Capítulo 27: El Círculo
Me estremecí cuando escuché lo que pedía Elly para darme a un cachorro lobo; no entendía muy bien porque está pidiendo la primogénita de Caden pero en especial de Aneu... En pocas palabras yo.
Ese nombre ya lo he escuchado muchas veces, no solo en mis sueños sino que también en Tahiel; pero sigo sin comprender porque me llaman Aneu cuando mi verdadero nombre es Gemma. No recuerdo alguna vez que mis padres me hayan llamado así, o que tuviera un tercer nombre del que desconocía y nunca lo haya escrito en mis exámenes o que probablemente haya sido eliminado de mi acta de nacimiento. Además, no soy adoptada para decir que ese es un nombre del que antes fui reconocida, todo me parece extraño y confuso porque hasta el momento, tampoco creo que este embarazada.
Intento darme la vuelta para ver a Elly pero una mano me detiene y es la de Tahiel, quien con palabras silenciosas como si tratara de leer el típico mensaje de labios me hizo saber que no lo hiciera y que mucho menos intentará buscar enfurecer a la bruja que tenemos detrás de nosotros.
Me mantuve en mi postura mientras sentía una respiración fría por mi hombro, mi piel se erizo y mi corazón palpito más rápido. No estaba segura de querer hacer eso, una parte de mí me decía que huyera porque no es el camino que debo de tomar pero otra parte de mi ser me suplicaba que lo hiciera, no por mí sino por Caden quien debe de seguir vivo para liderar su manada.
Un peso invisible empecé a cargar en mis hombros, aunque no sea yo la que estará asesinando a un cachorro lobo eso me impide estar inquieta de mente y cuerpo cuando sí, lo estoy condenando a una muerte. No importa si está enfermo, solitario o tenga una mala conducta que pueda ser una amenaza para la sociedad humana, en todo caso es un niño y no merece que su vida termine de esa forma.
Quizás... Haya una mejor opción...
— ¡No! ¡Juro que si no haces lo que te digo...! —Tahiel reprimió un ruido al cerrar los ojos.
— ¿Tahiel? —lo mire impresionada de cómo se retuerce del dolor. — ¿Qué le haces? —le pregunté a Elly molesta.
— ¡Ay! —gruñó Samay también.
Mire como Tahiel y Samay caían al césped con dolor, se agarraban la cabeza y reprimían varios gruñidos que le provocaron que sus ojos aparecieran con aquel singular color que los identificaba como un alfa y un beta.
La brusquedad con la cual ellos rugían y se arrastraban en el suelo con dolor me dejo aturdida, tanto que quise ayudarlos pero Tahiel estuvo a punto de morderme el brazo si no hubiera sido porque me alejé y termine por caer en el suelo al tropezarme con un ladrillo; Tahiel me daba una mirada como si fuera su enemiga, tanto que apenas podía moverse y lo hacía a mi dirección mientras que me gruñía y me enseñaba su afilada dentadura.
—Es hora, ¡elije! —La voz de Elly resonó muy cerca de mi oído.
— ¡Pero yo no soy Aneu! Además, no estoy embarazada. —Intenté no verla.
—Lo sé, pero tomaré a tu hija una vez que nazca y será mía. —Su voz se tornó casi como el de una serpiente. —Ahora, acepta el trato.
No sabía si Elly es la causante del dolor de Tahiel y Samay pero no puedo seguirlo viendo de esa forma mientras que de sus orejas empieza a salir también sangre.
En el momento en que estuve a punto de aceptar el acuerdo, apareció un lobo corriendo y seguido de ello se lanzó detrás de mí, logrando que Elly dejará ir un gruñido.
Conocía ese lobo y no tarde en visualizar como con él, llegaba otro lobo a ayudarlo. Agarro a Samay y la puso en su espalda y seguidamente se la llevo, alejándola de nosotros mientras que Kilian seguía luchando ante Elly. Se escuchaban gruñidos y palabras en otra lengua, al ver hacía atrás me di cuenta que la bruja del bosque, no es como me lo imaginaba sino más bien en vez de ser una anciana, parecía mucho más joven, casi de una edad de cuarenta y cinco años.
Nuevamente el mismo lobo que parece ayudar a Kilian regreso y pronto se llevó a Tahiel, donde él ya está inconsciente de lo sucedido. Al marcharse, Kilian se acercó rápido a mí y antes de que la bruja nos hiciera daño, hizo una señal que me subiera a su lomo, lo cual hice hasta tener que sostener cuando la velocidad de sus movimientos cambio repentinamente, teniendo que agarrarme muy bien de su pelaje para escaparnos del ataque de la bruja.
Considerando la situación, mire hacia atrás dejando atrás el bosque, la casa y la bruja haciendo que en un destello fuerte de luz, todo desapareciera en un segundo como si lo hubiera imaginado.
—Kilian. —Lo abracé.
Pronto llegamos fuera del recorrido del bosque, exactamente donde Tahiel dejó su camioneta, ahí tanto él como Samay ya se encontraban en el auto. Con los ojos cerrados y la respiración agitada.
Me tuve que bajar del lomo de Kilian para ver como el pronto dejaba de ser hombre lobo para transformarse en humano y cambiarse de ropa en menos de dos minutos. El lobo que lo había ayudado pronto desapareció y nos dejó en aquel lugar donde ya solo se escuchaba el sonido de las copas de los árboles al moverse y de unos cuantos cantos de los pájaros y sonido de unos insectos.
—Súbete, tenemos que llegar pronto a la casa. Ambos han sido hechizados y tenemos que liberar la magia negra en ellos. —Dijo alterado logrando que subiera instintivamente rápido al auto.
(...)
En un tiempo considerado de tiempo, llegamos hasta su casa, en donde rápido se bajó y primero dejo en la sala a Tahiel mientras con Samay la bajaba con cuidado y la lleva dentro de la casa haciendo que yo lo siguiera y ambos termináramos en el segundo piso y en frente de la puerta del baño.
—Ayúdame a meter a Samay a la bañera...
Kilian toma de los brazos a Samay mientras que yo, sus pies; ambos la llevamos dentro del cuarto de baño y apenas doy unos pasos en aquel lugar para ver como alrededor de la bañera hay unas velas gruesas de color blanco, cada una se mantiene encendida pero su llama empieza a moverse de un lado a otro cuando acercamos a Samay a la bañera, la cual en vez de tener agua, tiene varios cubos de hielo, muchas plantas y flores que nada entre aquella agua que ha empezado a descongelar el hielo.
— ¿Cómo sabías...? —me interrumpió.
—Samay me envió una carta, me dijo dónde estaban y que se encontraban en peligro... —Dijo preparando todo lo de su alrededor. —Ahora, menos preguntas y ayúdame con ella.
Kilian le arrebata a su prima toda la ropa de dos tirones, uno para su blusa y otro para sus jeans; apenas me quedo tiempo en poder quitarle las zapatillas deportivas cuando Kilian me menciona que una vez al meter a Samay a la bañera, que no deje que su cuerpo salga de ella; sino más bien debemos mantener un promedio de tres a cinco minutos en aquella agua fría. Así que sin más espera, Kilian levanta el cuerpo de Samay para así meterla de un solo tiro en aquellos cubos de hielo; él con todas sus fuerzas hunde su cabeza en donde en un segundo, Samay se levanta y deja ir un escalofriante rugido que permite que sus ojos se tornen azules y sus dientes empiecen a crecer.
Ni siquiera me quedo tiempo en admirar aquella faceta de mi amiga y hermana, cuando Kilian empujo sus hombros dentro de la bañera y consiguiente de ello, su cabeza con mucha fuerza logrando que no volviera a salir. Obedecí las órdenes de Kilian al mantener las piernas y las caderas de Samay dentro de los cubos de hielo; bajo aquella imagen podía ver como sus ruidos, gruñidos y gritos eran insonorizados por el agua.
El agua chapoteaba por todo nuestro alrededor, tuve que mover varias candelas con mis pies para que estas no fueran apagadas por el agua; Samay se movía de un lado a otro tratando de liberarse del soporte de Kilian pero no lo lograba, hubo un momento que él tuvo que usar su fuerza de hombre lobo para seguir sumergiendo a su prima para que ella no saliera; me preocupaba que ya no resistiera y más al ver como los brazos de ella se sostuvieron en los laterales de la bañera.
— ¡Kilian la estamos ahogando! —le grite a él quien ignoro mis palabras.
Podía ver como la piel de Samay se tornaba cada vez más pálida y de cómo su cuerpo empezó a dejar de estar tibio para estar frío; su resistencia cada vez fue disminuyendo al punto que sus brazos se debilitaron hasta deslizarse dentro de la bañera; el corazón me palpitaba fuerte tanto que tengo miedo que esto no sea una limpieza sino más bien un asesinato, no debería de pensar en ello cuando para Kilian, Samay es su única familia y su sangre.
Kilian soltó a Samay en el momento en que ella dejó de moverse y cerró los ojos, apenas unas cuantas burbujas salieron de su nariz hasta que ya no hubo una señal que identificara para decir que seguía respirando; solté sus piernas y cadera y me levante de la bañera empezando a preocuparme por lo que habíamos hecho. Me aleje de la bañera y me quede pegada a la pared, Kilian se agarró del cabello y se dejó caer al suelo; ni él ni yo decíamos alguna palabra, solo admirábamos el cuerpo de Samay bajo todos los hielos hasta que flotó.
El olor de las esencias que desprendían varias plantas y flores invadieron el cuarto de baño, en aquel instante ya no hubo ruido, mucho menos el movimiento del agua anunciaba que ella seguía con vida; simplemente todo se volvió oscuro y no resistí las ganas de llorar.
— ¿Qué hemos hecho? —susurré.
Me cubrí la boca con la mano y no dejé que mis ojos se desviaran a otro lugar que no fuera en el cuerpo de Samay, sus labios se tornaron morados y sus mejillas ya no tenían ese color rojizo que muchas veces aparecía al reírse o mostrarse avergonzada... Ahora es un cadáver.
—La matamos... La matamos... Dios...
Estuve a punto de acercarme a ella cuando Kilian me tomo de la espalda y me alejo de ella, pataleaba para que me liberará pero fue imposible cuando su fuerza es mucho mayor que la mía; empecé a llorar y mi cuerpo además de expulsar miedo y dolor, también comenzaba a adquirir una bola de rabia e ira porque sabía que él jamás me comento de su plan y mucho menos trato de darme una opción para no ver esto.
Había asesinado a mi mejor amiga, a la persona que durante muchas noches me acompaño ante la oscuridad de los bosques a practicar, quien no me defendía cada vez que Kilian se sobrepasaba en sus entrenamiento con armas filosas y puntiagudas que pudieron matarme, y esa persona que a pesar que sabía el riesgo que corría ante Zöe, siempre me ha acompañado desde el primer día en que nos presentamos.
Llore. Dejé que mis lágrimas se deslizaran en mis mejillas y pronto cayeran al suelo o a los brazos de Kilian; mis sollozos fueron los que le dieron un sonido a aquella habitación... Me dolía verla ahí sin tocarla, sin poder disculparme de lo que hice y de haber hecho algo menos doloroso cuando sé muy bien que su corazón se congelo y dejó de latir al haberla ahogado.
—Te odio. —Apenas pude musitar cuando las palabras se me entrecortaban.
Antes de darle una mordida en el brazo para que me dejará libre, un sonido fuerte de alguien levantándose me hizo elevar la mirada y ver como pronto Samay, abría sus ojos y empezaba a toser.
— ¡Samay!
Corrí hacia ella y la rodeé con mis brazos su espalda mientras que no dejaba de limpiarse los ojos y empezar a temblar del frío. Kilian la ayudo a salir de la bañera y pronto la envolvió en una enorme toalla de franela para que entrara en calor.
—Estás viva... —Dije llorando de la felicidad.
— ¿Cómo te sientes? —Kilian le aparto varios cabellos que están pegados en su rostro.
—Mucho mejor... Creo que he vuelto a ser yo. —Ella dejó salir una pequeña sonrisa.
—Esa es mi niña. —Kilian le dejó un beso en su sien mientras la abrazaba para darle calor.
Que susto el que me he llevado, al parecer ha funcionado muy bien el baño para liberar el hechizo. Aunque parece que aún nos falta un individuo.
(...)
Kilian tiro unos trozos de madera más en la chimenea para que la llama de la fogata calentara más los cuerpos de Samay y Tahiel; ambos seguían escurriendo agua y temblando del frío, a pesar que ya se hayan cambiado, muchas veces escupían agua y seguido de ello, unas cuantas flores que habían llegado a tragar cuando estaban durante el proceso del baño de sal.
A ambos les entregue un tazón de sopa para que también ayudara a que sus cuerpos empezaran a calentarse, es difícil tener que hacer que sus cuerpos vuelvan a su temperatura normal cuando pasaron más de cinco minutos sumergidos en el agua para que el hechizo fuera roto y desecho; lo bueno de ello, es que agradecía que Kilian sepa mucho de estas cosas a pesar que hizo que me llevara un buen susto con Samay al pensar que no sabía lo que estaba haciendo pero ahora que tanto ella como Tahiel se encuentran bien, me hace quedarme más tranquila.
—Vamos a ver. —Kilian le quito el termómetro a Samay de su boca para agitarlo un poco y ver su resultado. —Treinta grados. Ya casi te recuperas. —Él le sonrió a ella. —Quiero ver contigo. —Ahora él le quito el otro termómetro a Tahiel. —Cuarenta y cinco grado... ¿Por qué sigues temblando del frío? —Le di una mirada al medio hermano de Caden.
—Una cosa es que haya alcanzado la temperatura normal de mi cuerpo pero no la de mi corazón —refunfuñó él.
—Nunca descongelarías ese corazón frío que tienes —le respondió Samay.
—Graciosa, para que sepas, tengo un buen corazón aunque no lo creas —ella rodó los ojos antes las palabras de Tahiel.
Observé como Kilian dejaba los termómetros a un lado para sentarse en uno de los sofás que podía vernos a todos, entre ellos a mí quien se encontraba en el que tiene tres piezas. Pude ver cómo me daba una mirada con mucha curiosidad y conociéndolo muy bien, sé lo que está pasando por su mente y que no tardaría mucho en liberar unas palabras.
Me acomode mejor en el sofá para prepararme a escuchar sus palabras, tome un poco de café y me refugie en mi suéter de lana que he dejado en su casa; nunca me hubiera imaginado que el sótano secreto de Kilian fuera más acogedor que estar entre medio de una sala familiar en plena navidad.
—Vamos a ver, ¿qué hacían en Burkittsville? Y exactamente invocando a Elly Kedward. —Nos dio una mirada a todos.
Todos reprimimos una mirada y nadie de los tres quiso ser el protagonista de hacer el primer comentario a su pregunta. En vez de eso, Samay pasaba su dedo en la orilla de todo el tazón de sopa, Tahiel parecía sumergido en la comida y yo, intentaba evadir el tema.
—Dímelo tu Gemma. Quien era la más cuerda de todo el equipo de mosqueteros. —Odiaba tener que confrontar a Kilian.
Él parecía como un padre intentando proteger a sus cachorros del peligro pero a estas alturas ya no le tengo miedo a Tahiel quien es el alfa y debería tener ese poder y dominio entre todos los que estamos en el sótano, ahora él parece ser un omega que prefiere callar y obedecer las órdenes de su verdadero alfa, quien ahora ha tomado ese papel ha sido Kilian.
—Intentábamos pedirle un cachorro de lobo a Elly... —Musite avergonzada pero por su sentido auditivo agudo, supe que siempre me escuchó.
— ¡¿Pero qué mierdas?! —Rugió molesto y en un segundo ya lo tenía a mi lado. —Tomaré aire e intentare no encabronarme más rápido de lo que ya desato mi bestia interior. —Tomo profundamente aire para calmarse. —Continua. —Me dio una mirada seria.
—No fue su culpa, yo... Bueno... el hechizo que me estaba controlando le insistió que lo hiciera cuando ella no lo deseaba y estaba muy segura de no asesinar a un cachorro lobo. —Me defendió Samay.
—Exacto, yo también tuve que ver en esa contribución y pido perdón porque siendo alfa y futuro líder de mi manada, no debí de hacer eso cuando tendría que haber tenido control contra mi cuerpo. —Mencionó Tahiel.
Kilian nos asesina con la mirada a cada uno de nosotros, tanto que sus ojos verdes brillosos aparecieron a punto de casi desatar una furia que podía ser revocada para seguirse controlando o destrozar todo lo que tiene a su alrededor al enfurecerse por la tontería que íbamos a hacer.
—Te dejo sola dos meses y ya haces una tontería de la que me hace arrepentirme de haberte enseñado a ser como nosotros. —Me encojo dentro de mi suéter al sentirme regañada como una pequeña niña al haber cometido más que una travesura.
No lo culpaba por sobreprotegerme cuando me entreno durante más de un año para ser fuerte ante cuerpo, alma y mente para que unos sentimientos y emociones destruyeran en unos pocos días mi entrenamiento. Comprendo muy bien su mal humor porque él ha arriesgado no solo su vida por salvarnos sino que tener a una humana a su lado quien le ha enseñado casi todo sobre los hombres lobo para que a la primera oportunidad, la desgaste por hacerle caso más a su corazón que mente.
— ¿Cuál fue la razón de todo esto? Y más, al ver que en todo esto, está involucrado Tahiel Falls. —Kilian le da una mirada al medio hermano de su enemigo.
Hoy sí ha llegado el momento para nivelar mi estado de miedo, si Kilian sabe que lo hice por Caden es capaz de destruir esta habitación en menos de cinco, no, en dos minutos.
—Lo hizo por Caden. —Soltó en decir Tahiel.
Dejé ir un pequeño grito y me escondí bajo una pila de almohadas para no ver la cara de remordimiento y dolor que expresaría Kilian al escuchar esas palabras.
Espere que el momento llegara, a que escuchara estremecer está habitación mientras que buscaba entre las orillas de las almohadas una escapatoria antes que algún mueble cayera en mi cabeza y me matará.
—Deja de esconderte, que ya sabía que algo así sucedería. —Enarqué la ceja.
Salí de entre todos los almohadones para ver a Kilian molesto pero no escupiendo llamas como un dragón que lo acaban de insolentar para atacar.
— ¿Qué? —Apenas pude pronunciar.
—Gemma, sigues amando a Caden. Y no soy tonto para no haber imaginado que caerías en sus brazos cuando el pobre diablo tiene formas de encantar a las mujeres. —Ahora fui yo quien me moleste con él.
— ¿Qué tratas de decir? —Él le dio igual que le diera un golpe en las costillas con mi pie. — ¿Sabías que me terminaría enamorando de él nuevamente? ¿Me estás tratando de decir floja? ¿Qué no puedo superar a mis ex? —Hubiera seguido cuestionándolo con mi lista pero me hizo callar al cubrirme la boca con su mano que pronto mordí y él apenas se quejó del minúsculo dolor.
—No es eso. Simplemente eres humana, Gemma. Y todos caemos fácilmente en el amor sea como sea y déjame decirte que no eres floja pero odio que hayas tomado una decisión tan repentina en vez de haber tomado otras alternativas para no ponerte en peligro junto con ellos. —Señalo a Samay y Tahiel.
Bueno, debo de darle un poco de razón pero qué otras alternativas tengo cuando ya he buscado y no las encuentro, añadiendo que cada vez que el tiempo pasa, el cuerpo de Caden pierde poder y vida y no me quiero arriesgar a ver como él mismo se deteriora sin haber logrado encontrar una solución al problema.
— ¿Por qué un cachorro de lobo? —Fue su siguiente pregunta.
Suspire y preferí contarle mejor toda la historia desde un principio para que dejara de tener tantas preguntas en mente, después de todo, durante el proceso del relato se dará cuenta por sí mismo cual ha sido la intención de todo este plan que al final a pesar que fallo ha sido lo mejor que todo terminara de esa forma antes que me terminara por arrepentir de haber hecho algo que ni yo misma podía estar segura de ello.
Y así fue como me lleve quizás unas dos horas en relatar con detalles como comenzó este plan, tanto Kilian como Samay y Tahiel me pusieron atención a cada una de mis palabras; casi me sentí como una maestra contándoles un cuento a sus alumnos pequeños, quien parecían entretenerse con cada palabra y que esperaban las partes emocionantes para hacer preguntas, quien Kilian fue de esos niños porque se le ocurrieron tantas preguntas inesperadas que tuve que interrumpirlo constantemente para que me siguiera escuchando y no fuera capaz de no entender de lo que restaba de la historia; ya si no comprendía algo del drama que se invocó antes de ver a Elly, podía deliberadamente hacerme cualquier tipo de preguntas.
—No me quiero imaginar que hubiera sucedido si no intervengo en ese trato —Kilian se acarició la cabeza.
— ¿Alguna duda? —Elevé una ceja esperando que dijera algo más.
—Gemma, ¿cómo es posible que hayas optado por eso? —me miro con seriedad.
—Ya sé que he cometido un error y no medí las consecuencias que tendría... —Empecé a decir.
—El error fue que ellos ni Caden tuvieron el valor de decirle la verdad del porque no es aceptable que sacrifiquen a un cachorro. —Anunció de repente Kilian.
— ¿Qué verdad? —Pregunte interesada.
Tahiel le dio una mirada fría a Kilian pero parece que a él no le dio absolutamente nada de miedo porque al final se mantuvo en su postura molesta pero tensa; sé muy bien que no conozco toda la historia de los hombres lobo, sé mucho de ellos y aprendí de ellos en todo este tiempo pero para dominar todo el tema, me faltaban muchas cosas por saber y cosas que se han mantenido ocultas porque está claro que nunca faltaran esos secretos oscuros que son los que no deben de revelar para no faltar su palabra a lo que han tenido que sobrepasar todo este tiempo para seguir vivos y no ser acechados por la mano del humano.
—Kilian, ella no debe de saber de ello —Dijo entre dientes Tahiel.
Kilian le dio una mirada desaprobatoria, no porque debía interesarme saber aquello para no volver a cometer el mismo error sino más bien porque él confía en mí y sabe que todo lo que me ha enseñado sobre su mundo ha sido para protegerlo y mantenerlo también en secreto para el resto de mi vida.
—Quizás esto nunca te lo comente porque pensé que sería innecesario pero dada la situación... —Kilian suspiro. —Existe un grupo de hombres lobo que suelen ser como nuestros dominantes, en palabras humanas, un tipo parlamento, ¿bien? —Asentí para comprender lo que trata de explicarme. —Se hacen llamar "El Círculo" está conformado por un alfa, el padre de todos nosotros y su beta, que suele ser su segundo en mano. —Kilian se mostró rígido ante el tema.
— ¿Quién es el alfa? —le pregunte curiosa.
—Licaón. —Me sorprendí al escuchar ese nombre.
—Pero... Él... No debería estar muerto... —Dije desentendiéndome de la historia.
—No, él es poderoso y a pesar que ya hayan pasado siglos, sigue vivo. —Comentó Samay.
— ¿Qué hay con él? —Hice un ademán para que Kilian siguiera.
—Él al crear El Círculo, creo unas reglas y normas, cuyas cuales deben de cumplirse si no queremos ser desterrados de nuestra manada o por supuesto, ser asesinados. —Apreté los labios. —Y una de ellas es el "respeto de menor". Consiste en que sin importar los conflictos o desacuerdos que tengas con un cachorro siendo de tu familia o no o de cualquier otra manada, por nada del mundo debes de asesinarlo. —Trague hondo.
—Es similar al quinto mandamiento de la ley de Dios, solo que reemplazado y modificado ante la ley de los hombres lobo: "Nunca matarán a un cachorro, ya sea humano o sobrenatural". —Pronunció Tahiel. —Es una de las normas que no debemos sobrepasar sino seremos exiliados; por ello tenemos prohibido matar a todo aquel cachorro que sea menor de 16 años, ya que aún se les considera indefensos. —Siguió compartiendo el dato.
—Y si se llega a hacer, sería una humillación no solo para tu familia sino que para toda tu manada. —Aporto Samay.
Ahora comprendo la razón por la que Caden no acepto el trato con Neferet; sabía muy bien que entregándole un cachorro sea o no de su manada podía implicar no solo perder su familia y manada, sino que implicaba a arriesgarse a ser exiliado por completo y tener que vivir bajo el dominio humano y considerándolo, aunque los hombres lobo vivan dentro de la sociedad, eso no implica que ellos sean flexibles rápidamente al cambio, cuando viven en bosques, se transforman a cada luna llena y deben de sobrevivir bajo estrictas reglas bajo una manada porque un lobo solo sin una manada implica que pronto sea cazado y dado por muerto.
—Dios... —Me pase las manos por todo el rostro. —Estuve a punto de arriesgar sus vidas y la de Caden. —Dije preocupada.
—La parte de esto que no comprendo es que, si nosotros sabíamos de ello, porque nos hicimos los desentendidos cuando podíamos haberle dicho algo al respecto a pesar del hechizo. —Dijo dudoso Tahiel.
—Esa es una buena pregunta y creo tener una respuesta —se levantó del sofá, Kilian.
Observé como él se puso en frente de nosotros para hacer un comentario que podía ser muy delicado.
—El hechizo era una manipulación, no solo controlaba sus movimientos sino que sus mentes y creo que a simple idea de querer decirle a Gemma sobre la norma, la persona que les hizo esto, lograba bloquearles el pensamiento y lo transformaba en uno que conseguía seguirle insistiendo que lo hiciera. —Todos miramos atentamente a Kilian. —La pregunta que tengo para ustedes es, ¿quién podría saber que Gemma quería intentar esto? —Samay y Tahiel me dieron una mirada.
Que recuerde, nadie sabía que deseaba más que nunca entregarle aquel cachorro a Neferet, es más, tampoco fui capaz de comentarlo en voz alta cuando suelo hacerlo en los momentos que tengo un plan en mente.
—No tengo idea. —Murmuré.
—Tenemos que tomar tres cosas en mente que van a una sola dirección. —Planteó Kilian. —La primera, Gemma tuvo la idea de querer arriesgarse a entregar ese cachorro una vez que supo en qué consistía aquel trato que Neferet quería hacer con Caden. —Todos asentimos. —Una vez en su mente y con una frecuencia entre aceptar o no, de repente Tahiel aparece y extrañamente intenta ayudarte. —Tahiel y yo nos dimos una mirada.
—Pero yo no tengo nada que ver en ello. —Se defendió Tahiel.
—Lo sé, pero esa es la segunda cosa. ¿Por qué ayudar a Gemma cuando tú mismo sabías el riesgo que conllevaba sacrificar a un cachorro? Y más, al ser un alfa —Hubo un silencio.
—No sé, solo la idea vino a mi cabeza y... —Kilian chasqueo sus dedos.
—Ahí está, la idea vino de tu cabeza como le sucedió a Gemma. —Abrí la boca asombrada.
—Y a ti Samay, ¿por qué insistir a Gemma cuando podías haberle advertido del peligro que correrían? —le preguntó Kilian a su prima.
—Porque en mi mente estaba la idea que ella aceptara a pesar que siguiera teniendo sus dudas. —Kilian sonrió y empecé a comprender todo.
No solo habían sido ellos, sino que también a mí me habían tratado de manipular. Es como si Tahiel y Samay fueron como los usurpadores para que aceptara la idea de arriesgar mi vida y la de ellos en sacrificar a un cachorro.
— ¿Esto es a lo que va a una sola dirección? —preguntó Samay.
—No. Lo gracioso de esto, es que sabían que Gemma siempre estaría indispuesta a aceptar el trato —Kilian se mordió la punta de uno de sus dedos.
—Entonces, ¿cuál era el fin de que llegáramos hasta Elly Kedward? —dije confundida.
Kilian volvió a suspirar y tomó un poco de whisky a pesar que la bebida alcohólica no le provocaría ningún efecto de embriagues. Se relamió los labios y puso sus manos en sus caderas esperando tener la oportunidad de sacar aquella conclusión que nos tenía a todos con mucha impaciencia.
—No era un sacrificio para un cachorro, iba a ser un sacrifico de tres —Abrí mis ojos en grande. —Tomaría a una humana, a un beta y un alfa... Dios... Iban a morderte y al ser un omega, tendrían lo que querían...
—Mierda, el símbolo de triskelion. —Dijo admirado Tahiel.
—Dios... Me he perdido —dije asustada.
—No tengo idea sobre cuál es el fin que tendría el sacrificio —Kilian empezó a caminar de un lado a otro como un león enjaulado. — ¿Venganza? ¿Reencarnación? ¿Evolución? ¿Equilibrio?
— ¿Por qué elegirnos a nosotros? —Dije desconcertada.
—Los vieron como presa fácil ante una misma debilidad. —Respondió Kilian. —Tú porque amas a Caden —me señalo él —, Tahiel lo haría porque Caden es de su sangre y Samay, porque es su alfa y él la ha aceptado. —Concluyó.
— ¿Quién pudo habernos manipulado para hacer eso? —Pregunté.
—No sé, pero tendremos que asumir que desconocemos de esto. —Kilian nos miró a todos. —Por el momento será necesario que regresen a casa, mientras tanto me encargare de esto, alguien lo hizo con un propósito y no parece bueno. —Suspiro. —Tendrán que estar bajo alerta, no solo con desconocidos, sino que personas cercanas, amigos y familia. Les daré noticias en un par de días. —Kilian se tragó todo el whisky sin importar que su garganta ardiera.
— ¿Por qué lo haces? —Preguntó Tahiel.
—Porque a mi familia nadie la toca y aunque seas un extraño para mí que apenas conocía su nombre, sé que tienes buen corazón y tampoco tienes nada que ver con lo que le sucedió a mi manada. —Dicho y hecho, fue lo último que dijo Kilian esa noche.
(...)
Han sido dos días muy largos, tanto que el miedo que me provocaba saber que alguien intentaba asesinarme pareció aumentar mi estado de alerta y más cuando me encuentro sola en mi casa, no es que tuviera enemigos muy próximos pero tengo que recordar que no solo los assasins intentan atraparme luego de haber herido a varios de ellos, sino que también he conseguido el enojo de muchas brujas y eso sin añadir, que Zöe también puede estar detrás de ello cuando no desea que siga al lado de Caden.
Todo es muy complicado cuando no tienes una respuesta inmediata, no sé cómo Samay y Tahiel se deben de estar tomando ahorita esta noticia que nos dio Kilian, pero por supuesto, es preocupante luego de darnos cuenta al día siguiente que cada uno de nosotros excepto Kilian tiene una parte de un espiral exactamente en la palma de la mano izquierda, como si hubiera sido una quemadura o un tatuaje que está en proceso de borrarse.
No sé cómo haré para que Caden no vea aquella marca en mi mano, por lo menos tendré en cuenta que no la usaré en frente de él, ya es demasiado con ocultarle sobre lo sucedido para darle las problemas y luego sentirse culpable por no haber estado aquí para ayudarnos, más cuando su medio hermano también estuvo en peligro.
Me enjuago el rostro luego de mojarme el cabello en la ducha, estar en casa es sentirme un poco aliviada pero a la vez, un poco tormentosa; por ello luego de una ducha, iré a descansar.
Unas manos descansaron en mis caderas logrando que me diera la vuelta y pronto estuviera a punto de atacar a la persona que tengo detrás de mí pero al sentir y ver como Caden detiene mis movimientos con la mano y pierna me hacen suspirar y relajarme luego de haber conseguido un miedo repentino al pensar que de nuevo esa persona vendría a buscarme.
—Cuidado bestia, ¿qué te sucede? ¿Así recibes a tu novio? —Si no estuviera tan absorbida en el miedo me hubiera sorprendido no solo de verlo desnudo en la ducha conmigo sino que al mencionar aquella palabra de "novio".
— ¿Cuándo llegaste? —Me acaricié el cuello ocultando la mano izquierda.
—Hace unos minutos, pensé que estarías en mi apartamento pero al no verte, vine hasta aquí y veo que me acabo de encontrar con un buen espectáculo. —Quiero alegrarme por verlo de buen humor pero no dejo de pensar y sentirme mal por lo que le ocultare.
Antes de responder, veo que de su cuello cuelga un artefacto que esta resguardado en una pequeña jaula, parece ser de oro y adentro de ella, hay una piedra verde.
— ¿Qué es esto? —tomo el amuleto entre mis dedos.
—Mi salvación, con ello podré seguir viviendo. Aunque por condiciones no puedo quitármelo. —Ríe.
— ¿Es una joya? —Sigo observándola a pesar que el agua de la ducha bloquea mi vista al caer encima de mi cabello y deslizando por mi rostro.
—Es un trozo de la Gema de Amaras. Una gema única y con poderes especiales para cualquier especie sobrenatural aunque fue más para los vampiros. —Comentó.
Parece esperanzado en aquel trozo de piedra, no sé si puedo decir lo mismo en tener que confiar en aquella gema pero Kilian me comento que todo lo que hiciera Caden, debía de apoyarlo, porque él mejor que nadie, sabe lo que hace.
— ¿Estás bien? —Tocó mi rostro.
—Sí, ahora que estás aquí, me siento mejor —pase mis manos por su pecho.
—No sabes cuánto te extrañe. —Empezó a dejar besos por todo mi rostro. — ¿Me das el permiso de bañarte? —Asiento con un nudo en la garganta.
Me da la vuelta e intento concentrarme en como sus manos empiezan a bajar y subir por todo mi cuerpo al dejar caer el jabón líquido. Espero que el efecto del hechizo haya terminado conmigo luego de haber sido la siguiente en tener que haberme bañado en la casa de Kilian con todas esas plantas y flores, ya que espero que no se vuelva a repetir la experiencia de ser manipulada por alguien.
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Continuará...
Hola! Un mes después vuelvo con un gran capítulo. Espero que lo disfruten mucho!
Les agradezco por sus buenos deseos y nuevamente decirles que con todo mi corazón, deseo que en su hogar las cosas se encuentren muy bien, que estén tomando las medidas sanitarias eficaces, que puedan encontrar actividades suficientes para entretenerse y que se cuiden mucho, lo mismo le deseo a su familia y seres queridos.
Les deseo un buen comienzo de semana!
Isabel Moz
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