Capítulo 24: Medio hermano
Me quede petrificada con aquella oración corta que salió su boca... No comprendo... No, esto no puede ser así... Es imposible que un hombre lobo este muriendo por sí solo cuando ellos tienen el poder de no enfermarse o contraer cualquier virus que pueda terminar con su vida, ya que ellos mismos tienen esa cura para poder seguir sobreviviendo y más cuando son alfas.
En el año que estudie sobre los hombres lobo no había un apartado que hablara acerca que ellos mueren por cualquier motivo, sino es por una bala de plata, acónito, muérdago y arrancándoles el cuello. Quizás me falto algo por lo que estudiar o conocer, también puede ser que no le puse atención a Kilian en alguna clase o él se le fue por alto comentarme algo. La verdad es que no puedo tener una respuesta a lo que Caden me está diciendo, es todo muy... extraño.
Él se retira de mi lado y se pasan las manos por su rostro mientras deja ir un par de maldiciones que logran que se rinda y canse hasta caer en la cama sentado.
Ahora entiendo porque no pudo defenderse con mucha fuerza contra Neferet; él además de estar muriendo, está perdiendo sus poderes sobrenaturales, sé está debilitando con el tiempo y no sé ve nada bien los rasguños en su cuello, parece que tardaran en sanar, lo cual no es común por el simple hecho que los alfas sanan más rápido que un beta y lo doble de un omega.
Respiro profundo y le acaricio el cuello, no sé qué decir y hacer en esta situación cuando nunca he sido buena consolando a las personas con algún problema o enfermedad pero conociendo a Caden y a muchas personas, él se pondrá disgustado si observa algún signo de compasión o tristeza. Pueda ser que, haya algún remedio a todo esto y más porque si no acepto el trato de Neferet, es posible que tenga un plan B.
—Caden, ¿por qué? —escuché como suspiro.
—Esto no es nuevo, Gemma... Más bien, es de hace muchos años. —Dijo cabizbajo. —Quizás, desde que era un cachorro.
Intenté asimilar su pequeña explicación sin muchos detalles. Y lo peor de ello es que acaba de causarme más dudas de las cuales antes no tenía en la cabeza.
— ¿Por qué estás muriendo? Eso no es normal. —Hizo una mueca.
—Creo que debes de saber que cada hombre lobo tiene su mate, ¿no? —asiento a sus palabras. —Bueno... Yo no. Mi mate murió y es la razón por la que estoy muriendo cada vez más. —Me dio una mirada desoladora.
¿A dónde he leído eso? ¡Ah sí! En un capítulo sobre las excepciones que pueden causarle un daño a un hombre lobo sin recibir las tres fuentes de muerte.
Abro la boca impactada al recordar sobre las lecturas que explican las muertes de los mate de un hombre lobo. Se predice que cuando un o una mate muere por cualquier causa sea o no desconocida, hay una ruptura de conexión que no permite vivir al hombre lobo con normalidad, en donde en cuestión de tiempo irá perdiendo sus poderes y su motivación, logrando que cada día vaya decayendo su humor y se vea influenciado por cambios físicos que lograran que el hombre lobo le quede poco tiempo de vida hasta que encuentre una nueva pareja que la diosa de la Luna se lo conceda a su decisión. Aunque siendo así, para los omega y los betas, su muerte no suele ser más rápida y dolorosa, sino más bien, el alfa es quien sufre más de los efectos porque suelen ser más graves.
— ¿Cómo has sobrevivido todo este tiempo? —me siento a su lado.
—Sacrificios y resistencia... Pero ya no obtiene el mismo efecto. —Me da una mirada. —Así que ahora, solo me queda una solución.
— ¿Cuál? —siento como mi estómago se empieza a revolver.
—Casarme con Zöe. —Mi corazón se detuvo. —Ella también perdió a su mate hace años y la diosa de la Luna nos escogió para que ambos nos complementáramos en uno solo. —Quite mis ojos de los suyos.
Antes no se me dificultaba pensarlo demasiado pero ahora... Todo ha sido complicado, ni siquiera sé que pesar de esto porque en la mirada de Caden veo que él no quiere hacer eso pero tiene un motivo importante para no rechazar la petición de la diosa de la Luna.
—Ahora entiendes porque estoy comprometido con Zöe —sentí como mis ojos pican—, yo no deseo eso, Gemma pero no tengo opción. En unos años seré el alfa de mi manada y yo no puedo dejarlos sin su líder. —Me explicó.
Y tiene razón, una manada sin su alfa no sobrevivirá por mucho tiempo, mayormente cuando un hombre lobo ha perdido su alfa solo le queda dos opciones conseguir a una nueva manada o terminar como anzuelo fácil de cualquier depredador asesino o de las manos de un científico u assasin.
Me quedo consternada con aquella explicación que ni siquiera puedo moverme, la piel se me ha erizado y nuevamente mi corazón ha empezado a latir agitado que casi tengo miedo que se salga de mi pecho. Lo peor de ello, es que tengo una enorme duda que hace que se me quede las palabras atoradas en la garganta para no hacerle esa pregunta a Caden por el hecho de temer de su próxima respuesta que pueda terminar en una decepción para mí... pero es probable que si no se la hago, no podré dormir en las siguientes noches pensándolo aunque es el mismo resultado si llego a saber esa respuesta que afirme mi duda.
—Tú... —Trago hondo. — ¿Ya la marcaste? —Espere su respuesta.
Se dio la vuelta y tomó mi mano para llevarla justamente a su corazón, pude sentir como su corazón también late rápido y sus ojos están llenos de lágrimas que aún no deja salir.
—No... No he podido. —Abro la boca pero de ella no sale ni una palabra. —Gemma, sigo enamorado de ti. Y lo siento demasiado, no debí apartarte de mi lado, sé que te cause mucho dolor y no te imaginas lo que también he sufrido por mi error. —Puso sus manos en mis mejillas. —Te fui a buscar al aeropuerto pero ya era demasiado tarde cuando concluí que no quería perderte.
Sentí como mi cuerpo empezó a temblar con sus palabras y de cómo mis lágrimas empezaron a resbalarse... No es lo que pretendía escuchar está noche y mucho menos que mis sentimientos de nuevo fueran revelados.
—Pero no me buscaste, Caden. Me heriste, hiciste que me apartara de ti, que saliera de tu vida y que te dejara de molestar para que arreglaras tus propios asuntos... No me diste la oportunidad de darte una explicación. —Me levanté de la cama para alejarme de él.
Porque todo tiene que volver, es más fácil olvidar y dejar todo atrás que permitir que los recuerdos regresen y sean dolorosos a punto de no poder respirar.
—No soy lo mejor para ti, Gemma. Esa es la razón por la que no te busque. —Mi labio empezó a temblar. —Estar a mi lado solo ocasionará que salgas herida y no tengo porque decirte mentiras cuando lo experimentaste hoy. No pude protegerte y si te hubiera sucedido algo, me hubiera muerto. —Se acercó a mí.
Una lágrima se deslizo en mi mejilla y no fui capaz de quitarla por mi cuenta cuando Caden la limpió con su dedo pulgar mientras su mano se posicionaba en mi espalda baja hasta darme un empujón que me llevo a chocar contra su cuerpo.
—No sabes lo mucho que te he extrañado. —Cerré los ojos.
Ese olor... Dios... Como lo he extrañado. No he podido olvidarlo y sin dudarlo, creo que ha sido una esencia que me reconforta y me hace sentir en casa.
—Dime algo, Gemma. —Su mirada se concentró en la mía. —Dime cualquier cosa pero no me dejes esperando. —Respiré hondo.
¿Qué es lo que debo de decir? Tengo un sinfín de emociones que están atravesando por mi mente y no dejan que tenga una sola para que pueda concentrarme.
—No puedo, Caden. —Me mordí el labio. —No sería lo correcto, estás comprometido y yo parezco ser el tercio de esta historia. —Negó a mis palabras.
—No, no lo eres. —Su dedo pulgar rozó mi labio inferior. —Yo no amo a Zöe y créeme, que nunca he renunciado u olvidado el sentimiento que tengo por ti. —Sentí un denso mareo.
—Caden, estás con ella... —Me interrumpió.
—Entiende que no por amor solo por compromiso de salvar a mi manada. —Sentí un escalofrió en mi cuerpo.
Su cuerpo se acercó más al mío al punto de sentir su aliento chocar contra mis labios; elevé mis ojos hasta los suyos y no me permití quitarlos, puedo ver un destello en ellos y sin dudarlo, unas manchas rojas aparecieron pero se fueron momentáneas hasta ver como sus iris de nuevo se volvieron celestes. Sus manos acariciaron mis brazos y pronto su nariz rozó contra la mía, de nuevo ese olor, es como si fuera inolvidable y único.
—Dime que me detenga...
Su voz chocó contra mi oreja en el momento en que sus manos permanecían tranquilas sin seguir tocándome, pero la necesidad se volvió tan volátil que casi insinuaba con cualquier otro tipo de movimiento que siguiera rozando sus dedos por mi piel descubierta.
—Caden... —Gruñó en mi oído como respuesta. —No te detengas.
Esa palabra fue como la llave para abrir el candado... Una metáfora tan cierta cuando sus labios alimentaron la necesidad de los míos con aquel beso hambriento que no llegaba a su fin.
Sus manos tomaron mi camisa y la alzo hacia arriba para quitármela; Caden me observó detenidamente hasta que no tardo mucho tiempo para bajar y desabotonar mi pantalón, me dio una mirada esperando que me contradijera pero no hubo respuesta de mi parte, así que empezó a bajarlo dejándome con mis bragas.
Escuché como respira fuerte y entrecortado, su mirada va de arriba hacia abajo y sus ojos empiezan a dilatarse con lo que ven. Siento mis mejillas arden y el único movimiento que hago es quitarme los zapatos para así dejar a un lado el pantalón.
—Eres bellísima.
Sus labios de nuevo tomaron los míos haciendo que se desgastaran a cada segundo, sus dientes y en especial sus colmillos muerden mi labio inferior; elevo el rostro y cierro los ojos al sentir como besa mi cuello, mi clavícula y mis hombros, sus manos van de un lado hacia el otro, tocando cada centímetro de mi piel sin detenerse. Dejo ir un gemido cuando sus labios pasan por mis caderas, agarro su cabello y lo enredó entre mis dedos para darle un jalón.
Se levanta y está vez, mis manos van hacia su chaqueta negra, la agarro y giro de ella hacia atrás para dejarla caer en el suelo. Desabotono los botones de su camisa y me permito tocar sus músculos, su abdomen es duro y sus caderas anchas, muerdo mi labio al subir de forma lenta mis manos para llevarlas a sus hombros, quito su camisa la cual parece ya ser un estorbo. Dejo a Caden semidesnudo y me acerco a él para besar su piel, relamo mis labios y estos pronto van de un lado hacia otro, me dedico a tocar y besar mientras que él deja ir un par de gemidos.
Cierra los ojos y aprovecho la oportunidad de desabrochar la hebilla de su cinturón y luego el botón de su pantalón, el cual no tarde en bajarlo y ser él quien luego se lo quitara.
Me tomó de las piernas para luego cargarme y llevarme hasta la cama, sus manos viajaron por todo mi cuerpo, deteniéndose primero detrás de mi espalda para quitarme el sostén y luego para tomar mis bragas e irlas bajando.
— ¿Tienes miedo? —preguntó en un susurro.
—No, sé que no me harás daño —toqué su rostro.
—En otro momento... quizás... —se detuvo sin continuar lo quiere decir.
— ¿Quizás? —Sonrió.
—Curiosa, bestia. —Dejó un beso en mis labios mientras se quitaba su última prenda.
— ¿Cómo marcas a un mate para que sea tuyo? —le pregunté al sentir como acaricia mis muslos y lame la separación de mis pechos.
—Una mordida entre la curva del cuello y el hombro —rozó con su dedo índice el lugar en donde se deja la marca.
Su frente chocó con la mía, pase mi mano por su hombro hasta que empezó a besar nuevamente mis labios, mis piernas se elevaron para quedarse cerca de su cintura, su cuerpo se apegó más al mío y con jadeo, arqueé mi espalda y lo nombre entre un grito y gemido.
—Caden...
Me agarré de sus brazos en el momento en que empezó a entrar en mí, cerré los ojos y me acorralé en él para mantenerme inmóvil unos segundos antes que la excitación invadiera más mi cuerpo y mis sentidos.
—Si voy rápido o lo hago duro me dices para detenerme. Pueda ser que pierda el control. —Dijo con voz ronca.
Asiento sin poder afirmar con palabras su comentario, respiro profundo y me permito vivir aquel momento en que no imagine que sucedería.
El cuerpo de Caden sobre el mío parece ser mucho más grande; empieza a moverse despacio intentando no perder el control con cada arremetida que parece ser placentera, pongo mis manos en su espalda y levanto una pierna enredándola en su espalda baja, él gruñe y pronto lleva una mano a mi pecho y otra en mi trasero para elevarlo a su conveniencia. El nivel de excitación se agranda con cada penetración y los ruidos de nuestros gemidos y gruñidos no faltan con cada momento en que nos entregamos.
Caden esconde su cabeza en mi hombro y siento un pequeño crujido en la cama cada vez que mi cuerpo se presiona duramente en el colchón, me asusto en pensar que podemos romper la cama pero los pensamientos de razonamiento desaparecen cada vez que las sensaciones de sus penetraciones invaden todo mi ser; mi cuerpo empieza a temblar y no soy capaz de detenerme cuando mis uñas entran en la piel de su espalda. Cierro los ojos y escuchó como él respira rápido cerca de mi oreja, gime mi nombre y sigue tocándome.
—Gemma...
Gruñe en mi oído mientras siento algo filoso entre mi cuello y mi hombro, abro los ojos y me asusto en pensar en lo inesperado... ¿Caden me va a marcar?
—Caden... Caden... —lo llamé y pronto se detuvo.
—Lo siento. No era mi propósito. —Se levantó un poco para verme al rostro.
No considero abrir la boca para decir unas palabras porque no quiero arruinar el momento, además, no tengo nada planificado para decir algo de lo contrario a sus palabras. Lo único que se me ocurrió en ese instante fue pasar mi mano desde su cabello hasta su pecho, sé que ha comenzado a perder el control y no está midiendo sus acciones pero no dudo que él debería primero pensar en lo que hará antes de cometer un error.
Aparto mi cabello de mi rostro y me levanto para así dejar un camino de besos en su rostro y cuello. Trato también de no perder la cordura y hago lo posible para no tentarme a lo prohibido, le doy un empujón y cae hacia atrás mientras me pongo encima de él. Sus manos agarran mis caderas y me coloca en su virilidad, ni siquiera debo de esperar para volver a sentir su carne dentro de mí cuando otro jadeo sale de mis labios al sentir aquella presión en mi interior que vuelve a ajustarse y acomodarse; los movimientos se hacen ligeros, fuertes y cortos; pongo mis manos en sus hombros para sostenerme y no caer encima de él.
—Caden... Oh cielos...
—Oh mierda, eres mía, Gemma. Solo mía. —Trago hondo con esas palabras. —Ahora córrete en mí, bestia. —Muerde el lóbulo de mi oreja enviando una corriente de electricidad en todo mi cuerpo.
Dejo ir un grito y caigo encima de él terminando por morder la parte de su hombro y cuello cuando el orgasmo me arrasa. Caden deja ir un gruñido brutal mientras se viene dentro de mí.
Abro los ojos y dejo de morderlo para ver como mis colmillos han dejado una marca, su piel se enrojece y se hincha hasta lograr que me preocupe que pueda sangrarle.
—Lo siento, te dejé de una mordida. —Me dejé caer a su lado.
Se apoya en su brazo y se toca la pequeña mordida que mi dentadura le ha dejado, es probable que pronto sane ya que es un herida indefensa.
—Y yo que me preocupe por marcarte y al final tú lo haces conmigo. —Empieza a reír.
Se levanta y pronto toma mi mano para que ambos nos posicionemos bien en la cama, agarra las sábanas y nos cubre, se acerca a mí y me abraza, acaricio su cabello y pronto de nuevo aparece mi realidad, aquella que sinceramente aún me sigue hiriendo.
—Caden, ¿qué sucederá ahora? —digo con un nudo en el estómago.
—Arreglare todo, te lo prometo.
(...)
Le doy una mirada a Justin, no ha conseguido más que un par de aruñones en ciertas partes de su cuerpo, algunos de ellos han empezado a sanar y otros siguen cicatrizándose. Puedo ver como se encuentra de buen humor y de lo tranquilo que está al saber que no recibí otra herida además de la de mi mano, que a pesar que aún duele, solo es de esperar para que pronto pueda empezar a reconstruirse mi piel.
—Me alegro saber que estés bien. Es bueno saber que no recibiste una herida más grave. —Me comentó mientras tomábamos un café en su casa.
Me agrada saber que puedo hablar con tranquilidad con él sin tener que recordar el pasado y luego discutir por ese tema inusual de su ex novia, Molly. No sé qué es lo que habrá pasado con Justin para que se vea mejor pero también tengo esa sensación que después de la transformación, ya se siente mejor y creo que ha sido capaz de entender ciertos términos de la vida de un licántropo aunque aún sigo impactada al saber cómo se convirtió en un hombre lobo y lo fácil que se le hizo buscar a la manada sin tener una referencia.
— ¿Cómo te sientes con todo lo sucedido ayer? —encoje los hombros.
—Viviré con ello, no es tan malo pero sigo aún un poco temeroso con herir a personas inocentes o no ser capaz de controlarme... —Suspiré.
Creo que es hora que deba de saber otra verdad, es el momento para que él pueda ir acostumbrándose a esta nueva vida y quizás, sus dudas pronto lleguen a ser resueltas.
—Justin, creo que es necesario que lo llegues a saber después de todo este tiempo. —Elevó una ceja.
— ¿El qué? —Hice una mueca.
—Es sobre Elaine... —No mostró sorpresa en sus ojos.
— ¿También lo es? —asiento.
—Fue mordida inesperadamente, sobrevivió pero ella no pudo controlar su lado humano y licántropo. Así que se la llevaron a la manada de Caden para entrenarla y así, para que ella pueda lidiar con ambas partes. —Le explique.
Justin se quedó callado, posiblemente reflexionando aquellas palabras que inesperadamente llegaron a revelarse, ya que siempre se mantendría como un secreto, pero a estas alturas, si también lo llevan a la manada de Caden, no es de esperar que pueda encontrarse a Elaine. Aunque la diferencia de mis dos amigos es que Elaine debía de ser entrenada con más ligereza antes que atacara a un humano ordinario como también, que se llegará a saber si será un beta u omega. En cambio Justin, parece que en un corto período de tiempo, ha podido adecuarse y afrontar éste destino, a punto de luchar con su propio yo interior y su nuevo lado licántropo, aunque hasta el momento no parece darle muchos problemas, además de no poder controlar sus propios poderes sobrenaturales que necesitara de un maestro para que lo guíe.
— ¿Por qué no me dijiste antes?—dijo entre molesto y triste.
— ¿Me hubieras creído al decirte que nuestra amiga fue mordida por un hombre lobo? —Suspira.
—Lo hubieras intentado aunque sea —dijo decepcionado.
No sé qué diferencia hubiera llegado a haber si le hubiera comentado a Justin que a Elaine la convirtieron en una mujer lobo, después de todo, ni siquiera quedo mucho tiempo de explicar y tener una buena despedida cuando se marchó por su propio bien y el de otros.
—Discúlpame por mentirte. —Le dije avergonzada.
—Discúlpame por haber sido un idiota contigo. Trataste de ayudar a Molly y es que no quería aceptar que en cualquier momento podía morir a pesar que Vernon ya me lo había comentado. —Jugó con sus dedos.
Nos dimos una mirada y dejamos ir una pequeña risa que hizo que él se levantara y pronto se sentara a mi lado hasta que me abrazo aunque al principio dejé ir un grito porque me apretó demasiado a punto de dejarme sin respiración. Creo que habrán muchas cosas por las cuales se deberán cambiar entre ellos: aminorar la fuerza de su cuerpo ante cualquier humano.
—Y... ¿Caden y tú? —tomé mucho aire.
Quisiera decir que todo el asunto está arreglado y no tendremos ningún problemas más de por medio pero aún sigo pensando sobre qué hará Caden ahora con su vida, está muriendo y su única esperanza es casarse con Zöe, solo que tenga un plan B que no he llegado a saber. Pero en todo caso, si él rompe su compromiso con Zöe, implica no solo arriesgarse a morir más rápido sino que también a que su manada se quede sin un líder.
—Primero debe de solucionar sus problemas y luego, veremos que sucede. —Pase mi mano sobre mi cabello.
—Quizás ayude a resolver un poco las dudas que tiene está cabecita —tocó mi cabeza con su dedo índice —. Caden te buscó Gemma, siempre mandaba a un nuevo hombre a que te fuera a buscar por todo Portland y las ciudades cercanas o lejanas. Me preguntaba seguido sobre ti y las veces que lo he visto con esa chica, su prometida, no la mira con esos ojos con los que te ve a ti o intenta tener una excusa para acercarse a ti... Caden te ama y todo este tiempo, te ha esperado a pesar que su compromiso solo sea una farsa para salvar a su manada. —Cerré los ojos y baje el rostro.
—Pudo haber tomado otro camino, ¿no? —Justin tomó mi barbilla y la elevó.
—A veces Gemma, se debe de sacrificar lo que uno más ama. —Tuve un nudo en la garganta. —Caden sacrifico su vida y libertad por su manada y por verte una vez más antes que se vaya. —Enarqué la ceja.
— ¿Qué? ¿Dónde irá? —Él se rasca la nuca.
—Escuché hace unos días decirle Caden a Vernon que volverá a su casa. Que necesita tiempo para ordenar su vida y también cuidar, entrenar y responsabilizarse de los humanos que se han convertido en hombres o mujeres lobo. —Abrí la boca.
— ¿Por qué no me lo dijo? —Dije consternada.
—Supongo que pronto él te dirá muchas cosas...
Cortó sus palabras cuando escuchó un ruido proveniente de un lugar de su casa; Justin se levantó y empezó a olfatear y hacerme señales sobre que guarde silencio; se mueve lento entre la sala y de nuevo se escucha otro sonido pero ahora mucho más cercano y profundo. Justin se da la vuelta y me da una mirada hasta que sus ojos se ponen amarillos y veo cómo se pone de cuatro patas en el suelo y su cuerpo empieza a crecer hasta que su piel le crece un pelaje café, su boca se forma un hocico y empieza a tener garras.
Justin me da una mirada y por instinto se lo que dice, me subo rápido a su espalda y cuando él empuja la puerta para salir, termina por destruirla aunque de ella salen dos assasins que empiezan a perseguirnos mientras nos tiran unas flechas y cuchillos que Justin apenas puede esquivarlos.
—Tenemos que ir donde Caden. —Justin gruñe.
Sube a las escaleras de un edificio y empieza a correr por todos los techos que encuentra en su camino, salta y esquiva un par de chimeneas, muros o carteles de publicidad; a cada minuto veo hacía atrás pero ya no veo los assasins, no quiero precipitarme en decir que los hemos dejado atrás cuando suelen ser veloces con sus propias capacidades.
Agarro mi celular que se encuentra en el bolsillo de mi pantalón y hago una llamada que pronto no tarda en corresponder el receptor.
—Caden... Dos assasins nos están persiguiendo a Justin y a mí. Necesitamos tu ayuda. —Le digo agitada.
— ¿Qué? ¿Dónde están? —Dice preocupado.
—Estamos en...
Me caigo de la espalda de Justin cuando a él ha sido lastimado por una flecha que ha caído en su pata trasera y otra siguiente cerca de su costilla. Mi celular lo busco pero no lo encuentro y está vez, no vengo armada para atacar a los assasins.
Me acercó a Justin e intento quitarle las flechas pero con solo tomarlas y halarlas para quitárselas, él deja ir un enorme gruñido de dolor, logrando que una de las flechas se rompa y una cuarta parte de ella se quedó dentro de su piel. Empieza a sangrar mucho y me asusto más al ver como a mis dos extremos aparecen los assasins, uno con una espada y otro, con un arco y sus flechas.
—Los tenemos. —Dice uno de ellos.
Abrazo de la cabeza a Justin intentando que esa parte de su cuerpo no lo lastimen, mi mejor amigo gruñe del dolor y del miedo, empieza a respirar rápido. No dejo de ver a los dos assasins quienes se van acercando más a nosotros, es posible que me asesinen primero y luego a Justin...
—Yo a la chica y tú al lobo. —Le da órdenes él que sigue hablando.
Veo como él agarra su arco y toma una flecha para apuntar en mi pecho, cierro los ojos y espero a que llegue el momento.
—No debemos de dejar testigos... 1, 2 y...
Un aullido muy fuerte hizo que abriera los ojos esperando que Caden nos rescate pero en vez de eso, me encontré con un lobo blanco, tan grande, que pronto se me hizo conocido y el recuerdo vino pronto por sí solo, es aquel lobo que nos encontramos con Caden en la gasolinera hace un año.
— ¡Mátalo! ¡Que no se te escape! —Él assasin que tiene la espada corrió hasta el lobo blanco pero él fue más veloz en poder alejarse y atacarlo mordiéndolo en la pierna.
—Quédate quieto.
Mire al otro assasin que está apuntando con su flecha al lobo, sin que escuchara mis movimientos, me acerque a él y pronto tire de su capucha para que la flecha terminara al cielo.
—Estúpida...
El assasin levanto su arco para golpearme con él pero pronto un lobo negro se le tiro encima, logrando pelear con él y pronto tomarlo de sus prendas para lanzarlo del edificio mientras que el otro lobo blanco se encargó del otro assasin quien pronto salió corriendo en busca de su otro compañero.
— ¿Estás bien? —Di un salto del miedo al escuchar la voz de Caden.
—Estoy bien, a Justin lo hirieron —Le mostré aquellos lugares en donde sigue sangrando.
— Primero hombres lobo descontrolados en Portland, luego brujas en Salem queriendo hacer tratos oscuros contigo y ahora, assasins... —Otra nueva voz apareció detrás de mis espaldas.
Me di la vuelta para ver a la nueva persona que acaba de decir unas palabras, pero la sorpresa que me lleve fue ver a alguien idéntico a Caden, solo con la diferencia del color de sus ojos y su cabello.
— ¿Tienes alguna explicación para esto? —Caden suspiro y se levantó para caminar hasta el otro hombre.
—No, pero creo tener una hipótesis de ello. —El hombre lobo blanco gruñó.
—Caden... —Él se dio la vuelta y me dio una mirada.
— ¿Sigues con la humana? —preguntó el hombre.
— ¿Tiene que importarte mis asuntos? —Caden tomó un aspecto frío.
—Trato de cuidarte, recuerda que soy tu hermano mayor. —Miré con admiración a ambos.
—Medio hermano. —Caden le dio la espalda para acercarse a Justin.
—Recibió dos flechas con punta de plata. Tienes que salvarlo pronto. —Caden frunció su ceño.
—Vete de aquí, Tahiel. No necesito tu ayuda. —Bufé molesta con el comportamiento de Caden.
—Sí es lo que deseas.
El medio hermano de Caden se aleja de nosotros hasta correr y convertirse en un hombre lobo para desaparecer, creo que sería buena idea primero ayudar a Justin y luego salir de mis dudas, porque empiezo a creer que aún no estoy cerca de conocer muy bien a Caden.
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Continuará...
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