Capítulo 22: Verdades dolorosas

Por más que intente explicarle a Justin que lo que hice no fue con intención de herir a Molly, él sigue negándose a creer en mi palabra y en confiar nuevamente en mí; sus brazo han permanecido cruzados y su espalda curvada en modo defensivo desde que hice que nos reuniéramos en una cafetería de Portland; los últimos días han sido demasiado crueles y difíciles para él, tanto que por desgracia, hasta perdió su empleo por romper varias copas, vasos y botellas de alcohol en el club por llegar ebrio, es de milagro que nuestro ex gerente y ex jefe no le hayan cobrado los daños hechos en el local y eso sin agregar que también pudo haber lastimado a alguien más ahora que no puede controlar su lado lobo, la verdad la parte de estar ebrio no fue el que lo motivo a ponerse agresivo, sino más bien, recordar que puede sanar rápido y no puede embriagarse con facilidad por ser ahora un licántropo.

La parte de ser hombre lobo ahora es que además de tener poderes sobrenaturales como los héroes de los comics ha implicado también ser inmune a cualquier enfermedad, daño colateral o herida que pueden recibir de forma inesperada o con el tiempo. Por ello, es que Justin se ve demasiado bien y estable físicamente para aparentar estar sufriendo por su novia.

Las palabras, las explicaciones y los motivos que tenía en mente ya se han acabado y ahora me mantengo callada sin saber que decir, él mismo ha agotado todas mis oraciones cuando ya le he repetido varias veces que Molly ya estaba muriendo y que iba a ser imposible salvarla, pero él se niega en aceptar esa realidad, tanto que me ha hecho callar varias veces en frente de los otros comensales quienes terminan por vernos extraño cuando se altera.

— ¿Te has quedado sin explicaciones?—dice renuente.

—Sí, gracias a ti y tú poca cordura en no querer mantener la cabeza abierta. —Discutí el asunto.

—Dime cómo quieres que acepte la realidad cuando un hombre lobo es inmune y pudo haberla sanado... —Dice entre dientes.

—Eres estúpido o qué. —Me toque la frente. —Son inmunes ustedes mismos, pero eso no quiere decir que pueden curar cualquier enfermedad como Jesús lo hacía con milagros. —Él rodó los ojos. —Esto es como la realidad, Justin. Los doctores pueden curar y prevenir varias enfermedades y virus pero no pueden curar algunos cánceres, el SIDA, el papiloma y otros. —Le replanteo mi punto de vista. —Así son los hombres lobo, lo que le sucedió a Molly, no tiene cura. Y te lo digo porque yo también lo sé y lo he investigado. —Intento abrirle los ojos.

Nunca se me había hecho tan difícil tener que explicarle a Justin un tema delicado, quizás porque se trate de su novia sigue queriendo no aceptarlo pero para su suerte empieza a ganar porque ya me estoy cansando de tener que repetirle las cosas y tenerle paciencia con sus malos humores.

Frunce la boca y encoje su cuerpo mientras mantienen su barbilla cerca de sus brazos cruzados, sigue poniéndose molesto pero ya está dejando de importarme porque no puedo hacerlo reaccionar y eso sin decir que he sido demasiado tolerante si no ya le hubiera roto un plato en su cabeza para ver si de alguna forma entiende mis palabras.

He tomado en cuenta que el tónico que Vernon le dio a Molly fue un simple analgésico para aliviar el dolor pero no dudo que también pudo haber servido para aminorar su muerte, en otras condiciones quizás su negligencia haya hecho que no le explicara a Justin los problemas que podía traer si Molly lo bebía pero también recuerdo que Justin no le dejo hablar en el momento en que estuvo preparando el té. En fin, ambos fueron poco responsables en la pérdida de una vida inocente, pero siendo sincera, hasta yo me implico en ello por haber dejado que Vernon siguiera dándole el té cuando ella empezó a convulsionar.

Me siento un poco frustrada con todo, no solo hablo por no hacerle ver a Justin que ahora al ser un hombre lobo debe de cuidarse más que como un ser humano, sino que también implica tener que pasar unos días más aquí en Portland soportando el rostro de Caden y sin agregar que debo de seguir actuando y mintiendo sobre todo lo que sé de los hombres lobo. En todo caso, creo que es apropiado mantener la boca cerrada y comportarme como una ignorante mientras esté aquí.

Le doy una mirada frívola a mi mejor amigo y veo como él juega con su propio almuerzo, esperaba que el tiempo en que se mantenga cuerdo con su parte humana, no llegue a dar problemas, porque ya es suficiente con tener que ahora lidiar con su parte licántropo para permitir que su propio enojo y rebeldía provoquen que pueda convertirse en hombre lobo en medio de toda la sociedad. Quizás el conflicto no se base en que las personas sospechen de su extraño comportamiento, ya que puedo cubrirlo con algunas ideas que el mismo Kilian me enseño pero todo se pone en contra de nosotros sí no puedo mantenerlo controlado por sí un assasin se encuentra en nuestro alrededor, como lo practique e investigue en todo este tiempo, los assasins saben cubrirse, pueden engañar a cualquier persona haciéndose pasar por una persona ordinaria y ni siquiera se puede llegar a sospechar porque cubren cada una de sus evidencias, entre ellas sus conductas y sus armas pero lo que sí no pueden engañar desde el ojo de un humano, es su significativo tatuaje de una serpiente enrollada en una espada y todo dentro de un círculo. Cada assasin tiene uno en cualquier parte de su cuerpo, pero la diferencia se clasifica en que he descubierto que hay diferentes assasins que cazan a hombres lobo, los cuales se distinguen en tres.

Los primeros son aquellos que la mayoría tienen el tatuaje en la parte de atrás del cuello, esos son considerados como los asesinos de hombres lobo, aquellos que solo desean matar por placer y sin alguna razón. Los segundos tienen el tatuaje marcado en la muñeca de su mano derecha, esos solo asesinan teniendo una razón muy importante para hacerlo y mantienen un libro de reglas por las cuales de ninguna forma pueden tocar a un hombre lobo si no ha llegado a fallar o cruzar el límite de sus derechos. Y los terceros tienen el tatuaje en la palma de su mano, esos tienen la tendencia de cazar a hombres lobo por justicia pero a su vez, por venganza de sus antepasados, aquellos que murieron o fueron convertidos en licántropos.

— ¿Tienes la dirección de Vernon?—llamo su atención.

— ¿Para qué lo quieres?—dejo un gruñido y pongo los ojos en blanco.

—Creo que lo obtendré más fácil en un directorio que preguntándotelo. —Me levante de la mesa y deje unos billetes para pagar el almuerzo.

La verdad es que ni por un directorio podré tener rápido la dirección de Vernon, porque dudo que siga viviendo en los apartamentos donde antes me alojaba; porque si Caden se fue de ahí, quien dice que Vernon también no lo hizo.

Tengo pocas oportunidades de poder encontrarlo rápido y creo que la única persona que me puede guiar a él será Caden y aunque no esté muy dispuesta a querer verlo, creo que esta vez tendré que dar mi brazo a torcer para que pueda saber que sucederá ahora con Justin después de haber sido mordido por un hombre lobo, de todas formas, aunque no tenga el mismo problema que Elaine, eso no muestra que él podrá controlarse con facilidad y más cuando pronto será luna llena y sus poderes aumentaran y lo complicado tendrá que ser, no amarrarlo como un perro rabioso para que no mate a alguien.

Me voy al penthouse de Caden pero mientras que paso de calle en calle me voy dando cuenta que no es muy transitada como otras en Portland, agregando que parece haber una diferencia entre el nivel social y económico; veo cada uno de los edificios pero pronto una rápida sombra negra se cruza de un techo a otro haciendo que me detenga y pueda observar con más atención lo que mis ojos percataron, me muevo siempre sin perder la vista de los techos de los locales, mayormente intento no tropezarme o chocar con otra persona pero se me dificulta demasiado hasta que me voy dando cuenta como por una esquina de un techo, aparece un hombre lobo café, parece observar todo a su alrededor hasta que vuelve a desaparecer y supongo que se ha propuesto a conseguir su objetivo. Sigo trotando pero en una de esas me detengo por inercia cuando al otro lado veo a una persona atravesar de un techo al otro con mucha resistencia y fuerza, veo que en su mano lleva un arco y como en un momento se detiene para lanzar una flecha sin antes calcular su objetivo.

Solo es de esperar unos segundos cuando se escucha un extraño gruñido que permanece como eco, las únicas personas de mi alrededor se quedan paralizadas y buscan aquel sonido entre las localidades de su alrededor pero nadie encuentra nada así que vuelven a seguir con su rumbo mientras tanto yo, veo como aquel assasin deja de esconderse para ir en dirección en donde pudo haber herido aquel hombre lobo.

Comienzo a seguirlo para ser la siguiente en poder atraparlo, intento correr a su misma velocidad como Kilian me enseño y apenas tardo unos pasos en alcanzarlo cuando veo una escalera de emergencia que lleva a la parte del techo, así que tomando aquella oportunidad, empiezo a escalar hasta llegar arriba del edificio. Solo a unos metros veo al assasin quien se va a acercando lento al hombre lobo, de su pierna saca un cuchillo y empieza a alzarlo.

De mi mochila saco una daga y voy corriendo en dirección al assasin, parece que escucha mis pasos cuando se da la vuelta pero le es demasiado tarde para huir o atacarme cuando lanzo la daga a unos cinco metros de distancia de él, aquella arma termina por herirlo en el costado, intenta quitársela pero le cuesta un poco y más cuando ha atravesado su armadura. Lo golpeo en el rostro y esta vez empieza a quedarse paralizado no solo por el golpe y la herida sino por el veneno de serpiente que empieza a dejarlo inconsciente.

Me acerco al hombre lobo y puedo ver como la flecha termino por caerle en una de sus patas traseras, así que con cuidado, se la quito de un solo tiro y cuando la tengo en mis manos puedo ver como en algunas partes tiene polvo, así que la acerco a mi nariz y puedo oler de que se trata de muérdago, otra planta que suele dañarlos.

Esta vez, no sé qué hacer y mucho más si se trata de intentar sanar al hombre lobo y dejar al assasin inconsciente mientras que unas horas vuelve a recuperar la conciencia e intenta asesinar a otro licántropo. Creo que es un conflicto no poder partirme en dos pedazos para poder hacer ambas cosas al mismo y creo que a estas circunstancias entre más lo piense pueda ser que no solo ponga en peligro la vida del hombre lobo sino que también la mía.

Saco mi celular y empiezo a marcar el número telefónico de la única persona que quizás me ayude, después de todo no tengo muchas opciones.

— ¿Y ahora qué?—pongo los ojos en blanco con su tono de voz que usa conmigo.

—Es urgente, así que envíame el número de Vernon, por favor Justin. —Miro a mis alrededores para ver si nadie se ha dado cuenta del show.

— ¿Qué harás ahora con él? ¿Asesinaran a otro hombre lobo?—me acaricio las sienes.

— ¡Maldición! ¡Solo hazlo!—le grito antes de colgar la llamada.

Cuando Justin se vuelve insoportable, puede ser la persona con la menos puedo mantener una relajada conversación, creo que puede sacar hasta mi última gota de tolerancia y tiene mucha suerte que no le inyecte alguna vacuna anti rabia hoy que se ha vuelto testarudo y prepotente. Si esta es una de sus facetas de duelo mezcladas con comportamientos de hombre lobo, ni me lo quiero imaginar en otra situación mucho peor que está.

Espero unos minutos que empiezan a ser eternos y cuando la impaciencia me llega, estoy a punto de hablarle pero me detengo al ver que me ha llegado un mensaje de él y que ahí es donde ya me ha enviado el número telefónico de Vernon. Le respondo agradeciéndole su ayuda para así pronto marcar el número de la persona que no me imagine necesitar de su mano ahora que hay un assasin a mi lado.

— ¿Hola?—contesta dudoso.

—Vernon, soy Gemma... ¿Estás ocupado?—me rasque el cuello esperando un "no" como respuesta.

—Bueno, puedo hacer una excepción contigo pero ¿qué necesitas?—miro al lobo y al assasin.

—Toma un lapicero y una hoja, necesito que pronto llegues donde estoy y quizás sea buena idea que debas traer refuerzos. —Le comunico.

(...)

Me levanto del suelo al ver como Vernon aparece con otros dos hombres lobo más y junto con ellos, Caden, aunque la sorpresa suele ser un poco más grande cuando veo que detrás de él aparece Zöe con una sonrisa que le llega casi a las orejas cuando se da cuenta que la estoy observando y toma oportunidad de agarrar la mano de Caden pero él, pronto se deshace de ella al tener posiblemente en mente que esto no es una escena de amor sino más bien de trabajo.

— ¿Qué es esto?—pregunta Vernon admirado.

—Un assasin quiso asesinar a un hombre lobo—respondí mirando ambos cuerpos aún inconscientes.

—Pero como es que el assasin está inconsciente—pregunto Caden.

Todos me dieron una mirada evaluativa de cabeza a pies y por sus posturas y la forma de quedarse callados me hizo saber que deben de estarse preguntado si yo fui capaz de dejar inconsciente a un assasin siendo una inexperta en poder manejar este tipo de situaciones cuando la última vez todo lo eche a perder; sin dudarlo, todos tendrán sus dudas y yo debo ser la persona que le debe de dar buenas respuestas antes que cuestionen mis propias habilidades que he aprendido en un corto período de tiempo, ya que creer esa teoría que cómo una humana pudo detener a un asesino de lobos sería algo absurdo solo que yo misma haya sido educada para controlar estas situaciones.

—Yo lo detuve—dije sin miedo.

— ¿Tú? ¿Cómo es posible? Eres una humana—dijo uno de los hombres lobo que vino con Vernon y Caden.

—Solo que sea una de ellos—rugió otro de su manada.

—Si fuese una de ellos, ¿por qué no matar al hombre lobo y largarme de aquí? Eso sin añadir, ¿para qué dejar mi colega inconsciente cuando mi peso y mi altura superan a la fuerza del licántropo?—los contraataque con mi pregunta.

A veces los hombres lobo pueden ser muy listos si se lo llegan a proponer, a tal grado de hacerlo sentir a uno intimidado por su fuerza y habilidades, pero en mi ocasión, he pasado ese tipo de pruebas y clases que Kilian me enseño por si algún momento se daba este tipo de conflictos. Además, al ser hombres lobo que apenas me conocen es de saber que tendrán desconfianza de mí, pero como esto es como un juego de ajedrez, debo de ser cuidadosa en mis movimientos y poder manejar la pieza adecuada para eliminar a los débiles por más fuertes que se vean, porque aquí las piezas importantes que no se moverán hasta tener una buena táctica para sacarme la verdad serán Vernon y Caden quienes me conocen más y saben que soy incapaz de ponerle un dedo a un hombre lobo.

—Entonces, ¿cómo lo detuviste?—pregunta Caden.

—Use una daga y el assasin fue herido con ella. —Encogí los hombros.

— ¿Qué más?—insistió.

—Para dejarlo inconsciente tenía veneno de cobra. Tardará en despertar y a sentir los primeros efectos. —Le explico.

— ¿Así de simple?—Dice Zöe. —Es una broma.

No es de sorprenderme que la que menos se trague todas mis explicaciones sea Zöe cuando nunca le he llegado a caer bien, pero como no he venido a aquí a hacer amigos o enemigos sino más bien a cuidar a Justin, sus palabras y sus dudas son el asunto menos interesante que tengo en la lista.

—El hombre lobo ha sido herido con polvo de planta de muérdago. Si no es curado pronto, morirá—le digo a Vernon y Caden.

— ¿Qué nos hace creer que esto no es una de tus trampas?—se acercó Zöe hacía mí. — ¿Dónde está la carta bajo tu manga?—me asesina con la mirada.

—Solo intento ayudar—murmuré entre dientes.

— ¿En serio? Pero si quieres saber, a mí todo esto no me cuadra—mira a Caden—, no aceptes su ayuda.

— ¿Quieres dejar morir a uno de tu misma especie?—le dije molesta.

—No es de mi manada. Lo cual no es nuestro asunto protegerlo—abro la boca admirada.

— ¿Dejaras que muera?—Le digo a Caden.

No responde a mi pregunta y me hace saber que ha entrado en dudas sobre mis propias acciones pero a este punto de la situación ya no sé qué hacer, pero lo único que me importa es la salud del hombre lobo del cual empeora cada minuto con el muérdago entrando en cada parte de su cuerpo por la herida.

Me acerco al hombre lobo y reviso la gravedad de la herida, no es muy profunda pero ha perdido mucha sangre; de mi bolsa saco un frasco pequeño con un pequeño líquido verde, agarro un gotero y termino por suprimir un poco del medicamento natural para luego colocar diez gotas en la herida del hombre lobo.

— ¿Qué utilizaste?—pregunta Vernon.

Estoy demasiado enfadada para poder responderle, no sé qué tanto han cambiado sus vidas y sus actitudes para no ayudar a un hombre lobo herido, sé que no pertenece a su manada pero en toda ocasión, deberían ayudarse porque son licántropos.

—Si quieren dejarlo morir, háganlo. Y lo mismo digo del assasin. —Me levanto y me voy inmediatamente de aquel lugar.

Es difícil tener que ser yo quien tome la iniciativa para ayudar a los demás cuando no debería ser así; Kilian me dijo que me cuidara siempre de todos los que me rodearan porque entre más llegasen a saber sobre mis habilidades que aprendí gracias a él, tendrán más curiosidad sobre mí, a punto de tenerme muy vigilada.

(...)

Me acuesto en lo que era la cama de Elaine para quedarme mirando al techo, muchas preguntas sin respuestas rondan en mi cabeza, como también esa necesidad de querer volver a casa para estar con las personas que quiero pero también existe ese miedo de volver a irme sin antes solucionar todos los problemas que tengo por encima, ya que Justin suele ser uno de ellos y sin agregar de Samay quien pronto no dudo en poder encontrarnos y tener que disimular que nos conocemos.

Algo en mi cabeza se cruza y me hace preguntar si ahora Zöe domina tanto a Caden como Vernon, porque yo recuerdo que ambos siempre ayudaban a cualquier hombre lobo sin ponerle una etiqueta sobre que manada pertenece pero con lo que observe hoy, me hace dudar sobre todo lo que sucedió en un año y qué es lo que ha hecho para hacerlos cambiar a todos.

El sonido de un timbre logra separarme de la cama, que tengo en mente no hay nadie que tenga que recibir o esperar a estas horas porque aun así aunque tuviera las esperanzas que Justin fuese, dudo que vendría exactamente a la media noche a hablar conmigo y a poder expresar todo lo que está sintiendo con la inesperada muerte de su novia y la noticia de ahora ser un hombre lobo.

Tocan de forma seguida el timbre varias ocasiones y no me queda de otra que ir a abrir, pero antes de dar un paso más a la puerta, observo primero por medio de un agujero de la pared, quien es y la impresión que tengo al ver aquella persona es la menos alegre que puede llegar a recibir un invitado.

— ¿Qué quieres?—le digo aburrida.

—Hablar. —Entra sin permiso.

—Caden, son las doce de la medianoche. Mi mente no procesa bien todas las explicaciones que quieres en este momento—me acaricio las sienes.

Se queda a mitad del camino mirando todo a su alrededor hasta que deja ir un suspiro y se da la vuelta para verme a los ojos; puedo ver en ellos que hay confusión y miedo y no es de menos cuando pueda sentirse vulnerable frente a una chica que antes parecía conocerla pero hoy se ha convertido en una total desconocida que ha adquirido nuevas habilidades de las cuales no es fácil de creer, permitiéndole que piense y dude si está en peligro.

—Dime la verdad, Gemma. ¿Por qué has vuelto a Portland?

Tome un respiro sumamente largo y me tarde unos segundos en exhalar el aire de mis pulmones, la verdad es que no tenía ni una intención de regresar aquí para poder ver de frente de nuevo mi pasado pero cuando se trata de alguien que amo, no dudo en hacer algo por esa persona y aunque Justin no me éste recibiendo con los brazos abiertos en este instante, mi razón por seguir aquí es porque ahora es un hombre lobo.

—Por Justin—le respondí a Caden—, es el único que me importa y no había recibido noticias de él hace días cuando constantemente me llamaba. —Una buena excusa con una verdad muy real. —Me preocupe porque él no suele ser así y las veces que lo ha hecho es cuando me he enterado que está en problemas o tiene alguna crisis emocional. —Caden suspira sin decir una palabra.

Veo como se sienta en uno de los sofás y se cubre el rostro con sus manos, normalmente él jamás me dejó ver esa parte tan solitaria y triste que esconde bajo su piel pero ahora parece ya no importante lo que pueda reflejar ante mis ojos.

Me acerco cautelosamente a él y me siento a su lado, quisiera poder reconfortarlo pero no sé cómo podría hacerlo cuando no tengo esa costumbre de ser una buena persona comprensible o que eleva los ánimos. Quisiera decir que unas palmadas en la espalda y palabras llenas de empatía pueden lograr un efecto en él pero ha pasado un año y ambos hemos cambiado tanto que ya no sería primera vez que me impresionara si arruino un momento frustrante y preocupante de él.

— ¿Por qué no volviste?—Susurró. —Dios, No sabes cuantos días te espere... Días... Semanas... Y luego un año. —Me dio una mirada. —Pensé que...

—Pensaste mal—lo interrumpí. —Todo este tiempo me di cuenta que no era feliz aquí y cuando me fui, fue haberme dado el mejor respiro de mi vida. —Sonreí.

—Te olvidaste fácilmente de todo... —Murmuró molesto.

—Eso era lo que deseabas, Caden. —Le di una mirada dura. —Tú querías que olvidara todo... Lo nuestro, los hombres lobo y los problemas en que deseaba ayudarte. —Niego. —Olvide algunas cosas pero no a todas las personas. —Empecé a sincerarme. —Nosotros solo cambiamos y para mi favor, ha sido lo mejor que me ha sucedido desde que dejé de vivir en Portland. —Él bajo la mirada.

Puede haberme herido demasiado dejar Portland pero me dolió más saber en aquel entonces que él no me quería en su vida, ahora todo parece regresar con alguna explicación y tomando una posición de madurez, creo que la mejor forma es diciendo la verdad desde el corazón. Después de todo, Caden debe de saber cómo me sentí cuando me alejo de su vida y de lo mucho que sufrí pero que cambie al haberme marchado de forma inesperada.

— ¿Algún momento me perdonaras por lo que te hice?—sus ojos están cristalizados.

—Caden... —no sé qué responder.

—Gemma...

Sentí como empezó a acercarse a mí cada vez más hasta que nuestras narices empezaron a rozarse, mi cuerpo empezó a temblar y su mano paso dejo de estar en su regazo para rozar las yemas por todo el contorno de mi rostro, aquel tacto sutil, suave y lleno de ternura empezó a confundirme, porque mi corazón le dolía saber que él buscó lo más fácil en su camino y a lo que me refiero, es que parece que Zöe es su única opción cuando puede haber otras mujer lobo que pueden enloquecer al estar a su lado. Después de todo, Caden ha madurado de cuerpo y... posiblemente de mente.

—Caden... Basta... Estas comprometido. —Dije cabizbaja.

—... Pero no con la mujer que amo. —Elevé el rostro impresionada por sus palabras.

Su mano acarició mi mejilla y sus ojos penetraron un brillo inigualable que nunca pude haber observado de forma tan real.

Me daba miedo abrir de nuevo aquella herida que ya estaba cicatrizada y más porque no quiero permitirme volver a creer en un amor que terminara siendo imposible.

La verdad a veces puede doler pero es la única forma en la cual te hace más fuerte, y más cuando se tratan de esas verdades dolorosas que jamás quieres escucharlas de la boca de otros y eso sin agregar que la de uno mismo.

Un celular interrumpió aquel momento agradeciendo por primera vez que un dispositivo móvil cortara un ambiente que empezaba a ponerse incómodo con las propias dudas que se han creado en mi mente; Caden aparto su mano de mi mejilla mientras que yo me alejaba para poder darme aire después de aquella escena que no hubiera querido que sucediera y más cuando mi propósito es no enamorarme ahora que tengo un equilibrio en mi vida.

Él contesta el celular y me da una mirada hasta que empieza a hablar con el emisor de la llamada.

—Dime Vernon. —Pronunció el nombre de su amigo y secuaz. —Habla más lento que no puedo comprenderte. —Su cubrió un oído para escuchar mejor. — ¿Cómo que hay brujas en el bosque de Salem y quieren hablar con nosotros?—Rodó los ojos. — ¿Sabes lo que quieren?—Hizo una mueca. —Bien, voy enseguida. —Colgó.

Dejó ir un rugido exasperante hasta recomponerse y ajustar su chaqueta. Agito su cabeza y paso su mano sobre su cabello alborotándolo; inhalo y exhalo aire y cuando se preparó para marcharse, me regreso la mirada.

—Debo irme. —Se dio la vuelta pero termine por sujetarlo de su chaqueta.

—Iré contigo. —Formó una línea en su boca.

—Es arriesgado. —Encogí los hombros.

—No tanto como haber detenido a un assasin sin ayuda de un hombre lobo. —Él sonrió.

—Sígueme. —Dice sin protestar.

—Dame unos minutos. Iré a ponerme otra ropa.

En menos de cinco minutos termine por ponerme unos jeans negros rasgados con una camiseta, una chaqueta de cuero negra y unas botas; la impresión de aquella vestimenta dejó a Caden sorprendido pero termino por quedarse callado sin hacer algún comentario de elogio. Me hizo una señal para seguirlo, montarnos en su auto e ir de camino a Salem. Lo impactante fue saber que ambos terminamos por ir en el mismo automóvil, lo cual fue increíble en aquella madrugada en donde nos encontraremos con unas brujas.

— ¿Qué quieren las brujas de ustedes?—le pregunte.

—Algún pacto o carne fresca de un hombre lobo para hacer uno de sus sacrificios—eso me aterro mucho.

—Dios. —Dije escalofriada.

—Cuidado de usar esa palabra en frente de ellas, son muy devotas a satanás y a los demonios que no les gustará que llames a su enemigo. —Gruñí.

—Lo sé. Pero si intentan hacerme daño usaré la palabra clave de mi religión. —Él rió.

—Entonces prepárate, que esto será una aventura. —Sugirió.

— ¿Cómo en los viejos tiempos?—recordé todas nuestras pasadas aventuras.

—Como en los viejos tiempos. —Repitió.

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Continuará...

Si mis queridos lectores, les pido perdón por no darles constantes actualizaciones pero para darles buenas expectativas a la historia y ofrecerles capítulos de calidad y emoción, es por eso que me tardo un poquito. Espero que puedan entenderlo... Sin embargo, haré lo mejor que pueda esté año para darles mejores capítulos que los dejaran asombrados y con grandes ganas de seguir leyendo la historia; esperenlo pronto.

Os quiere, Isabel Moz.

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