Capítulo 29: La Bestia

Adolorida me despierto siendo consciente que no estoy en mi casa, abro los ojos y estos fallan al principio al ver nublado y todo moviéndose de un lado a otro; sé que estoy en un bosque pero no sé cuál, además es probable que sea de madrugada porque el cielo se mantiene oscuro. Me levanto y me toco la cabeza notando que mis dedos terminan por mancharse de un líquido viscoso que pronto me doy cuenta que es mi sangre.

Suspiro e intento averiguar dónde estoy pero no mis oportunidades de buscar una salida segura se acaban con el sonido de unos pasos ir muy rápido y luego de un aullido que aclara mi mente al recordar a la bestia.

Mis sentidos de supervivencia se avivan y empiezo a correr a pesar que me encuentre demasiado débil...

No dejo de correr mientras esquivo cada tronco de un árbol caído, de cada piedra que obstaculizaría mi camino y de cama rama que sin considerarlo, golpeará mi rostro logrando que me detenga. No miro hacia atrás porque la terrible idea de hacerlo pueda provocar que choque con algo que tenga próximamente en frente, eso sin añadir, del oscuro bosque en que me encuentro sin saber si aquella bestia es la que me ha traído acá para asesinarme.

Mis pies empiezan a doler y el corazón está por salirse de mi pecho; no había temido por mi vida desde hace ya un año pero ahora es impredecible decir que es lo que me pueda suceder si solo busco un lugar para esconderme y quedarme el resto de la noche allí sin ser encontrada. En mis alrededores no veo más que árboles y arbustos, no puedo saber si estoy cerca de una carretera o ciudad, simplemente ahora no me puedo dar el privilegio de detenerme y averiguarlo.

Un estruendoso rugido me hace caer al suelo al perder el equilibrio en el momento en que la tierra empezó a temblar; intento levantarme pero mis oídos se agudizan y la cabeza comienza a dolerme, no comprendo que es lo que me sucede en aquel instante pero soy incapaz de poder recomponerme rápido y en vez de eso, termino por sostenerme de un árbol mientras espero que el dolor pase.

Gruño mientras me apoyo en el árbol, varias gotas de sudor se deslizan por los extremos de mi rostro y mi frente, intento poder recuperarme pero la sincronía que antes he llevado la he perdido con solo escuchar aquel horrible ruido que ahora se ha convertido en más que un aullido desgarrador.

Abro los ojos para intentar caminar y así ir aligerando el paso nuevamente; buscaría alguna cueva o refugiarme entre algún lugar que me mantenga a salvo pero no veo ni una señal de algo que pueda servirme; escucho unos pasos y no tardo en volver a correr a pesar que la cabeza está a punto de explotarme.

Los pasos se vuelven ligeros y cercanos, tanto que casi los puedo sentir al pisar mis talones. En ese momento me doy la vuelta y veo una sombra oscura con unos ojos rojos correr hasta mí, intento moverme de un lado hacia el otro para que no pueda atraparme pero no me es indiferente saber que pronto me alcanzara al tener más velocidad y agilidad por su sobrenaturalidad en comparación al ser ordinaria.

Dejo de verlo y como exactamente había dicho hace un momento, tuve que detenerme un segundo porque estuve a punto de chocar con un árbol, un segundo que basto para alcanzarme y un segundo para tirarse encima de mí y dejar ir un gran gruñido que erizo mi piel.

Mi cuerpo se petrifico al ver sus enormes dientes y esos ojos que marcan su transformación; su respiración cae en mi rostro y por una vez en la vida deseé tener en mis manos, mis armas para estas ocasiones.

***

3 Horas antes del ataque...

Le doy una mirada a Caden mientras que él sigue observando unas fotografías que le han enviado a su correo, al parecer muchas de ellas son acerca de la expedición que una parte de su manada hizo en las alcantarillas de Portland, en donde encontraron diferentes artefactos que han llamado la atención de los hombres lobo, entre ellos: unas cadenas gruesas, unas linternas, unas jaulas, ropa rasgada y unos tubos en donde se evidenciaba una mordida letal, sin añadir a la lista los rasguños en las paredes y gotas de sangre.

No es algo de lo que ellos deban preocuparse pero si para ponerse a alerta luego de saber que pueden tener unas pistas del alfa que últimamente ha estado mordiendo a todos aquellos humanos en Portland, aunque por un lado, ellos creen que todas esas personas no solo son provenientes de Oregón, sino que también de lo que podría ser otras ciudades.

A pesar de obtener esas evidencias, aun no existe un objetivo por el que el alfa comenzó a morder a esas personas pero tampoco existe una razón por la que hace unos meses dejó de hacerlo; lo más conveniente que ellos han creído, como también, pensado que ha sido porque debe de estar reclutando o formando una manada, pero siendo sincera, aún no le han dado una respuesta a ello, pero es la alternativa más segura que tienen.

—Si sigues mirándome no puedo concentrarme -ambos reímos.

Gire mi rostro para ver hacia la ventana, aún sigo sin creerme que él me haya pedido matrimonio, a pesar que no hemos acordado aún una fecha, sé por una parte lo que significara todo eso cuando llegue su momento, no solo hace mención en dejar mi hogar, mi vida como persona ordinaria o hasta pretender en buscar un nuevo trabajo para sobrevivir pero de cierta forma, ya no será así del todo; sigo pensando en cómo será la vida de un hombre lobo, porque aunque me abstenga a no querer creer en lo que dice Caden, a veces tiene una cierta lógica.

Ya no estamos entre los siglos XV hasta el XVIII para pretender que los hombres lobo se siguen refugiando entre los bosques, viviendo como salvajes, cazando de animales silvestres y sobreviviendo únicamente de su naturaleza, diciéndolo de otra forma como sin trabajar, sin pagar deudas y sin depender de nadie.

Ellos tienen una nueva vida, mucho más actualizada y ligera como la que tienen todos los seres humanos, no necesaria o básicamente completa como la de ellos, pero si con una influencia que ya no los hace excluidos de la sociedad; aunque normalmente aún deben esconderse para evitar cualquier problema que puedan llegar a tener.

—Olvide decirte que está noche no estaré en Portland, tendré que reunirme con la manada para discutir el problema de las alcantarillas —menciona mientras se va acercando a mí.

— ¿Volverás? —pregunto dejando de mirar a la ventana.

—Claro que sí, Bestia. —Su dedo índice pasa rozando mi mejilla.

No me resisto y pronto me acerco a él para besarlo, sus carnosos y suaves labios no dejan de moverse encima de los míos en un forma muy salvaje, queriendo capturar hasta los pequeños suspiros que suelto cada vez que me queda tiempo para separarme un poco de él para tomar aire; sin embargo, cuando su lengua entra en mi cavidad bucal, la diferencia de distancia se vuelve mínima haciendo que nuestros cuerpos choquen y pueda sentir como intenta limitar más esa separación pero sin antes, arrebatarme la camisa en un solo tiro y luego dejarla en alguna parte de la sala.

— ¿Sin sostén? —eleva una ceja.

—Sí, es mucho más cómodo —susurro.

—Gemma... —repite mi nombre con una voz más ronca.

— ¿Qué? —Digo riendo.

Se lame los labios mientras se hace hacía atrás chocando con el respaldo del sofá, no deja de verme pero no de forma perversa sino más bien con ternura como si hubiera llegado a comentar algo muy dulce que le hubiera causado esa mirada blanda y llena de cariño.

—Nada. —Ríe dejando un beso en la punta de mi nariz.

Hubiera querido que permaneciéramos más tiempo de esa forma pero se escuchó como alguien llamo a la puerta de su apartamento así que tuve que levantarme de si regazo para buscar mi camisa y ponérmela antes que abriera la puerta.

—Gemma, te quiero presentar a una persona —dijo Caden desde el fondo del pasillo donde está la puerta.

Intente no mostrar alegría en el momento en que Samay cruzo el umbral de la casa para seguir a Caden; mantiene su cabeza cabizbaja pero la levantó un minuto para sonreírme y regalarme un guiñó cómplice como si estuviera aquí por un buen motivo. Ella se quedó detrás de él en espera que le diera alguna indicación pero en vez de eso, puso sus manos hacia atrás como un soldado en guardia; Caden le dio nuevamente una mirada y le hizo una señal para que se quedara a un lado, en aquel momento me hice la desentendida por una parte, lo digo, porque ya conozco a Samay pero mi prometido quizás recuerda que solo una vez la vi en el momento en que casi un assasin me asesina junto con él, por otra parte, no he podido tener otro contacto con ella en todo este tiempo cuando las razones son muchas y debemos de tener mucho cuidado para no lamentarnos en obtener un gran problema, simplemente, quisiera saber cómo ha ido con la marca en su mano izquierda y si nadie la ha llegado a ver.

—Gemma, ella es Samay —Caden empezó a presentármela —será tu guardiana hasta que encuentre el momento indicado para que deje de serlo. —Enarque la ceja.

— ¿Guardiana? ¿Pero de qué? —si no formulo preguntas cuestionara mi actitud pasiva hacia lo que estoy escuchando.

—Bueno te mencione que ser parte de los hombres lobo tiene sus riesgos y como mi prometida... —no vi un asombro en el rostro de Samay al escuchar esa noticia —debo de cuidarte antes que regresemos a mis tierras. —Ahora si no comprendí a que se refiere.

— ¿Tus tierras? Explícate —Caden le dio una mirada a Samay.

—Dame un momento y no escuches —Samay asintió y se marchó.

Cuando mi mejor amiga y la que considero como hermana se marchó para dejarme a solas con Caden, él suspiró antes de hablar para comunicarme aquello que aún ni siquiera me lo ha mencionado pero salió por sí solo de su boca como si hubiera creído que la noticia no me afectaría. En vez de eso, primero superviso si Samay no está escuchándonos, como también, si se encuentra cerca; al estar seguro, solo se limitó a darme una mirada y empezar a hablar.

—Dentro de dos semanas tendré que irme a mi manada... —dijo.

—Entonces que te vaya muy bien —dije irónica.

—Gemma —gruñó mi nombre.

—Y ¿cuándo pensabas decirme? O es que me llevarías a la fuerza y sin considerar en darme la noticia —farfullé.

—No pero iba a decírtelo —pongo los ojos en blanco.

— ¡Caden! Si quieres que llevemos bien este compromiso por lo menos debes decirme tus planes, no quiero ser la última en saberlos —asiente comprendiendo lo que le digo.

—Sí, tienes razón... Solo... No sabía cómo decírtelo. —Suspiro. —Sin embargo, quiero que consideres la idea que quiero que vengas conmigo. —Parpadeé varias veces para entender aquello.

Dos semanas... No estoy preparada para considerar irme de Portland en tan poco tiempo, hace apenas unos meses acabo de llegar aquí para ahora volverme a ir solo que a un lugar desconocido en donde no soy consciente en la vida que tendré o de las personas que me encontrare aunque en su mayoría son hombres lobo tanto puros como mordidos.

—Pero Caden... —Digo angustiada.

—Lo sé Gemma, sé que no estás preparada pero si serás mi mate tendrás que acostumbrarte a esta nueva vida. —Tomó mis mejillas y las acarició con sus pulgares.

He de arriesgar más de lo que no estoy acostumbrada, porque no tengo conocimiento acerca de dónde está su hogar o que tan lejos se encuentra para seguir en comunicación con mis padres o Kilian, además será muy difícil recibir una correspondencia de ellos sin añadir de que no podré verlos de una forma más libre si pretendo tener a guardianes que intenten protegerme de cualquier peligro inminente que pueda sucederme ahora que estoy comprometida con Caden.

—Samay se quedará contigo hasta que vuelva, dónde quieras ir o con quién quieras estar, ella debe estar presente para evitar cualquier riesgo que puedas correr. —Dice mientras apaga su laptop y empieza a ordenar unos documentos.

—Caden, puedo cuidar de mí. No soy una niña. —Le digo entre dientes.

—Lo sé, pero como digo, no quiero correr el riesgo. —Deja un beso en mi boca antes de marcharse. —Nos vemos en unas horas.

Se aleja para salir de su apartamento y quizás darle unas indicaciones a Samay antes de irse; el sonido de la puerta cerrarse me hace saber que no volverá hasta el amanecer del día de mañana, escuchó unos pasos pero no me estremezco con que sea un enemigo porque sé que se trata de Samay, al verla, estoy a punto de tirarme en sus brazos para saludarla pero he de recordar que toda cercanía con ellos, apunta a que su olor pueda quedar impregnado en mi ropa, lo cual, es más fácil para las dos no encargarnos de obtener problemas y por el momento, vernos como unas desconocidas que tratan ir más allá de unos simples saludos y gestos de respeto.

Pasados ya unos diez minutos y ver por la ventana que Caden se ha marchado en su auto, me acerco a Samay para poder hablar con más libertad con ella, esperando que no hayan otros dos ojos más para espiarnos y oídos para escuchar nuestras palabras; todo sería más fácil si nadie sospechara que ella proviene de otra manada, como también, que no está con Zöe para trabajar con ella; además eso de fingir no conocernos a veces pueda ser para mí un gran conflicto luego del cariño que le he llegado a tomar todo este tiempo.

— ¿Qué haces aquí? —Digo riendo — ¿Guardiana?

Ella suelta una sonrisa simpática hasta que empieza a ver todo el apartamento con mucha curiosidad, la última vez que nos llegamos a ver fue exactamente en la casa de Elaine para tener noticias sobre si Kilian había investigado un poco más sobre las marcas que tenemos en nuestras manos izquierdas.

—Bueno, quise librarme de Zöe y cuando se me presento la oportunidad, lo hice —encogió los hombros.

—Y ¿cuál fue tu oportunidad? —le pregunte mientras fui a la cocina para hacer café.

—Torneo de guardianes, se había escuchado que Caden necesitaba de una guardiana para cuidar a su prometida —hice una mueca.

— ¿Qué? —Me puse tensa al escuchar aquello — ¿Alguien sabe qué soy su prometida? —dije nerviosa.

Samay me dio una mirada pero sin responder mi pregunta, solo se quedó esperando a que tomara la taza y la llenara de café para poder continuar con aquella charla que ha sido inesperada; pero tuve que llenar otra mientras sacaba un paquete de galletas y así ofrecérselas al irnos a la mesa.

—No debería —dice mientras la invito a sentarse.

—Samay compórtate como mi guardiana en frente de Caden, en estas ocasiones, solo sé esa amiga y hermana que se ha quedado a mi lado sobre todo —ella sonrió.

Nos sentamos mientras tomábamos café y comíamos varias galletas de vainilla; en compañía de Samay, todo resulta más cómodo y tranquilo, necesitaba de alguien con quien pueda hablar o por lo menos compartir ciertas hazañas que he descubierto o pasado en días anteriores; con Justin ya no puede ser lo mismo luego que Vernon haya considerado en ser su maestro para poder controlar su lobo interno ahora que atravesara varias lunas llenas en las que tendrá que reprimir sus instintos de hombre lobo.

—Caden aún no ha dicho quién es su prometida pero ahora entiendo porque Zöe se volvió como una desquiciada cuando se enteró de la noticia —dijo mientras come una galleta.

Dios, había olvidado ese problema. Ahora que Zöe debe de saber quién es la nueva prometida de Caden no tardará mucho tiempo en buscarme para enfrentarse a mí y reclamarlo. Si antes ella se había enfurecido por la cercanía que él tenía conmigo, no sé diga hoy que sabrá que en vez que ella sea la mate del alfa, seré yo, una humana en vez de ser un alfa con grandes posibilidades que lidere bien en un futuro a su lado.

— ¿Puedo ver? —Samay me señaló el anillo.

Alcé mi mano para que pueda ver más de cerca el anillo que Caden me ha entregado; ella con sutileza observa cada detalle pero sin tocarlo, ya que tiene demasiado cuidado también para no dejar un rastro de huella u olor que permita que cualquiera pueda identificarla y crear dudas acerca del porque una guardiana se ha interesado en ver mi anillo de compromiso; por tanto, desde una distancia considerada, ella solo permite ver logrando que sus ojos cafés muestren asombro en el momento que deja de admirar el objeto.

—No creí que Caden fuera tan detallista —menciona Samay.

— ¿A qué te refieres? —le pregunté.

—Te ha dicho su significado —pienso por un momento en lo dicho.

—Pudo habérmelo dicho pero creo que me quede dormida en sus brazos —sonreí con inocencia.

Samay eleva una de sus cejas y parece que no quiere que entre en detalles a lo que quiero referirme cuando me quede en sus brazos y cuál fue la razón exacta porque no pude mantenerme despierta unos minutos más.

—La luna creciente menguante tiene el significado de cierre y renacimiento; una representación del fin de un ciclo para comenzar uno nuevo —empezó a explicarme —mientras tanto, la luna creciente significa primeros pasos, tomas de decisiones e iniciativa; una representación entre el inicio de nuevas cosas al trazar proyectos, mejorar la salud y propiciar la fertilidad. —Miré el anillo.

Las dos lunas de los extremos parecen tener un gran concepto, pero para ponerlas dentro de un anillo supuse que solo sería por la mínima razón de la compatibilidad que los hombres lobo tienen ante las reacciones de los tipos de luna; sé que sus significados varían pero no creí que al ponerlas en un anillo y más de compromiso, sería una forma de representar un pacto con la otra persona.

—El ópalo blanco —me señaló la gema blanca —se considera como la luna llena, tiene diferentes simbolismos, pero supongo que en está ocasión Caden la ha expuesto como inmortalidad, vida y energía. —Comentó. —Y ocho diamantes, representando las ocho fases de la luna.

No creí que el anillo tuviera mucho simbolismo, perfectamente considerado desde el punto de vista de la luna, que llega a tener el concepto de la feminidad.

—Es hermoso —dice Samay.

—Si tú lo sabes, eso quiere decir que ¿Kilian debe tener la idea? —ella baja la mirada.

Para Samay debe de haber sido una bomba escuchar aquella noticia, tanto ella como Kilian aún sienten la necesidad de vengarse de la manada de Caden por lo que les hicieron a la suya, además de que asesinaron a sus padres dejándolos huérfanos y viviendo durante un tiempo en los suburbios de la ciudad, peligrando a que otros les hicieran daño e incluso otras manadas pudieran arrebatarles la vida al estar solos a pesar que eso es considerado un crimen para su propia sociedad lobuna. Desde luego, aunque Samay intentase alegrarse por mí, algo en su interior lucha para no declinar el plan que ha armado con su primo desde hace años y no la culpo luego de lo que ella y Kilian sufrieron.

—No, Kilian no debe de tener idea pero pronto quizás alguien le llegue con la noticia —empecé a jugar con mis dedos.

—Lo lamento, yo... No creí que esto sucediera... —empecé a sentirme culpable.

—Gemma, no eres responsable de las acciones de la manada de Caden. —Murmuró con dolor.

—Pero me estoy comprometiendo con el enemigo —musite.

—No podemos detener tus decisiones, Gemma. —Empezó a decir Samay. —Amabas a Caden mucho antes que Kilian y yo formáramos parte de tu vida —le di una mirada avergonzada.

—Los he decepcionado... Ustedes han sido mi familia. En las buenas, en las malas y en las difíciles —trague hondo —; jamás me dejaron sola, sabía sus sentimientos por la manada de los Dankworth y los acompañe durante mucho tiempo en descubrir secretos que ni siquiera Caden debe de saber de sí mismo. —Mordí mi labio. —No sé qué demonios estoy haciendo Samay, estoy perdida. —Me agarré la cabeza.

No había llegado a pensar muy bien lo que me llegaría a traer el compromiso de Caden; hace un año solo consideraba aprender sobre los hombres lobo mientras que le ayudaba a Kilian a saber un poco más de los Dankworth con el fin de destruirlos y ahora, es como si yo misma estuviera enviando a mi futura manada al peligro, traicionando a Caden de la forma más brutal y deshonesta. Y luego está Kilian y Samay, han sido parte de mi familia durante todo este tiempo, me han enseñado sobre los hombres lobo, a cómo defenderme, salir adelante y encontrarme a mí... Ellos a pesar de todo han estado a mi lado y no han sido capaces de defraudarme pero casarme con Caden es como luchar con mi propia familia, aquella que me acepto sin ninguna condición y a permitir que me sintiera parte de su mundo; para Kilian esto será una gran traición de mi parte, que no quiero ni saber cómo se lo llegara a tomar cuando lo sepa.

—Gemma, yo siempre estaré contigo. —Samay limpia una lágrima de mi ojo. —Sin importar que te cases o no con Caden, tú serás siempre mi hermana, ¿sí? —No dejaba de llorar.

Pronto sentí un nudo en mi garganta que no me dejo ni siquiera decir una palabra. Samay puede ser la persona más tímida e inexpresiva en muchas ocasiones pero siendo sincera, tiene un gran corazón.

—Además debo de darte una noticia —dijo ella sonriendo. —Elaine está embarazada. —Abro la boca asombrada.

— ¿Qué? Pero... ¿Desde cuándo lo sabes? —pregunto con tono de felicidad.

—Hoy, luego de que me eligieron como la ganadora del torneo de los guardianes —mencionó.

— ¿Qué? Y ¿cómo fue eso? —empecé a preguntarle.

Antes de poder decirme otra palabra, observe como ella se puso en estado de alerta intentando escuchar algo que para mí suele ser imposible. Se levantó del sofá para hacerme una señal para que guardara silencio, en ese entonces fue que tocaron fuerte la puerta y en un movimiento de labios, Samay me hizo saber que es Zöe.

Ni siquiera pude ir a abrir la puerta cuando esta la empujaron logrando que tuviera la idea que se haya roto; pero cuando iba a ir a ver, Samay interfirió en mi camino y por consiguiente, ponerse a la defensiva cuando Zöe apareció casi rompiendo todo lo que encontrara en su camino.

—Nunca pensé que podrías ser tan perra, pero mírate ahora... —Se va acercando a mí.

—Zöe, no te atrevas a agredirla —musito

—Así que a ti te eligieron como su guardiana —Zöe dijo de forma irónica —que mala idea, solo eres una beta que no podría con un alfa —estuve a punto de discutir pero Samay me hizo una señal con una de sus manos que está detrás de su espalda para que me relajará — ¡Apártate! —Gruñó ella.

Ni siquiera hubo un momento en que Samay bajara la guardia o se sintiera vulnerable al estar en frente de un alfa, a ella no le importaba la impotencia con que se presenta aquí Zöe, ya que su objetivo es cuidarme de toda persona o ser sobrenatural que me ponga en riesgo mi vida sin saber cuánto es el costo que le perjudicara la suya.

—No me moveré de aquí —masculló Samay.

Los ojos de Zöe se tornaron de un color rojo que me hizo creer que las cosas no irán por un buen camino si no se retira de aquí; antes que pueda decirle con amabilidad que se marche, ella intenta sobrepasar el límite de distancia que Samay le ha impuesto para que se me acerque, pero en vez de eso, Zöe la ataca logrando casi derribarla pero en vez de eso, termina por agarrarla del brazo y darle un empujón haciéndola que se aparte de mí.

—Detente Zöe, yo no hice nada para que Caden se cercará a mí —dije sin moverme de mi lugar —, sabía que estaba comprometido contigo pero no esperaba que estás cosas sucedieran.

— ¡Lo sabías! ¡Tú querías quedarte con él! ¡Robarme lo que es mío! —de nuevo corrió hasta mí pero se detuvo de pronto como si algo la hubiera impresionado.

— ¡Gemma cuidado!

Samay me aparto del ventanal de vidrio que hay detrás de mí para hacerme a un lado; escuche un fuerte sonido como si algo hubiera chocado en el apartamento, simplemente cuando Samay me apartado, lo siguiente que vimos fue una enorme criatura con un color de ojos muy rojos y encendidos que son muy visibles ante la luz del sol; le di una mirada y pronto dejó ir un rugido que hizo que Samay y Zöe se cubrieran sus oídos, pero fue inevitable no escuchar el sonido desgarrador y fuerte que les provoco un inmenso dolor, logrando que se removieran en el suelo.

La bestia, dejó de rugir para ponerse en cuatro patas, miró y olió todo lo que se encuentra a su alrededor, algo pronto capto su atención, no dejó de ver como Zöe intentaba levantarse del suelo para alejarse, pero al parecer eso solo lo enfureció haciendo que se acercara como un depredador a punto de atacar a su presa; Zöe seguía sin recomponerse ante aquel sonido brutal, cuando intento irse ya ha sido demasiado tarde porque la tomó del cuello y la levantó, haciendo que la empezara a ahogar cada vez más que la bestia—no exactamente un hombre lobo normal— apretaba su mano haciendo que las uñas empezaran a entrar en su garganta.

Reaccione de inmediato y con fuerza tome un jarrón para tirárselo antes que le rasgue el cuello a Zöe y muriera sin tener la posibilidad de volver a vivir; corrí hasta él y tire el objeto a una distancia de tres metros logrando que este se rompiera en la parte de su espalda, dejándole nada más que unos trozos de vidrio esparcidos en su pelaje sin conseguir una mínima de daño.

Se dio la vuelta y soltó de inmediato a Zöe dejándola moribunda en el piso luego que unas gotas de sangre cayeran de su garganta; empecé a dar pasos cortos hacia atrás mientras la bestia empezaba a gruñirme, hubiera sido más fácil si tuviera mis armas en la mano pero todas están en la habitación de Caden y la única forma de ir por ellas es despistándolo para luego correr a la habitación.

Me resbale con la alfombra de la sala y me di un buen golpe en el trasero, la bestia vio la oportunidad de atacarme hasta que apareció Samay convertida en mujer lobo, lo ataco rasguñando su rostro y mordiendo parte del pellejo de su cuello, pero la fuerza, altura y rapidez triplicaba a la de mi amiga, quise ayudarla pero fui inútil cuando la agarro y la tiro fuerte hacia la pared, terminado por caer hasta la otra habitación de al lado.

Quise huir pero fue imposible cuando agarro mi pierna y me dejó de cabeza, intente soltarme pero lo último que pude hacer fue patalear hasta que me tiro y perdí la conciencia de lo que estaba sucediendo.

(...)

15 horas después...

Deja ir un enorme rugido muy cerca de mi rostro haciendo que dejé ir un grito que asustan a muchas aves haciendo que empiecen a salir de sus nidos para volar y alejarse de aquellos sonidos que se han complementado en una tortura y miedo para alguien que los escuche.

Cierro los ojos y puedo sentir su fuerte aliento, gotas de sudor resbalan de mi frente mientras que él olfatea desde mis miedos hasta los lloriqueos que saco para suplicarle que me dejé libre y no me asesine.

—Por favor... Suéltame... No quiero esto... —musite ya casi sin voz.

—La mordida es un regalo.

Tomó mi brazo y por inercia abrí los ojos en donde observe sus enormes y afilados dientes en donde los fue acercando hacia la parte donde me mordería; intenté jalar de mi brazo o buscar una forma de evitar lo que sucedería, pero fue imposible...

Solo supe que todo sucedió en menos de cinco minutos, una mordida, dolor, sangre correr de mi brazo y una debilidad que me hizo perder la noción al sentir un fuerte impulso pasar por todo mi cuerpo siendo un instante consciente que ya todo no sería como antes.

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Continuará...

Quizás no me demore mucho tiempo como otras veces pero con un poco de música, comida, relajación y anotando ideas me hicieron darme cuenta que tendrían un nuevo capítulo esta semana.

Espero que lo hayan disfrutado mucho, espero poder conseguir otros medios más de inspiración para entregarles otro increíble capítulo, a partir de ahora, sabemos que Gemma ya no será la misma que antes, solo es de esperar el momento adecuado para saber la verdad sobre ella.

Así que manténganse atentos/as para lo que vendrá pronto ;)

Les deseo una buena mitad de semana!

Cuidense mucho, cuiden a su familia y seres queridos! Y no olviden tomar las medidas de higiene adecuadas para prevenir la enfermedad.

Isabel Moz

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