ahora mismo, pero creo que no es adecuado hacerlo cuando no hay ninguna confianza entre ambos, lo peor de ello, es que mi cuerpo y mi mente me exige que mantenga una buena postura al estar cerca de él porque es como sentir que, si hago algo incorrecto, pagaré meramente una enorme consecuencia que traerá sufrimiento y dolor.
Así que, por ahora, solo me quedare callada por mi bienestar y por supuesto, por el de Caden.
(...)
—Supongo que eso, estuvo bien, ¿no? —Le digo mientras caminamos en la oscuridad de la noche en el bosque luego de haber acabado la cena con su familia, la cual milagrosamente salí viva de ella a pesar que su madre me invitó nuevamente a que la visitara.
—Claro que sí, aunque mis hermanas no te dejaran en paz a partir de hoy —dice risueño.
—Me agradan, son muy lindas —el comentario lo pone de mejor humor.
—¿Qué tal mis padres? —Pregunta con curiosidad.
—Muy respetuosos y elegantes, tu madre es muy dulce y tu padre tiene tu genio —suelta una risa.
—Lo sé, todos dicen eso. —Me acerca más a su cuerpo. —Y, ¿de mi abuelo?
Abro la boca pero de ella no sale nada, sinceramente no tengo una objetiva opinión de su abuelo cuando pude sentir esa tensión entre ambos, eso sin decir que no dejaba de mirarme como si le recordará a alguien, aunque sencillamente, eso no es el caso, más bien, podía notar que algo no se encontraba bien porque lograba que él no se sintiera satisfecho en la cena, no lo digo porque estoy comprometida con su nieto, más bien, siento que esto se debe a algo mucho más serio de lo que solo yo, pude percibir durante toda la comida, porque mientras que los otros miembros de la familia de Caden simpatizaban conmigo, su abuelo se mantuvo callado, tanto que al principio me preocupo que fuese para poder saber si decía la verdad o conocer la forma en cómo actuaba, pero sencillamente, sé que esa no es la razón por la que se mantuvo en esa postura misteriosa.
—Parece ser más serio que tu padre —menciono.
—Mmm, ¿solo eso? —Siento su mirada.
— ¿Qué más quieres que te diga? Apenas lo conozco. —Intento evadir la idea de decirle la verdad.
—Bueno, tienes razón, aunque lo irás conociendo a medida que pasen los días. —Sugiere.
Me entusiasma más la idea de poder compartir tiempo con su madre y sus hermanas que con su padre y su abuelo, lo peor de ello es que hasta el señor Runar me parece más tolerable aunque no lo vi muy complacido en aceptar la decisión de Caden sobre casarse con una mujer que acaba de ser mordida por un hombre lobo y la cual apenas es una omega que ni siquiera ha presenciado sus propias habilidades porque parece tener un retraso, donde al fin y al cabo terminó por conformarse en lo que su hijo deseaba.
—Te puedo pedir un favor —le digo mientras nos vamos acercando cada vez más a su hogar.
—Me gusta que me pidas favores —ruedo los ojos con risa al saber a qué va su comentario.
—No es ese tipo de favor —lo decepciono pronto —, ¿crees que puedes llevarme mañana donde Elaine? Me entere que está embarazada y... —Veo cómo se detiene.
— ¿Quién te lo comento? —Me quedo petrificada al darme cuenta que metí la pata.
No recordaba que Caden no sabe nada que Samay y yo nos conocemos desde hace un largo tiempo, por lo que ella misma me comento sobre el embarazo de Elaine antes de que la bestia nos atacará.
—Cuando me presentaste a Samay, le pregunte a ella sobre Elaine —le respondo —, le pedí de favor que me dijera algo sobre ella ya que no había recibido más noticias. —Intento controlar el ritmo de mi corazón para que no se dé cuenta que miento.
A estas alturas debo de tener mucho cuidado con lo que digo o hago, porque si no, me estaré jugando mi propia vida al estar en un territorio del cual desconozco y con facilidad los hombres o mujeres lobo se pueden dar cuenta que no estoy siendo del todo sincera.
—Olvide darte la noticia, lo siento —se disculpa.
— ¿Hay algo más de lo que no sé? —Cruzo los brazos.
—Adrién le pidió matrimonio, así que luego de que nazca el cachorro se van a casar —abro la boca.
— ¿De cuántas cosas me he perdido por tu olvidadiza cabeza? —Le digo con un tono molesta.
—No mucho, realmente ellos decidieron comprometerse con la noticia del embarazo, además Adrién tuvo que hablar con la Diosa de la Luna primero para que le permitiera que Elaine fuera su mate y ella le diera su consentimiento en estar juntos —me explicó —. Y luego está Justin que cada día está mejorando en el control de su lado licántropo y por lo que veo, está comenzando a superar el duelo por Molly. —Asiento.
Realmente tengo mucho por lo que actualizarme, aunque el día de mañana que vaya a ver a Elaine, por lo menos su presencia con la de Justin hará que no me sienta lejos de casa, eso es algo muy bueno, ya que, de todas formas, mis amigos también son mi hogar y mi familia.
Sin embargo, también tengo que ir a ver a Samay, no sólo para preguntarle acerca de las dudas que tengo hacia la muerte de su familia, sino que también, para saber cómo ella se encuentra luego de que la bestia nos atacara.
Llegamos pronto a su hogar y apenas al entrar, dejo los zapatos de tacón a un lado para descansar mis pies, realmente necesito poder analizar que es lo que será de mi vida ahora al vivir en la manada de Caden, porque no sólo tendré que ser entrenada para controlar mis habilidades lobunas, sino que necesito también poder restablecerme acá y a adaptarme a todo aquello que tendrá que respectar ahora mi futuro.
Subí a la habitación para empezar a quitarme la ropa y así darme un baño, en todo ese tiempo me lo tomé para ordenar mis pensamientos, los sueños y por supuesto, mis planes. Sinceramente todo esto me resulta nuevo, es como si hubiera tenido un accidente y terminara perdiendo la memoria, donde en cuestión de tiempo, tuviera que comenzar desde cero, lo peor de ello, es que tengo muy esclarecido mis recuerdos y sin dudarlo, en pocas horas he tenido que acoplarme a toda la situación, es decir, vivir con Caden, tener que quedarme en su manada, conocer a su familia... Por Dios, esto es demasiado para mí
Abro el ropero de Caden pero no encuentro mi ropa en ese lugar, así que sacando una de sus camisas formales, termino por ponérmela hasta que escucho como abren la puerta y lo veo entrar, saca una sonrisa pero no se atreve a tocarme, más bien, me da ese espacio mientras que se va quitando su traje.
Me acuesto en la cama la cual es demasiado cómoda y logra que empiece a tener sueño, sin embargo, Caden llega, acaricia mis piernas que se encuentran desnudas para después empezar a besarme, pero no llega más allá de eso porque se recompone y me da una mirada.
— ¿Por qué te presentaste como Gemma Woods? —Abro repentinamente los ojos con esa pregunta.
—Tengo el presentimiento que, si tu familia escuchaba el apellido Hewlett, se arruinaría la cena. —Le soy sincera.
Veo cómo se queda callado como si estuviera confirmando mis propias palabras, realmente los primeros días que empezamos a conocernos, aún recuerdo que cuando nombré el apellido de mi padre, hubo cierta tensión y furia cuando lo mencione, tanto que supe que detrás del apellido Hewlett se esconde un pasado del que desconozco y necesito saberlo para descubrir que ha sucedido tras eso.
—Estoy en lo cierto, ¿no? —Me da una mirada.
—Sí, no te voy a mentir. —Se sienta en la cama.
— ¿Por qué? ¿Qué tiene el apellido Hewlett para que les desagrade? —Hace una mueca ante la pregunta.
Se deja caer en la cama para mirar hacia el techo, veo como el tema no es compatible para ambos al discutirlo ahora mismo, pero estoy aburrida de tener que descifrar cada pequeño secreto que se tenga que estar entrometido en mi vida.
—Caden... —Lo llamo y apenas sus ojos son los únicos que se mueven para verme.
— ¿Podemos dormir? Ha sido un día largo... —Ruedo los ojos.
— ¿Te es difícil responder mi pregunta? —Insisto.
—Gemma, no quiero hablar de ello, ¿sí? —Se da la vuelta para darme la espalda.
—Gracias por ser accesible a mis dudas... —Digo entre dientes.
—Gemma... —Gruñe.
Suspiro para ir a pagar la luz de la habitación y luego acostarme nuevamente en la cama, dándole también la espalda a Caden. Menuda confianza que tenemos, lo peor de ello es que así pensamos en casarnos.
A estas alturas será difícil descubrir los secretos que guarda Caden, pero de una u otra forma, los llegaré a saber porque no me quedaré de brazos cruzados cuando ahora sé que el abuelo de Caden es el asesino de los padres de Aneu, en donde no sé, si todo lo que me ha estado sucediendo, es obra del destino o es obra del triskelion.
(...)
Nos acercamos a la casa de Adrién y Elaine para tocar la puerta, miro a todo su alrededor para darme cuenta que es un hermoso lugar, al menos las flores silvestres adornan todo el terreno donde se ubica la casa, haciéndola más hogareña y de ser posible, con un ambiente sereno. No tengo duda que todo esto habrá sido obra de Elaine, ya que ella siempre quiso vivir fuera de la cuidad y en un lugar muy cercano a la naturaleza; veo que su deseo se cumplió, más con eso de que ella ahora formara una familia con un hombre que parece amarla, respetarla y a ayudarla a enfrentar todos los demonios que tuvo en su pasado.
La puerta se abre para soltar una sonrisa enorme al ver a Adrién en frente de mí, luego de un par de años sin verlo, me he dado cuenta que hoy se ve más maduro, tanto que hasta su aspecto físico dice mucho de él por el cambio que ha llegado a tener ahora que será también padre. No tardó mucho en acercarme a él para darle un abrazo, sinceramente, es de los pocos amigos y aliados de Caden que me agradan, no porque sea el futuro esposo de mi mejor amiga, sino porque siempre me brindo confianza y simpatía desde el inicio.
— ¡Gemma! ¡Que placer tenerte acá!
Nos separamos para luego brindarme espacio para invitarme a entrar a su casa; apenas doy unos pasos cuando empiezo a ver un par de cajas en la entrada principal, en donde él las llega a quitar para que no tropiece con ellas, luego saluda a Caden y pronto nos ofrece unas bebidas.
—Perdón por el desorden, pero estamos ordenando la habitación de mi futuro cachorro. —Veo una alegría abundante en sus palabras.
Pero no me queda tiempo de responder cuando escucho unos pasos provenir de las escaleras, en donde apenas al ver como una persona se acerca al portal de la sala principal, logra que suelte una sonrisa que hace que corra hasta ella para darle un abrazo, pero me detengo de inmediato al ver su abultado vientre, del cual no tengo duda que en uno de estos días ya pueda ser que dé a luz.
— ¡Gemma! —Grita mi nombre al verme.
—¡Elaine! ¡Dios mío! ¡Mírate! —Me cautiva y enternece al verla embarazada.
—Sí, me veo pura ballena... —dice bromeando mientras se acaricia su barriga.
— ¿Qué? ¡No! Te ves hermosa —Agarro sus manos.
—Te voy a creer, aunque no diga lo mismo cuando me veo al espejo —ruedo los ojos.
—Para mí, tú eres la mujer más hermosa —aparece Adrién con unos vasos de jugo.
Todos nos dirigimos hacia los sofás de la sala para poder mantener una breve conversación ya que no tengo duda que Caden deberá irse ya que tiene trabajo que hacer; así que al sentarnos veo como Adrién se queda detrás de Elaine para entregarle a ella una taza de té.
— ¡Felicidades a ambos! ¡Es una gran noticia! Y también la del compromiso. Mala suerte que me entere a último momento —anuncie de forma irónica por Caden.
—Aun así, es en un par de semana y ya que están acá, queremos pedirles a ambos sí, quieren ser los padrinos de nuestra boda —Caden y yo nos dimos una mirada al mismo tiempo.
— ¿En serio? ¿Es lo que quieren? —Dice asombrado Caden.
— ¿Por qué no? Eres mi mejor amigo y hermano, como Gemma lo es también para Elaine —sonrío.
—Será un placer acompañarlos en su día —confirme su propuesta.
— ¡Que bien! —Aplaude Elaine.
—Y, ¿ya saben si será niño o niña? —Les pregunto.
—Es niño. —Resalta con orgullo, Adrién.
Es sorprendente como tan solo dos años, la felicidad les llegó a ambos. Elaine obtuvo lo que siempre quiso, un hombre que la amará, una casa de ensueño y una familia; mientras tanto Adrién termino por tener a una mujer que lo aprecia y ama demasiado luego de lo mucho que sufrió cuando su antigua mate lo engaño por otro hombre lobo.
Una hora después, Caden termina por marcharse junto con Adrién, ya que ambos tienen que seguir con su trabajo haciendo que me quedará con Elaine ayudándola a adornar la habitación de su futuro bebé; así que mientras sitúo varios objetos en las estanterías, ella se queda doblando unas frazadas.
— ¿Cómo ha sido tu transición? ¿Te has podido adaptar? —Le pregunto al ver cómo se sienta en la mecedora.
—Fue más fácil de lo que pensé, realmente lo único difícil fue tener que controlar mis habilidades de lobo y tener que lidiar con la ex mujer de Adrién. —Asentí. —Y tú, ¿cómo te has sentido? Supe que te mordieron y estuviste varios días inconsciente. —Dijo preocupada.
—Parece que tengo un retraso con la mordida, Caden no sabe la razón, pero está investigación para tener una respuesta de ello —se asombra.
— ¿Será que te mordió un omega y por eso la mordida ha tenido un efecto tardío? —Encojo los hombros al no tener una respuesta.
—No creo, pero... Cualquier cosa se puede esperar. —Suspiro.
No quisiera precipitarme, pero tengo la intuición que algo no está bien, no con la mordida, sino que conmigo, pero mientras Caden investiga de ello, resolveré otros asuntos.
—Te veo pensativa, ¿sucede algo? —Me da una mirada curiosa.
Sucede mucho, sí supiera de mis pesadillas, de mis dudas y de todo lo que concierna a la familia Dankworth con Aneu... Quisiera que alguien estuviera aquí para ayudarme con todo este peso que llevo por encima, pero de cierta forma, la única persona que por ahora puede ayudarme es Samay. Quien necesito encontrarla lo más antes posible, pero tengo la sensación que entre más días me encuentre en esté lugar, las preguntas irán incrementándose junto con los secretos que guarda Caden y su familia.
—Estoy intentando asimilar todo... —digo cansada mentalmente.
—Sí, lo sé. Los primeros días serán un tanto complicados, pero no dudo que te acostumbraras a esta nueva vida. —Menciona con el fin de animarme. —Pero oye, es cierto —enarque la ceja.
— ¿El qué? —Hice un gesto para que prosiguiera.
— ¿Que Caden te pidió matrimonio? —Dice con una sonrisa llena de ilusión.
— ¿Lo saben todos? —Veo cómo se emociona.
—Entonces, ¿es verdad? —Le confirmo moviendo la cabeza. — ¡Dios mío! ¿Por qué no me lo dijiste? Soy la última persona en enterarme —niego ante lo que dice.
—Deja el drama, Eli. —La calmo. —Eres de las pocas personas que lo saben de forma oficial. Ni siquiera Justin lo sabe. —Le explique.
— ¿En serio? Y, ¿quién lo sabe? —Pone sus manos en sus anchas caderas.
—La familia de Caden —ella se asombra —, ayer los conocí.
—Eso si es una novedad. —Asiento.
Le doy una breve recopilación de todo lo que sucedió ayer en la cena, realmente me parece lo menos interesante conversarlo, pero para ella es una muestra más de todo lo que he tenido que ir atravesando en tan solo dos días, sinceramente, a este paso, recibiré más sorpresas de las que obtenía en mi cumpleaños.
Toda la mañana la pase al lado de Elaine quien me actualizo sobre su vida en estos dos años, al menos no tuve que comentar de la mía, ya que explicarle que tuve que regresar a la casa de mis padres es otra historia que nos llevaría más tiempo en conversarla, más porque tengo la idea de que tendré que omitir ciertos asuntos para que ella no tenga que formar parte de todo el convenio en el que estamos metidos, Kilian, Samay, el hermano de Caden y yo.
Por la tarde decidí irme a casa sola, al menos recordé muy bien el camino por lo que no creo perderme. Así que, mientras pasó por los enormes árboles que cubre el bosque, siento esa paz y tranquilidad, creo que es lo único bueno que me ha traído vivir en este lugar, ya que antes de todo esto, siempre quise probar que se sentía vivir cerca de un bosque y ahora tengo esta experiencia.
Camine unos metros más hasta llegar cerca de un riachuelo, es un gran día y la verdad, el ambiente del lugar lo mejora todo, con el sonido del agua caer, varios pájaros cantar y uno que otro sonido que se escucha a como pisan una rama...
Me doy la vuelta y pronto una piedra cae en mi rostro haciendo que caiga hacia atrás ocasionando que me golpeé el trasero, como también, me acaricie la frente en donde la piedra me impactó. Me levanto y escucho como alguien se ríe de mí, pero terminó por hacer una risa falsa cuando veo a Samay a unos metros de distancia.
—Eso dolió —proteste.
—Pensé que me habías escuchado y que también, esquivarías la piedra por reflejo —dice riendo.
—Solo te daré como resumen que la mordida no ha dado el efecto esperado en mí —digo frustrada.
—Sí, ya lo veo. —Empieza a analizar la situación. —Algo no cuadra en todo esto y la respuesta no será fácil de encontrar —me acaricio la nuca.
—Lo sé, pero he pensado si... ¿le decimos a Kilian? —Hace una mueca.
—No creo que sea una buena opción ahora que estás acá —mira a su alrededor —, debes de tener mucho cuidado lo que dices y haces ahora, Gemma. —Me advierte. —Cualquiera te observara y es un buen momento para que te protejas, porque, aunque no lo creas, una manada también puede traicionarte en cualquier momento menos esperado. —Trago hondo.
Aunque Caden me asegure protección en su manada, Samay tiene razón. Yo no nací con los demás lobos y mucho menos soy de pura sangre, eso implica que no hay un lazo entre los demás licántropos porque siempre me verán como una forastera que vino a sus tierras luego de ser mordida.
De alguna u otra forma debo de protegerme a mí misma, porque no tengo duda que, en cualquier momento, alguien pueda ponerme una trampa para que todo salga mal y sea devorada por lobos y esta vez, esto no será una metáfora.
—Samay, el abuelo de Caden... ¿fue quién asesinó a tus padres y los de Kilian? —Susurré.
Su buen humor cambia en un solo instante con aquella pequeña interrogante, es probable que debía de haber obtenido ya una respuesta si no fuera porque a ella se le dificulta hablar del tema y más porque lo vivió al haber sido solo una niña.
—No te quiero poner en contra de la familia de tu prometido, pero... —niego.
—Sin rodeos, Samay. —Respira hondo.
—Gemma...
—¿Qué hacen acá?
Nos dimos la vuelta y nos encontramos con un hombre lobo, se acerca a nosotras para darnos una mirada sospechosa ya que además de estar hablando en susurros, Samay y yo nos mantenemos a una extensa distancia a fin de que nuestro olor no se combine y alguien pueda detectarlo.
—Llevó a la señorita Gemma a su hogar —responde Samay.
—Y, ¿qué ella no puede irse sola? —Pregunta el fornido y alto hombre lobo.
—Soy su guardiana, por lo que debo de estar con ella en todo momento —dice Samay con una voz firme.
Me doy cuenta como el hombre lobo no le convence las palabras que dice Samay, en esta ocasión prefiero callar mi boca antes de que pueda empeorar la situación; así que dándole una mirada a mi guardiana, al final ella se va acercando a mí y me da una señal para que sea la primera en caminar, así que cruzando el riachuelo para dirigirnos a mi hogar, intento no mirar hacia atrás ya que eso podría confirmar más el interés que tengo por ver que aquel hombre lobo que no nos está persiguiendo. Por lo que ya a unos metros lejos, Samay se adelanta e intenta ponerse a mi lado para murmurar unas suaves y apenas audibles palabras a fin de que cualquiera que ande merodeando las tierras no nos llegue a escuchar.
—Pronto te diré toda la verdad, solo ten paciencia.
Minutos después Samay me deja en mi hogar, hubiera querido conversar con ella con respecto a su manada y su familia, pero tendrá que ser en otra ocasión en la que nadie nos esté vigilando o al menos persiguiendo. He empezado a darme cuenta que tendré que ser más cautelosa de lo normal, porque no dudo que las cosas puedan ponerse terribles en cualquier momento y más al ser nueva en todo esto.
(...)
Toco la puerta para después abrirla al tener el consentimiento de Caden de entrar a su territorio, apenas doy unos pasos para cerrar la puerta detrás de mí, cuando lo veo sumergido en un enorme papeleo que no deja de leerlo y sacar notas contables que parecen ser interminables. Con cuidado me voy acercando hasta que, al levantar la mirada, suelta una leve sonrisa apartando su trabajo para darme unos minutos de su atención.
—No te escuché llegar —le digo quedándome en una esquina de su escritorio.
—Estabas dormida y no quise despertarte, pero te agradezco por dejar la cena preparada —agradece dejando a un lado unos papeles.
— ¿Mucho trabajo? —Le pregunto.
—Sí, esto de estar ausente no es del todo bueno. —Dice agotado.
No es de menos cuando de poco a poco me he ido enterando que en sí, Caden tiene un negocio sobre venta de madera, por lo que siempre en épocas de verano e invierno le va muy bien en su comercio.
—Gemma, perdón por no responder ayer tu pregunta. —Dice levantándose de la silla. —Sé que la confianza es algo primordial en una relación y creo que no lo estoy cumpliendo como se debe contigo. —Dice avergonzado.
— ¿Es algo tan horrible para que no quieras decirme? —Musito.
—Cuando era un cachorro, los alfas de una manada asesinaron a mi abuela sin piedad y luego la llevaron a unos científicos para que la estudiaran; la destrozaron completamente usándola como objeto de investigación. Cuando no obtuvieron lo que querían, la desecharon como basura... —Trago hondo al escuchar esa historia. —Mi abuelo no pudo con su pérdida, habían secuestrado y asesinado a su mate, por medio de una traición de otra manada. —Abrí la boca anonadada. —Quienes hicieron esto llevaban el apellido Hewlett... Baltashar y Harlen Hewlett, ellos asesinaron a mi abuela. —Pronuncio esos dos nombres que ya conocía.
Respiro profundo para sentir como el estómago se me revuelve y la sangre se me enfría. Escuchar esos dos nombres me hace entender que todo tuvo un inicio y un final, tanto que el abuelo de Caden tomo la vida de Baltashar y Harlen en un momento de vulnerabilidad en el que no sólo ellos murieron, sino que también su manada, por lo que... No sé si podría justificarse toda su acción con el hecho de haber asesinado su esposo, aunque también está esa duda, si es verdad, cuando aún recuerdo que la misma Harlen mencionó que ellos no habían asesinado a su esposa, más bien, alguien les puso una trampa para que se viera que ellos habían sido los implicados del crimen.
—Lo lamento, Caden... —Digo con palabras atascadas en mi garganta.
—No importa, de todas formas, es cosa del pasado y ellos tuvieron su sentencia de muerte, así que... Olvidémoslo y ya. —Evita querer seguir hablando del tema.
En realidad, no debería seguirlo presionando, de todas formas, de poco a poco iré obteniendo toda la información que requiero para ir armando las piezas del rompecabezas de mi puzzle. Solo tengo que ser un poco más paciente, a fin de cuentas, Caden se irá sincerando conmigo en los próximos días, así que, es mejor que todo vaya a su ritmo sin que siga perjudicando más la situación.
—¿Vienes a dormir? —Le señaló la puerta.
—Te alcanzo en unos minutos. —Se acerca y deja un beso en mi frente.
—Está bien. —Le muestro una sonrisa para luego marcharme.
Es afirmativo, pero por lo menos tengo la primera teoría por la que el abuelo de Caden asesino los padres de Aneu, pero eso es poco para generalizar la razón por la que exterminó una manada, no tengo pruebas pero tampoco dudas de que la intención del señor Cassius iba más allá que una venganza y más porque al recordar nuevamente el sueño, aún escucho como un eco las palabras de la señora Harlen, las cuales también me hacen pensar que esa sea la razón por la que Caden no tiene una mate pero a pesar de ello debo de seguir averiguando todo y más con esa frase que no se quita de mi cabeza.
«No importa lo que hagas, mi hija sobrevivirá y será la esposa de tu nieto, quieras o no»
¿Aneu habrá sido la mate de Caden?
Lo peor de todo esto, es que empiezo a tener el presentimiento que apenas esto es el inicio de todo lo que iré descubriendo pronto... Dios, ¿cuántos secretos más esconderá la familia Dankworth?
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Continuará...
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